Partida Rol por web

Mond estuvo escuchando con atención a lo que decían los demás, y aunque a él le hubiera gustado más conocer el territorio de la diosa de cabellos de colores, conocer otros lugares también era interesante, entonces volteó a ver a Na'boruk y dijo.

— Si tú prefieres que vaya en forma intangible por mí no hay problema, claro si es que me incluyes en tu invitación.

Después de eso quedo en espera de la respuesta de su hermano, con la ilusión de que sea afirmativa.

Siento algo de nervios, pero luego de un rato finalmente respondo. -¿Saben? Me voy ya. Tengo que ver a mis hijos, ya ha pasado muchísimo tiempo. Si quieren venir, ya saben la condición.- Extendí mi pierna derecha hacia el frente, y desde la punta de mi zapato mientras empezaba a flotar hacia atrás sin darles la espalda se podía ver un fino y brillante hilo de plata que se formaba y serpenteaba ligeramente por la niebla. -Si quieren venir, ya saben la condición. Asegúrense de que cuando vayan todos se sujeten entre sí y solo uno sujete con una de sus manos este hilo de plata, los llevará hasta mis dominios pero es de un solo uso, adiós.-

Y así sin decir más me di la vuelta y empecé a perderme en la niebla, dejando ese hilo de plata que salía desde la punta de mis zapatos, dejándola como una vía hacia mis dominios que era a donde me dirigía.

 — Ok, por mí esta bien, — dijo Akania mientras se acercaba al hilo plateado el cual procedió a tomar para luego extender su mano hacía Mond, — ¿listos?, ju jum.

Las palabras del dios de la máscara le dieron a entender al de cabellos blancos que era bienvenido para conocer el territorio de su hermano, cuando Akania estando lista para partir extendió su mano hacia el dios de orejas de gato, Mond la tomo con firmeza y con una sonrisa en su rostro dijo - estoy listo para conocer a la gente de Na'boruk

Una vez más Hekima estaba sola en el mar de Niebla, en su basta extensión podía sentir las cuatro presencias que allí habitaban. Arao y los demás esperaban en el basto mar, que sin la presencia de sus hermanos, la diosa de la sabiduría podía notar que cada vez era más pequeño.

Siento como mi consciencia se expande ante la ausencia del resto de Dioses, y vuelvo a sentir la presencia de Arao, la entidad que ya encontré tiempo atrás, pero también de otros seres, igual de poderosos que ella. Múltiples réplicas de mi ser aparecen en el Mar de Niebla, buscando respuestas dentro de la niebla, hurgando cada rincón de este mundo. Cada una de ellas tiene el pelo de colores distintos, cada una reflejo de una de las emociones que siento en este momento. Miedo a no encontrar nada esta vez, ansiedad, la ilusión de un nuevo conocimiento, nervios por abandonar a los kujua, la alegría inmensa de la aventura de descubrir algo... todas esas emociones, y muchas otras, apareciendo una a una en cada uno de sus avatares.

Las entidades no se escondían. Estaban allí para ser consultadas por los dioses. Así que no tardó en localizar la presencia de Arao y otro de los espíritus que emitían la misma energía que ella.

En este caso era rígido y estable, completamente opuesto a la naturaleza de la propia Niebla.

- Saludos, diosa. Mi nombre es Gorgun. Soy un espíritu creado por Jun, el que baila bajo la Luna. Aunque el ha dejado de existir, nosotros prevalecemos y somos guardianes de su sabiduría y estos recuerdos de los que debemos hacer entrega a cada generación de dioses. 

- ¿Cada generación de Dioses? ¿Que ha ocurrido con el resto? ¿Hubo otros antes de nosotros? Oh, Gorgun, respóndeme, por favor. ¿Moriremos el día que se acabe la niebla? Si es así... ¿cuánto tiempo tenemos?

