Partida Rol por web

Me despierto somnoliento ante los gritos de la mujer, aún tengo ganas de quedarme tumbado un par de horas más pero parece que no es una opción. El sueño ha sido reparador, tanto que por una noche habia bajado la guardia y me habia quedado completamente dormido.

Compruebo que todo está en su sitio y mi mochila intacta y después miro hacia Thomas y Eddie. Les sacudo para despertarles, sobretodo a Eddie que parece un tronco.

Arriba gandules. Parece que nos invitan a otra comida gratis -sonrio animado. 

O quizá nos pidan algún favor a cambio de todo esto -pienso acto seguido, encogiéndome de hombros. Sea como sea, me pongo la mochila a hombros y me dirijo hacia el comedor.

Allan, Thomas y Eddie no tienen problemas en desperezarse y abandonan el dormitorio camino del comedor. Nadas mas salir por la puerta os topais con Nadia, quien os permite salir mientras explica su presencia alli.

- Debo hablar con Maiara. Por favor, disfruten del almuerzo en el comedor, en seguida nos reuniremos y les explicaré la situacion con respecto a nuestros enemigos comunes.

Acto seguido entra en el dormitorio y cierra tras ella. Vosotros recorreis los pocos metros que os separan del comedor y al entrar comprobais que, tal y como os han dicho, hay nuevamente comida gratis encima de la mesa. Esta vez el nivel no es tan lujoso pues se trata de pan artesanal y un par de quesos de apestoso aroma.
Al menos quitará el hambre y no gastareis vuestras provisiones.

Mientras comenzais a comer, y Eddie ya esta repitiendo, entra la mujer que os guió la noche anterior. A su espalda vuelve a llevar el rifle de precision y esta vez podeis observar que se trata de un arma de los Omega. El simbolo se ve claramente en la culata y ni siquiera han intentado eliminarlo.
La mujer se sienta y coje un par de trozos de pan, cuando ve que mirais su arma se dibuja una sonrisa orgullosa en su rostro.

- Tiene un alcance efectivo de 1200 metros, a esa distancia puedo meterte una bala en la cabeza antes de que oigas el disparo.

Echa una mirada a vuestras mochilas y continua hablando mirando su comida.

- Llevais demasiadas armas para haber saqueado cadaveres. ¿Sabeis que sus armas dejan un rastro y lo pueden seguir? No pueden llegar hasta aqui, tenemos formas de despistarlos, pero si no os deshaceis de las armas, o las descontaminais, acabaran dando con vosotros.

Allan, Thomas y Eddie no tienen problemas en desperezarse y abandonan el dormitorio camino del comedor. Nadas mas salir por la puerta se topan con Nadia, quien les permite salir mientras explica su presencia alli.

- Debo hablar con Maiara. Por favor, disfruten del almuerzo en el comedor, en seguida nos reuniremos y les explicaré la situacion con respecto a nuestros enemigos comunes.

Acto seguido entra en el dormitorio y cierra tras ella. Se queda junto a la entrada, suponeis que os mira aunque nuevamente no podeis ver sus ojos.
Tras un par de segundos comienza a hablar.

- Debo empezar pidiendo perdon por haber faltado a la verdad. Mi nombre es Nadia, pero fuera de estas paredes se me conoce como Heinkel. Teniamos que asegurarnos de que no erais enemigos infiltrados, no seria la primera vez que nos encontramos falsos fugitivos de nuestros enemigos.

Se acerca un paso a vosotros y señala hacia la pared, hacia el comedor.

- Hemos detectado que el resto de vuestros compañeros no llevan mucho tiempo con vosotros, necesitamos saber si os fiais de ellos. Si no es asi seran eliminados de inmediato, este lugar es muy importante para que cualquiera pueda conocer su ubicacion y la forma de entrar. Si, por el contrario, son de vuestra total confianza gozaran de nuestra hospitalidad tal y como ha sucedido hasta ahora.

Dedicas unos segundos a pensar sus proximas palabras y levanta la cabeza para hablar, podeis ver como la lampara ilumina una delicada barbilla y unos labios muy finos.

