Partida Rol por web

Obsesión

5. Sandor

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05/04/2011, 23:14
Celeste Índigo

 La chica no sabía demasiado de lo que el ser era capaz de hacer. Tampoco conocía los términos que habían pactado los invocadores con aquella criatura abismal. Ni siquiera las consecuencias que tendrían sus actos si trataban de salvar a la niña. Pero en ese momento, al ver a su compañero tan enfrascado en la acción de salvarla, y viendo que era al parecer el único que realmente conseguía resultados apreciables decidió usar todo su poder para ayudarle en su empresa. Ni que decir tiene que Celeste trataría de que su chicarrón no sufriera ningún daño. Por eso recitó uno de sus mejores conjuros. Uno en el que su arte para modificar la realidad se veía claramente. La misma esencia de su objetivo cambiaría a placer de la hechicera. Todo un espectáculo digno de ver para cualquier profano. El cuerpo de Aleph estaba a punto de sufrir una trasformación más que evidente. Ahora sí que estaría clara la verdadera realidad de la chica del pelo azul.

La escasa magia del ambiente, empezó a arremolinarse, concentrándose en el chico que portaba el arma gigante. Cualquier persona en la catedral podría ver por si mismo lo que iba a ocurrir en ese momento en el cuerpo del gigante. Energías fluyendo, la misma esencia de la vida y la muerte, una sustancia superior a los dioses y los demonios, algo con mucho más significado, pasado, presente y futuro de todos los seres vivos. La magia, esa ramera fluía hacia el interior de Aleph.

Poco a poco su cuerpo empezó a cambiar. De pronto unas brillantes alas doradas surgieron de su espalda, escamosas como las alas de un pequeño dragón. El resplandor azul desprendido por el cuerpo de la chiquilla se fundía con la energía que brotaba del colgante de Celeste para hacer un verdadero espectáculo de luces en aquellas alas brillantes. Dichas extremidades tenían la fuerza suficiente para hacer volar a Aleph, tan rápido que ni el mejor corredor humano podría alcanzarle. Junto con las alas, allí donde la espalda acaba empezó a brotar una nueva extremidad. Abriéndose camino a través del pantalón una cola de dragón brotó del cuerpo de su compañero, rematada en varios cuernos puntiagudos. Su aspecto era amenazador y como los demás apéndices estaba cubierta por preciosas escamas de oro. Aleph en este momento era un verdadero espectáculo visual. Pero la cosa no acabó ahí, su cuerpo, una vez hubieron crecido ambas extremidades estalló en llamas, quedando solo a su alrededor una serpiente fuego que le cubría, como recorriendo a toda velocidad una armadura un poco separada de su cuerpo. Además de pequeñas llamitas que surgían a intervalos regulares, a su alrededor.

-Aleph, defiéndenos cariño, lo dejo en tus manos.

Tras decir esto, Celeste cayó hacia atrás, agotada. No estaba acostumbrada a lanzar hechizos tan poderosos, amen de que había usado hasta la última gota de su energía tratando de cargar a toda prisa aquel conjuro. Si eso no era útil, la chica iba a tener serios problemas.

Notas de juego

 Gasto dos puntos de cansancio Para acumular 30 de Zeón más. Espero que podamos descansar después de esto porque casi me voy a desmayar. 

Lanzo Adquirir Poderes: Conjuro de Nv 50 de Creación. Con 5 aumentos: Zeón total 150. Pierdo 3 de cansancio, por la extenuación... quedándome a 3 de Cansancio y a 280 de Zeón.

 

Efecto: Le doy 150 Puntos en poderes de monstruos, mantenidos a 30 Zeón por asalto. (Va a ser carillo, pero espero que también espectacular)

-100 PD Doy a Aleph tipo de Vuelo 12 natural. Con esto le saldrán unas alas enormes. Al volar mientras ataca tendrá +10 a turno, ataque y parada. (o esquiva)

-20 PD doy al chicarrón armas naturales en este caso serían garras, pero también le salen cuernos en... Lo que me enlaza con el siguiente. *EDITO: Daño del las armas: Según el tamaño de Aleph, como no me fío pongo los probables:

Medio: Tamaño: 9-22 -> Daño 40

Grande: Tamaño: 23-24 -> Daño 60

-20 PD Ataque adicional con -60 de Habilidad. Le sale cola de dragón, con la que poder realizar el otro ataque simultáneo que con el Ram Dao.

-10 PD Ataque elemental. Todo su cuerpo se rodea de fuego y sus ataques, tanto con la cola como con el arma usan ese elemento.

*si por algún casual el nivel del conjuro baja... **NEMESIS**, primero le bajaré un nivel el vuelo natural A Vuelo natural 10 que cuesta 20 de zeón menos. Si aún así sigue siendo insuficiente, Bajará otro punto, siendo Vuelo natural 8, y siendo 40 puntos lo que desminuye. Si baja más, pierde el ataque elemental... y si baja más, símplemente no sale el conjuro.

