Partida Rol por web

¡oh capitán, mi capitán!

El Conejo Caldoso

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07/09/2016, 09:26
Burg

El contramaestre no pudo hacerse el loco ante la presentación en escena de Black y reaccionó de forma distante como si no fuera con él.

Ni soy cojo ni me falta mano, pero mi falta de puntería y agilidad me han hecho ganarme esos motes. Se giró desafiante que quiere de mi el señor interrogador del Volavenunt? acaso no os cobrasteis ya vuestra vergonzosa venganza? Parecía referirse a algún tipo de represalia injusta que se tomó contra el Revenge después de hundir el Volavenunt.

 

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07/09/2016, 10:00
Gunter Leinad

Se gira hacia el hombre de su lado. El que escuchaba. Se notaba que había puesto la oreja y le afectaba lo dicho. Por su actitud, estaba claro que algo sabía. Frunció el ceno y preguntó: - Hola marinero. Saludó con una sonrisa depredadora en el rostro. Me vas a contestar tú, ¿Verdad? En si era una afirmación, pero intentó ser mínimamente simpático, antes de empezar a ser ... rudo. En su cambio de posición apoyó el codo en la barra, como si fuera un parroquiano que disfruta de un buen trago y una amena conversación.

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07/09/2016, 12:31
Antoine Black

Al oír la referencia a su "vergonzosa venganza", Antoine torció el gesto. Había cosas que era mejor dejar enterradas en el pasado. Con un gesto de la mano corrió un tupído velo y cambió de tercio.

-Oh, no quiero nada en particular, solamente pasaba por aquí con unos amigos- dijo señalando con un gesto a Le Noir y Leinad, nunca estaba de más dejar constancia de que no venía solo -Y me he pasado a saludar-.

-Y ya de paso a conocer al capitán de Inferno, ¿podrías ayudarme?- al fin y al cabo todos los piratas eran camaradas...

 

Notas de juego

Doy por supuesto que Leinad está hablando con Abraham, ¿no?

NOTA DEL DIRECTOR: Eso me ha parecido entender

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07/09/2016, 14:53
Abraham Quinn

Abraham casi se atragantó cuando Burg y el extraño hablaban sobre el Volaverunt. Apenas logró aguantar la risa. - ¿Aún quedan supervivientes de aquella cáscara de nuez? Joder, qué duros son... - comentó en tono bajo, pero perfectamente audible.
Acto seguido, otro de los recién llegados pareció dirigirse directamente a él. Abe lo miró fijamente, devolviéndole la sonrisa con fiereza, dándole a su rostro una mueca siniestra.
- ¿Qué tripa se os ha roto? Tras esto, apuró de un trago su jarra y se mantuvo a la espera de la respuesta de su interlocutor.

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07/09/2016, 22:14
Guillaume Le Noir

¿Aquél tipo le había dicho que fuera más humilde? Estaba incrédulo aún cuando se dirigió a la barra junto a sus dos compañeros, tanto que seguía rumiando aquellas palabras mientras los otros hablaban. ¿En serio lo ha hecho? Suspiró mientras miraba de reojo a los allí presentes, dándose cuenta de que aquellos hombres, marineros, rufianes y piratas, al menos parecían sentir lo que debían: nerviosismo y miedo. Leinad... tienes suerte de que nunca me diera por el mentalismo... 

Aquél último pensamiento le hizo sonreír y despejar la mente, lo suficiente para darse cuenta de que Black parecía conocer del pasado a una de aquellas ratas y que el sargento había entablado una conversación cordial con el compañero de este. Él tenía poco que hacer más que añadir su presencia al aura de intimidación que les acompañaba, así que se giró al escurridizo tabernero que evitaba las preguntas y le hizo un gesto con el dedo índice para que se acercara mientras se apoyaba en un codo sobre la barra y dejaba la mano libre en la culata de la pistola. 

Esperó a que se acercara bien a él, se relamió cuando le tuvo a unos centímetros de su rostro y, con un tono amable y tranquilo le pidió dos jarras de cervezas y un vaso de ron. Mientras sus acompañantes charlaban él se dedicaría a algo más productivo e inofensivo.

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08/09/2016, 09:36
Gunter Leinad

Había estado a puntito de ponerle la punta de un arma entre las piernas y pedirle que silbara, pero si él mismo había pedido humildad y decoro a los acompañantes, no podía romper las normas a la primera de cambio. - Muy señor mío,... estaba intentando contenerse, y seguro que los parroquianos, conociendo como se las gastaba alguno estaría ya pensando en que se liaba ... necesito esa información sin demoras ni rodeos. Suspiró, pero ya puso la mano sobre el pomo de algo que pinche y tenía los dientes apretados tras el suspiro para contenerse. ¿El capitán del Inferno?

