Partida Rol por web

Obsesión

Epílogo: Nueva esperanza

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09/04/2012, 12:05
Director

La burocracia y las explicaciones fueron cosa de Elías. Aleph ya había luchado su batalla y ahora podía descansar. Había tanto que aclarar y tanto que excusar, y tantas mentiras que contar para salvar la cara a la familia que, sin Jules, parecía que no pudieran evitar el escarnio público. O al menos eso decía Elías, que se pasaba el día fuera atendiendo los compromisos de su hermano menor.

Un importante soborno evitó que se supiera toda la verdad acerca de lo ocurrido en la Catedral. Jules Lázarus había muerto por culpa de un asesino desconocido, defendiendo a los sacerdotes de la intrusión. Los pésames y las notas de apoyo se sucedieron a lo largo de los días. Para cuando Fiona despertó, Jules ya era un héroe.

A Elías no le había gustado nada, pero por lo menos ahora poseía el control sobre los activos de su hermano. Había recuperado lo que le habían quitado, o eso decía. Fiona no se había opuesto. La mujer estaba demasiado agotada física y mentalmente y todo lo que hacía era cuidar de Damien. El joven había quedado en un profundo coma incluso después de que Aleph lo sanase.

-Se dejó ir y ahora se encuentra a medio camino -había dicho Fiona-. He oído que ha habido más casos en la ciudad. De él depende regresar, marcharse o quedarse en este punto intermedio.

El padre de Damien había viajado hasta la capital para ocuparse de su hijo y de su mujer, pero no sabía nada.

-Es mejor así.

Elisabeth se había tomado la muerte de Jules de mala manera y se pasaba el día entero llorando. Fiona no había querido contarle la verdad, pero la muchacha no era idiota. Después de ver cómo habían vuelto sus amigos y familiares, su adorado Damien y su mentor, y la ausencia de Celeste, comenzó a cavilar sobre algo que a nadie reveló. Su bienestar en la casa estaba asegurado, pero quizá ella tuviese otra idea al respecto...

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09/04/2012, 12:31
Elisabeth Mastrall

La muchacha buscó a Aleph cuando éste estaba meditando en el jardín. Se sentó a su lado y esperó a que el tao diese muestras de escuchar.

-Aleph, ¿puedo preguntarte algo?

Elisabeth tenía los ojos enrojecidos, pero ni un pelo fuera de su sitio. Desde que descubriera la muerte de Jules, parecía que hubiese perdido la infantilidad y hubiese madurado hasta convertirse en una mujercita.

-No me digas que sí si no es lo que quieres. En realidad no se lo he preguntado a nadie y no sé lo que Fiona dirá. Aunque tampoco me hacen demasiado caso. Siempre está muy cansada o con Damien, y yo no quiero molestar. Aleph... si te vas, ¿puedo ir contigo?

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09/04/2012, 15:14
Aleph

Los últimos días habían sido duros. Negarlo sería mentirse a sí mismo

Aleph siempre había sido una persona dura, y resistente. Lloraba en contadas ocasiones, no porque pensara que llorar era indigno o humillante, sino porque, normalmente, las lágrimas no acudían a sus ojos. Situaciones extremas como su encuentro con Celeste sacaban el lado más íntimo del gigante, pero en otras ocasiones su instinto natural era guardar sus propios sentimientos, puede que como un método de protección para los demás. Y es que el sentimiento de culpabilidad que le asaltaba cuando alguien se preocupaba por él era algo que intentaba no tener que sobrellevar. Aleph siempre se cargaba de responsabilidades, intentando que los que estaban a su alrededor fueran felices aunque eso supusiera guardarse sus propios sentimientos hacia dentro

Sin embargo, hasta alguien tan altruista como él sabía cuando debía parar. Y el sufrimiento que sentía cuando pensaba en todo lo ocurrido era suficientemente punzante como para hacerle trastabillar en su intento. Al final, había decidido obviar las sonrisas y las palabras de ánimo, y encerrarse en un mutismo de reflexión silenciosa. Al fin y al cabo, a esas alturas se lo había ganado, y si seguía fingiendo durante mucho más tiempo que todo marchaba bien acabaría por volverse loco. Era consciente de ello, y lo aceptaba. Así que, una vez se aseguró de que todo iba a marchar bien, decidió dejarlo en manos de Elías y abstraerse en sus horas de meditación, intentando asimilar las pérdidas que su vida había sufrido. Aún así, no lloró. Puede que no le quedaran lágrimas

