Partida Rol por web

Con paciencia Illvander empezó a trepar por la cuerda, al llegar arriba espera la llegada de todo el grupo a la nueva sala y comienza a inspeccionarla con curiosidad junto con las puertas que Asmodeo había encontrado previamente. 

Tendido en el pedregoso suelo, Jai veía como los miembros del grupo comenzaban a subir por la cuerda. Como le había dicho su amigo Eldarian, el felino permanecía en el sitio atento a lo que sucedía.

Sin embargo, se dio cuenta de que ahí no podía quedarse, no sin que fuera una sombra en uno de los, terrible cazador agazapado al acecho de una posible víctima que pasase por ahí. O símplemente un observador invisible que velase por sus compañeros.

Con esta idea en mente, Jai buscó un buen sitio en la zona donde se encontraban para pasar el desapercibido el tiempo que el resto de la gente estuviera en esa oquedad.

Dimitry subió por la cuerda de seda a una velocidad increíble, con su ayuda y tras bastantes traspies y algo de sufrimiento, el resto de magos lograron subir también. El pobre Jai parecía que no tendría más remedio que esperar allí abajo al resto de sus compañeros.

Ahora, estaban todos en la primera planta de aquella torre invertida y carente de escaleras. Habían logrado descubrir todas las puertas que había en aquel recibidor, ahora solo quedaba tomar una decisión para ver hacia dónde irían.

Ooh... Pobre Jai pensó Aire, mirando hacia abajo, en dirección al tigre.

¿Quieres que baje a por él? Puedo lanzar un hechizo sobre él para que suba conmigo.

El murciélago que era ahora Eldarian, aleteó sus membranosos brazos a las palabras de Aire. Estaba claro que no podía comunicarse con la maga, pero le hubiera gustado.

Unos grititos inteligibles acompañados de un husmear de su cabeza fue toda la respuesta que pudo emitir.

¡Aaaah! ¡Un vampiro! gritó Aire al escuchar los gritos de Eldarian. Salió corriendo y se escondió tras Valduane. Allí, asomándose por encima el hombro de su compañero hechicero, empezó a mirar a la criatura y su cabeza empezó a conectar ideas.

No... ¡Eres Eldarian! Aaaaah dijo, golpeándose la frente con la palma de la mano.

Se acercó hasta la entrada y comenzó a descender, como si hubiera una escalera. Llegó hasta la altura de Jai, le dio un beso en la cabeza mientras le acariciaba y, mientras susurraba unas palabras, le lanzó el mismo hechizo que ella tenía.

Ven bonito, ¡vamos a jugar! dijo. Empezó a subir, seguido del tigre, hasta llegar a sus compañeros de nuevo

El gigantesco tigre vio como se acercaba la bella mujer hasta él. La verdad es que se portaba muy bien con él y le gustaba que le acariciara.

Cuando le besó y le lanzó el conjuro, accedió a seguir a la mujer, después de lanzar una mirada furtiva al murciélago que era ahora Eldarian. Se levantó y la siguió caminando a su lado. A cualquier otro tigre le parecería algo anormal andar por el aire, pero Jai había tenido esta y otras experiencias similares viviendo al lado del druida. Así que para él era otro juego más al que ya estaba acostumbrado.

Al llegar a donde estaban los demás, olfateó el ambiente y escrutó la estancia.

Observo las puertas, su disposición y realmente me resultan como en ocasiones anteriores. Similares. ¿Cuál podría llevar a algún lugar interesante o meternos en la boca del lobo?¿pueden ser simples puertas de habitaciones? 

Lo malo de un subterráneo es que no puedes hacerte una idea fácilmente de lo que habrá, eso sin contar con la magia...

-Creo que estando aquí, deberíamos intentar ver lo que hay tras esas puertas, ya estamos dejando demasiadas cosas sin investigar que nos pueden jugar malas pasadas.

Las puertas que anteriormente no pudimos abrir me preocupan, de allí podría salir una tropa Drow y cortarnos la retirada, eso sin contar con el poblado.

-Podríamos empezar por abrir la de la izquierda. La puerta solitaria podría tener más importancia y estas tal vez sólo sean habitaciones.

-Oido.-Digo acercándome a la puerta y echando un vistazo en busca de un modo de abrirla.-Estad atentos.

Asmodeo investiga la puerta de la izquierda del todo y se da cuenta que puede abrirla sin ningún problema. Pero tras hacerlo se da cuenta de que no hay absolutamente nada, la puerta está cegada, pues tras ella tan solo hay un muro de pared lisa, idéntica a las paredes de aquella torre invertida.

Una vez abierta, me cambio de pared y abro la otra puerta, la que está sola. 

-¿Algún mago puede examinar eso?-Pregunto señalando la que acabo de abrir.

Dicho esto, retomo mi tarea.

Esdarain, con la forma de murciélago, no dejaba de husmear el ambiente como si de un murciélago de verdad se tratara. Que ría estar atento por si debiera volver a transformarse en elfo o lanzar un conjuro que ayudase en la investigación o a cualquiera de sus compañeros.

Por si acaso no perdía ripio de lo que acontecía.

Illvander examina la pared tras la puerta, tras ello decide ver si hay algún hechizo que tape algún posible camino.

Mientras Illvander investiga la puerta recién abierta, Asmodeo se dirige a la que está justo en el otro extremo. Cuando la abre, sin ninguna dificultad, se puede apreciar una pequeña habitación que lleva mucho tiempo desocupada. El polvo cubre todo el suelo y las telarañas llenan los rincones y penden del techo a sus anchas.
 

Yo echaré un ojo a ver si hay algo de valor en esta habitación. - dijo Dimitry. - Puedes ir abriendo la siguiente puerta. ¿Soy al único al que le resulta extraño todo esto? - preguntó a nadie en particular mientras se adentraba en la habitación y se ponía a buscar algo de valor o tal vez algo oculto en aquella estancia. 

Observo las dos puertas abiertas. Una habitación y un tabique. Por supuesto, estando donde estamos no suena bien.

-Tenemos que tener cuidado...

-Veamos que hay tras la puerta que nos queda- digo apartándome un poco- Tienes razón Dimitry, esto no es demasiado lógico.

Me acerco a la primera puerta y conjuro un pequeño hechizo para detectar si la naturaleza del muro es mágica o simplemente es un muro mundano.

Tras un leve momento examinando el muro con mi conjuro detecto que es una mera ilusión.

- Chicos, este muro es una quimera, una ilusión, podemos pasar a través de él.