No se contendría más. Lo siguiente era forzar la situación. Además, tenía una reputación que mantener, y no dejar que le "tomasen por el pito del sereno" estos palurdos de bar. Era un Guardia Portuario, y no un soldadito. Era el encargado del Servicio de Seguridad ese día, y en su "Guardia" no había problemas en los que él no metiera las narices.

Notas de juego

Si, si, me dirigía a Abraham Quinn.

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08/09/2016, 14:24
Abraham Quinn

Quinn vio como el agitado individuo se llevaba una mano a la cadera. Miró de soslayo a la barra, dónde reposaba apoyada su arma, calculando la distancia a la que tendría que alargar el brazo para cogerla. Deseaba no tener que pelear esa noche, pero si ese bravucón pretendía intimidarle...
- Mira, está claro que el capitán no se encuentra aquí. No tengo ni idea de dónde estará en estos momentos, no me lo ha dicho. Igual en los muelles saben algo...

Tras unos segundos de silencio, añadió: - ¿Se puede saber por qué se le busca? Dudo mucho que haya quebrantado alguna de vuestras normas. - y se aseguró de poner énfasis en la palabra "vuestras".

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08/09/2016, 15:00
Gunter Leinad

Al ver que el marinero hizo un gesto de mirar su arma, extrajo la suya y se la puso entre las piernas. Era la intención que albergaba desde el principio, así que su movimiento fue veloz y calculado: Muchacho, ni lo intentes. Sonó paternalista, como el que le da un consejo a alguien que no suele escuchar, y que si no se atiende, darán resultados dolorosos ineludiblemente.

Sin mirar a Le Nior, que hacía mucho que no había soltado ningún improperio, y le hizo un gesto para cederle el paso, con una frase de "Carta blanca". Se terminó el tiempo de carencia y educación. Era hora de ser directos: - Adelante.

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09/09/2016, 15:05
Máster

Justo en el momento en el que el sargento Leinad y el Sr Quinn hacían sendos ademanes de enzarzarse en una pelea una pistola en el pecho de Abe y la punta de una espada ropera bajo el mentón de Gunter frenaron los ánimos.

El tipo vestía un elegante y oscuro uniforme de capitán con capa negra y roja en su interior, no portaba más armas que las que estaba empuñando y en su pecho el blasón de la calavera que piratas y corsarios esgrimían en ocasiones. Una cicatriz enorme le cruzaba la cara y le había hecho perder un ojo que cubría con un parche. Su semblante era frío y su postura templada.

A su alrededor una docena de marinos y marineros habían desenfundado pistolas, machetes y espadas y las sostenían con los brazos caídos a modo de advertencia.

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09/09/2016, 15:18
Capitán Harold

Rápidamente, una vez se había entendido el mensaje, enfundó sus armas y muy educadamente dio un paso atrás para dejar aire entre los tres.

Sin duda se trataba de Harold, Capitán del Inferno. Aunque para Black era el capitán del Revenge... que diablos estaba pasando?

Aquí me tenéis, pero si no habéis venido a arrestarme por algo que no he hecho seguiréis los protocolos y os dirigiréis a mi intendente para cualquier menester.

Dicho ésto se dio media vuelta salió del local escoltado por dos marinos uniformados y fuertemente armados. Y antes de que nadie fuese capaz de reaccionar entró en escena un peculiar tipo con claros tintes españoles en su forma de vestir y arreglarse pelo y barba

Notas de juego

Cuando hablo de marinos y no de marineros me estoy refiriendo a soldados de barco que no hacen faenas de marinero, solo luchan.

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09/09/2016, 15:38
Sancho

Ya han oído al Capitán, Mi nombre es Sancho, en que les puede ser útil un servidor a un sargento de la guardia portuaria que es acompañado por un Casaca Negra y una rata traidora como Antoine "el Negro" Black?

Sancho parecía como muchos ahí tener deudas pendientes con el inspector Black y seguramente era por lo que parecía ser que la tripulación del Inferno era casi en su totalidad la misma que la del Revenge... pero por que tanto oido a Black si en el pasado ellos ganaron la refriega?