Sin embargo, el dolor se manifiesta en muchas maneras. Cuando estaba despierto, pensaba en Damien y Junette, y en todas las personas que habían muerto por culpa de los Siete Círculos. Sin embargo, cuando dormía su mente se centraba en lo que realmente le importaba: Celeste. La joven se mantenía a la sombra en sus pensamientos, agazapada, esperando el momento de aparecer. Por mucho que Aleph quisiera evitar pensar en ella, su rastro aún seguía demasiado claro y visible, e incluso su aroma parecía flotar en el aire

Al final no pudo aplazarlo por más tiempo, y decidió sentarse a pensar en ella. Celeste había sido el epicentro de su vida, pero los últimos días habían supuesto una tormenta en su relación. Había saboreado el paraíso y lo había perdido, todo en unos días. Eso casi lo hacía peor. Sin embargo, no era hora de hundirse en la depresión y la autocompasión: Tenía que seguir adelante. Así le había enseñado Yán zhǔ: Si caes al suelo, te levantas. Pero la fuerza de la montaña parecía abandonarle cada vez que pensaba en la peliazul, su sonrisa, su voz, sus caricias... Todo era demasiado reciente, demasiado real para olvidarlo

Largas horas de silencio le costó aceptar que Celeste había partido. Aún más le costó aceptar que había hecho lo correcto, y que era un sacrificio que debía realizar. Pero no llegó a curar la herida. No, esa herida seguiría abierta mucho tiempo, y cuando cerrase del todo, aún tendría cicatriz. El grandullón aún amaba a Celeste con toda su alma, y eso no habría nadie que lo cambiara

Algo que también le había tenido algo ocupado eran los extraños retazos de información que venían a su cabeza al recordar la pelea final. En su mente, todo era muy confuso, y aunque la esencia de lo dicho permanecía, los detalles se volvían borrosos y difuminados. Recordaba dos nombres: Minnotorgon y Aelea. Sabía que el primero estaba relacionado con él, y el segundo con Celeste. También sentía que, de alguna manera, su mente había bloqueado esos recuerdos para... ¿Para qué? ¿Para protegerle? ¿O es que quizás aún no estaba preparado? Recordaba un viejo artefacto, de gran poder, y una lucha eterna, más allá de los siglos y de la muerte. Recordaba imágenes de otras épocas, de sitios en los que nunca había estado. Tras un tiempo, había decidido pensar que, quizás, aquella no había sido su primera vida. Puede que, de alguna manera, su alma hubiera regresado del flujo para encarnarse en el cuerpo que ahora habitaba. Pero era solo una teoría, y era algo que tendría que investigar... En el futuro

Cuando Elisabeth fue a hablar con él, ya había mejorado un poco. Aquel pequeño lapso de soledad le había venido bien, pero ya iba siendo hora de que volviera a comunicarse con los demás. Era hora de pasar página. Y el dolor seguía allí, pero al menos ya sabía como enfrentarse a él. Solo quedaba dar el primer paso

Las palabras de la niña, sin embargo, le pillaron por sorpresa. No pudo evitar esbozar una sonrisa triste: En aquel momento se sentía identificado con Elisabeth. Los dos habían perdido a alguien muy querido. Los dos habían sufrido en soledad, pero habían tomado una decisión

Me sorprende que me preguntes eso Aleph habló en tono pausado, tranquilo Iba a proponértelo yo mismo antes de irme

Era verdad. La niña no había sido una de sus prioridades, pero sí le había dedicado unos minutos en sus largas horas de meditación. Había decidido esperar para comentarle su idea hasta que las cosas se hubieran relajado y el dolor fuera menos reciente, pero aquella conversación le salvaba de esa responsabilidad

Claro que puedes venir conmigo Le tendió una mano amiga, invitándola a sentarse frente a él Si realmente lo deseas. Me gustaría mucho que me acompañaras en mis viajes, Elisabeth, y estoy seguro de que sería bueno para ti... Para los dos

La imagen del gigante era, a decir verdad, algo mejor que durante los días anteriores. Iba con el torso descubierto, como siempre que meditaba, mostrando una musculatura bastante trabajada y atlética, así como potente. Su pelo caía en cascada por su espalda, y sus pies estaban descalzos, entrelazados con las briznas de hierba del jardín. Aunque tenía signos de haber dormido algo mal, se le veía de nuevo con un aspecto saludable, y el aura de fertilidad y vida que siempre le rodeaba ayudaba a mejorar esta impresión. Como siempre, estar cerca de él ayudaba a relajarse y despejar la mente. Aleph era, por así decirlo, una buena medicina contra la depresión. Por desgracia, eso no se aplicaba al propio Aleph

