Partida Rol por web

Tras ver que sus compañeros no volvían a salir de la sala anterior Illvander decide volver con ellos con la intención de averiguar que era lo que les retenía tanto.

Me mantengo en mi posición sin moverme, observando a mi alrededor por si hay muestras de algo que se mueva o que parezca extraño.

-Tal vez solo queden los rastros de la invocación y todo se haya desplazado a otro lugar aunque ¿para qué?

Siento que las cosas se agrandan cada vez más. Realmente estamos dentro de un mundo subterráneo que abarca más que un simple asentamiento ¿qué cosas estarán sucediendo aquí abajo?¿estarán preparando un ataque como represalia a nuestra incursión o solo serán medida para acabar con nosotros?

-Si han invocado un demonio debe estar en algún lado, ¿No os parece?-Digo mirando alrededor.-Y no se si quiero esperar a que me descabece o me abrase. Pese a mi ascendencia los demonios no son algo que esté ansioso por ver.

De pronto, y sin que ninguno de vosotros lo esperaseis, Illvander se acerca lentamente hacia el símbolo arcano del suelo, y entra dentro de él. En cuanto está dentro, os mira directamente a los ojos, parece como si le faltase el alma, como si sus cuencas estuviesen totalmente vacías y no hubiera nada en su interior.

En cuanto está en el centro, Illvander comienza a arder, como si el fuego que hay en su interior lo consumiese, hasta tal punto que su cuerpo y todo lo que lleva consigo, queda convertido en cenizas.

Algo había en el interior de aquel símbolo, y ahora seguramente estuviera totalmente libre...

CONTEO DE ASALTOS: 2 DESDE LA ENTRADA

Horrorizado Eldarian vio como Illvander había entrado en el círculo y se había convertido en una pira quedando de él solo cenizas.

Ahora el elfo estaba seguro de que había algo ahí. Y como no pudo localizarlo volvió a recurrir a uno de sus conjuros.

Concentrándose nuevamente, Eldarian pidió el favor de Obad-Hai para que le concediera su gracia.

- Mi señor, mi Dios. COncédeme tu don para descubrir a aquel que no podemos ver y que nos está acechando en las tinieblas, intentándonos matar.

Valduane contempló horrorizado como su hermano del fuego se adentraba en el círculo y comenzaba a arder.

Le había cogido de imprevisto, concentrado como estaba en averiguar qué era aquel símbolo. Algo se había apoderado de la mente, y ahora del cuerpo, de Illvander.

El hechicero de la tierra retrocedió hasta salir de la habitación. Sería más útil desde fuera.

Shield.- susurró mientras hacía un arco con su brazo y movía con presteza los dedos.

Una luz azulada se materializó delante de él por unos instantes.

Con la otra mano ya iba buscando la varita en sus bolsillos.

Mi corazón se detiene cuando Illvander arde hasta convertirse en cenizas. El tiempo se detiene y una parte de mi, muere con él.
Las lagrimas recorren mi rostro desapareciendo en mi barba. ¿Qué sentido tiene esto?. Mi rabia interior arde y se apaga con el hielo de mi esencia. La quietud del agua a la que en ocasiones intento remitirme me parece ahora imposible, pero tampoco consigo encontrar la furia del mar en mi interior. Parece que este duro golpe me ha desestabilizado por completo.

¿Por qué ha tenido que morir?¿Acaso nuestro orgullo era tan importante?¿qué valor tiene lo que aquí encontremos?

Miro al resto algo perdido. Las muertes anteriores fueron crudas, pero esta es demasiado cercana.

¿Qué venganza estará a la altura?, preguntan mis ojos claros cuando miro a Valduane.

Salgo de la habitación tras él e intento recuperarme mientras observo si la magia del druida nos muestra algo.

-Tenemos que destruir esta torre...- digo mientras me doy cuenta que estando tan alterado me siento incapaz de conjurar nada.

Como si alguien hubiese ralentizado el tiempo, Aire, que seguía acariciando su anillo, giró la cabeza hacia su compañero que estaba entrando en el círculo. La muchacha, como si supiera lo que iba a ocurrir, abrió la boca al tiempo que su mueca era de terror absoluto. Quiso tirar de él para apartarle, pero ya era demasiado tarde. Illvander ya no estaba.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH, NOOOOOOOOOOOO! gritó histérica Aire, con un dolor en su voz que desgarraba cualquier alma. La muchacha cayó al suelo de rodillas. Gritando y llorando, la muchacha era incapaz de moverse.
 

Decidisteis salir en retirada por la puerta de la habitación. El conjuro de Eldarian sirvió para algo, para ser capaces de reconocer la silueta de aquella criatura, pero poco más. No era como deshacer la invisibilidad que poseía el ser. De hecho, su cuerpo era tan extraño e impredecible que no teníais muy claro contra lo que os estabais enfrentando. Solo sabíais que había consumido en un abrir y cerrar de ojos a vuestro compañero.

Y así, dando un paso hacia delante, y ahora saliendo del círculo. Aquella figura de extraña silueta hizo una vez más un gesto.

Ahora el que ardía en llamas era Asmodeo. Pero de pronto, las llamas se apagaron. Y alguien más apareció en la habitación salvando así a vuestro compañero.

De pronto la criatura lanza un rayo sobre el drow que había aparecido en la habitación, el elfo oscuro lo para y entonces dice unas cuantas palabras que hacen que la luz que había lanzado Eldarian se desvanezca y así, la presencia de aquel ser quede completamente disipada.

El drow se gira hacia vosotros, agacha el rostro y con aún teniendo una bola de energía en sus manos preparada, por lo que pudiera pasar, os dice mirando el rastro de cenizas de lo que era Illvander. Lamento mucho lo que le ha pasado a vuestro compañero. Ha sido un grave error.

