Partida Rol por web

-Oh... Pues sí, claro. Me alegra que quieran verlos, sin problema.- Y así me acerqué a mis hermanas, con el sonido suave de unas campanas acompañando mi movimiento de arriba hacia abajo mientras flotaba hacia su dirección, algo que tal vez podrían interpretar como "alegría", tomando la otra mano de Akania. -Pero no esperen ver nada impresionante... Tienen todo lo que necesitan en ese pequeño Oasis, así que no han avanzado mucho... Tal vez y hayan aprendido por su cuenta a tocar algún instrumento improvisado, jejejeje.- Con mi risa nuevamente sonaron el suave sonido de unas campanas, las que luego dejaron de sonar en un suave eco mientras dejaba de reír.

En la Niebla queda la esencia de Hekima y Khan puede observar curioso como una copia de sí misma se desvanece al abandonar el mar con Akania y Na boruck. 

Miro a Hekima con curiosidad cuando todos se van. Que otros visiten mi territorio no es algo que me atraiga demasiado, por lo menos por ahora, es demasiado pronto, primero he de asentar mis propias

Ese es un buen truco. Digo con una sonrisa ante su desdoblamiento. Creo que yo por mi parte volveré a mi propio territorio, queda demasiado por hacer.

Así, por primera vez, lo impensable ocurrió. Hekima se encontró sola en el mar de Niebla. Por una vez era fácil diferenciarse a sí misma de lo demás, no había más mentes o voluntades, que a su forma, tenían tanto poder como ella. Sin sus presencias, el Mar de Niebla era sólo una extensión de la totalidad de su consciencia. 

En esa línea de pensamiento, alcanzando un estado de paz casi absoluto, si no fuera por los otros dos fragmentos de mente distribuidos por el cosmos. En medio de la nada, podía percibir que algo más existía allí. Observando, en silencio, entre las sombras de los recuerdos de dioses muertos. 

Siento como algo dentro del Mar de Niebla tira de mi con su mera existencia. Algo que no conozco, algo grande, importante. Toda mi mente se centra en esa sensación, casi un sentimiento, la sapiencia de que algo más grande incluso que los propios dioses podría existir en este sitio. Miro hacia el infinito mar y empiezo a andar a través de él, usando todos mis sentidos para localizar si hay algo más en este sitio. Así como voy andando, los avatares de mi consciencia llegan flotando hacia mi cuerpo, integrándose de nuevo dentro de mi. Hay mucho que conocer fuera... pero aquí dentro hay algo, y debo encontrarlo. Saber todo lo que me estoy perdiendo, Terra Incógnita, Bosque Florido y el resto del mundo, hace que algo dentro de mi se tense, apareciendo exteriormente en forma de mechón rojizo en mi pelo, pero sigo concentrada en mi tarea.

Diferencias cuatro presencias. Tienen el poder de crear y moldear el mundo, tal y como lo hacéis vosotros, pero la magnitud de su poder, la capacidad de su voluntad es una mera fracción de la vuestra. Limitados y rígidos a medio camino entre la existencia y la etereidad.

Sin tener mayores pistas, la diosa debía elegir si continuar o atender a su raza. 

La figura era a ratos femenina y otras masculina, su idea de su propia imagen fluía entre una y otra. Era la idea del mismo agua, dotada de consciencia. 

Al notar tu mente envolviéndola, percibiste su saludo.

- Nueva diosa, saludos.- dirigió su atención hacia ti.-¿En que puedo ayudarte? Si tienes preguntas para mí hare lo posible por responderte. Mi creador me entregó este recuerdo para dárselo a la nueva generación que le sucediera. Así que, te hago entrega de él. 

Arao, dice una voz en mi mente, mostrando la presencia de... de alguien, o algo. Un ser antiguo, lleno de poder. La emoción me embarga, iluminando mi pelo en tonos amarillos.

- Que... ¿qué eres? Oh, gran ser, gracias por enseñarme tanto... Tengo tanto que quiero aprender... Primero de todo, ¿para que sirve la Virtud? ¿Hasta donde puede llegar su poder?

- Diosa Hekima. Soy un espíritu, a medio camino entre un dios y una creación mortal. Una creación que la Niebla no puede realizar, pero la Virtud sí. Así puedo manejar la Niebla en una serie de aspectos limitados, un poder mayor del que un mortal puede manejar. Como por ejemplo, mantener hidratados a vuestras criaturas, hasta que creéis agua u otra fuente de líquido apta para los mortales.