- Maiara, mi mision es ayudarte a realizar un encuentro con Spitfire. No te puedo dar ningun dato, excepto su localizacion. Se trata de alguien muy importante para el Matriarcado y la seguridad esta por encima de todo. Spitfire te esta esperando en Iglesia, a unos 70 kilometros al Oeste de aqui. Si aceptas el encuentro os facilitaremos caballos para acortar el viaje y viveres para el mismo. Lamento no poder darte mucha mas informacion, pero la seguridad de Spitfire prima por encima de vuestras inquietudes.

Claro.. eh.. adelante, toda vuestra.

Comento mientras salimos dejándola paso para lo que sea que tenga que decirla. Seguramente busquen nuevas reclutas. Me pregunto que haran cuando se hagan viejas o las entre el instinto maternal. Seguramente Eddie sería muy feliz viviendo aquí de semental. Otra cosa es que le dejen o esten mínimamente interesadas en él , cosa difícil.

Me siento en el comedor junto a mis compañeros y como con lentitud. Aquel queso olía peor que los calcetines sudados del negro. Aunque los mios tampoco debían oler muy bien. Aún así me lo como por no ser descortés y porque es gratis. Miro el rifle de nuestra salvadora y me quedo algo boquiabierto.

Vaya, mas de un kilómetro. Podrias enseñarme a manejar un arma así? Para tumbar Omegas y Bandidos debe ser toda una maravilla.

Pregunto animado , aunque se que seguramente reciba una negativa por respuesta.

Sí, nosotros fuimos los que saqueamos un refugio de los Omega. Había de todo, aunque lo que tenemos aquí es solo una pequeña parte de todo lo que vimos. Incluso había mas bunker llenos en otras localizaciones. Teníamos la esperanza de poder hacer negocio con vosotras y ambos poder beneficiarnos del asunto.

Sabemos lo de las marcas radioactivas, es por eso que nos encontraron y siguieron nuestra pista a Romeo, creo. A no ser que vosotras también hicierais algo. Según esto -saco un walkie talkie de los Omega- Les distes buenos problemas desde una torre. Una sola mujer poniendo en apuros a veinte hombres, je. Debes ser buena.

Wright tardó algo más que el resto en levantarse. Estaba algo hinchado de dormir, con los ojos pequeños, más que de costumbre. No había dormido tan bien en años, incluso estando en Termopilas había dormido con un ojo abierto, en esta ocasión, ese ojo se cerró también.

Se iba poniendo las botas poco a poco, estuvo tentado a preguntarle que tal fue su sueño a Maiara cuando la puerta volvió a abrirse, suponía que era Eddie, que se había olvidado algo, pero no, era aquella mujer de nuevo.

Wright desvió la mirada y la volvió a las botas, mientras escuchaba. De querer matarlos, lo habían hecho mientras dormían.

El mercenario metió la mano bajo la almohada y cogió el cuchillo, el cual lo colocó en su cinto, en la parte trasera.

Luego dejó su abrigo a un lado y miró de nuevo a la mujer.

-Si me preguntas a mi, no me fio de nadie. Pero pese a todo, no creo que sean mala gente, no nos han robado ni nos mataron cuando pudieron. No llamo a eso confianza, pero se merecen una oportunidad, si se van de la lengua los mato yo mismo.

Explicó, con su típica voz ronca y carente de ganas e ilusión.

-Prefiero a este Heinkel que al otro.

Dijo en broma, pero por su tono, no se sabía si era así o no.

-Bueno, yo prometí llevar a Maiara hasta Heinkel, lo has conseguido. Supongo que el patrón ya se habrá marchado de Romeo y estoy sin trabajo, así que te acompañaré a ver a ese tal Spitfire.

Habló mas hacia Maiara que hacia la matriarca.

-¿Qué podemos esperar de él?

Inquirió.

Esa noche había dormido como un tronco, hacía muchisimo tiempo que no dormía tan bien, se sentía tranquila y segura alli dentro. El baño consiguió relajarla y ya cuando se iba a meter en la cama, iba medio dormida, habían sido unos días muy duros.

