Partida Rol por web

El drow miró en todas direcciones, ¿acaso no veis dónde estais? Ya estáis en mi territorio. La magia que habéis tenido que disipar para llegar hasta aquí, era parte de las pruebas que hay que superar, y parte de las trampas para quien quiera llegar hasta arriba. Estais bajo mi techo, y realmente, si quisiera haberos visto morir, tan solo tendría que haber dejado al Nycaloth que lo hiciera.

Solo quería ser anfitrión y llevaros a mi sala de audiencias, donde podamos hablar más tranquilamente y ver si podemos llegar a un acuerdo. Dijo encogiéndose de hombros al tiempo que salía de allí. Si me queréis seguir, adelante hacedlo ahora. Pero si no, la próxima vez que  nos veamos, seguramente sea para terminar lo que empezó el demonio que convoqué, dijo mirando a Asmodeo.

-Confiemos en él- digo con serenidad. Probablemente no debamos hacerlo, pero cierto es que podría habernos atacado directamente como los otros a los que nos encontramos. Podría ser una trampa para capturarnos, pero como ya nos ha dicho, la próxima vez será distinto si no le acompañamos

-Yo por lo menos estoy dispuesto a seguirlo-quiero respuestas y conocer más. Es un riesgo sin duda alguna, pero toda nuestra aventura en este lugar es un riesgo.

Eldarian miró al drow sin bajar el arco y sin fiarse de lo que decía. Se le ocurrían muchas de razones para no seguirle y mucho más teniendo varios enemigos expertos dentro de su hogar habiendo superado infinidad de pruebas.

- Yo habría dicho lo mismo si quisiera que no me siguierais atacando y quisiera llevaros a una trampa o una emboscada o algo similar- aseveró el druida.

Pero entonces Nenfirien dio su brazo a torcer y accedió a la petición del drow. Eldarian por fin dejó de fijar la vista en su oponente para mirar al mago. Su cara era entre asombro y rabia. No se fiaba del drow y no entendía por qué Nenfirien sí se fiaba. 

Levantándose y destensando el arco el elfo miró a los demás y esperó ver su reacción. Esto no le gustaba y seguramente les trajera algún tipo de camino irreversible que es condenase.

Valduane comenzó a atar cabos. El robo de sus pertenencias no fue una casualidad, tenía como propósito atraerles hasta aquí. Eso quería decir que aquel drow quería algo de ellos. Pero eso no cambiaba el hecho de que por su culpa había muerto Illvander.

Eldarian, no creo que quiera hacernos daño, al menos por ahora. Estoy de acuerdo en oír lo que tenga que decir pero mantened la guardia.

Si algo tenía razón el drow, algo que hizo que Aire se relajara, fue que podía haber dejado que el demonio que había hecho arder a Illvander les atacara, y no lo había hecho. Conocía ese tipo de invocaciones, aunque no las había practicado. El demonio podía haber salido de esa círculo arcano y les podría haber matado sin miramientos. Y también tenía razón en que esa era su casa. Ya podía haberles matado.

Así que dio un paso para salir de detrás de Valduane, mostrando así su conformidad.

Encogiéndose de hombros el druida cediò a las decisiones de sus compañeros y siguió al drow y a los demás al interior de alguna sala que el archimago les guiara.

- Vamos Jai- fue la escueta orden que dio a su compañero animal para que le siguiera.

Aun así no las tenía todas consigo, pero parece que no tenía alternativo.

-Gratificante.-Digo sonriendo mientras escucho la amenaza velada del archimago.-Nota mental, matar a ese tipo.-Pienso con una burlona sonrisa en la cara.-Por mi parte, sigamoslo.

Sin decir nada más, me pongo en camino detrás del archimago.

Mucho mejor así. Dijo mientras os dedicaba una amplia sonrisa y salía de aquella habitación, para dirigirse volando a la cuarta y última planta de la torre. Seguidme. El drow daba por hecho que si habíais llegado tan arriba era porque erais capaces de ascender sin ningún tipo de problema. Por lo que, aunque iba mirando hacia atrás para no perderos de vista, iba poco a poco avanzando hacia la sala de audiencias.

Eldarian no le quitaba el ojo al drow. Mientras caminaba miraba a uno y otro lado por si les emboscaban o algo parecido. No dejaba de reprenderse por haberse fiado del drow, pero por lo que parecía no tenía otra alternativa.