Notas de juego

Cuando dice el negro lo dice en castellano

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09/09/2016, 15:52
Gunter Leinad

El sargento había cumplido, pero su interés no terminaba allí. Quería averiguar cosas, tenía que averiguar cosas. Lo necesitaba, así que esperó a que sus "guiados" se dignasen a desvelar el oscuro pasatiempo que se traían entre manos, que parecía, en este caso, coincidir bastante con sus propósitos.

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11/09/2016, 18:17
Abraham Quinn

El tipejo con el que estaba hablando sacó su arma y amenazó a Abraham con un gesto rápido y calculado.
Su corazón comenzó a desbocarse y cada músculo de su cuerpo se tensó. Cuando la pulsación en sus sienes se hizo prácticamente insoportable, Abe supo que las cosas iban a descontrolarse. Posiblemente le matarían, pero pensaba llevarse por delante a ese desgraciado.
Cuando estaba a punto de saltar hacia adelante y destrozarle el gaznate de un mordisco, el Capitán hizo acto de presencia con la pompa que le era característica.

Al ver que los ánimos se calmaban, y haciendo un esfuerzo sobrehumano, el joven logró enjaular de nuevo sus instintos homicidas.
Tan pronto como llegó, se fue de nuevo, dejando como representante a su intendente.
Quinn se relajó en su asiento sin apartar la mirada del guardia bravucón y aguardó para ver cómo se desarrollaba la tensa situación.

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11/09/2016, 20:25
Guillaume Le Noir

Resopló, asqueado por todo aquello. Con la ostentosa aparición del capitán del Infierno, que parecía que no les tenía miedo alguno, todo había dado un vuelco y la situación se había vuelto muy inestable para ellos. Ni siquiera le había dado tiempo a ser él quien intentara sacar la información a aquellos sujetos, menos aún a tomarse lo que había pedido. 

Con un gesto de pasar hacia el cantinero, dio a entender que ya no quería las bebidas, aunque el diablo estaba tan cohibido con todo aquello que ni siquiera había empezado. Lógico, pensó para sí mismo, dándose cuenta de que cualquier movimiento en falso de alguno de los allí presentes podría haber acabado con su negocio para siempre; incluso si hubieran ganado los marinos y parroquianos de aquél apestoso sitio de mala muerte, una taberna donde matan a dos Casacas y un sargento de la guardia portuario no tendría futuro. 

Como fuera, todo había pasado muy rápido y, aunque la tensión parecía haberse esfumado, no dudaba de que ahora se encontraba en medio de un polvorín a punto de estallar y hacerle salir mal parado. Por un lado Leinad parecía seguir con su buena racha, pues después de tocar las narices a dos superiores suyos - osea, su compañero y él mismo -, había optado por fastidiar al que tenía pinta de ser el más salvaje de los clientes. Si le hubiera visto con pinturas de guerra y en taparrabos no le habría parecido extraño, y por su mirada ahora lo que tenía era ganas de arrancar el cuello al guardia. 

- Por mi no te cortes, ¿eh? - Le dijo, alegre, a Quinn, aunque se diera cuenta de que a lo mejor no le entendía correctamente. 

Luego miro a Black y al intendente del capitán del Infierno. Ahí estaba el otro punto caliente. No sólo se conocían de antes, eso estaba más que claro, sino que todo esto venía por un motivo: el Revenge. Había oído historias, como todos, pero su camarada jamás le había contado demasiado. Parecía que ahora se iba a enterar de todo, aunque por supuesto, ese ahora no era literal, pues el tiempo corría y su presa se escapaba. No había que olvidar que estaban allí por una razón, y si perdían el rastro por el pasado de su compañero, no iba a ser fácilmente perdonado. 

Así que miró fíjamente a Sancho, que por la forma y, sobre todo por lo poco que había hablado, tenía pinta de español. Había conocido a algunas en Francia, pocos sea dicho de paso, pero la gente de aquél país era reconocible y llamativa allá donde iba. Por supuesto, en Londhs, era más de lo mismo. 

- Monsieur... - Quedó unos segundos callado, a la espera del nombre del hombre, y luego continuó sin darle importancia -. Venimos buscando El Infierno debido a que tenemos una misión... - Sonrió con un amplio gesto, mientras se pasaba la lengua por los labios, saboreando el momento -. A partir de ahora vuestro barco y la tripulación están a nuestro servicio, debemos cazar un navío francés antes de que se aleje más. Negociaremos con el capitán los beneficios de tal acuerdo. 