Pero si vienes conmigo Continuó, un poco más serio Tienes que entender lo que eso implica. Soy un viajero. Voy de un lado a otro, y no tengo un hogar claro. Puede que tardemos años en volver aquí... Y no será una vida llena de comodidades, como has podido tener hasta ahora. Puedo enseñarte las maravillas del mundo, pero debes de ser valiente y estar realmente segura de lo que haces

Sonrió, y puso una mano sobre su hombro

No tienes por qué responder ahora. No me voy a ir mañana, y ha pasado poco tiempo desde que todo acabó. Tienes unos cuantos días para pensarlo, si lo deseas

Notas de juego

¡Maldita! ¡Me has leído el pensamiento! XD

De hecho, no es la única escena que me gustaría jugar antes de cerrar la partida. Cuando terminemos te comento, y ya me das el visto bueno o no, según veas ;)

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09/04/2012, 16:01
Elisabeth Mastrall

-No necesito pensarlo -dijo Elisabeth sacudiendo la cabeza-. Tengo quince años y pronto cumpliré dieciséis. Soy casi una mujer. No quiero seguir siendo una niña.

La muchacha le miró con ojos acuosos, pero llenos de determinación.

-Siento cosas dentro de mí. Algo más que lo que se supone que debo notar. Sé que algo pasa. No soy tonta. Sé que Damien está muy grave y se puede morir, y sé que Jules no murió defendiendo a nadie. Escuché a Elías y a Fiona hablar de ello. Dicen que Jules estaba haciendo algo malo y... -Soltó un suspiro-. Sé que hay un diario. No he querido leerlo porque tengo miedo. Pero no soy una niña. Quiero dejar esta casa.

Ver el mundo es lo que siempre he querido hacer. Jules siempre me decía que me llevaría por ahí, pero... ¡nunca lo hacía! Toda la vida he estado aquí encerrada, controlada, vigilada... He sido feliz, pero... Yo no quiero seguir así. Sé que hay algo más. Y sé que tú me lo puedes enseñar. Prometo que no seré ninguna carga. Haré todo lo que tú me digas, Aleph. Aprenderé todo lo que me enseñes. Lo prometo.

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10/04/2012, 01:14
Aleph

¿Una carga? Aleph negó con la cabeza, sonriendo divertido No, no serás ninguna carga. Hablaré con Elías para que lo sepa. Partiremos dentro de unos días. Aún hay algo que debo hacer aquí

***

Los pasos de Aleph resonaban por el pasillo vacío. Con un simple movimiento, se detuvo frente a la puerta y asió el picaporte. Durante un momento pareció a punto de echarse atrás, pero al final tomó una decisión y entró en la habitación. Unos ojos inexpresivos le devolvieron la mirada

Vincent...

Notas de juego

Para ir agilizando, doy la escena con Elisabeth por concluida. Luego me gustaría narrar, si me dejas, el momento de la partida, pero antes me gustaría interpretar un par de escenas. La primera es, si puedo, con Vincent. Dejo la "intro" narrada de forma algo genérica, que no sé donde está ahora mismo ni nada. Siéntete libre de borrarla, modificarla o añadirle cualquier cosa si por cualquier razón hay algo que cambia, no puedo hablar con él o Elisabeth tiene algo más que decirme ;)

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10/04/2012, 01:59
Vincent

-Estoy escuchando -contestó el mentalista, que había permanecido un buen rato mirándolo a la espera de que dijera algo más.

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10/04/2012, 02:01
Aleph

Aleph tomó asiento junto a él

Lo siento si la pregunta es demasiado directa, pero... ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?

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10/04/2012, 20:35
Vincent

-No entiendo la pregunta. ¿A partir de ahora? Haré lo que me diga mi amo -contestó Vincent con sencillez.

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10/04/2012, 21:34
Aleph

Aleph ladeó la cabeza. Se había esperado una respuesta similar

Y... ¿Quién es tu amo?

Notas de juego

Si estás conectada, podemos meterle caña esta noche y avanzar un poco, que quizás tengo un rato libre

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10/04/2012, 22:47
Vincent

-Elías.

Vincent permanecía mirándolo casi sin pestañear, como ausente.

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10/04/2012, 22:54
Aleph

Aleph asintió, lentamente

¿Y si Elías te relevara de tus responsabilidades? ¿Qué harías?

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10/04/2012, 22:57
Vincent

-Buscar otro amo -respondió Vincent inmediatamente.