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06/04/2011, 01:45
Damien Goldman

Damien se agachó para coger a Elisabeth, rodeando con sus brazos los hombros y las piernas de la chica, para entonces darse la vuelta y empezar a bajar las escaleras. Cuando vió lo que le ocurría a Aleph se quedó con la boca abierta y tardó una décima de segundo en reaccionar. Ya habría tiempo para explicar por qué Aleph se había convertido en una especie de demonio. Confiaba más en 'eso' que en la bestia parda que tenía detrás de él.

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06/04/2011, 01:51
Director

El elemental se giró con lentitud y trató de golpear con su pata a Jules, que lo estaba acosando por el flanco. El burgués no fue lo suficientemente rápido al apartarse y salió volando por los aires. Dio con una de las columnas y cayó al suelo entre los bancos calcinados, lleno de sangre.

- Tiradas (5)
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06/04/2011, 16:53
Aleph

Poder

De repente, Aleph ya no era Aleph. El fuego le rodeaba y le consumía a partes iguales. Sentía la voz de la magia en su interior, como si mil voces arcanas, más antiguas que el propio tiempo, hablaran a la vez en su cabeza. Sentía que estaba unido al flujo... No, en ese lugar, y en ese momento, él era el flujo. El vórtice que lo consumía todo. El estallido de poder, la verdad, la fuerza

Pero de entre todas esas presencias, sintió a Celeste. Cerró los ojos, disfrutando del contacto con su compañera, mucho más cercano, más íntimo que nunca, como si la joven estuviera imprimiendo una parte de su propia esencia, de su propia energía en él. Algo que, en parte, era cierto. Las dos almas se rozaron, y parte de ellas quedó unida a la otra por unos momentos. Luego, el hechizo concluyó

Sus piernas temblaron. Sus brazos temblaron. Todo su cuerpo tembló, y el vello se le erizó. Acto seguido, un torrente de energía pura le rodeo, haciendo que sus cabellos revolotearan en el aire como látigos, mientras dos grandes bultos comenzaban a aparecer en su espalda. Las alas brotaron de la nada, llenas de fuego y muerte, doradas y majestuosas. Luego la cola, y por último, los cuernos. Aleph siempre había tenido esas dos protuberancias en la frente, pero ahora eran claramente visibles. Habían crecido hasta alcanzar un tamaño descomunal, y por fin se mostraban como lo que realmente eran: Dos símbolos, dos señas de identidad. Dos ecos de vidas y almas pasadas, olvidadas hace mucho tiempo

La conciencia de Aleph se fusionó con su nueva identidad, y entonces pensó en Damien. Y en Elisabeth, y en Jules, que ahora volaba hacia la pared como un muñeco. Luego su mente fue más atrás, y pensó en Dalla, en Yán zhǔ. Pensó también en los que no estaban, y habían vuelto a la corriente de la vida, desde aquel que le enseñó a amar la naturaleza hasta aquella que le enseñó a perder un ser querido. Pensó en todos, como si toda su vida pasara por delante en cuestión de milésimas de segundo. Y, por último, pensó en Celeste

Entonces extendió las alas, y salió despedido hacia delante

***

Los primeros días habían sido duros. Aleph había estado a punto de rendirse, desobedeciendo a Brannagh. No en vano, había tenido que pasar horas y horas sentado allí, guardando una valiosa energía que podía haber estado derrochando en perseguir ardillas, entrenar, o incluso ayudar a la gente del pueblo. Diablos, incluso podría echar una mano a Eodäle, el otro sacerdote que se encontraba de camino por la región, con sus rituales y oraciones. Tenía experiencia en ello, desde luego: No en vano, se había criado con otro sacerdote. Pero no... Brannagh se había empeñado en que siguiera allí, mirando a la nada, escuchando a los dichosos pajaritos

Tras unos días que Brannagh apodó como "una pequeña etapa de negación", Aleph decidió dar una oportunidad a todo ese asunto, e intentar concentrarse. Si su padre adoptivo creía que era lo adecuado, probablemente no debería de ser malo. Al menos, hasta ahora Brannagh no se había equivocado con sus predicciones y consejos, y Aleph no era tan orgulloso u obcecado como para seguir con esa muda rabieta. Por lo que escuchó. Y lo que oyó le sorprendió gratamente

A decir verdad, al principio no sintió nada. Pero pronto su mente comenzó a relajarse, y entonces lo entendió por primera vez. Llevaba mucho tiempo escuchando los cantos de los pájaros, pero nunca les había dado un significado real. Ahora oía una conversación, una secuencia de mensajes entrelazados, en armonía, que volaban por el aire hasta los oídos de otros pájaros. Sentía como se respondían mutuamente, quizás de forma inconsciente, como si todo estuviera marcado por un ritmo, por un latido oculto

Luego se centró en las ardillas. Con el tiempo había aprendido a identificarlas, y los sonidos que emitían al viajar entre las ramas eran ya inconfundibles para él. Pero nunca se había puesto a pensar en que esos sonidos pudieran estar conectados, de alguna manera. Las ardillas bailaban sobre los árboles, y los pájaros por encima, volando por el cielo. El viento arrastraba las hojas, e incluso las hormigas parecían comunicarse entre ellas llevando consigo las grandes cantidades de peso que solían cargar. Cuando paró, se dio cuenta de que habían pasado casi tres horas

