-Todo el mundo sabe dónde vive Don Panepinto. Pero no vamos a llevar a esa gente hasta las puertas de su casa. En cuanto a lo del coche -se metió la mano en la gabardina y sacó un pequeño estuche-. Puedo hacerlo, aunque no sé conducir. De eso deberás encargarte tú.
-Venga, vamos a buscar uno que no llame mucho la atención, a ver si en algún callejón...- dice mirando a los lados en busca de el coche más normal que pudiera encontrar aparcado.
- Y a donde propones llevarte si no es a Casa del que parece uno de los hombres más poderosos de Creekville?
-Está bien, allá tú -El Dedos corrió calle abajo alejándose de los jóvenes que os miraban con mala cara. Se acercó a la puerta de uno de los coches y se agachó junto a la cerradura. En un instante la puerta estaba abierta.
-Cuando quieras -dijo instalándose en el asiento del copiloto.
Y cuanto antes porque de una de las bocacalles aparecieron de pronto dos hombres con pistolas en la mano.
Frank entró mirando alrededor en el coche, y cuando vio a los hombres, cerró de un portazo, y pisando el acelerador, salió pitando de la zona.
- Me cago en la puta, agáchate y ponte el cinturón, dice agachándose un poco, y poniéndose rápidamente el suyo.
Motivo: Conducir
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 39 (Fracaso)
Te tiro conducir.
Arrancas con un chirrido de neumáticos y el coche se te va a la izquierda. Golpeas con la parte frontal la trasera del vehículo aparcado en frente con un chirrido de metal y cristales rotos. Recuperando el control, regresas a la calle no sin antes llevarte por delante un cubo de la basura. Las balas silban junto a vosotros pero sin acertaros.
-¡Maldición, pensé que sabías conducir! -grita El Dedos agarrándose a donde puede- ¿¡Sabes hacia dónde vas!?
- Joder, se conducir, pero no cuando me están pegando tiros cojones!. No, no se a donde vamos, alguna idea!
-Primero tenemos que salir de aquí y rezar para que no nos sigan. Coge por esa callejuela... ¡No, por esa otra! Maldita sea...
Tira Conducir de nuevo.
Motivo: Conducir
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 20 (Exito)
Ojooooooooooooooooo
-Bien -El Dedos se iba tranquilizando a medida que os alejabais del lugar del jaleo-. El señor Panepinto está casi siempre en su local, ahí es donde trabaja. Es un bar aquí, en el Distrito Portuario. Creo que sé dónde está. Sigue por esa calle.
Conducís a buena velocidad por una de las calles estrechas del distrito. Está vacía de tráfico así que podéis ver como de una bocacalle sale un coche negro que os corta el paso colocándose perpendicularmente. Está a unos doscientos metros.
-¡Mierda! ¡Saben a dónde vamos! ¡Lo mejor sería ir a pie, no queda muy lejos!
Muy nervioso, Frank aparcó como pudo el coche, y agachado, salió del coche, mirando al Dedos, dijo:
- A la de una... a la de dos... a la de tres, corre!- dijo esprintando hacia donde el Dedos le había indicado que vivía el señor Panepinto.
Motivo: Correr
Tirada: 17d100
Resultado: 632
Motivo: Correr
Tirada: 1d100
Dificultad: 17-
Resultado: 78 (Fracaso)
Me peino xD Que este pj es una rata de biblioteca y le metes en tiroteos jajajaja
Aparcas el coche donde puedes y bajas con sigilo. Después de indicar al Dedos que corriera, le sigues hacia un callejón. Inmediatamente los hombres del coche se bajan y corren hacia vosotros. Con mala fortuna, resbalas en el sucio empedrado y sientes un agudo dolor en el tobillo. Cojeando sigues tras el Dedos que no se ha dado cuenta de lo que te ha pasado. Cuando has recorrido tres cuartas partes de la calleja, los hombres que os persiguen aparecen tras vosotros.
-¡Alto! ¡Alto, ahí! -os gritan.
Sin hacer caso, sigues corriendo con la idea que te sentirás un agudo dolor en la espalda en cualquier momento cuando uno de esos matones te agujeree. Sin embargo no ocurre, y sigues tras el Dedos que llega hasta la fachada de un local.
