Mientras siguen los interrogatorios, Paolo bufa hastiado, y coge las flores (ya que al ser la única prueba que hay me imagino que estarán por el palacio), para acto seguido dejarlas golpendolas sobre la mesa.

-¿Qué sabeis de esto? -Pregunta con sequedad.

Khadijah se encuentra en las salas de Narsés dialogando con un Ventrue cuando os acercáis a ella. Al percatarse de vuestra presencia da por terminada la conversación con su interlocutor y os acompaña al patio.

-Lamento sobremanera lo acontecido con la muerte de Roland. No comprendo como puede nadie dar por buena la prueba de las flores, me parece algo completamente circunstancial. Espero que encontréis pruebas de vuestra inocencia, ya que comprendo que Constantinopla y Bizancio son afines a nuestra postura. La guerra sólo traerá más desgracias, nunca nada bueno.

No es ningún secreto que yo no estoy a favor de la guerra. De ninguna guerra a decir verdad. Creo que cualquier diferencia debe resolverse mediante el dialogo y que las buenas gentes que viven en paz no deben sufrir los deseos de poder de sus líderes.

Ser un líder es más que dar órdenes y tener poder. Tienes una responsabilidad hacia la gente que te sigue. Les debes lo mejor de ti si esperas que ellos te den lo mismo.

Mi semblante se vuelve sombrío y preocupado ahora…

Aunque no es de esto de lo que he venido a hablar con vos bella Kadijah.

Espero que mis palabras no os importunen, no obstante no debemos descartar ninguna opción a fin de conseguir nuestro objetivo.

Una de las cosas que nos preocupa es el hecho de que no hayáis presentado a todos vuestros hermanos al Príncipe.

Hago una pequeña pausa para valorar su reacción.

¿Qué podéis decirnos al respecto?

-No se que os hace pensar tal cosa... -Khadijah no se altera cuando le dices que no ha presentado a todos sus hermanos- Pero no es cierto, y aunque lo fuera, cada cual es responsable de presentarse ante el Príncipe. Quien opte por no presentarse sabe a lo que se arriesga.

Miro a mi esposo, que comenta cosas que desconocía.

-¿Qué relación teníais con Roland? ¿Sabéis quién pudo verlo al comenzar la noche o quizás oísteis que quedaba con alguien?

-No, lo lamento. No tenía ninguna relación con Roland. Apenas le conocía y tampoco os puedo ayudar en lo referente a sus reuniones. Yo me marché con Tommaso y no presté atención a lo que Roland hacía.

No me toméis por necio. Obviamente nosotros también tenemos oídos en la ciudad.

Comprended querida Khadijah que, si el príncipe se entera de que tenéis hermanos no presentados, no dudaran en relacionar su ausentismo con nosotros y con el asesinato.

De modo que, por el bien de ambas partes, deberíamos encontrar algún tipo de acuerdo. Ten en cuenta que, mientras la cruzada no se acerque a Constantinopla, cualquier opción es buena para mi… incluida su disolución.

¿Se os ocurre, en ese caso, como podríamos acabar con ambos asuntos al mismo tiempo?

Khadijah parece dudar por un instante.

-Sinceramente, no tengo nada que ver con lo que ha pasado. Si es verdad que se de la existencia de cainitas musulmanes no presentados, pero no tengo tratos con ellos, y sus intereses no son los míos. Por lo que se, han venido a investigar la presencia de una fuerza oculta interesada en ejercer una siniestra presión en la cruzada, pero no se más. No me extrañaría que la muerte de Roland tuviera relación con esas investigaciones, aunque no puedo ayudaros más. Por otra parte, soy contraria a solventar las cosas con la violencia. La muerte sólo acarrea más muerte. Matar a todos los asistentes a las reuniones, aunque pudiera hacerlo, sólo convencería a los mortales de la necesidad de llevar a cabo la cruzada.