Al día siguiente volvió a intentarlo, y luego otra vez. Pronto notificó que, efectivamente, todo parecía mantener un ritmo, un compás, como si un director invisible orquestara cada movimiento y cada respiración. Pero más se sorprendió cuando comenzó a asociar los sonidos entre ellos, procedieran de donde procedieran. No solo los pájaros se comunicaban entre ellos: Las ardillas se comunicaban con los pájaros, y las hormigas con los árboles. Luego estos respondían de nuevo a las ardillas, mientras los pájaros sobrevolaban por encima de las hormigas al ritmo que estas marcaban con su duro trabajo. Incluso el viento parecía estar siguiendo un propósito, un fin. Aleph comenzó a respirar, lentamente, siguiendo el ritmo, mientras dejaba que su ojo espiritual observara todo lo que le rodeaba, absorbiéndolo como una esponja

Aún con 7 años, ya sabía dejar su mente en blanco con técnicas que Brannagh le había enseñado para calmar sus impulsos naturales. Pero aquella vez fue diferente. Cuando se concentraba para vaciar sus pensamientos, normalmente se aislaba tras una coraza imperturbable y sosegada, introduciéndose en su propio mundo interior. Pero aquella vez la coraza se resquebrajó, y luego acabó por estallar en mil pedazos. Aleph sintió como su corazón latía una, dos, tres veces... Y la naturaleza latía con él

Esa fue la primera vez que comulgó

Los días habían pasado. Brannagh le miraba ahora, sonriendo, mientras esperaba a que el chico respondiera a su pregunta. Aleph tomó aire, y luego sostuvo la mirada del sacerdote, decidido

La ardilla es un ser vivo. Un alma. Mi hermana. Pero también es el pájaro que sobrevuela por encima de nuestras cabezas, y el árbol que se mece cuando el viento llega hasta él. La ardilla es la hormiga, el jabalí, y el lobo. La ardilla es la piedra, el río, la montaña. La ardilla soy yo

Brannagh le miró durante unos segundos, sin decir nada, y luego asintió, levemente

Todo es uno

Uno es todo Concluyó Aleph, y luego suspiró, dejando que la satisfacción de haber hallado la respuesta inundara su ser. Luego sonrió

No debo matar a la ardilla, ni al pájaro. La única razón para la muerte es la continuación de la vida. El flujo no debe ser alterado

Brannagh asintió de nuevo

Me sorprende que hayas llegado solo a tantas conclusiones. Yo tuve que pasar meses y meses meditando hasta terminar de comprenderlo

Aleph ensanchó su sonrisa

Gracias, Athaironna

Hubo un silencio entre los dos, y luego Aleph frunció el ceño

Aún así... Hay una cosa que no acabo de entender

Brannagh inclinó la cabeza, invitándole a continuar

Si todos estamos unidos, y somos parte de algo más grande... ¿Cuál se supone que es mi cometido, mi misión? ¿Qué hago aquí, Athaironna? Todos tienen un propósito en la vida. Todos juegan un papel dentro de la gran madre. Pero yo... ¿Para que existo?

Brannagh sonrió divertido

Dímelo tú

Aleph se quedó bloqueado. Durante unos segundos, no dijo nada, aunque luego comenzó a hablar

Para... ¿Dominar? Como un líder...

Brannagh negó. Aleph frunció el ceño

¿Para cuidarlo?

Brannagh volvió a negar

Creo que se cuida bien sola Dijo. Aleph se cruzó de brazos

Para disfrutarlo

Brannagh negó por tercera y última vez. Aleph, derrotado, probó suerte con lo último que se le ocurrió

Para protegerlo

Brannagh asintió, y Aleph abrió los ojos sorprendido, aunque sonriendo de forma triunfal. No obstante, pronto su expresión volvió a llenarse de confusión

Pero... Proteger el ciclo... ¿De quién?

Brannagh decidió ayudarle

De sí mismo, Aleph. De aquellos que pertenecen a él pero quieren romperlo. De aquellos que pertenecen a él, pero no saben que lo están rompiendo. De aquellos que intentan salvarlo pero acaban por romperlo. Y sí, también de aquellos que hace mucho tiempo dejaron de pertenecer a él, y quieren acabar con él por envidia o venganza. De todos ellos, Aleph

Aleph asintió, aunque aún no lo entendía. Pero Brannagh no se preocupaba por ello, y tampoco quería entretenerle más, así que le mandó a preparar la comida, y se quedó solo en el claro, mirando hacia el suelo, sonriendo para sí mismo. Aleph no lo sabía aún, pero algún día lo comprendería. Ya que él era diferente. Nunca había sido como los otros chicos de su edad, y nunca lo sería. Aleph era un protector, un espíritu enviado por la propia naturaleza para preservar lo que más importaba: la vida. Un elegido, un condenado, un mesías y un maldecido por su propio nacimiento. Era la vida

