Partida Rol por web

Mond observa a sus hermanos esperando que tomen una decisión, mientras lo hace toma un momento para dejar que la niebla entre en su cuerpo recargando su poder.

— Bienvenido Khan, ¿como te fue esta vez con tu gente?

La diosa, lo pensó durante un momento, luego habló.

— Creo que me apetece ir primero a conocer al pueblo de Hekima, ¿qué dicen ustedes hermanos? ¿desean que vayamos con Hekima?, o ¿prefieren ir a otro lado antes?

En ese momento algo llamo su atención, fue el saludo de Mond a Khan.

— Oh, Khan, bienvenido, es un gusto verte.

Luego de saludar, los ojos, normalmente no distinguibles de la diosa, emanan un brillo intenso, concentrándose en su pueblo, convierte su mandato en una ley divina.

Con la llegada de Khan, la cual me doy cuenta gracias a Mond, volteo verlo. -¡Khan! Es un gusto verte, de hecho es un gusto que estemos aquí unidos de nuevo.- Entonces volteo a Akania para responderle. -Yo no tengo tampoco problema con que vayamos hasta el pueblo de Hekima, me parece bien... Aunque Hekima, te recuerdo que me tratarías de ayudar a enseñarme a hacer plantas... O al menos ver si acaso eso es posible de alguna forma.- Dije hablándole hacia el lugar donde la Diosa se desapareció en la niebla.

Sonrio a Hekima ante su comentario.

Creo que como todos, son realmente lamentables. Se resisten a las enseñanzas y aunque avanzan son exasperantes.  Yo por ahora me quedaré un tiempo en la niebla buscando conocimiento mientras ellos tratan de asimilar el que ya les otorgue. Sentencio.

Mientras conversáis y las voluntades de algunos dioses asimilan Niebla para sí, Hekima y Khan se dispersan sondeando las profundidades de los recuerdos del mar de las nieblas, sintiéndose, cada uno de ellos, fuertemente atraídos por algunas piezas de memoria en particular. 

-Jum... Ojalá pronto puedas salir de ese problema, pero si quieres algo de ayuda podría brindártela.- Dije con calma mientras observaba como Khan se iba en su búsqueda, para luego voltear a ver a mis hermanos que estaban presentes allí. -¿Entonces iremos a que Akania?- Pregunté con curiosidad. -Pero antes de marcharnos tengo que hacer algo-

Nuevamente me concentré, visualizando la zona de El Árbol Eterno, la tierra cubierta con suave hierba, con mis hijos correteando por todos lados hasta que entonces tuve una idea. Visualicé como despacio de la misma tierra comenzaban a salir  despacio varias rocas, de diferentes tamaños, unas grandes y pequeñas desperdigadas por allí, y luego había piedras más pequeñas, que en lugar de estar enterrados en la tierra estas estaban sueltas como para recogerlas del suelo, también variando de tamaño, desde tan pequeñas para cubrirla por completo con la mano hasta rocas un poco más grandes que la misma, y claro, todas esas rocas tenían cierto material especial: Sílex. El preciado Sílex que les permitiría avanzar, y con suerte hacer más cosas.

Akania vio a Khan, sumergirse en la niebla seguido por Mond, como ella misma había hecho ya algunas veces, sabía que estaban buscando una de esas memorias escurridizas que son muy traviesas, dirigiéndose a Khan y a Hekima.

— Parece que todos son unos pequeños cabezas huecas, ju ju jum, quizá por eso no entendieron lo que significa ser solidarios entre la misma raza con mi bello discurso.

Asintiendo a Na'boruk la diosa continua.

— Bien entonces si todos estamos de acuerdo, vayamos a conocer la tierra de Hekima.

Luego al ver que su hermano trabajaba en su gente, ella decide emularlo, concentrándose en su territorio, pensando en su altar, dirigió sus poderes para intentar terminar lo que faltaba; en los detalles de su estatua de metales coloridos, azules, blancos, amarillos, grises y negros; en la mesa de sacrificio y añadir un adorno en forma de luna sobre la estatua.

Pensaba seguir trabajando después en aquella estatua, darle características mágicas, pero por ahora solo quería terminar el altar de sacrificios. Acercándose a su hermana Hekima, hablando con calma, extiende su mano.

— Entonces ¿nos vamos?

Tranquilo, por ahora la sociedad avanza. No creo que esten preparados para recibir a extraños pero pronto podremos intercambiar visitas si quieres. Contesto a Na'boruk A mi me parecio algo parecido, no entendieron la motivación detras de mis palabras. Digo asintiendo a Akania.

Aun me quedaba mucho por investigar en la niebla asi que sigo buscando conocimiento que pueda aplicar en mi siguiente visita a mi territorio.

