Partida Rol por web

El auto se aparca al frente, Joseph piensa y sospecha que quizás no dejará de usarse. Se baja lentamente y abre la puerta para que Lauren Rienne y su invitado se bajen lentamente. Ambos recuerdan que Danton está en el baúl pero tendrán que decidir que hacer con ello. En ese momento Joseph se acerca a la Ventrue y algo recatado dice con voz seria.

-Ha llegado un paquete urgente para usted- dice mientras por un momento ella y Jones entran a la casa para revisar la correspondencia inusual. El aroma familiar de su refugio es tranquilizador, como si fuese el último bastión de calma que permaneciera indemne ante la oleada de tensión que se extiende por las calles de la ciudad y la inherente preocupación a que el tiempo se les agota, minuto a minuto.

Es un sobre grande, abultado por algo que contiene, tiene la dirección y el nombre de Lauren Rienne en él, aunque el nombre del remitente es una serie de garabatos que se dificultan para la lectura, una caligrafía horrible hecha a propósito quizás. Una estampilla y un paquete descuidado.

Apenas ella toma el paquete entre sus manos, el teléfono emite un sonido ronco, una llamada entra y Joseph se excusa, dejando en la sala de estar a Bernard Jones y a la anfitriona. Un nuevo interrogante más, y aún no deciden que hacer con William Danton.

Rienne, con el paquete aún en las manos, pasa a su estudio y le dice a Bernard que se acomode, luego se sienta ella en otro sillón y abre el paquete cuidadosamente:

- Deberiamos llevar a mi sótano para visitantes hostiles a Danton, así se pensará dos veces lo que ha hecho, y por otro lado se mostrará más receptivo a hablar... - Luego abrió el paquete y antes de ver que tenía dijo.- Con suerte esto nos dará alguna pista de lo que está pasando.

 Bernard se sienta, y cruza las piernas, pasando la mano por los pantalones para evitar un par de arrugas de éstos.

- Bien, me alegro de que tengas algo como un sótano para hostiles. Si, habrá que llevarlo y alimentarlo, a ver si despierta y nos dice todo lo que sepa. - Al verla abrir el sobre, sólo lo mira atentamente. - Tal vez con ésto, y con lo que espero que me comente, ahora que en su casa se sentirá más a gusto. - dice simplemente. 

No parece que vaya a mover un dedo por ayudarlo con Danton. Al fin y al cabo es su casa, y tiene sirvientes. 

Dentro del paquete saca una pieza rectangular irregular, de color negro. Al observarla cuidadosamente, logran ver ambos que se trata de una videocinta, cuya etiqueta ha sido removida con rapidez y algo de brusquedad, dejando apenas un pegote blanco. Asímismo, los dos pequeños ventanales estaban agrietados y la cinta magnética se encuentra desparramada y rasgada, completamente arruinada.

Además de esto y de pedazos de plástico que responden al maltrato al que seguramente fue sometida la videocinta, no hay nada más dentro de aquel sobre, ni una nota, ni algo que llamase la atención.

Mientras los dos vástagos observan algo sorprendidos el contenido de tan inusual correspondencia, Joseph entra en la habitación con el teléfono inalámbrico.

-Es para usted señorita Lauren. Dice que de un amigo- anuncia en tono serio.

Lauren mira a Bernard:

- Quizás podamos arreglarla... El dinero hace milagros. - Mira a Joseph y toma el dinero.- Ocupate del "paquete" del maletero, llevalo a la habitación especial que tengo para estos casos... - Dijo mientras tomaba el teléfono entre sus manos.- ¿Diga? - Ciertamente, lo de la cinta era algo extraño, quizás no pudieran repararla... Pero si habia un experto en imagen y sonido en la ciudad que supiera, podría arreglarlo con el dinero suficiente. Además no entendia tampoco la llamada... Como no fuera L´Strange, no sabia quien podia ser.

-Lauren Rienne, habla un amigo...- es una voz que parece susurrante y ronca, cambiada con evidente propósito, completamente desconocida.