Un guardián

***

Jules cayó al suelo, cubierto de sangre. Damien arrastraba a Elisabeth, alejándola del peligro. Celeste yacía en el suelo, al borde de la inconsciencia. Ya sólo quedaban él y la bestia

Lo haría por ellos. Por Jules, por Elisabeth, por Damien. Por todos. Por Celeste

Observó a la criatura

Ha llegado la hora de que vuelvas a donde viniste, hermano

El Ram Dao lanzó chispas doradas al cortar el aire, dejando tras de sí lenguas de fuego que se difuminaban en la nada tras unos segundos. El ígneo avatar, mitad arcángel mitad diablo, se abalanzó sobre el titánico monstruo, blandiendo su furiosa arma como quién usa una simple daga ligera. Los dos entes chocaron entre estallidos de luz, y todo lo que allí había contuvo el aliento, como si los latidos de la realidad cesaran, mientras los espíritus contemplaban el vórtice de energía. Y, por unos segundos, todo se unió a ese vórtice. Todo fue uno. Inmutable, inmenso, infinito

Aleph

- Tiradas (2)

Notas de juego

 

Y ahora imagináosle con sin esa coletilla, en medio de una iglesia, y con las orejas algo menos picudas. Ah, y rodeado de fuego

ElAngel, te debo una ;)

Pd: Me gasto cansancio (solo dos pero porque no puedo más, que si no...), Puntos de destino (si juegas con ellos), potenciadores místicos, y vaya, cualquier cosa que se te ocurra que pueda gastar XD Sólo en el primer ataque. El de la cola lo dejo a la suerte

Oooooooh... Fail de tirada... Tendría que haber sido abierta sí o sí XD Se me olvidó el +10 por el vuelo, así que realmente es 191. Daño 130, ataque elemental de fuego

Bueno, a ver que tal la otra. Tsk... 122, daño 40, ataque elemental de fuego

No es justo. Este post merecía tiradas abiertas, leñe T_T ODIO a los dados de Umbría XD

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07/04/2011, 00:07
Director

El elemental miró a Aleph con respeto, si es que un ser de su especie era capaz de sentir algo parecido. El tao se había transformado en una criatura de fuego, su temido enemigo.

Su pesado cuerpo hacía compleja la tarea de esquivar, así que el arma y la cola de Aleph lo atravesaron, haciendo hervir el agua que cubría el cuerpo como una película protectora. La sangre brotó, acuosa y roja, y el monstruo se echó hacia atrás, ocupando el espacio que hasta hacía poco había ocupado Elisabeth.

Abrió la boca y comenzó a soltar vapor por ella, pero no tardó en cerrarla y extender los "dedos" de sus patas delanteras. Se puso en tensión. Esperó.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Damien, Aleph (si, lol), Jules, Celeste, Sandor.

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07/04/2011, 00:21
Damien Goldman

Damien continuó corriendo escaleras abajo, llegando ya a la base del altar. Al ver a Jules salir volando, el noble salió corriendo a más velocidad para alejar pronto a Elisabeth y volver. Tenía que sacar a Jules de ahí también, eso... ¿¡¿¡¿¡QUÉ COJONES ERA ESO!?!?!? Eso en lo que se había convertido Aleph, que le daba más miedo que la bestia acuática del altar, seguro que podía con él sin mayor problema.

Se dirigió a priori en dirección a Celeste, que descansaba, agotada. Dejó a la niña junto a Celeste - ¡Cuida de ella! - dijo, para darse la vuelta e ir a buscar a Jules.

- Tiradas (1)
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07/04/2011, 00:33
Jules Lázarus

La mano ensangrentada de Jules surgió de entre la ceniza y la madera reblandecida. Damien lo encontró intentando ponerse en pie, presionando la espalda contra la columna y mordiéndose el labio para no gritar. El brazo izquierdo estaba doblado a la altura del radio de manera antinatural, y a juzgar por la sangre que brotaba de la frente del burgués, debía de tener una buena conmoción. Las piernas le fallaron.

Tosió débilmente y se sujetó las costillas. Al ver llegar a Damien, Jules lo miró con ojos desorbitados.

-¿Y Elisabeth? ¿La has...? -Volvió a toser-. Todo esto es culpa mía... No debí... Pensaba que...

Notas de juego

(Me tomo la libertad de postear ya con Jules, ya que no va a hacer ninguna acción activa ni de pelea, sólo va a sentirse morir)

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07/04/2011, 01:52
Aleph

Aleph sobrevoló a la bestia una, dos, tres veces, atrayendo toda la atención de esta sobre sí mismo. Cortaba, esquivaba, y tanteaba a su enemigo. Eran dos predadores girando en círculos, destruyendo la edificación con su batalla, a cada golpe que daban, a cada acometida que lanzaban. Golpea, esquiva, para. Golpea da nuevo. Clavó la cola en la piel de aquel titán, y luego se giró justo para esquivar una de sus colosales extremidades. Cortó con su arma ígnea, y el fuego deslumbró a todo el que se encontraba cerca al surgir de la nada, cauterizando la herida casi al mismo tiempo que esta surgía

Pero no parecía haber un claro ganador ¿Podría con ese titán?