Entiendo entonces que esos hermanos tuyos están buscando al verdadero enemigo. Al que nos ha acusado del asesinato. ¿Crees que podría hablar con ellos?

Si ella no sabe cómo localizarlos hablare con los Nosferatu. Quizá ellos sepan dónde están e incluso puedan decirme algo respecto al asesino.

No te esperes. Si ella no sabe dónde están voy directamente a hablar con los Nosferatu.

Me dirijo a Carienn…

Esperaba que nuestro viaje a Venecia fuese más placentero amor mío. Es una pena no poder disfrutar de esta bella ciudad desde una posición mas relajada.

Si los hermanos de Khadijah están buscando al verdadero enemigo, quizás se esconda entre las tropas cruzadas que asolan la ciudad... Lo que es cierto es que hay que hacer salir esos soldados cuanto antes, aunque favorezcan el comercio están creando malestar... Y violando mujeres...

-Creo que no podemos elegir el futuro, esposo mío. Deberías hablar con alguien que controle más sobre lo que se cuece fuera de los muros de este palacio...- tomo la mano de mi esposo, apretándola. Los nosferatu solían ser una red fiable de información, si conseguías su favor.

El contacto con Carienn siempre me reconfortaba. Me hacía sentir mejor incluso ahora que los sentimientos humanos parecían tan distantes. Todos menos uno. El amor que sentía por Carienn superaba cualquier estado físico. No importaba si era humano, vampiro o un alma en pena que vagara perdida… ese amor siempre estaría presente.

No podemos elegir el futuro mi vida pero, por todos los dioses, juro que ese ejército no se acercara  a Constantinopla. No van a ser nuestras mujeres las violadas… aunque tenga que hundir todos y cada uno de los barcos que zarpe de este puerto. No llegaran a Constantinopla.

Creo a mi esposo y sé que es capaz de lo que dice... Y que eso le costaría la vida. Niego levemente ante sus palabras.

-Encontraremos la forma, esposo mío...- le susurro. -Mejor que ahora nos ocupemos de defender nuestra inocencia y nuestro honor, después vendrá el resto. No deseo que te pongas en peligro, hazlo por nuestros hijos... Y por mí. Los actos así deberían ser el último recurso.

Bajo la mirada ante las palabras de mi esposa. Una vez más tiene razón. Debo pensar en los demás como líder de mi gente pero también soy esposo y padre. Ellos son lo primero.

Tienes razón cariño. Debe ser el último recurso. E incluso si tuviésemos que plantearnos algo así, es una decisión que nos afecta a ambos y deberíamos tomarla juntos.

De momento nos centraremos en lo que tenemos. Vayamos a hablar con nuestros amigos Nosferatu.

-Salgamos a buscarlos entonces- me disculpo ante Khadijah y con una leve reverencia, salgo a las calles de la ciudad, sin soltar la mano de pi esposo.

-No, no tengo relación con ellos. Ni les debo pleitesía, ni ellos me la deben a mi. Tampoco se si su investigación guarda relación alguna con la acusación de asesinato que pesa sobre vosotros.

Os despedís de Khadijah y os ausentáis de los salones de Narsés con una desagradable sensación, es evidente que la investigación apenas avanza, mientras el tiempo pasa. Desandáis camino en dirección al punto donde os encontrásteis con Nicolo la última vez y tenéis suerte de nuevo, aunque esta vez se encuentra solo.

-Buenass nochess. Ya noss hemoss enterado de la acussación de assesinato que pessa sobre vossotross. Ess ridículo y hace que cada vez queramoss menoss tratar con essass gentess que creen ssaberlo todo.

Tampoco yo disfruto tratando con ellos querido Nicolo pero, desafortunadamente, sus actos me afectan directamente como ya sabes.

Nos han dicho que los hermanos de Khadijah están investigando a alguien que trata de influir en las negociaciones desde las sombras. ¿Crees que podrías ayudarnos a dar con ellos?