Imaginando un ataque, comenzó a memorizar los conjuros que más falta o más provecho podría sacar en esta situación.

Decidme, ¿quién no puede ascender? preguntó Aire, girándose a sus compañeros, preparada para lanzar conjuros a diestro y siniestro para que todos pudieran ascender volando

-Yo necesito tu ayudadigo en voz baja molesto por esta muestra de nuestra actuación delante del Drow. Una cosa era confiar en él y otra que viera nuestras posibilidades, pero el daño estaba hecho y si nos deteníamos se daría cuenta.

-¿Hasta donde alcanzará su poder?

Valduane se elevó en el aire siguiendo al drow. Aguardó un poco mientras llegaban sus compañeros.

El hechicero de la tierra observó al pequeño grupo y se acordó de los que habían caído en aquella aventura, aquel drow pagaría las consecuencias, aunque primero escucharían lo que les tenía que decir.

- Jai y yo también necesitamos de tus conjuros para poder ascender, amable Aire- pidió el elfo a su compañera para que pudieran ascender si fuera menester.

Espero a que Aire me lance el conjuro para ascender sin perder el tiempo mientras observo al Drow. 

Estoy apunto de explicar la situación, pero dar explicaciones, sin duda alguna daría una peor impresión de nuestro grupo y aún tenemos que averiguar qué pasa aquí. Si parecemos novatos no nos contará nada.

-Yo puedo subir sin problemas.-Digo caminando hacia arriba por la pared.-¿Alguien necesita ayuda?

Aire se sintió como una diosa al comprobar que casi todos sus compañeros la necesitaban para ascender tras aquel drow. Uno a uno los fue obligando a dar un beso a Aristóteles, para después lanzar el conjuro para caminar por el aire sobre ellos. Cuando había cumplido sus repugnantes deseos, Jai, Eldarian y Nenfirien pudieron seguir a Aire, Valduane y Asmodeo ya estaban en la última planta esperándoles.

Todos juntos atraviesan la única puerta que había allí, para encontrarse con el drow sentado sobre un impresionante trono hecho de metal negro de aspecto pesado que se alza sobre un estrado. Ricos tapices con diseños abstractos cuelgan de la pared que hay tras el trono, rodeándolo y contribuyendo a su aire de impresionante autoridad. Dos puertas, una a cada lado de la entrada, conducen fuera de la habitación.

Solom Ned'razak mira hacia abajo a sus invitados mientras les sonríe con amplio orgullo.

Bienvenidos a mi torre de magia. Si habéis llegado hasta aquí es que sois dignos de mi admiración y podéis contar conmigo como un potencial aliado. Dijo agachando el rostro en forma de asentimiento. Como ya os dije, mi nombre es Solom Ned'razak y estoy dispuesto a ayudaros. Pero antes me gustaría saber, cuál fue la razón que os llevó a introduciros en las profundidades de esta caverna. Habéis recorrido un largo camino hasta aquí, y nadie llega tan lejos sin un objetivo claro. Decidme, puesto que quizá os pueda ayudar con ello.

Eldarian subió gracias al conjuro que Aire les brindo, tras el beso a Aristóteles. Al entrar en la sala miró a todos los lados precavido. Intentaba averiguar desde donde podrían venir los posibles peligros.

Luego escuchó al drow quien en su trono parecía un señor y ellos sus súbditos. Eldarian apretó los labios. Seguía sin fiarse.

- Las razones de cada uno son particulares. Y cada uno debe decidir si contártelo o no.- dijo secamente. Miró nuevamente a ambos lados y luego continuó-. Yo vine siguiendo a este grupo pues una persona me de la superficie me lo pidió expresamente. Dijo que les ayudara. De paso me pidió que evaluara la amenaza que suponía encontrarse un asentamiento drow. Y en eso estábamos. Intentamos evaluar cuan de grande es la ciudad y de peligrosa para la gente de la superficie- dijo sinceramente sin tapujos, intentando medir la respuesta del drow a sus palabras.

- Me inquieta saber en qué sentido nos puedes ayudar. No me fío, es obvio, pero me intriga y en cierto modo repele- dijo sincerándose nuevamente.