Lanzó un rugido de advertencia, y luego volvió a lanzarse a la batalla, encomendándose a los espíritus, que parecían cabalgar con él al unísono, como si en esa batalla los propios ideales, las propias conciencias fueran las que estuvieran luchando, en un combate tan antiguo como el mismo mundo

- Tiradas (3)

Notas de juego

 Gasto otro puntito, quedándome a 5 (que no me gustan los penalizadores) ;)

Nada, ni una abierta. Bueno, la próxima vez será XD

Tiro defensa por si acaso...

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07/04/2011, 02:07
Director

Las nuevas acometidas de Aleph encontraron a un contricante preparado y concentrado, que logró evitar un daño tan grande como antes. Respirando vapor de nuevo y enfriando su cuerpo, el elemental trató de aclimatarse a la lucha contra un ser en llamas. No respondió al ataque por el momento. Continuó concentrado, en tensión. Las venas de su cuerpo se marcaron con el flujo de líquido hacia su tronco, como si reservase energías.

- Tiradas (2)
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07/04/2011, 02:25
Celeste Índigo

 Esta vez desde el suelo, Celeste no había cesado en su empeño de ayudar a su compañero en la batalla. Todavía fluía su esencia mágica hacia Aleph llenando su cuerpo de una potencia tal que su compañero se había convertido en algo parecido a un semidiós. Pero un problema mayor acosó a la chica, su aliento estuviera a punto de apagarse y sus energías iban a entrar en la reserva. Pero desmayarse en un lugar y en un momento como ese no le parecía apropiado. La situación requería de ella, y estaba dispuesta a darle otra vuelta de tuerca a la batalla. Iba a gastar hasta la última gota de su poder en ese combate, y luego rezaría porque fuera el último.

Lo primero que hizo fue mandar a Akuma y a Orochi fuera, y rápidamente, la libélula voló lejos de su cabeza dejando de adoptar la postura de un lujoso broche, posándose en un saliente de piedra donde lo veía todo. La serpiente salió de sus cabellos, donde estaba actuando de adorno pues su piel parecía de nácar en un tono azul vivo. Los dos animales se escondieron por la catedral, tratando de permanecer escondidos.

Tras la orden, Celeste comenzó a recitar de nuevo sus melodías. Entrando en comunión con la esencia del lugar. Esta vez no era tiempo de convocar seres mitológicos del pasado, ni de conjurar un poderoso conjuro que eliminara a la bestia de un santiamén. Celeste no sabía hacer eso, pero su poder para manipular la verdadera esencia de la existencia, y de controlar lo que es verdad y lo que no, hicieron surgir la idea clara en la mente de la chica. Lo que necesitaban ahora, era desaparecer.

Celeste barajó posibles opciones mientras las fuerzas místicas acudían a su maltrecho cuerpo, era capaz de tejer sus habilidades en torno a 3 personas. Y allí en ese momento, estaban 5. Podía mantener el conjuro sobre Aleph y ella, y un tercero, Ellisabeth sería la más indicada, pues había que protegerla. Pero, parece que Damien tenía ahora intención de luchar, encantarle sería una idea bastante buena. Aunque eso desconcertaría al monstruo y puede que se girara hacia Eli. 

La nube de ideas se arremolinaba a la par que su energía. Ya tenía preparado el conjuro. Decidió rápido y fácil, puede que a largo plazo esa fuera la mejor solución.

Cuando terminó de recitar las palabras arcanas, Tres mantos color carmesí surgieron de su cuerpo. Éstos iban cambiando de color hasta llegar a la posición de Aleph, Eli y ella misma. Iban tomando todas las tonalidades del arcoiris con distinta frecuencia, hasta que al llegar a su destino, un color negro, que absorbía toda la luz tintó cada capa. Una vez en ese momento, bajaron a toda velocidad cubriendo cada cuerpo. En cuando la tela tomó contacto con la piel, su tono se volvió traslúcido. Invisible. Engañando el sentido de la vista de los presentes, tres de los que estaba allí iban a desaparecer de inmediato.

Que pena que todo este espectáculo de luces y sombras solo fuera percibido por la chica. Los demás solo verían como, repentinamente, los tres cuerpos desaparecían del espectro visible. Preparados para atacar al animal, al menos en el caso de Aleph, desde donde menos se lo esperara.

Notas de juego

 Gasto 1 punto de Cansancio para poder quedarme a 65 de ACT (pues por el penalizador por cansancio estaba en 50)

A partir de ahora tengo un -40 a toda acción, y un -20 a ACT (la mitad)

Bueno, al grano:

30 Zeón, mantener la trasformación del señor infinito.

60 Zeón Invisibilidad Ilusoria sobre Aleph, Eli y Celeste. -> RM contra 120 o no nos pueden ver ^^

Esperemos que Jules y Damien la superen, y no así Sandor, porque si no me va a hacer una graciaaaa XD

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07/04/2011, 02:51
Aleph

 Aleph apretó los dientes, mientras se echaba para atrás impulsándose con sus alas, para tener una visión general de la iglesia. Entonces lo vio

