Partida Rol por web

Black, después de haber acabado con el que parecía el líder de los asaltantes decidió entrar en acción más directa. Lanzó la pistola que aun humeaba contra uno de los tres adversarios con los que bregaba abriéndole la cabeza con una herida muy fea pero aun así carente de mortalidad. No tuvo la misma suerte al que le tocó compartir acero con el inspector, éste segundo bandido vio como un sorpresivo tajo limpio liberaba sus entrañas al mundo... cayó de rodillas y murió intentando devolver los intestinos al interior de su panza.

ok

Pues entonces iremos a lo discreto, con la protección.

Gracias por apuntarlo.

¿Cómo procedemos ahora entonces?

El sargento está cabreado por el golpe que su casco ha soportado. Además, no solo por el dolor que este le causó sino por el bollo que tendrá su apreciado casco. Justo en ese momento recuerda que sabía hacer como para mejorar su situación. Sólo era un pequeño movimiento táctico que ya había pensado y movió los pies, apretó los dientes y rezó porque todo saliera a pedir de boca.

Tras la aparente no actuación del sargento (parecía más que buscara posicionarse mejor en defensa que pasar a un ataque feroz como el que había protagonizado el Marino bárbaro) los asaltantes volvieron a la carga... era extraño que después de la masacre acontecida por Abe hacía tan solo unos segundos, los bandidos aun tuviesen ganas de insistir en morir a sus manos. Al marino no le tembló el pulso a pesar de sus gravísimas heridas a la hora de esquivar y sacarse de encima enemigos a golpes ninguno salió indemne e incluso uno cayó muerto al llevarse un terrible golpe con el mango del hacha que le hizo saltar por los aires un ojo.

En su posición, el Sargento portuario fue capaz con su estrategia a la defensiva de contraatacar los envites enemigos con soltura haciendo que incluso uno de los bandidos acabase precipitándose contra el suelo clavando la daga en su propio corazón. Sin duda Leinad era un curtido hombre de acción que sabía lo que se hacía.

El inspector Le Noir practicó una estrategia similar a la de Gunter, pero el casaca estaba hecho de otra pasta, danzó entre los golpes que le intentaban asestar tornando golpes de culata de pistola en un baile que vapuleó a sus adversarios acabando con uno de ellos que quedó tendido con terribles espasmos y asomando parte de su materia gris por el cráneo abierto.

La escabechina terminó con un asaltante empalado por Black que en este combate parecía tocado por los dioses de la esgrima. Tan solo tuvo que aprovechar la fuerza del primero para que él mismo se ensartara en la espada del inspector el otro recibió un golpe bastante severo al toparse con el pomo de la misma hoja que había eliminado a su compañero, no le mató, pero no le quedaría mucho de vida si continuaba bregando en aquel suicidio colectivo.

Ni de chiripa. Además, necesitaría un bono más alto. Como no me des un bono de algo, lo tengo difícil.

Jajajaja, la percepcion es para ver si descibren que haces magia, se me olvido decir que tu no tirases. Igualmente recuerda que un 10 en el d10 es exito siempre

Si, ya, como las tiradas críticas en los sistemas D10 o D20 ,.... tiradas abiertas en los MERP/ROLEM ...

Pero bueno, lo dicho, ni de chiripa, y con lo que me quieren los dados a mi ... voy "apañao".

Gracias por todo. Además, haber dicho que yo no tirase, igual hacía que muchas miradas se encaminasen hacia mi.

Observó con una mezcla de curiosidad y sorpresa a Quinn y su repentina furia, debatiéndose en su interior entre el sentido del deber y el agradecimiento por haberles ayudado de aquella manera. 

Lleno de rabia y henchido por la magia, dejó de lado toda protección y ahora sí que lanzó su brutal ataque contra el más cercano de los necios forajidos, ensartándole con un feroz movimiento mientras apuntaba a través del hueco que la matanza había abierto hacia Abe, para finalmente cambiar de objetivo a uno de los atacantes que amenazaban al pirata, disparando y dejando un camino de humo entre ellos. 

El inspector ensartó con su espada a su adversario más cercano observando en su rostro como se le iba la vida, y lo hizo mientras disparaba en dirección a la escaramuza que llevaba a cuestas a el Sr Quimm, después giró su cabeza para comprobar que su tiro había esparcido parte de la sesera del objetivo por el suelo. Sus movimientos habían sido rápidos y precisos, se podía decir que sabía lo que tenía que hacer en cada momento de antemano... de hecho así era.

Abraham estaba exhausto. Por su barbilla corrían espumarajos sanguinolentos. La musculatura le ardía después de semejante explosión de rabia contenida.
Respirando con dificultad, Abe clavó una rodilla en el suelo. A su alrededor, el empedrado estaba alfombrado con cuerpos destrozados.
Alzó los ojos un momento y vio como aún quedaban un par de oponentes con vida. Apoyándose en el hacha, Quinn se puso de nuevo en pie, tambaleándose. El esfuerzo hizo que de su boca brotase un poco más de sangre.
Viendo que esos dos payasos no sólo no se marchaban, sino que aún se aproximaban con paso vacilante, comprendió que no le quedaba otra salida que seguir talando.
- ¡Vamos, hijos de perra! No os penséis que habéis acabado conmigo... - hizo una pausa, pues le faltaba el aire - Mientras mi corazón siga latiendo, el hacha no caerá...

Con un movimiento que hizo que sus nervios aullaran de dolor, blandió el enorme hacha sobre su cabeza. El cabello se le tiñó de escarlata cuando del acero goteó la sangre que el arma no había sido capaz de beber y que manchaba toda la hoja.
¡Cuando llegues al infierno, di que es Abraham quién te envía!

El implacable marino alzó su hacha y en su caída partió en dos a su penúltimo enemigo haciendo que cabeza, un brazo y parte del tronco se separara violentamente del resto del cuerpo. Abe ya no podía más, eran pocas las fuerzas que le quedaban y muchas las heridas, pero solo la parca podría hacer que parase de luchar.

Aquellos miserables habían venido a matar o morir. No dejaban de caer un detrás de otro y, aún así, continuaban lanzándose contra sus armas.

Miró de reojo a su compañero y no dejó de maravillarse de como después de tanta cháchara sobre ser Casacas Negras y que la misión era lo primero y bla, bla, bla... Ayudaba a quien a todas luces poseía el poder que ellos perseguían y castigaban.

En fin, cada cosa a su tiempo, aún quedaban adversarios frente a él.