Partida Rol por web

El hombre se detuvo y te miró con gesto serio. Al ver que no te movías, que era verdad que te ibas a separar, suspiró cansado. -No vas a ganar nada si te vas sola... todo esto no lo puedes solucionar tu.

Torció el gesto, recordando su pelea con la bestia- es un lobo enorme, pero no es normal... es muy fuerte y su inteligencia es como la humana... no he visto nunca algo así en un ser natural, puede que sea un Akuma...- se encogió de hombros y prosiguió su camino. Si tomabas tu decisión de no seguir con ellos, el no te iba a detener. 

Sugieres que me vaya con vosotros para que en cualquier momento salga de nuevo la bestia y esta vez acabe con vuestra vidas? sólo iré contigo si me aseguras que eres capaz de controlarla, si no es así, sabes de sobra que es mejor que me separe. 

No me gustaba estar sola, de hecho, odiaba estar sola, pero no tenía otra opción si quería que no les pasara nada a mis amigos, además, como mirarlos a la cara después de lo ocurrido??? no podía....no tenía más remedio, haría esto por mi cuenta, trataría de salvar nunca jamás y de salvarme a mí misma, yo sola.

Que es un Akuma??? crees que si yo saliera herida, él saldría herido??? 

Resopló un poco cansado y se paró antes de seguir para responder a tus dudas. -Si no pudiese luchar contra ese ser, no estaría hablando contigo ahora ¿cierto?- se cruzó de brazos, algo molesto. 

Se tomó un tiempo antes de responder a tu última pregunta -Un Akuma es un demonio que devora almas y se aloja en el cuerpo de su víctima. Son seres inteligentes y dependiendo de su origen tiene un determinado poder - cerró los ojos un momento, como recordando algo- un bakemono, son cambia formas, pero... eso seres no suelen salir de las tierras orientales...

No entendía muy bien que me estaba diciendo. un akuma? un bakemono??? no sabía que tipo de ser tenía en mi interior.

Y como se lucha contra un demonio que se aloja en tu interior? que se puede hacer? habrá algo que yo pueda hacer, no??? Estaba desesperada, no estaba dispuesta a olvidar el tema sin más, quería librarme de esa bestia y quería hacerlo ya. si tan sólo pudiera herirme, podría saber si las heridas que recibo yo también las recibe él. Me puedes ayudar en eso??? necesito que me hagas una herida. 

Ay no, ay no, no llores – susurró Raphaelle, desesperada al notar que no lo hacía tan bien como había pensado -¡Pero si entregué el mensaje! – piensa mientras la abraza y frota sus bracitos con muchísimo afecto, intentando consolarla. – Ya, ya… Va a estar todo bien, preciosa. – atinó a decir al escucharla pedir por su padre, sabiendo que su presencia en la vida de la chiquilla no era suficiente para hacerla sentir mejor. Sin saber qué hacer, buscó su rostro para darle miles de besos suaves, como alguna vez su propia madre le había dado al sentirse culpable por sus adicciones y romper llorando frente a ella. Pero a diferencia de su madre, Rapha no se permitiría llorar, por inmensamente culpable que se sintiera. Por mucho que supiera que las lágrimas de Sally eran el coste de sus actos, y no de los de la pequeña o los de nadie más. Era ella, Mulán, quién había dejado a Sebastian morir en sus brazos.

 Al escuchar los pasos, se queda inmóvil, de ojos muy abiertos y atenta al sonido. ¿Pasos ligeros? ¿Pesados? ¿Metal, como de armas colgando a la cintura? ¿Los suaves sonidos de la tela de un vestido al moverse? Aunque no viera de donde venía, la falta de armas dejaba que solo pudiese usar a su favor tácticas como aquella. En ese caso, el hacerse parecer desprevenida podía ser su mejor opción.

-¡RAPHAA!- Grito, muy aliviada, ya que la idea de ponerme a correr no me llamaba nada la atención, y mucho menos con la lluvia; "¡Por favor, que soy una princesa!" Pienso a la vez que me da la risa tonta y pongo los ojos en blanco pensando en que no cumplía con el esteriotipo de princesa de cuento de hadas.

- Erick, Samantha ¡He encontrado a la niña! ¡Está ahí, no corráis!

Mushu torció el gesto - como te he dicho no soy un experto... y es cuestión de unión animica. No creo que si te hago daño en el cuerpo, lo sufra él... pero quizás tu alma si sufre, el recibiría el mismo daño

El oriental se cruzó de brazos y empezó a pensar sobre ello. Él Espíritu Dragón era un guerrero, no un monje o un espiritista. -Quizás haya alguien aquí que pueda ayudarte y guiarte mejor que yo.

Erick y Samantha, alertados por el grito de Aurora, corren hacia el lugar. La pelirroja suspira aliviada al ver a la niña a salvo. Aunque su gesto cambió a preocupación cuando vio como la niña sollozaba, apoyando su cara en el cuerpo de Raphaelle que se encontraba rodeando a Sally con sus brazos.