Su enemigo estaba a punto de hacer algo. No sabía el qué, pero probablemente nada bueno. Se giró hacia Damien

Salid de aquí Su voz sonó grave, gutural e imponente. Era obvio que se refería a Jules y a él mismo Corred, yo le contendré

Notas de juego

 Ooooooh... Momento héroe

Aleph ya puede morir tranquilo XD

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07/04/2011, 02:56
Aleph

 Aleph notó el nuevo hechizo, y decidió conectar con Celeste. Más que palabras, trasmitió sensaciones. Más que sensaciones, trasmitió sentimientos. Pero su alma era ahora más dura, más grande, como si el poder de Celeste la amplificara y complementara. Al igual que su voz, la conciencia de Aleph se había vuelto grave, profunda... Imperativa

Celeste, sal de aquí. Llévate a Elisabeth. Si destroza la catedral entera, de poco te servirá este hechizo. Reserva las pocas energías que te queden

Su tono no dejaba lugar a réplica. Esta vez, quizás por primera vez en mucho tiempo, Aleph estaba seguro de lo que decía. Y no iba a discutir con Celeste: Debían salir de ese lugar cuanto antes. Ya

Antes de que esa cosa atacara

Notas de juego

 ¡Beeep, Beeeeep! ¡Alerta de ataque de área en camino! Sal cagando leches, maldito XD

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07/04/2011, 03:02
Celeste Índigo

 Me da exactamente igual lo que quieras. Moriré contigo si hace falta. No pienso dejarte a solas con ese monstruo. 

Las palabras de Celeste, aunque también sonaban serias, estaban tintadas de miedo. A decir verdad por primera vez, Aleph había sonado realmente convencido y eso le asustaba. Pero no... si tenían que morir, caerían allí juntos. Con una unión mucho más fuerte que estar símplemente cogidos de la mano. Ellos tenían el alma unida, el poder de uno complementaba el del otro, la chica débil pero talentosa y el hombre fuerte que la protegía. No eran dos, eran solo uno. Un ente en dos lugares distintos, y si uno caía en batalla el otro no debía sobrevivir. Era una regla nueva para Celeste, pero por su cabeza no rondaba otra idea.

A no ser que... muerte...

Esa palabra no terminaba de abandonar la cabeza de Celeste, no se perdía, seguía buceando entre sus oscuros pensamientos adueñándose de su mente... iba a pasar, y el cuerpo de la chica lo sintió.

Notas de juego

 Si este turno hace el ataque especial que nos intuímos. Celeste hará "eso". Como acción pasiva para protegerse. Además lleva el escudo.

Si es en el siguiente turno y nos gana iniciativas, pues lo mismo. Y si no lo hace aún, y le gana iniciativa la chica, pues ya lo postearé ;)

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07/04/2011, 11:51
Director

Al desaparecer Aleph de sus ojos, el ser detuvo un momento su tensión para buscarlo. Al no encontrarlo, continuó. Aún tenía enemigos en la iglesia.

- Tiradas (7)

Notas de juego

Celeste, Jules, Sandor, Damien, Aleph

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07/04/2011, 14:49
Celeste Índigo

 

 Celeste sintió en su paladar un sabor metálico. Tanto sus energías físicas como sobrenaturales estaban a punto de colapsar. Tanto tiempo tratando de mantenerse con vida a base de engaños, maquinaciones y movimientos perfectamente orquestados estaban llegando a su fin. Tanto esfuerzo en seguir su búsqueda, en encontrar una pista a la que agarrarse para continuar la investigación, en recaudar fondos, en encerrarse a solas con sus artilugios, las noches en vela buscando una furtiva pista, desvelando un tema del que nadie sabe nada, o nadie quiere saber nada, tanto sudor invertido... y para nada.

Ahora en su corazón había otro sentimiento, mucho más poderoso. ¿Cariño? ¿Afecto? ¿Amor? Quizá más bien, necesidad. Aleph le había convencido. El buenazo de su compañero quería sacrificar su propia vida para interponerse entre la bestia y ellos. Tenía plena intención de morir por los demás. Y la respuesta que la propia Celeste dio al chico le cogió por sorpresa hasta a ella misma. No le importaba sacrificarse ella también. Algo nuevo había florecido, puede que la semilla estuviera plantada desde hace tiempo, pero esa situación la había despertado. La vida de las personas era algo por lo que merecía luchar, y ahora ella estaba dando todo lo que tenía dentro para mantener viva a una niña, que acababa de conocer hace escasos tres días. Definitivamente, allí había una Celeste distinta a la que había llegado.

Pero todo ese esfuerzo... todo ese derroche de energía... ¿en qué había desembocado? Por ahora en nada, aunque ahora la chica permanecía segura, al abrigo de uno de los conjuros de Celeste, cuando esta cayera desmayada, todo el celo que había puesto en proteger a sus compañeros desaparecería, y la bestia, si no había sido derrotada los tendría a su merced.

No, todo eso no iba a ser inútil.

Se repetía para sí misma, mientras otras ideas muy distintas seguían penetrando en el interior de su mente... El dolor, el miedo, la propia situación en la que se encontraban despertó recuerdos reprimidos.