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10/04/2012, 23:03
Aleph

Aleph asintió

Bien. Gracias por hablar conmigo, Vincent

No se tomó más ceremonias antes de marcharse. Vincent no era alguien demasiado dado al protocolo

***

Ha sido todo lo ocurrido. Era inevitable que la afectara, a la larga. Es cierto que, según me ha contado, siempre ha querido ver mundo, pero supongo que este ha sido el detonante Hizo una pausa, y suspiró Supongo que ninguno hemos salido bien parados de algo así

Negó con la cabeza, intentando centrar sus pensamientos en lo que había ido a decir. No era momento para ponerse a recordar, o perdería el norte

Demasiado reciente

Lo que importa es que desea venir conmigo, y yo estaría encantado de que así fuera. Creo que es su decisión, pero quería oír vuestra opinión antes de hacer nada. Es una persona muy cercana a vosotros...

Terminó de hablar y miró a Elías con algo de reticencia. Le había explicado la intención de Elisabeth y su propia opinión al respecto. Ahora tocaba escuchar. Solo esperaba que el burgués lo aceptara sin demasiadas pegas

Notas de juego

Vuelvo a hacer cambio entre escenas para agilizar (y porque, para que negarlo, me encanta esa estructura en plan libro). Si te parece mal, ya sabes, no te cortes

La idea es hablar con Elías y Fiona, aunque si esta última no está presente tampoco supondría un trauma

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10/04/2012, 23:13
Fiona Lázarus

Elías le miró con reservas. Se frotó las manos con nerviosismo y volvió la cabeza hacia Fiona. La albina también cavilaba.

-Podría ser -admitió Fiona-. La verdad es que no podemos ocuparnos de Elisabeth como deberíamos. Damien... mi marido... No tardaremos en volver a la baronía. Y tú, Elías... Tienes tu propia familia. Mal que nos pese, era Jules quien más se preocupaba de ella...

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10/04/2012, 23:16
Elías Lázarus

-No pronuncies ese nombre en mi presencia -gruñó su hermano.

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10/04/2012, 23:16
Fiona Lázarus

Fiona suspiró.

-Creo que contigo estará segura, Aleph. Pero... Tengo que pedirte algo. No sé a dónde irás, pero... A donde vayas, por favor... No dejes que Celeste se relacione con Elisabeth.

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10/04/2012, 23:20
Aleph

Aleph no pudo evitar torcer su rostro en una mueca de dolor al escuchar el nombre de ella. Tardó unos segundos en responder, pero cuando lo hizo, fue asintiendo la cabeza

Te prometo que si alguna vez volvemos a encontrarnos con ella Su voz casi se quebró, pero supo mantenerla firme en el último momento Mantendré a Elisabeth aparte. Comprendo por qué me lo estás pidiendo

El silencio hizo acto de presencia, y solo tras unos segundos se atrevió Aleph a romperlo, esta vez mirando a Elías

A decir verdad... No era la única razón por la que quería hablar con vosotros. Quería hacerte una pregunta, Elías

Cuando este le dio permiso para hablar, se aclaró la garganta. Luego le miró a los ojos

¿Qué tienes pensado hacer con Vincent?

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10/04/2012, 23:34
Elías Lázarus

-Puede ser útil -dijo él-. Aún quedan rescoldos de la secta y pueden ser peligrosos. Vincent nos puede proteger y es más fiel que un perro o cualquier mercenario. ¿Por qué? ¿Quieres llevártelo para enseñarle la luz, también?

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10/04/2012, 23:41
Aleph

No pudo evitar sonreír ante el tono irónico de Elías

No soy ningún demagogo, Elías. No voy a comerle la cabeza a Elisabeth, ni voy a ir predicando mi filosofía por todos lados. Para eso están los sacerdotes. Si es eso lo que temes, tranquilo

Hizo una pausa, y su tono se volvió algo más serio

En cuanto a Vincent... No niego que podría serte útil... A ti y al resto de la ciudad. Pero usarle del mismo modo que le utilizaron los sectarios no te haría diferente de ellos, en ese sentido. No es una herramienta, es una persona. Llevármele conmigo traería más problemas que beneficios, y más teniendo en cuenta que Elisabeth vendrá conmigo. Pero... No puedo cruzarme de brazos mientras veo como le utilizan como a un objeto, y luego se deshacen de él cuando deja de ser útil

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11/04/2012, 00:09
Elías Lázarus

-Lo sé, pero si lo dejamos libre es capaz de irse con el primero que le llame esclavo. Aunque sea malo tenerlo así, tampoco es bueno dejarlo libre. Lo siento, Aleph, pero no creo que sea el modo.