-... quiero ayudarle para que limpie su nombre. Debe ir a la bodega 13 de Pen Trucking & Warehouse Co, 2147 del South Columbus Boulevard. Encontrará ahí la evidencia que necesita...- y luego suena tono de marcado, la comunicación se ha cortado por completo.

Rienne miró a Bernard seria:

- Debemos ir a un lugar, el confidente dice que ahí está la prueba que necesitamos... Pero no me da buena espina. Comprende querido mio que ultimamente ando algo paranoica ya... Solo faltaba que tu tambien pensaras en matarme. - Dijo sin poder evitar una risa cansada.- Tengo pensado interrogar a ese cabrón borde y engreido antes de pasar a por las pruebas. - Dijo con evidente resentimiento ante Danton.

- Bien, por mi bajemos a donde Danton ya, después si vemos que vuelve a ser el de siempre, un capullo, pero sin atacarnos, podría sernos de ayuda si hay problemas con el confidente. - Bernard se levanta y se dirige a la puerta del estudio. - Usted primero - dice, pues necesita su guía para saber a dónde han llevado a Danton sus criados.

Joseph reaparece en la sala, adusto y servicial se dirige a Lauren pero con el tono indicado para que Bernard pueda escucharle aún. -Disculpe señorita Rienne, pero me temo que me es imposible sacar yo solo al hombre del baúl del auto. Necesitaré ayuda.- comenta con una mirada un poco insegura, como si toda la serie de eventos empezara a tornársele extraña. Y no era para menos.

En silencio, el hombre aguarda una respuesta de su patrona, pero esto implica que, invariablemente, Danton sigue encerrado. Y seguramente aquello no serían buenas noticias, dados los antecedentes que ambos conocen.

Lauren asiente:

- Si, nos encargaremos también Bernard y yo, ¿Verdad? - Dijo mirando al vástago con una sonrisa algo cansada.- Necesitamos darnos prisa, antes de que despierte y se lie aun más. Joseph, preparad las armas, no me fio de Danton y sus trucos de salón.

- Pensé que se habían ocupado ya de ello. - Bernard se pasa una mano por la cara, en un intento de parecer tranquilo - En fin, adelante. - Dice irritándose.

- No teemos tiempo que perder, y los humanos de Lauren no se han encargado siquiera de mover a Danton donde su ama les había dicho. Exasperante.

Lauren y su invitado se dirigen hacia la cochera, Joseph escolta a la ventrue, llegan allí, donde el coche está aparcado y de repente, en el silencio que se forma, unos golpes se escuchan desde el baúl.

-¡¡Eh, sacadme de aquí o lo vais a lamentar!!- la voz de Danton, a pesar de venir a través de la tapa de la cajuela es inconfundible, los golpes continúan seguidos, contra el metal, aunque seguro no tan fuertes como podrían serlo, según han visto en calidad de testigos los dos vástagos allí afuera. Joseph da un paso hacia atrás, seguramente sin querer enfrentarse a la nueva sorpresa que trajo Lauren en el auto.

La duda permanece, ahora que Danton se ha despertado, cuál es el curso de acción, ¿incluirlo, someterlo, amenazarlo? la desconfianza se apodera de la bestia con su fría tenaza, y el viento helado de la sana paranoia que todo condenado debería tener consigo toca a los vástagos, en medio de un misterio que a cada paso parece oscurecerse, lleno de tantos hechos y ramificaciones, la seguridad y la confianza se desvanece con la misma facilidad con que la no-vida de los cuatro (si contamos al desaparecido L'strangre) podría extinguirse ante la rígida autoridad del príncipe.

Lauren reunió todo su valor y auto control para no hacer arder el coche entero cuando escuchó la voz de Danton y los golpes:

- Dejaré salir a un vástago, no a una bestia... Si sales es para escucharnos y detener la conspiración. Si vuelves a intentar matarnos sin dejarnos explicarnos hago arder el puto coche contigo dentro. Estoy harta de que me manipulen, me metan en una conspiración, detengan a mi ghoul e intenten joderme através de él, tener que intentar convencer a todo el mundo de que no soy la mala del pastel y encima tú. Asi que responde, ¿Estás con nosotros o no? - "Malditos sean los conspiradores, que parezco una Toreador en lugar de una noble Ventrue" Pensaba para sí misma.