Un nuevo día amanece y se despierta con las voces de los hombre. Se restriega varias veces los ojos y desde la cama observan lo que hacen. A su lado, como siempre, está Wright, se incorpora y se despereza bostezando. Sabía que eso era de mala educación.. pero es que sentaba tan bien..

Se iba a poner las botas, cuando la chica pasó dentro con ellos y se presentó como Heinkel. Abrió los ojos de par en par, sorprendida, les habían mentido, pero en parte era por seguridad de ellos.

- No esperaba que Heinkel fuera una mujer..

Escuchó las palabras de la mujer, aunque con lo que dijo Wrigth el tema quedó finiquitado. Confiaban por ahora en ellos, pero no los conocían lo suficiente. Pero ahora le habló de ese hombre, de ese hombre del que solo sabía que tenía interés en ella pero no para que. En parte sintió miedo, desconocía a ese hombre, y estas mujeres estaban con él.. quizás ella no son lo que en verdad parecían o él no es el ogro que ella se piensa.

- Confiais en él?? - dice a Nadia, despues mira a su amigo - De ese hombre solo sé que lleva bastante tiempo detrás mío..pero desconozco con que intención.. Aunque si vosotras estais con él, es que él no es ningún esclavista ni nada de eso?

La mujer deja de comer, parece que ha terminado aunque apenas ha probado un poco de pan y queso.

- No tengo tiempo de enseñarte, os deberiais ir en menos de una hora. Pero si puedo darte algun consejo para tratar con los Omega. Lo primero que tienes que saber es que basan su lucha en la potencia de fuego. Aunque no lo parezca su punteria no es muy buena, asi que usan los caballos para acercarse y ser mas tipos disparando que el enemigo. Lanzan granadas como quien escupe y no dudan en destruir cualquier cobertura que impida acertar al enemigo.

Saca una navaja de su bolsillo y comienza a afilarla mientras continua hablando.

- Con los Omega tan solo hay que moverse, ponerles dificil saber donde estas. Si usas armas automaticas dispara rafagas a los caballos, son un blanco mas facil y menos protegido que sus jinetes. Si tienes explosivos usalos, aunque estan muy entrenados los animales se asustan. Pero el mejor consejo que os puedo dar es que eviteis cualquier enfrentamiento directo con ellos. Siempre seran mas, estaran mejor equipados y podran escapar con mayor facilidad para volver con refuerzos.

Se detiene y te mira directamente a los ojos. Su mirada felina y su aura de superioridad le hacen una mujer muy atractiva. Pese a sus modales y aspecto poco femenino.

- Lo de anoche fue muy facil. Conozco esta zona de la ciudad y tengo preparado el lugar para situaciones como esta. Tuneles entre edificios, cadenas de lado a lado de la calle, incluso espejos para que confundan el origen del disparo. Una ratonera para esos estupidos. No tardaron en retirarse para evitar mas bajas, asi lo hacen siempre, si acabas con un par de ellos se rinden, pero si intentas acabar con todos se marcharan para volver con decenas y arrasar el lugar.

Se gira para mirar vuestras mochilas dando por terminada la leccion de guerrilla contra los Omega.

- ¿Con que quereis comerciar? Aqui no somos muchas y ya tenemos un buen arsenal. ¿Que os interesa obtener?

Nadia gira levemente la cabeza para miraros cada vez que hablais, una vez habeis terminado responde a vuestras preguntas.

- Se podria decir que Spitfire es una persona de gran influencia espiritual dentro del Matriarcado. En un intento de no involucrar sus intereses personales con los de su cargo encomendó tu busqueda a personas poco fiables. Fue asi como los enemigos de nuestra organizacion se enteraron de tal mision y se interesaron en ti. Algunos grupos de esclavistas, con los que aun no hemos podido acabar, siguen tu pista con el fin de secuestrarte y obtener un buen rescate a cambio de tu vida.

La mujer deja unos segundos para que proceseis la informacion antes de continuar.

