Partida Rol por web

Cada vez la luz se va haciendo más grande al acercarte, hasta comprobar que era lo que parecía ser una salida a una especie de claro verde y luminoso. Cuando miras al cielo de ese claro, es de día, pero si miras hacia arriba, aún en el pasillo, el cielo sigue estando negro, sin una sola estrella. Al observar más el claro, ves que hay una mesa negra en medio, rebosante de comida. Tu tripa comienza a resonar ¿Cuánto tiempo hará que no comes? Vuelves a echar un vistazo al claro y ves que, al parecer, no hay nadie allí. 

Delante tuyo, en el claro, más allá de la mesa, ves dos pasillos al parecer iguales a los que estás tu. 

De golpe y porrazo ves a un niño de unos 14 años corriendo hacia la mesa y tirando un pastel al suelo, a la vez que sale corriendo unos metros de allí, cubriéndose la cabeza con las manos, aún dentro del claro. Entonces, vuelve a acercarse a la mesa y comienza a comer muy rápidamente, metiéndose cosas en los bolsillos también. 

Entonces, el muchacho comienza a andar, al parecer buscaba algo, y se pierde de tu vista. Solo sabes que no había salido del claro y escuchabas sus pasos cerca de ti, hasta que al parecer se para y escuchas cómo se abre algo. 

La comida no explota, parece comida normal. De hecho, el olor de la comida es muy tentador. En medio de la mesa hay frutas cortadas; Manzanas, peras, plátanos, naranjas... También hay cerezas y fresas.

Al lado izquiero hay pasteles de todo tipo; De calabaza, de chocolate, de manzana, de zanahoria, de coco, hasta de carne.  También hay galletas, bizcochos y zumos de toda clase. 

Al lado derecho hay pollo, redondo de ternera, costillas de cerdo, ensalada, rollitos de primavera, todo tipo de marisco, arroz con diferentes salsas para sazonar, como curry, nata, tomate... 

Había casi de todo lo que te podías imaginar. 

Por mucho que le dieras vueltas a la cabeza, solo logras recordar que eres mago y que solías utilizar un hechizo que hacía que el pasillo se iluminara. Pero, desgraciadamente, no recuerdas el nombre del hechizo ni cómo se hace. La respiración parece estar cada vez más cerca de ti pero el muro sigue estando intacto. 

-Bien!

Alegre al ver que nada sucede comienzo a fijarme en toda esa comida. Mi estomago me decía que comiera lo que pudiese pero... ¿Cuánto tiempo iba a estar aquí?

Cogí una manzana y le dí un bocado sosteniéndole en mi boca mientras metía toda la fruta que podía en mis bolsillos. No quería perder tiempo y este sitio parecía muy vistoso como para entretenerme. Seguí comiendo dejando apartado lo que me guardé en los bolsillos y comencé a pensar en todo lo que estaba pasando.
Si había tanto alimento aquí... Tal vez esto que tenía ante mi era la unica comida de todo el laberinto, y que los demás estuvieran hambrientos sin duda jugaría en mi favor. No recordaba nada sobre quien era antes aparte de mi nombre, pero si para salir de aquí debía acabar con otras personas que querían acabar conmigo, no dudaría en hacer todo lo que estuviera en mi mano para lograrlo.

Asi que habiendo acabado mi segunda pieza de fruta me puse a buscar por ese claro algún lugar donde esconder el máximo de comida posible. Tener el control de esto no sólo me serviría para tener a rivales hambrientos, si no también poder conseguir aliados que no me traicionarían a cambio de darles de comer.

"De acuerdo... soy mago, estoy atrapado en un laberinto con otras personas que deberán matarme... Solo recuerdo que usaba un hechizo de iluminación pero no recuerdo como se hacia... Detrás mio hay un muro que esconde algo que parece amenazador y delante mío hay una luz que no puede ser natural. Quizás es otro mago que puede usar el hechizo que he olvidado. Seria peligroso ir allí sin poder defenderme"

Miro a mi alrededor.

Antes de que te diera tiempo a decidirte a entrar, ves a un niño de unos 14 años corriendo hacia la mesa y tirando un pastel al suelo, a la vez que sale corriendo unos metros de allí, cubriéndose la cabeza con las manos, aún dentro del claro. Entonces, vuelve a acercarse a la mesa y comienza a comer muy rápidamente, metiéndose cosas en los bolsillos también. 

Ves que en el suelo, hecho de piedra, hay algunas que sobresalen y son fáciles de coger. Cuando tocas una de ellas, grande, del tamaño de un tocho, notas como esta fría, como la noche. 

El niño de golpe y porrazo, se pone en búsqueda de algo por el claro, hasta que, finalmente, se para en lo que parecía una trampilla, en el suelo, al lado de la puerta gigante de madera. 

Encuentras una trampilla en el suelo, al lado de la puerta enorme de madera. Cuando la abres ves que en el interior hay mochilas, justamente 10 mochilas y unas cuantas armas; 2 arcos, 4 espadas, 3 cuchillos y un bate. 

Intento coger una piedra un poco mas grande del tamaño de mi puño.