- No se decirle, cada vez que llega el apocalipsis todo vuelve a empezar. Pero claro que han ocurrido otras generaciones de dioses ¿Cómo si no iba a existir un mar de recuerdos si nadie los ha pensado antes?. -Preguntó sorprendido de que no hubiera llegado sola a esa conclusión.-Mis recuerdos, así como los de mis hermanos se limitan a la vida en la que estamos, así como la de aquella en la que fuimos creados. Siendo el más estático de nosotros, se que hay algo, una fuerza, que me impide conocer la causa por la que la generación de mi padre dejó de existir. Pero puedo asegurarle que los dioses no mueren cuando se agote la Niebla, aunque su poder, se ve muy limitado.- Meditó un instante, buscando las palabras. Sonaban con dureza, cada sílaba pronunciada con una dicción precisa.- La generación de mi padre se vio obligada a materializarse y adquirir cuerpo carnal como había hecho Ad´hasuri, la diosa Hechicera. Sin poder acceder a hacer milagros cuando quisieran, tuvieron que confiar en las razas de mortales. Tal vez el fuego o el viento lo sepan, pero con sus naturalezas volátiles dudo que pueda sacarles información útil a parte del recuerdo que Jun les pueda haber dejado.

- ¿Cómo sabremos cuando se va a agotar la Niebla? No estoy lista para abandonar este poder... - Un pensamiento me estremece, subiendo por mi espalda directo a mi nuca - Es... ¿es posible crear más niebla? Por ejemplo... destruyendo a un Dios, o haciéndole caer en el olvido de modo que su poder vuelva al Mar... ¿puede ocurrir?

- Los creyentes generan niebla con su devoción. Puedo sentir a Arao, así que ya sabes como lo hacen.- Podía notar como el espíritu de la tierra dudaba de la capacidad de aprendizaje de Hekima.- Sois vosotros los que decidís acapararla y usarla para perfeccionaros. Las única señal que puede existir se dará cuando terrenos comiencen a unirse, sin suficiente poder por parte de la Niebla para mantener las islas de realidad separadas. Aunque para ser sinceros, no creo que generen tanta como podéis gastar.

La diosa notó el desagrado del Gorgun, pero estaba obligado a contestar por las ordenes de su creador.

- Matar a otro dios sólo libera la energía que haya almacenado. El resto está en las cosas que habéis creado. Podéis destruirlas con Oscuridad. No pareces precisamente una diosa de la guerra, ten cuidado con las ideas que se te ocurren, tal vez te encuentres mordiendo más de lo que puedes masticar. 

La presencia de Mond surge en la Niebla, y con ella, todo lo demás se apaga.

- Eh... espera... Oh, Mond. Me... me alegro de verte. ¿Qué tal ha ido todo en tus tierras?

Al surgir de la niebla el dios de orejas de gato, alcanzo a escuchar la voz de Hekima, al parecer su llegada había interrumpido algo importante, por lo que Mond un poco apenado le dice a su hermana -espero no haber arruinado algo importante con mi llegada, fuimos a ver a la gente de Na´boruk fue lindo ver como interactúan, iré a buscar un poco de conocimiento antes de ir a visitar a mi gente

La mente de Mond se expande, y Hekima puede notar que busca un conocimiento que ella ya tiene. No es algo que esté muy escondido. No tardaría en encontrarlo.

- Oh, Mond, ¿quieres descubrir como hacer plantas? Podemos compartir información si así lo quieres. ¿Qué recuerdos de antiguas criaturas has rescatado tú? - Mi pelo se ilumina con la ilusión de compartir conocimientos con un semejante, conocimiento del mundo que nos rodea, de como ser parte de él... no hay nada superior - Si quieres yo te lo puedo contar, si tú me cuentas lo que sepas a cambio...

Al parecer Hekima no estaba enfadada por haberla interrumpido, respondiendo a las preguntas de su hermana el dios de cabellos blanco dijo -sí, creo que ayudaría a mis pequeños, luego la diosa de cabellos de colores sugirió compartir conocimiento, el dios pensó la idea suena tentadora, y eso sería muy bueno para su gente, -yo recupere el conocimiento de crear mamíferos pequeños, luego el dios de orejas de gato noto como el cabello de Hekima brillaba, con una sonrisa en su rostro Mond dijo -me parece buena idea, pero tendría que ser por otro conocimiento mientras sus orejas blancas se movían para prestar toda su atención a la diosa

Si todavía no lo tiene, comparto con Mond el conocimiento de crear plantas. 

La mente de Hekima se expande una vez más, buscando recuerdos que le ayuden a educar a sus gentes, e intercambia conocimientos con Mond.

El dios zorro recupera una pequeña parte de su energía cuando recibe la que sus creyentes depositan en él.

Akania se hace presente