- Al intentar pagar por tu localizacion te sacó del anonimato y te convirtió en un botin andante. Desconocemos quien esta informado de tu valor, pero sean quienes sean estaran relacionados con esclavistas, saqueadores y cazarrecompensas. Spitfire solo quiere subsanar su error inicial, por eso recurrió al Matriarcado y por eso estais aqui y os estoy dando esta informacion. Sea lo que sea lo que quiere de ti puedo asegurar que no es algo oscuro o perjudicial. Desde que conozco a Spitfire solo ha intentado hacer el bien y ha ayudado a decenas de personas sin pedir nada a cambio. Lamento no poder darte datos mas precisos, pero desconozco sus motivos. Es parte del plan para protegerte de tus perseguidores.

Escucho atentamente los consejos para combatir a los Omega que nos da la francotiradora. Parece que son razonables y tienen bastante sentido.

Clava su mirada de cazadora en mí y la tripa se me encoje. No me gustaría ser la presa de esa depredadora, pero a Eddie seguro que eso le pone más cachondo aún.

Eres una gran soldado y estratega entonces -sonrio con sinceridad mientras pasamos al tema del comercio.

La verdad es que comida y agua no necesitamos mucha, pero si que querría tres caballos. Bueno, dos si Eddie no viene. ¿Qué haras Eddie? -le miro, no quiero obligarle a seguir a nuestro lado, bastante se ha jugado ya el culo y nos ha ayudado- Yo debo ir a Boxter, unos bandidos planean atacarla y debo llegar a tiempo, pero no podemos vender todo aquí. Creo que allí hara más falta. De todos modos te dejaré tu parte si decides no venir.

Él tambien necesita medicinas.. -señalo a Thomas para que explique el mismo que tipo de medicina era. Siempre se me olvidaba. 

Eddie se queda pensativo, mirando al vacio durante unos segundos, despues sonrie y contesta a la pregunta.

- Tios, iré con vosotros. Si me quedo en Romeo los Omega acabaran conmigo en cuanto me vean. A no ser que el Matriarcado me haga un hueco en su base y en sus camas...

Mira a la mujer con una enorme sonrisa y ella le devuelve la mirada convertida en un inmerecido perdon para su vida.

- Vale. Si vamos a Boxter necesitais a alguien que os guie y conozca el lugar, a falta de alguien mejor seré yo. A no ser que alguna de estas hermosas mujeres nos quieran acompañar y compartir mi lecho durante las frias noches...

Misma operacion que antes, solo que esta vez el cuchillo de la dama hace acto de aparicion a modo de amenaza.

- Si, tios, iré con vosotros de momento, no tengo muchos motivos para quedarme por aqui.

Thomas deja de comer y se apoya sobre la mesa para expresas sus necesidades.

- Estoy buscando insulina, es dificil que tengais pero todo lo que pueda ir adquiriendo me servirá. Eso y toda la municion posible para las armas que utilizamos.

La mujer responde a la demanda encogiendose de hombros.

- No creo que haya problema con los caballos, pero no tenemos insulina aqui. Lo tienes dificil para encontrar algo asi en este lugar. Los caballos los tenemos preparados, a cambio nos interesan explosivos. Cualquier cosa que explote, granadas, minas, dinamita... lo que sea que sirva para montar trampas. Ya visteis la entrada a la base, cuando algun curioso se hace pedazos tenemos que reponer esa trampa. Asi que enseñadme que teneis y decidiremos cual es el trato justo a cambio de los caballos.

Sonrio a Eddie y asiento, es la mejor decisión que ha podido tomar tras cabrear a una veterana del combate - Me alegro de que te vengas con nosotros. Al final nos haremos amigos y todo.

Observo después a la mujer y escucho sus ofertas y sus demandas.

Explosivos tenemos unos cuantos. Pero me gustaría quedarme los anticarro, aquí no creo que os hagan falta.

Empiezo a abrir la mochila y voy ofreciéndole cosas. Eddie se encargara de decir que es justo o no, o cual es la cantidad aproximada.