Hizo entonces un gesto al intendente para dar por finalizada su trato, y que les llevara a quien de verdad mandaba allí. No quería perder más tiempo con subordinados, pues las horas, los minutos, eran cruciales para acabar con todo aquél embrollo en el que se habían metido de cabeza. 

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11/09/2016, 22:32
Antoine Black

Con un gesto completamente imperceptible Antoine se apoyó en la barra y reprimió una nausea al ver aparecer a Harold. Su mente se inundó con cientos... miles de recuerdos sangrientos. Los continuos encontronazos entre el navío de aquel ser despreciable y el Volaverunt se saldaron con decenas de muertos, muchos de ellos hombres valientes que le acompañaban desde sus tiempos de marino en el Queen's Glory.

Aquello no tenía sentido, era como una maldita pesadilla.

El maldito Harold seguía tan arrogante como siempre, lo que por lo menos les libró de aguantar su presencia durante demasiado tiempo. Lo peor fue ver aparecer a la sabandija asquerosa que lamía las botas del capitán.

Ya han oído al Capitán, Mi nombre es Sancho, en que les puede ser útil un servidor a un sargento de la guardia portuaria que es acompañado por un Casaca Negra y una rata traidora como Antoine "el Negro" Black?

"El Negro", ¿cuánto tiempo hacía que sus oídos no escuchaban aquellas palabras en aquel idioma de paletos?. Al principio pensó en saltar sobre él, desenfundar su arma y volarle la cabeza de un disparo, después miró sus negras ropas y se dio cuenta de que no podía hacer lo que quisiera, simplemente tenía una misión que cumplir, aunque en el transcurso de la misma podía haber bajas, claro...

Una ligera sonrisa irónica afloró a sus labios medio embozados, estaban a punto de embarcarse en un navío en el que la gran mayoría, lucían al menos una cicatriz salida de su acero. Los que no la tenían, simplemente habían sustituido a aquellos que él había matado. La cosa se ponía interesante. ¿Quién le mataría antes?¿Du Plessis?¿Von Breth?¿Harold?

A partir de ahora vuestro barco y la tripulación están a nuestro servicio, debemos cazar un navío francés antes de que se aleje más. Negociaremos con el capitán los beneficios de tal acuerdo. 

Le Noir no podía estar más equivocado. ¿Qué aquellos hijos de perra se prestarían a dar caza a un barco francés por dinero? De eso no cabía la menor duda, pero eso de que el barco y la tripulación estarían a su servicio habría que verlo.

Entre tanto no despegó ni una sola vez los labios, no dejaba de sopesar sus posibilidades de salir con vida de aquella misión y de rememorar la caída del Volaverunt, pero ¿cómo era posible que aquellos bastardos siguieran vivos?, deberían de estar todos colgando de una soga o ardiendo junto al maldito Revenge.

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12/09/2016, 13:43
Gunter Leinad

¡¡¡¿¿¿Perseguir un barco???!!!

 

Su sorpresa era mayúscula, y tenía dudas que pudiera dejar el puesto sin haber arreglado algunas cosillas. Hora no tenía un jefe al que poder asignarle la petición, y como no, tendría por lo menos que coordinar con el resto de compañeros para los servicios y controles.

Leinad tomó una posición más relajada y guardar todo lo guardable, fuera armas, fueran gestos o ademanes, o cualquier comentario. Todo lo que hiciera podría malograr lo que los "Casacas" estaban haciendo, pero tenía dudas. ¿Si no había ningún francés de verdad? ¿Estarán siguiendo una pista falsa o tendré algún error?

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13/09/2016, 07:55
Guillaume Le Noir

Podía sentir la irónica sonrisa de Black, típica de él, a su espalda, como si su mente ya estuviera planeando algo desagradable y fatídico para los que se alzaran contra ellos. Igualmente, y mucho más notable, era la tranquilidad que de improviso se había hecho patente en Leinad; durante unos segundos había notado la alarma en su mirada y el nerviosismo en sus formas cuando había comentado acerca de salir en El Infierno a la caza del francés, y había disfrutado de aquello. Nadie le había invitado, pero no se le olvidaba que el sargento había estado vigilando sus movimientos, y ya fuera porque les espiaba por curiosidad o para alguien, en alta mar no tendría posibilidad de informar a nadie. 

Además, él mismo tendría tiempo de enterarse del verdadero motivo por el que les seguía y, si fuera necesario, parecía que el nuevo amigo de Gunter, el pirata con más pinta de bárbaro que de marino, estaría encantado de librarle de aquella escoria portuaria. 