La noche había vuelto a caer, y la única compañía de Celeste volvía a ser el incesante goteo. Aquel desquiciante soniquete llevaba ya mucho tiempo clavado en su mente. Por suerte, o por desgracia, la puerta del fondo del pasillo de tierra se abrió, y la silueta del hombre apareció en los claroscuros generados por la escasa luz que entraba por la rendija de su celda.

Sin decir nada, abrió la puerta, y sin que la adolescente de pelo azul pudiera negarse, salió andando tras él. Con las escasas fuerzas que le quedaban. Si hoy no moría, estaba segura de que sería al día siguiente. Los pasos carentes de ningún tipo de sonido les llevaron hasta la sala en la que, cada noche, el macabro ritual era realizado.

Las paredes, de fría piedra gris estabas salpicadas de sangre, y en algunos lugares se notaban siluetas de seres humanos, y no tan humanos. Como si hubieran muerto mientras eran lanzados contra esa pared. Celeste tenía un destino mucho más cruel. Ella no iba a ser asesinada tan rápido. El hombre parecía tener todo el tiempo del mundo y así parecía invertirlo con la chica. En completo silencio, si no fuera por las acostumbradas palabras, que repetía a intervalos regulares como si de un mantra se tratara, Celeste recibía latigazos, cortes, y diversas torturas. Los gritos de la chica tenían que haberse oído en kilómetros a la redonda, si no fuera porque ese lugar tenía la facultad de tragarse la mismísima existencia. Si ni siquiera los poderes sobrenaturales de Celeste eran capaces de escapar del lugar, mucho menos probable es que fuera escuchada.

El fluido vital de la chica recorría su cuerpo cada noche, siempre con la precaución de no dejarla morir. Ese no era el objetivo, tenía que aprender algo, sacar alguna conclusión de todo aquello. Pero el dolor físico no era el único medio para alcanzar la meta. También torturaba a la bella dama absorbiendo su esencia, su magia. Dejándola débil y sin apenas energías. Según él, así llegaría a la iluminación, que según sus palabras era todo lo contrario, el negro absoluto.

Al parecer, esa noche fue especialmente cruel, la sesión duró el doble a lo que Celeste se había "acostumbrado", y el dolor era mucho más intenso, a la par que la tortura mágica. Días mas tarde, Celeste se enteraría de que tenía que salir de allí la noche siguiente, y por ello no podría mantener el ritmo de los cuidados, por lo que le brindó una ración doble.

El día siguiente fue especial para Celeste. Ese día alcanzó el momento de conexión con la muerte. Cansada, sin energías, tirada en su celda sin poder hacer otra cosa más que respirar e incluso con esfuerzo, deslumbró lo que estaba buscando. Era un instante de comunión con lo que con nada comulga. Un instante de conexión con lo inconectable. Una sensación de lo que no se puede percibir. Una necesaria eliminación de las necesidades, era la muerte en vida, era el Némesis.

El alma de la chica se separó del cuerpo, tratando de elevarse, y perderse para siempre en el flujo, cansada de revivir la misma tortura todos los días. Pero no así eligió su cuerpo, el cual decidió quedarse a comprobar qué es lo que buscaba aquel cabronazo. Y de esta extraña situación, del vacío dejado en su ser entre su alma y su cuerpo surgió ese verdadero poder. Celeste dejó de sentir dolor, dejó de lamentarse por estar allí tirada. Había alcanzado el clímax, la esencia de la nada circulaba por su cuerpo. Ahora las palabras que resonaban en su mente tenían sentido.

 

"No temas cariño, realmente todo es por tu bien, por el bien de todos. Muere, y vuelve a nacer. Mata esa parte de tí que sigue viva y renace como la perversión de la vida. Todo esto no hace sino ayudarte. Las mayores penas, nacen de la propia felicidad. En la muerte no hay tristeza, no hay nada. Todo es... poder." 

Pero a la par de poderosa, se sintió asustada. Muy asustada. Tampoco sabía qué sería capaz de hacer con ello, ni cuales serían sus consecuencias.

Su alma volvió a su sitio, y todo volvió a la normalidad. Solo que esa noche iba a cambiar todo. La guarida fue asaltada, y en su celda entró como cada noche un hombre, solo que esta vez no tenía aquella aura devoradora, sino una mucho más liviana, una que hacía sentir a Celeste realmente viva. Cuando la luz que entró por la puerta iluminó a su rescatador, vio a un hombre enorme y musculoso. No olvidaría esa cara nunca, la había salvado y no tendría dinero para pagarle. Celeste quiso saber el nombre de su rescatador.

Aleph


La chica recordó las palabras de su "maestro". Ese momento era demasiado parecido. Demasiadas similitudes que conectaban ambos momentos en la historia. Tenía que mantenerse con vida, tenía que ayudar a sus compañeros, tenía que despertar la energía que llevaba dormida dentro de ella desde hacía varios años. Nunca la había desvelado, ni siquiera mencionado delante de su compañero. No sabía como reaccionaría hacia ella. Su amado, tan atado a la vida y al ciclo, y ella abrazando a la muerte con las manos desnudas.