También puedo ofrecerte un uniforme de los Omega, podría serte útil para colarte entre ellos. Sus walkie talkies tambien. O incluso unas gafas de visión nocturna. Tenemos material de primera. 

Espero que los caballos vengan con su comida para al menos una semana. Y algunas garrafas de agua también. Pastillas depuradoras del agua nos serán utiles tambien. Y una ganzua.

Escuchó las palabras de la mujer, se quedó blanca, ¿por qué la querían?¿Para qué la buscaban? No lo entendía, no sabía que podía tener ella para que la buscaran. Cerró los ojos y negó con la cabeza, se llevó las manos a esta, como si así pudiera parar la entrada de tanta información y tan confusa para ella.

Había creido que él sería malo para ella, pero este grupo de mujeres decían todo lo contrario, que lo que quería era ayudarla de otros que la harían daño.

- No lo entiendo.. es todo lo contrario de lo que pensaba..

Levanta la mirada hacia la mujer y despues a Wright.

-  Qué opinas..? Si es cierto lo que dice, debería ir y averiguar que es lo que quiere de mi.

Thomas comienza a negociar con la mujer intentando sacar algo mas ademas de los caballos. Tal y como dice Allan seria bueno obtener comida para los animales y algo mas que facilite la supervivencia.
Sin embargo la negociacion se va tornando esteril a medida que aumentan las exigencias. Llega un punto en el que la mujer solo acepta entregaros dos caballos a cambio de todo el material que habeis ofrecido.
Por suerte interviene Eddie que, gracias a su charlataneria, logra igualar las cosas y alcanzar al menos un trato justo.

- De acuerdo, os daré cuatro caballos. Uno de ellos de carga para que podais sobrevivir vosotros y los animales. A cambio me dareis todo lo que está sobre la mesa, la ropa de los Omega os la podeis quedar. Nunca pasaria por uno de ellos, no tienen mujeres en sus filas.

Aunque no parece del todo conforme con el trueque realizado no veis intencion de renegociar por su parte.

- No abriremos las puertas hasta que salgais todos, asi que tendreis que esperar a vuestros compañeros. ¿Confiais en ellos o solo viajais juntos por pura supervivencia?

Regatear nunca se me dió bien y suerte que estaban Thomas y Eddie porque la tipa era dura con el comercio. Seguramente me habría timado de no ser por ellos. Sonrio al final y le tiendo la mano a la mujer en señal de que hay trato.

¿No tienen mujeres entre sus filas?-pregunto intrigado- ¿Y entonces cómo...?-dejo la pregunta en el aire. En realidad no eran tan distintos entonces, je, una de hombres y otra solo de mujeres. El mundo se iba a la mierda.

Me encojo de hombros y termino por guardar la ropa y el resto de mercancías que no se van a intercambiar en la mochila.

En cuanto a tu pregunta sobre si confiamos en ellos... bueno..

Realmente los conocimos ayer. No desconfio de ellos pero tampoco confio. Imagino que nos despediremos y cada uno a lo suyo. 

Wright escuchó a las chicas hablar sin decir nada hasta que le hablaron directamente a él, como fue el caso de su amiga Maiara.

-No sé que puede querer un hombre así de ella. Pero es un hombre, al fin y al cabo, y se lo que quiere un hombre de una chica.

Dijo, sin importar como se lo tomara la mujer a la que no conocía.

-Esta tierra cambia al más santo, y lo convierte en el peor asesino, no lo olvide.

Lo dijo en su típico tono serio y desanimado.

-Yo te protegeré todo lo que pueda y te seguiré hasta donde quieras ir. Si se que estás a salvo, me iré tranquilo.

Aunque pareciera altruista, realmente no lo era, por dentro sentía que tenía una deuda que pagar para si mismo, tenía que proteger a alguien, a alguien que no pudo proteger y que había muerto, había visto en Maiara lo que vió en ella y se dijo que, si al menos lograba proteger a Maiara, todo lo que había pasado, aquellos fantasmas, se irían.