La decisión de Akania sonó muy interesante por lo que el de cabellos blancos dijo -Yo también tengo curiosidad por ver como es la gente de Hekima, el dios de orejas de gato piensa que talvez pueda aprender algo al ver el como interactúa la diosa de cabellos de colores con su pueblo, eso le ayudaría para ya no tener tantos dolores de cabeza, las palabras de Khan le dan a entender a Mond que varios de sus hermanos al igual que el han tenido problemas con sus gentes, lo que de cierto modo lo hace sentir un poco mejor

Aún sin salir de ese transe en el que estaba, en esa pose estática sin mover ni un solo músculo ven como empiezo a desplazarme despacio hacia atrás, separándome un poco del grupo mientras que las nieblas detrás de mi empiezan a flotar y transformarse, dirigiéndose a mi dirección, entrando justo detrás de mi máscara y cubriendo toda mi figura, mientras todos pueden ver como solo queda flotando la máscara.

- Na'Boruk, me encantaría enseñarte mi gente, pero en este momento da auténtica vergüenza enseñarlos... si quieres podemos ir a tu tierra y mostrarte como hacer plantas. ¿Querrías enseñarle música a mi gente?

Mientras hablo, de nuevo una parte de mi ser se escapa para buscar entre la niebla.

Khan encuentra un recuerdo, que responde a sus dudas en la medida de lo posible. Mientras que Hekima abre su mente a lso conocimientos que puedan vertirse desde la niebla hacia ella. 

Entre tanto los demás dioses disfrutan de dejarse mecer por las corrientes de las Nieblas. 

Algo en ese momento llamó la atención de Akania, pero en ese momento lo que necesitaba era más niebla.

— Creo que la mayoría estamos más interesados en ver primero a tu gente que a otros, pero bueno, mientras se deciden a donde ir ahora, me relajaré entre la niebla, me hace falta cargar un poco de energía.

La diosa se desvaneció entre la niebla fundiéndose en ella, como cuando se unió para buscar aquel recuerdo, pero esta vez con la intención de absorber poder para almacenar poder dentro de ella.

— Ju ju ju jum.

Aunque no había encontrado exactamente lo que buscaba mis búsquedas tampoco habían sido infructuosas y tenía más o menos en mente los siguientes pasos a seguir..

Si me disculpáis he de volver con mi gente ya que no me fio demasiado de dejarlos sin supervisión demasiado tiempo. Digo a modo de despedida.

La ausencia de Khan es tan sutil como sus llegadas. La sombra del depredador desaparece y el Mar parece algo más brillante. 

Ladeé un poco la cabeza junto al sonido de campanillas por el comentario de Hekima, pero luego de un rato asentí, con ese mismo sonido alegre de campanillas. -Pues sí, claro, en ese caso vayamos hasta mi pueblo, y también me encantaría enseñarle música a tus seguidores Hekima. Pero, les tengo que pedir una condición, y es que quisiera que no se presentaran de forma física. Siento que estoy perdiendo un poco el control con mis Rootlings, y lo mejor sería si primero trato de solucionar eso y en su próxima visita puedan verlos de verdad, ¿Están de acuerdo?-

Pregunté curioso, y de verdad, entendí en ese preciso instante las palabras que Khan dijo antes de retirarse: Pasé mucho tiempo dentro de la Niebla y en el territorio de Akania, y lo mejor sería volver y evitar que mis pequeños se descontrolen.

- ¿Cómo nos presentamos entonces, Na'Boruk? Todas mis formas son físicas, sean o no mayor o menor parte de mi. Si no te sientes cómodo yendo a tus tierras podemos ir a las mías. Algo de estímulo podría ser positivo para los kujua. Akania, tú también puedes venir si quieres, creo que tu influencia podría aportarles algo a mi pueblo, y al fin y al cabo, yo conocí al tuyo.

Mientras hablo con vosotros, todavía sois capaces de sentir como una parte de mi ser investiga entre la niebla, buscando recuerdos de otro tiempo, recuerdos de seres más sabios que nosotros.

La voz de Akania se manifiesta entre la niebla, empezando con una ligera risa.

— Ju ju jum ¿Hacernos invisibles?, nunca lo había pensado, pero suena interesante, ju jum, creo que puedo lograrlo, de hecho sería interesante visitar a mis pequeños sin que me vean, ju ju jum.

La diosa de rostro oscuro se materializa junto a su hermana Hekima.

— Pero debemos tomar una decisión, creo que hay tiempo suficiente para dar una visita rápida a ambos territorios, pero solo si nos vamos de una vez, ju ju jum, por mi parte creo que mis pequeños pueden estar un poco sin mi presencia, les servirá para pensar un poco.

- Na'Boruk, es tu decisión - Algo similar a la vergüenza asoma en mis rasgos - Creo... creo que los kujua estarán bien sin mi durante un tiempo...

Tras terminar, canalizo mi poder desde la niebla hacia Terra Incógnita, tratando de materializar todo lo que todavía no había creado.

-Pues, ya les dije, esa es mi condición... Pero si de verdad se te hace imposible el permanecer o siquiera hacerte invisible, pues supongo que los demás podrían materializarse con normalidad.-