Aire aún tenía la mirada y la boca desencajada, mirando al lugar en el que su hermano había desaparecido. Tuvieron que tirar de ella para alejarla de allí, para hacer que se protegiera del peligro que allí acechaba... Y que no tardó en hacer acto de presencia o, al menos, su silueta.

Apenas tuvo tiempo de gritar ante el ataque a Asmodeo, cuando las llamas se apagaron. La muchacha quería gritar, quería correr y quería llorar, pero no podía. El espectáculo entre ese ser semiinvisible y el drow era para admirarlo.

Qué poder pareció que una voz susurraba en el interior de la cabeza de Aire. La mano de la muchacha se movió más rápido de lo que ella hubiera sido capaz. De su bolsa de conjuros sacó un trozo de piel curado y lo pegó a su cuerpo. Cuando sintió el contacto, murmuró Prostatév̱ei y un aura plateada rodeó a la muchacha, al igual que a sus compañeros

La presencia del drow empeoró la situación y más cuando el elfo vio que podía disipar la magia del engendro que seguramente él mismo había llamado. Sin duda alguna era un mago muy poderoso, alguien en quien tener muy en cuenta y no dejar de vigilarlo en ningún momento.

Las palabras del drow no hicieron si no temer más su presencia.

¿Por qué era un grave error? ¿nos esperaba? ¿qué quería de nosotros?

- ¿Quién eres? y ¿por qué es un gran error la perdida de nuestro compañero? se supongo que estás protegiendo esta sala con el engendro que has llamado, así que no deberías sentirlo tanto, pues ha hecho su función... a no ser...

Las palabras del elfo se quedaron en el aire para que el drow las terminara y explicara todo. Sin embargo no dejó de tensar el arco que ahora apuntaba al drow.

Parece que otro compañero ya a caer cuando un misterioso personaje hace aparición. Me intriga su persona, y en ese preciso momento me siento emocionado. No es el primer drow con el que nos encontramos ni mucho menos, pero tiene control sobre la magia y se comunica con nosotros de una forma tranquila, incluso lamentando nuestra perdida.

Me adelanto hacia él un par de pasos.

-Me llaman Aguainvierno-digo presentándome tras escuchar las respuestas (si las hay) a las preguntas de Eldarian-¿qué es este lugar?

Valduane sujetó el brazo de Aire con delicadeza pero con firmeza. Su hermano había muerto por culpa de aquel drow, o de su tremendo error. Siempre estaban a tiempo de acabar con él, pero podía obtener más si lo dejaban hablar.

Habla, drow. Sabes que podemos contrarrestar tu magia, así que elije tus palabras con cuidado.

Solo es un drow de mediana edad con un gran sentido de la moda y un aire de hedonismo. Tiene una belleza robusta, aunque no es demasiado musculoso, y lleva un gran pendiente de oro en su oreja izquierda. Su atuendo consta de pantalones negros enfundados en unas botas de cuero negras que le llegan a las rodillas, y una camisa púrpura y ondulada sin botones a partir del pecho. Una fina diadea dorada hace que su largo pelo blanco no le caiga sobre la cara, y las mangas de su camisa están enfundadas en unos elaborados brazales dorados. Una fina capa negra completa su conjunto. Huele a perfume e incienso, sobre todo a sándalo.

Ned'razak asintió ante las palabras de Valduane, sabía de lo que eran capaces de hacer esos hechiceros si habían llegado hasta allí.

Después decidió responder a las preguntas que habían planteado los aventureros.

Mi nombre es Solom Ned'razak, soy un archimago de Szit Morcane, y estoy interesado en vosotros. Si habéis llegado hasta aquí es que sois lo suficientemente fuertes.

Vuestro compañero no debería haber muerto, porque no tendríais que haber entrado en esta sala. El Nycaloth es convoqué debió de poseerle mentalmente y le hizo destruir el símbolo arcano que lo contenía. Llegué a tiempo para salvar la vida a vuestro otro compañero, pero no a él. Dijo mirando las cenizas de Illvander. Esta criatura debería haberme ayudado, pero no fui capaz de forjar un pacto con él y desgraciadamente la pérdida de vuestro compañero ha sido el resultado. Dijo agachando el rostro entristecido.

Ahora mismo estais en La Torre Invertida, es el centro de estudio y la práctica de magia de Szit Morcane.

Si queréis que sigamos hablando, ¿qué tal si me acompañais a mi sala de audiencias? Allí podremos hablar de forma más cómoda y segura.

-Gracias, supongo.-Digo al verme sin las llamas alrededor.-Es todo un alivio dejar de arder. Mi nombre es Asmodeo, por cierto. Creo que sería prudente hablar en otra parte... en algun lugar más... tranquilo.

Aire se refugió en Valduane, agarrándole del brazo y escondiéndose tras su espalda.

Ella negó la cabeza cuando el drow les invitó a ir a otra sala para hablar. A Aire no le gustaban esas criaturas, quería irse de allí.

Eldarian miró de hito en hito al drow. Escuchó atentisimo lo que les dijo y acabó negando con la cabeza.

- No me fio. Lo siento,  pero un archimago es lo bastante peligroso de por sí como para añadirle que es drow. Pero si a eso le sumamos que quiere llevarnos a su territorio, un lugar en el que seguro tiene istalado protecciones por doquier y objetos mágicos que nos harían polvo, es una temeridad. Si quieres hablar con nosotros que sea en un lugar consensuado y nuetral- dijo el elfo dejando claro que no se fiaba y que no quería que el drow les dirigiera.