-¿Está bien? - preguntó la mujer, con un deje de angustia en su voz.

Erick por su parte, miró a todos lados Eileen...¿ha aparecido? ¿y tu compañero malhumorado? - el chico se mordió el labio preocupado. Tanto tiempo si saber de ambos no era buena señal. 

El grito de Dylan llama su atención, viéndola llegar seguida de Erick y Samantha. De todas las personas del pueblo, Samantha. ¿En serio? Pero ahora no había tiempo para esas nimiedades. Su prioridad estaba puesta en la niñita en sus brazos, no en rencillas ridículas.

Raphaelle asiente a la pelirroja. Si Sally no estaba bien ahora mismo, ya lo estaría. Era una chica fuerte e inteligente, así que no cabía duda en su cabeza de que volvería a recuperarse incluso antes que quien la intentaba consolar ahora mismo. 

No he tenido ocasión de volver por Mushu y Eileen... - responde en voz suave, pensando. Mira a Samantha. Ay, mierda... Vamos Rapha, que la niña la quiere y con ella se va a sentir bien. Vuelve su mirada a la hija de Sebastian y tras separarla suavemente, le sonríe con dulzura mientras le acaricia el bracito - Sally, preciosa, ¿Irías con la tía Sam mientras yo voy a buscar a Mushu y a Eileen? Vuelvo enseguida por ti, lo prometo. 

- Te acompaño a por ellos.- Digo acercándome a ella. - Espero que Eileen este bien...

Lo último que dijo me dio algo de esperanza, eran muy buenas noticias, alguien podía ayudarme!!!!

Probablemente lo último que quieras es ayudar a una mujer-lobo con su problemas, pero estarás de acuerdo conmigo en que soy peligrosa y en que si quieres proteger a tus seres queridos, lo mejor será o matarme, algo que en realidad al parece no garantiza acabar con el lobo, o guiarme y ayudarme. Además si eres el único que eres capaz de luchar o hacer frente a la bestia, no querría separarme mucho de ti, no vaya a ser que nos crucemos con los niños perdidos y..... no terminé la frase, me dio un escalofrío. Por favor, necesito que me ayudes. Guíame hasta esa persona. 

La niña miró a Mulan, con los ojos aún vidriosos. Asintió levemente con la cabeza y se fue a donde Samantha donde esta la acogió con un abrazo. Erick se acercó a vosotras dos - os acompaño, no sabemos que ha pasado con ellas.

Samantha cogió a Sally de la mano - yo iré con los niños perdidos, intentaré sacar algo de información. Si no volvéis en unas horas, saldré a buscaros... - Erick asintió a la pelirroja, que sin decir nada más cogió y se marchó con la niña de la mano. 

Comenzáis a buscar a Mushu y Eileen, que parecen estar hablando de algo importante. Ambos parecen estar bien y de una pieza, aunque Mushu tiene un torniquete en uno de sus brazos.

El oriental mira de forma severa a la muchacha- Mi cometido es solo proteger a una persona...- resopló porque parecía que no le entendía-  además he dicho que quizás haya alguien que pueda ayudarte, no soy de este mundo, no sé cuales son sus moradores. 

Resoplé resignada, estaba claro que no iba a ser capaz de sacar más de aquel chino cabreado, necesitaba a garfio, era el único que podía llegar a saber quién me podría ayudar en este mundo y que estaba pasando aquí.

Llegaron las chicas, no me atreví a mirarlas a la cara, no después de haberlas atacado en forma de bestia. Así que salí de allí corriendo, no podía enfrentarme a la sensación de saber que tus amigas saben que eres una bestia salvaje y que te miren con terror y asco. No podría soportarlo. Además estaban mucho mejor lejos de mí, tampoco soportaba la idea de hacerles daño.

Salí corriendo de allí, sin mirarlas y darles opción a que dijeran o hicieran algo. 

Raphaelle ve a Eileen alejarse frustrada, y mira con el ceño fruncido a Mushu - ¿Qué pasa? ¿Con qué necesitaba ayuda? - Algo le decía que no volvería por la niña tan inmediatamente como había prometido. Al menos tenía la tranquilidad de que estaba con alguien que conocía, alguien... responsable. 

Exhaló. Odiaba a esa puta. 

Me quedo mirando hacia donde va Eileen y sin mediar palabra, corro tras ella. Lo incómodo que eran mis zapatos no me lo podía ni creer, de modo que me los quito para correr más rápido y noto la naturaleza (piedras, tierra, etc) en la planta de mis pies.

- ¡EILEEN!

El hombre se encogió de hombros como respuesta a Raphaelle - necesito descansar, adiós - sin decir nada más desapareció volviendo a formar el tatuaje sobre la espalda de Mulan, que se dispuso a seguir a sus dos compañeras.