Siendo sinceros, también sería divertido ver como aquél oficial de Londhs tenía que convivir como un igual con toda la pérfida calaña a la que se enfrentaba día a día en la ciudad, y sería práctico - pues aún le dolían las heridas sufridas en el callejón - ser el tercero más odiado del barco y no el segundo, ya que el primer puesto sin duda era de "El Negro". Sonrió para sí, deleitándose de haber descubierto una parte del pasado de su compañero.

Recordaba cada momento en el que Antoine le había hablado con el pomposo acento francés que tanto odiaba por recordar las penurias que había dejado atrás, pero ahora tendría algo con lo que defenderse cuando volviera hacerlo, y es que no dudaba ni por un segundo que su camarada, pese a que habían estrechado lazos, vería el momento de sacarle de quicio en algún momento en el futuro próximo. 

Al final, aunque no le hacía gracia echarse a la mar con semejante compañía, parecía que las cosas no iban a ser tan horribles como podían parecer. 

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13/09/2016, 15:22
Abraham Quinn

Abe no daba crédito a lo que acababa de escuchar.
- Para, para un momento - dijo mientras se ponía en pie.
Para colmo, el Capitán se había marchado dejando allí al gilipollas de Sancho para que hablase por él. La llevaban clara...
- ¿Qué significa eso de que el barco está a vuestro servicio?

La guardia se creía con potestad para tomar posesión de todo cuánto veía, pero esto era muy distinto. No podían esperar que la tripulación aceptase órdenes de otro tipo... ¡mucho menos un miembro de la guardia!
- Debe ser una puta broma, ¿no?

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13/09/2016, 15:38
Sancho

Cuando el inspector Le Noir imperó en hablar con el capitán adueñándose del Inferno como si fuesen el propio Rey a Sancho se le dibujó una burlona sonrisa, se podría decir que se aguantaba las ganas de reírse a carcajadas en su miserable cara, pero Sancho era lo suficientemente inteligente como para no hacerlo, regatear o fanfarronear ante los casacas era muy osado por parte de cualquiera... ofenderles o agredirles era un desaguisado importante con seguras consecuencias peores que malas.

Para el carro le comentó al oficial marino

je, no habláis en serio, no!? ya nos duele estar sometidos al yugo real como corsarios como para que nos mangoneeis de esta manera. Si Requieren de nuestros servicios deberán ofrecerme algo a cambio, algo cuantioso, sino no hay trato de ningún tipo. 

Quedó unos segundos pensativo mirando a la escalera que subía seguramente hasta las habitaciones donde los clientes descansaban o subían a las señoritas.

Si están dispuestos a negociar síganme, éste no es lugar para hablar del tema. Ah, por cierto, el capitán nunca hablará con ustedes si no es con mi beneplácito y un buen negocio entre manos.

Tras una reverencia de cortesía española mostró el camino señalando con ambas manos a los casacas y su guardia mientras con un gesto con la cabeza le pedía a Abe y Burg que le acompañase.

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13/09/2016, 15:43
Guillaume Le Noir

Giró con calma la cabeza hacia el salvaje, sonriendo como si acabara de escuchar o estuviera pensando en algo muy divertido, pero gracioso de verdad, no como un chiste malo, aunque lo que ese hombre decía lo parecía. Antes de que ningún otro pudiera responder, ni siquiera Sancho, que cavilaba sobre lo que acababa de decir, habló de nuevo, poniéndose serio y esta vez una mueca mordaz en el rostro y una mirada fría como el hielo.

- No, no, no... - Llevó las manos a la altura del pecho, juntando la yema de los dedos como si estuviera rezando pero con las palmas separadas -. Tienes razón - Separó entonces las manos de nuevo, cerrándolas en dos puños menos por los dedos índices, con los que apuntó a Quinn mientras volvía a sonreír -. El barco, y vosotros, estáis a las órdenes del Capitán. Y lo estará, eso no va a cambiar - Volvió a mirar a Sancho, ensanchando el gesto, después de que este hablara. Al parecer parecía dispuesto a jugar con ellos, algo que no era muy buena idea pensando en todo lo que habían pasado en las últimas horas -. Será sólo el Capitán, no con sus mascotas, con el que... hablemos. Tenemos prisa.

Estaba clara la intención. El barco era sólo un transporte de utilidad. La tripulación simples ratas, un mal necesario. Y ellos darían las órdenes al Capitán Harold, y él obedecería y se la transmitiría a sus perros de mar. Esa era ahora la cadena de mando, y aquél español sólo les estaba retrasando.