Meditó, buscando las palabras.

- Tal vez esa sea el tema más complejo por el que podía preguntar, diosa. Al fin y al cabo es algo que sólo experimento Jun, El que bailaba bajo la Luna.- Comentó meditabunda.- Mi entendimiento, surgido de mi propia existencia y las declaraciones de mi dios creador, sugiere que el uso de la Niebla, aunque pluripotente, tiene unas normas a las que se ciñe. Además, las creaciones surgidas de la Virtud, hemos sobrevivido frente a los apocalipsis que han supuesto el fin de las generaciones de dioses anteriores.  No existen tantas creaciones hechas con Virtud, como para conocer sus límites. Hasta donde sé, sólo con el amor de una mortal, surgimos mis 3 hermanos y yo. A lo largo de mi existencia, no he visto a ningún otro dios conseguir ni siquiera una dosis de tan preciada energía. 

Dos de los dioses, que Hekima conocía aparecieron en el mar de Niebla. Con su presencia, las otras que ella había percibido estando sola se desvanecían, ocultas ante la fuerza de la identidad y la voluntad de sus dioses hermanos. 

- Mond, Na'Boruk, me alegro de veros! Na, siento haberme ido tan rápido el otro día, un conocimiento superior me llamaba. ¿Vamos a ver vuestros mundos?

Desde la niebla se puede ver como aparece primero la máscara, girando y girando, y una vez me acerco pueden ver como mi cuerpo se va contorsionando en ángulos difíciles antes de volver a su estado normal, estando así flotando de pie.

-Oh Hekima, me preocupaste, jeje. Y hola a ti también Mond. Por cierto Hekima, ¿Sabes donde está Akania? Todo se descontroló con los Auruck, vino hasta aquí al parecer pero no la encuentro.

Akania accede al mar de Niebla, sin embargo parece tener fuerzas renovadas

Cuando veo aparecer a la diosa me acuerdo de lo visto en sus tierras

- Akania! ¿Que pasó con tu gente? Tuve que irme, pero vi que estaban perdiendo el control.

Akania transmitía un aura cargada con un poco de pena, en lugar de su energía alegre de siempre.

— Me temo que así es, pensé que con una petición razonable con todo y una explicación racional lograría que entendieran. Sin embargo, se organizaron en grupos para someterse entre sí, les di un regaño, un castigo y un tiempo fuera, espero que con eso recapaciten, pero me siento insegura al respecto.

Volteando hacia Hekima junto a un suspiro, su aura se calmó, dirigiéndose a su hermana respondió.

— Es verdad, muero de curiosidad de conocer a sus pueblos, no solo al de Na'boruk, sino que también al tuyo y al de Mond, ju jum.

Una mirada rápida al dios con orejas felinas interrumpió su por un breve instante sus palabras.

— Una visita corta podría ayudarme a olvidar mis pesares.

Tomando un momento para respirar y recargar fuerza, se acerca a Na'boruk y Hekima.

-Vaya, justo estaba hablando de ti Akania... Claro, ¿A donde quieren ir? ¿A ver a mis Rootlings, o a los seguidores de Akania?-

Nueva mente hay movimiento en la niebla de la cual se alcanzan a ver unas orejas de gato para dar paso a una cabellera blanca, Mond se acerca a la diosa de cabellos de colores - no te preocupes Hekima, ante de poder continuar el dios de la máscara se expresó su preocupación por algo que paso con los Auruck

Akania surge del mar de niebla, pero se puede sentir que está apesadumbrada, la diosa explica que la situación con su gente se salió de control, el dios de cabello blanco pensó veo que no soy el único con problemas, la pregunta que Na'boruk le hizo al la diosa de tez oscura y cabellos blancos saco de sus pensamientos al dios con cola de gato -También pueden ir a ver a mi gente, pero les advierto que son demasiado curiosos e inquietos

El último de los dioses llega al mar de niebla. Los otros cuatro aún debaten que hacer, sobre como organizar su ronda de visitas cuando la presencia del cazador se hace denotar entre los recuerdos de los viejos dioses. 

- Akania, uno de estos días puedes venir a ver mi pueblo. Mejoran a un ritmo lamentable, apenas adquieren conocimientos, pero bueno...

Mientras hablo, notáis que mi cuerpo se difumina y se extiende entre la Niebla, buscando en cada rincón de esta para encontrar los recuerdos que requiero.