-¡Es aquí, hemos llegado!
Trastabillado, Frank llegó tras El Dedos, y chocando casi con la puerta, empezó a llamar desesperadamente, gritando:
- Señor Panepinto, Señor PLevy, auxilio, soy Frank Thompson, nos quieren matar, ayuda!.
La puerta no está cerrada y se abre ante tus aporreos. Frente a ti puedes ver un pequeño restaurante de modesto aspecto. De las paredes cuelgan fotos de la bella Italia, recortes de prensa y fotos enmarcadas con noticias relacionadas con algunos jugadores de béisbol o estrellas de cine. Tras la barra se encuentra un tipo de unos cuarenta y tantos con unas pronunciadas entradas, vestido con camisa blanca y pantalones negros que te observa con desconfianza. Mantiene las manos debajo de la barra.
-¿Quién demonios es usted y a qué vienen esos gritos? -pregunta con voz tranquila.
Entrando tras El Dedos, cerró la puerta de un portazo, se echó a un lado, cerca de una ventana.
- Tranquilo tranquilo, somos amigos del Señor Levy y del Señor Panepinto.- dice levantando la mano, sudoroso, y dolorido.- ahí fuera hay unos hombres que quieren matarnos.- y en ese momento, miró por una rendija de la ventana.
Motivo: Percibir
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 87 (Fracaso)
-Ah, Dedos, eres tú -dice el camarero levantando las manos de detrás de la barra.
-Sí, Frank -el camarero se llamaba igual que tú-. Los tipos de Moretti nos vienen pisando los talones.
-Bueno, no creo que se atrevan a molestarnos aquí -dice el tal Frank saliendo de detrás del mostrador y acercándose a la ventana principal-. Este es nuestro territorio y no se arriesgarían a un ataque directo ¿Y tú quien eres, amigo? -te pregunta.
Apartándose de la ventana un poco más calmado, aún con la respiración fuerte, Frank se sentó en una de las sillas, y apartando otra, apoyó el tobillo herido.
- Un placer, mi nombre es Frank Thompson. Tengo uno de los locales del señor Panepinto arrendado, y bueno... tenía que mantener escondido al Dedos hasta que lo pudieran sacar del país... pero ya ve, parece que le quieren liquidar. Podría darme una bolsa con un poco de hielo, por favor?
El dueño del restaurante asiente y va un momento a la cocina. Regresa con un puñado de hielo envuelto en un trapo.
-Aquí tiene. Dedos, vigila la ventana. Voy a hacer unas llamadas.
Os deja momentáneamente solos en el local mientras regresa a la parte de atrás. El Dedos vuelve a echar un vistazo al exterior donde ya ha oscurecido del todo antes de volverse hacia ti.
-Vaya día ¿eh? Gracias por salvarme el pellejo.
- Gracias Frank.-dice cogiendo la bolsa de hielo y poniéndosela en el tobillo. Eso iba a doler unos cuantos días.
Mirando al Dedos, al oir sus agradecimientos, negó y dijo:
- No te preocupes, lo hubiera hecho por cualquiera. Pero cuéntame, quien es ese Moretti y porque quiere liquidarte?
-¿No sabes quién es Moretti? -pregunta con sorpresa El Dedos-. Es el jefe de la otra organización de italianos de la ciudad. Moretti y Panepinto siempre han estado enfrentados. Ahora hay una especie de calma tensa, pero siempre están disputándose territorios y negocios. Yo estaba haciendo un trabajo para Panepinto en contra de sus intereses. Y como ves, no les ha sentado nada bien.
Frank escuchó todo lo decía El Dedos sobre las bandas y demás. Algo leyó en el periódico, pero no imaginaba, que todo aquello fuera tan desproporcionado como había sido hasta entonces:
- No, no lo conocía, llevo unos pocos meses aquí, y joder, ya quiero largarme. Este sitio no está hecho para mi.- dijo moviendo un poco el pie para ver como iba el tobillo.
- Bueno, a ver que dice Frank que hay que hacer, porque ya saben donde tengo el local, y podrían venir a por mi. Tú creo que estás cerca de salvarte.