Una extraña pareja. Diferentes como el cielo diúrno y el nocturno, pero con potencial infinito.

Celeste y Aleph

 

Notas de juego

 Esta batalla va a servir mucho para bucear en nuestros personajes ;)

Me está encantando.

Ya funciona todo.

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07/04/2011, 20:48
Jules Lázarus

Jules entrecerró los ojos al observar cómo Aleph desaparecía. No se podía decir que estuviese sorprendido. Pero cuando buscó a Elisabeth y no la vio, se preocupó enormemente. Se levantó al fin apoyádose en Damien. Recogió su espada.

-¿Elisabeth? ¿Dónde está? ¿Dónde estáis?

Apretó los dientes y trotó hacia el último punto donde había visto a la muchacha y a Celeste.

El elemental siguió en tensión. Un ligero aura de color azulado comenzó a burbujear a su alrededor.

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07/04/2011, 20:52
Damien Goldman

Damien, que también miraba hacia donde antes habían estado Celeste y el resto, frunció el ceño mientras cargaba con la mayoría del peso del heredero de Lázarus. Miró a todos lados desde su posición, igual de preocupado que Jules.

- No... no lo sé, Jules. Deben haber salido ya, quizás han pensado que lo mejor era huir... Deberíamos... salir de aqui, cof cof, no sé dónde están, pero lo que sí sé es que no están aquí. Tenemos que intentar salir... antes de que eso nos coja... - dijo con dificultad, mientras intentaba cargar un poco más con Jules para acelerar el paso, sin éxito. - Esto no tiene nada que ver con la educación mercantil que me habían prometido, ¿eh Jules? -

Aunque un poco forzado, no pudo evitar soltar ese comentario con tono jocoso. Al menos si iban a morir no quería que sus últimas palabras fueran apagadas y pesimistas.

- Tiradas (1)
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08/04/2011, 14:22
Aleph

 En medio de la oscuridad, un grito

¡SALID! ¡YA!

La voz de Aleph. Así que, de alguna manera, el grandullón seguía ahí ¿Pero donde? De repente, el elemental rugió, y un corte apareció en su cuerpo. Luego otro, y otro. Dando pasadas rápidas, Aleph ponía en ese combate toda su energía, toda su convicción. Toda su voluntad

- Tiradas (2)

Notas de juego

 Supongo que si no supera una tirada de advertir o algo así le pillaré por sorpresa. Eso implica que su absorción se ve reducida a la mitad. Nada más por mi parte

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08/04/2011, 14:26
Aleph

 Aleph se quedó mudo. Celeste había decidido sacrificarse por otras personas. Era algo tan improbable como que la luna saliera por la noche y el sol por la mañana. Era un milagro. Pero Aleph había aprendido a creer en los milagros

Hacía tiempo que el grandullón no se encontraba en una encrucijada como aquella. Por una parte, no se veía capaz de dejar a Celeste allí, desprotegida contra ese monstruoso ser. Por otra parte, respetaba su decisión altruista, al igual que la suya, de quedarse a luchar. Amor contra Ideales. Deber contra Voluntad. Debía quedarse luchando, pues si no todo lo que habían hecho no serviría de nada. Si recogía a Celeste y salía de allí, quizás ella y Elisabeth se salvaban. Si Jules y Damien se daban prisa, probablemente ellos también lograrían huir. Pero luego... ¿Qué? Esa bestia arrasaría la ciudad. No podía dejar que eso ocurriera. Morirían vidas, cientos de ellas, solo por su egoísta voluntad ¿Debía quedarse a luchar contra ese horror? Su vida había dejado de importarle hacía tiempo, pero la de Celeste significaba más para él que todo su mundo. ¿Que hacer?

Luego tomó una decisión. Y toda su vida pasó por delante de sus ojos

El tono de Aleph se suavizó, y por unos segundos, volvió a ser el de siempre

Iremos a donde sea. Juntos. Te quiero, pequeña

Salió de dentro, sin avisar. Pero Aleph no pensó en nada. Simplemente, se lanzó de nuevo contra la criatura, forzándose al máximo

Notas de juego

Probablemente en el siguiente turno gaste cansancio, aunque me quede a negativos. Lo empiezo a ver necesario XD

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08/04/2011, 14:50
Director

El gran estruendo provocado por el ataque de Aleph los pilló a todos por sorpresa, al elemental el primero. Un inmenso corte apareció a un lado de la cabeza, tratando de separarla del cuerpo. el fuego cauterizó la herida automátcamente, pero los tejidos se vieron seriamente dañados. El ser bramó y se tambaleó un poco más. Detuvo su tensión y se removió desesperado. Su cuerpo comenzó a emitir vapor, como si el agua que lo contenía estuviese en ebullición. Abrió la boca y dejó escapar más sangre y agua. El golpe de la cola le obligó a cerrarla.

Tratabilló hacia un lado y destrozó el altar con su peso. Estaba tan herido que apenas podía moverse.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Te dejo el golpe de gracia ya que ha perdido el turno por el crítico.