Mi intención es ir hacia la luz lentamente manteniendo contacto con el hombro en la pared de la derecha y ocultando mi mano derecha detrás mio agarrando el pedrusco. Con la izquierda sostengo la varita apuntando hacia delante a la altura de mi pecho para intentar intimidar a posibles atacantes.

Me quedo mirando con la boca abierta mi descubrimiento. No puede ser que acabe de tener tanta suerte. Cojo las 10 mochilas vacías y me dirijo a la mesa llena de comida y poco a poco las comienzo a llenar. Cada vez que llevo una la llevo hacia la trampilla y la guardo ahí, así hasta llenar 9 de ellas, una me la quedo yo metiendo lo que tenía en los bolsillos y uno de los cuchillos. También cojo uno de los arcos y me lo cuelgo y guardo un cuchillo en el bolsillo, después cojo una de las espadas y me la coloco horizontalmente entre la mochila y mi espalda, dejándola apoyada y segura de que no se caiga. Finalmente agarro el bate y vuelvo a cerrar la trampilla.

Parecía que tenía un buen escondite, pero debía esconderlo, si venía alguien tenía que intentar conseguir que se viera lo menos posible, así que me dedico a intentar encontrar ramas, palos, hojas y hierbas que disimulen la trampilla lo mejor que pueda.
 

Veo a ese niño y rápidamente decido cojer lo que quedaba en la mesa fijandome muy rápidamente si algo no provenía de algún animal y decido cojer lo que no eran animales. Cuendo veo que tengo un poco más de espácio pienso: ¿Que carajo?, cojo esto también que no quiero que este niño se lleve nada más. Se supone que es mi enemigo.

Veo que ese niño ha encontrado una especie de tampilla al lado de la enorme puerta de madera. Quiero ir a investigar pero ese niño me podría fastidiar los planes, no me gusta estar ahí y menos aún con alguien que no conozco. 

Al final decido ir a ver si puedo abrir la puerta, así que voy dándome prisas para que a ese niño no le dé el tiempo suficiente a acercarse demasiado a mí. 

Lentamente vas avanzando por el pasillo, pero no hay ninguna salida a los lados. La luz de delante se va haciendo más y más grande en cuanto te vas acercando hasta que ves que es una salida a lo que parece ser un claro. Miras hacia arriba y ves que el cielo sigue negro, sin ninguna estrella. Sin embargo, en el cielo de aquel claro era de día y hacía buen día. Desde tu pasillo ves que en medio del claro hay una gran mesa rebosante de comida apetecible, tan apetecible que el olor llega a tu olfato. Desde donde estás, no puedes ver de qué comida se trata. Tras la mesa ves una puerta gigante de madera y al lado de la puerta, a la derecha, un pasillo igual que en el que te encontrabas en estos instantes. 

De golpe y porrazo, ves como un niño de unos 14 años va corriendo hacia la mesa y tira algo parecido a un pastel al suelo, a la vez que sale corriendo de nuevo con las manos en la cabeza y se aleja unos metros de la mesa. Luego, se vuelve a acercar y comienza a comer muy rápidamente y poniéndose cosas en los bolsillos. Después, parece que se cansa y comienza a buscar algo por el claro. Finalmente, se para en seco al lado de la puerta gigante y ves como abre lo que parece ser, una trampilla. 

Repentinamente ves  como alguien sale corriendo de cerca tuyo ¿Quizás un pasillo que está unos cuantos metros alejados del tuyo? Y también comienza a coger comida apresuradamente, luego va corriendo a la puerta enorme de madera e intenta empujarla, sin éxito. Era una chica de cabello morado. 

Escuchas un golpe seco que provenía de la puerta enorme de madera, entonces cuando miras hacia ella, ves a una muchacha de pelo morado que al parecer intentaba abrirla. 

Me quedo mirando con la boca abierta mi descubrimiento. No puede ser que acabe de tener tanta suerte. Cuando voy a coger una de las mochilas para mirar lo que hay dentro escucho la puerta de madera. Sin mirar nada más saco rápidamente una espada y me colo entre la trampilla y la chica que parece intentar abrirla apuntándola hacia ella:

-¡Quieta ahí! ¡No te muevas! ¿Quien eres y con qué intención vienes eh?

Viendo que varias personas han ido a coger comida, decido dirigirme a la mesa. Me guardo la varita en el bolsillo, me meto algo de comida en boca y recojo comida guardándola en los bolsillos posibles donde no esta la varita . Con la mano derecha sigo sosteniendo la piedra. Mientras, miro a mi alrededor e intento localizar la trampilla con la vista

Ninguno se han dado cuenta de tu presencia, pero ambos siguen en el mismo sitio: El niño en la trampilla y la niña de pelo morado al lado, en la puerta de madera. El chico se esconde, usando la puerta de la trampilla como protección entre la muchacha y él y seguidamente escuchas como le dice: 

- ¡Quieta ahí! ¡No te muevas! ¿Quien eres y con qué intención vienes eh?

Ves también que saca una espada de aquella trampilla y le apunta con ella, detrás de la puerta de la trampilla.