Bernard mira pensativo a Lauren mientras ésta habla.

- Es rara, yo además de respuestas, si hubieran intentado matarme querría venganza. 

Sonríe al ver la actitud del tal Joseph

- Si Danton vuelve a ponerse violento, no creo que dar un par de pasos hacia atras te salve. 

Fijándose de nuevo en el coche, da un paso adelante, y toma la palabra.

- Danton, todos estamos en el mismo saco. Tenemos poco tiempo para contentar al Principe. Desearía poder contar con tu ayuda, y ahora mismo esa ayuda significa respuestas. No violencia. Si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Prioridades Danton. La primera es sobrevivir. 

-Os he soportado lo suficiente cabrones, sacadme de aquí, os hacéis llamar elegantes y refinados, no juguéis con mi paciencia... no estoy dispuesto a toleraros si me vais a tratar como mierda- se oye desde el baúl claramente.

-Abrid, o yo mismo saldré de aquí y os meteré aquí para que aprendáis a tratar a vuestros invitados... - por el tono de su voz, parece obvio que está empezando a perder la paciencia lentamente, y los golpes vienen con más fuerza...

Lauren sonrió para si de modo oscuro:

- Si llamas tratar como mierda el tomar medidas de precaución contra alguien que ha intentado matarme... Curiosa concepción de los términos. Obviamente te sacaremos si no intentas matarnos querido. Tu ayuda nos viene bien para salvar el culo de los cinco... Por si te has olvidado. Empecemos de cero... - Dijo abriendo el maletero. La mirada fugaz a Bernard le decia todo sobre las precauciones. En cierto modo temia a ese tipo.

Al abrir el maletero, la figura de William Danton reaparece, con el ceño fruncido. Su ropa está manchada de sangre, y su aspecto no presenta demasiadas mejorías, mira a Lauren Rienne y luego se sienta, para salir del auto y quedar frente a Jones y a la Ventrue. La herida de su cuello está aún abierta, aunque no sangra, su aspecto se ve bastante doloroso, aunque no hay quejas provenientes del enorme sujeto. Está humedo todavía, su mano también tiene la profunda cortada que se hizo con el bastón-estoque de Lauren, y en su hombre izquierdo hay una mancha rojiza que delata otra de las heridas resultantes del enfrentamiento.

Danton mueve su cuello incómodo, seguramente como consecuencia de tanto castigo físico, se ha desamarrado con algo de fuerza, por lo que aún sostiene las improvisadas ataduras que tira al suelo, antes de erguirse por un momento y finalmente decir algo finalmente.

 Sale del maletero y mueve la cabeza a un lado y otro, destensando la espalda, marcando los músculos de su cuello y hombros

- Me cago en la puta cien veces. Necesitaba decirlo, era algo así como un "buenos días". ¿Me podéis explicar que cojones hacía ahí dentro? Mira a los dos vampiros antes de llevarse la mano al cuello y notarse la herida. Se escupe en la mano y vuelve a colocarsela en el cuello...a ver si su saliva ayudaba algo a cerrar aquel estropicio...

Vuelve a mirarlos con una ceja enarcada y cara de pocos amigos.

- Serán cabrones...este mordisco no me lo ha hecho un perro...

Suspira con aire de cansancio real, y luego mira a Danton:

- Sigueme, haré que te den de comer para que puedas recuperarte... Lo que ha pasado es muy simple: perdiste el juicio, entraste en un frenesí que no entiendo e intentaste matarme... Algo precioso, por cierto. Ahora que eres un tipo civilizado de nuevo, podremos hablar. Nos han engañado a todos si no me he equivoco... - Mira Bernard.- Él puede decirte que digo la verdad, Danton, bueno y dos polis y un tipo... Pero eso lo arreglaré luego. Digamos que hemos sido victimas de una conspiración que nos usará de chivos expiatorios circunstanciales... Bonito, ¿Verdad? En mi caso hasta doloroso si se confirma mi sospecha.