-Si vamos a ir muy lejos, tal vez necesitemos compañía, y si no son compañía, si lo que llevan en sus maletas...

Explicó, referente a sus compañeros.

-Para eso necesitamos dinero.

Ahora mismo Wright se fiaba más de los mercenarios que de las mujeres armadas de la puerta, si, tal vez supieran luchar mejor que ellos, tal vez estuvieran más calladas que Eddie, pero ellas perseguían lo mismo que la matriarca, y el fanatismo es más fuerte que cualquier pistola y no le gustaba dejar la protección de su culo a unas mujeres que podrían dispararle por la espalda.

Por un momento Nadia parece confusa, niega con la cabeza ante vuestras conjeturas.

- Creo que me he expresado mal, Spitfire no es un hombre. El Matriarcado solo acepta mujeres en sus filas, aunque aceptemos colaboraciones masculinas. No obstante comparto la idea de que este mundo cambia a los hombres y los hace peores.

Abre la puerta y se asoma, hace un gesto con la mano y despues se gira para continuar hablando con vosotros.

- Si finalmente aceptais asistir al encuentro puedo facilitaros un caballo a cada uno y viveres para el viaje. Me temo que no tengo permiso para hacer lo mismo con vuestros compañeros, aunque desconozco cuales son sus planes inmediatos.

Se acerca a la puerta caminando lentamente.

- Ahora seria un buen momento para comer y compartir la informacion que querais con vuestra compañia. Despues, sea cual sea la decision, teneis que abandonar este lugar. Lamentablemente nuestra hospitalidad no es ilimitada.

Mientras hablais se asoma a la puerta una de las mujeres de la puerta. No habla pero hace un gesto con la cabeza y se da media vuelta para regresar a su posicion.

- Me ha gustado hacer negocios con vosotros, cuando salgais os estaran esperando los caballos. Espero que sepais montar porque no somos expertas domadoras y los caballos son bastante tozudos. Pero no tendreis muchos problemas.

Recoge las cosas que le habeis cambiado y su preciado rifle de precision. Antes de abandonar el comedor se gira y os mira de soslayo.

- Os cubriré hasta que salgais de Romeo, si los Omega os intentan seguir puede que tengan un par de bajas que les haga cambiar de idea.

Os guiña un ojo y abandona la habitacion.
En cuanto desaparece por la puerta Eddie resopla.

- Tios, daria un brazo por pasar una noche con esa mujer. Tiene que ser una bestia en la cama. En la cama y en cualquier parte...

Dais gracias porque tenga las dos manos sobre la mesa.

Mientras intento ignorar a Eddie camino hacia la salida.
¿Les esperamos?

¿Montar? Bueno... -susurro a Eddie y Thomas- lo único que he montado han sido tias.

Observo el rifle de precisión con envidia. Quizá debería haber pedido uno de esos, pero pensandolo mejor... eso lo dejaré para cuando sepa disparar en condiciones un simple rifle normal. Caminamos hacia la salida y asiento agradecido a la mujer.

Espero que tengas buena puntería. Bueno.. seguro que la tienes. De todos modos si le da al negro sin querer no pasa nada.

Suelto una carcajada y palmeo la espalda de Eddie.

Es broma. Y no digas eso ni en broma Eddie. Esa mujer es mucha mujer para ti, incluso para los tres juntos. ¡Jajaj!

Rio animado mientras esperamos a la otra pareja.

- Perdón.. creía que era un hombre, no que fuera una mujer..

No sabía por qué, pero siempre había creido que era un hombre, por el hecho de que fuera tras ella era lo que llevaba a pensar eso. Escuchó las palabras de la mujer y asintió.

- Gracias de nuevo, enseguida pasamos.

Esperó a que la mujer se fuera para hablar con él.

- Lo mejor es no comentar por qué vamos para allá, podemos decirles que nos acompañen, pero no comentarles que me quieren. Por ahora se han portado, no nos han engañado, pero si se enteraran.. quizás su comportamiento cambiara hacia nosotros. O si no.. - miró hacia la puerta - ir nosotros solos.