Por su parte Aurora hacía lo posible por seguir a Eileen que iba más rápida al llevar ella calzado. Entonces en el bosque resonó un "¡Ahora!"  y Eileen se vio suspendida en el aire dentro de una red. Había caído en una trampa.

De entre la espesura de aquel bosque, salieron varios hombres armados. Eran los piratas de la cala ¿os habían seguido? Algunos se relamían al veros y parecía pedirse turnos de ver quien se acostaba con alguna de vosotras primero.

Entonces guardaron silencio cuando un hombre vestido de negro y un caminar elegante se puso delante del grupo de piratas. Lo más característico de este hombre era el garfio que portaba como mano -.Vaya... ¿qué tenemos aquí?

Raphaelle puso los ojos en blanco ante la respuesta del dragón. Estaba segura de que ella era la única que podía apreciar sinceramente un carácter como ese, e incluso preferirlo, pero eso no evitaba que le dieran ganas de darle una colleja de vez en cuando. Suponía que así es como se sentiría Dom cuando se trataba de ella. 

Entre quedarse sola ahí, volver a Sally que ya estaba acompañada o correr detrás de las señoritas, la respuesta era obvia. Solo la última opción podría hacerla de utilidad para la situación. O al menos eso pensaba. Dylan parecía bastante independiente y de armas tomar cuando estaban en Storybrooke, pero con ese traje y tacones de princesa dudaba que pudiese hacer mucho. Por otra parte, Eileen era más inestable que paciente de psiquiátrico, así que dejarla sola era un peligro público. Considerando los dientes filosos, las garras, el instinto asesino y todo eso. 

A un paso un poco más lento que el de las chicas debido a la armadura, llega junto a ellas unos segundos luego de Aurora, cuando Eileen ya estaba colgada en los aires. Hijos de la gran puta - susurra al ver a los piratas, caminando lentamente hasta ponerse por delante de la chica de pelo calipso y de la trampa activada. No tenía idea de si querían su protección, pero suponía que no se enojarían por intentar ofrecérselas. Más aún cuando los otros parecían salivar lo suficiente para nombrar un nuevo océano. 

El líder de los bandidos no tardó en mostrarse, aunque distaba de lo que ella imaginaba como un apestoso capitán pirata. Si no fuera porque no había pasado siquiera una semana desde la muerte de Sebastian, si no fuera porque ahora tenía que reinventarse como figura maternal... Pero así era. Y ahora, a sus ojos, solo era un obstáculo. O, mejor dicho, el mayor de un montón de ellos dada la situación. - Bájala por propia voluntad y nos iremos en paz - le ofreció, mostrándose confiada. Era cierto, ellos tenían ventaja de número, pero ellas tenían una mejor: los piratas no sabían nada de ellas. Ella era obviamente una guerrera, pero las otras dos podrían ser perfectamente hechiceras. Y un montón de necios que apenas sabían luchar no podían contra la magia. 

Iba corriendo sin prestar mucha atención a mi alrededor, cuando de repente me vi en el aire, atrapada en una red. Miré incrédula a mi alrededor, ¿pero que narices....? hasta que no vi a los piratas no me di cuenta de lo que había pasado.

Oh, venga ya....¿en serio? no estaba asustada, de hecho los estaba buscando, pero no me había esperado ese recibimiento.

La sorpresa no terminó ahí, Dylan y Rapha me habían seguido, y además Rapha estaba delante de mi, defendiendome de esos piratas. No solo era un peligro para ellas, sino que ademas tenían que cuidar de mi ¿estaban locas? aaaaaggg ahora si que me sentía mal.

Mi cara cambió cuando vi de nuevo a Hook. Hook!!! por fin!!!!

Hook! le llamé con la esperanza de que me reconociera y me bajara de allí. Soy Eileen, la camarera de kenneth, de tu amigo, lo recuedas????

El líder no puedo evitar soltar una suave risa al escuchar a Mulan -.Cuidado muchachos, las gatitas tienen zarpas - les dijo a sus hombres que respondieron con una sonora carcajada al unísono. Se pasó la lengua por los labios antes de contestar a la morena - oh, yo te cuerdo... si, tu eras la "concubina" de Sebastian ¿cierto? - dibujó una mueca de desprecio para después mirar a la pobre Eileen que suspendía en el aire.

Sonrió de manera cruel, mostrando los dientes mientras observaba a la muchacha - Si, claro que me acuerdo de ti ¿acaso esperas que por ser la camarera de mi difunto amigo tengas trato especial?- chasqueó la lengua y negó con la cabeza - creo que vamos a tener que matarlas, no van a traer nada bueno. Aunque... - se pasó levemente el garfio por el mentón, con un brillo en los ojos, como si se le acabase de ocurrir algo.