Partida Rol por web

Te hace una señal para que le sigas - ¿y de dónde res Elsa?, si se puede saber claro - alza una ceja, curioso y atento a ti - llevas una ropa muy rara ¿sabes? no es muy normal ver gente vestida así... - llegáis a una cafetería llamada Granny's, no muy lejos de donde estabas - es aquí, bueno la parte de la cafetería, para hospedarse mejor entremos por el otro lado... - pasáis por un pequeño callejón que para tu sorpresa está bastante limpio. Erick te abre la puerta al local y entra detrás de ti. En una silla está sentada una mujer mayor, de unos 70 años, que a simple vista se ve que es una mujer llena de vitalidad. Sonríe al veros y se pone de pie -vaya, buenas... es raro tener visita aquí ¿quién es esta señorita, Erick? - dice mirando primero al muchacho y después a ti. 

Mientras caminaba junto a Erick respondió a sus preguntas con calma pues estaba en un estado de confusión que no llegaba a hacerla ponerse nerviosa sino al revés, demasiado tranquila, como ida, sumida en sus pensamientos. — Vengo de Arendelle, Erick. Y allí vestir así es más normal, supongo. Aunque esto son vestimentas dignas de una reina, los plebeyos visten más acorde a su clase y sus capacidades... — Sonreía ligeramente mientras le explicaba al chico. Una vez entraron observó a la anciana, dándole cierta ternura y le devolvió la amable sonrisa que está les dedicó. — Soy Elsa señora. Un placer conocerla. — Dice tendiéndole haciendo una leve reverencia.

El chico arruga la nariz y te mira algo confuso -¿reina? ¿Arendelle? - se rasca, mientras pone una mueca de no entender ni jota. El chico sonríe a la mujer - Abuelita, no es de aquí y necesita una habitación - la mujer te mira sorprendida - oh ya veo, ya veo, bueno no te preocupes chiquilla, tengo habitaciones de sobra... - coge una llave y la pone encima del mostrador- serán 20 dolares la noche - te guiña un ojo - aunque el desayuno no está incluido...

Tomo de la mano a Sean y me dirijo a Granny's. - Conozco un sitio donde hacen comida casera que está mucho más buena que la mía. - Digo sonriéndole. - Además podrás conocer a mucha más gente y, ¿quién sabe? Con el estómago lleno seguro que a ambos se nos despeja la mente y recordamos más cosas. Y a mí se me ocurre alguna forma de preguntarle a la Alcaldesa acerca de qué hacer contigo. Salimos de la asamblea y miro alrededor si hay alguien más, para despedirme de los rezagados como nosotros.

Una vez la abuelita le pone la llave sobre el mostrdor y le dice el precio, ella lleva la mano a un bolsillo bajo la tela que cae sobre la falda y saca unas cuantas monedas doradas que deja caer encima. - ¿Es suficiente con esto? - Sonríe levemente alternando miradas con el chico y la mujer.

Tras meter en el horno unas pizzas que ya tenía preparadas para ocasiones así (totalmente caseras y veganas, de productos de mi huerto y quesos vegetales hechos por mi), me siento en la silla de la mesa, entre Eileen y Mariam. 

- Bueno... Allá la pregunta que me tiene más confusa ¿Cómo es que has visto a Zach?- Le digo directamente a mi amiga, clavando mis ojos en los suyos. - Oh, bueno... Esta de aquí es Kida, la tengo por casa hasta que se recupere pero puede salir y entrar cuando le plazca.- Añado, retirando la mirada al ver que la zorrita estaba pidiéndome mimos. 

Kida, como si fuese un perro, gimotea y festeja que Dylan ha llegado. Se acerca y huele a Mariam mientras menea la cola. Cuando se acerca a Eileen comienza a gruñir y a erizar el lomo. Sale corriendo de allí, escondiéndose en algún hueco.

¿Pizza? ¿verde? Donde haya un buen pedazo de carne... te dices a ti misma

Me quedo asombrada ante la reacción de Kida con Eileen. 

- No te preocupes, supongo que no está acostumbrada a tanta gente. Ahora vuelvo.- Acto seguido me pongo en pie y voy hacia la pobre cánida. Me agacho hacia ella y le acaricio con suavidad. Luego me vuelvo a poner en pie y salgo de la cocina, en busca de Smith. 

- ¿Puedes mimar a Kida y hacerte cargo de ella un poco? Está muy rara y no sé lo que le pasa... Estoy preparando pizza, por cierto. Por si quieres unirte en la cena.- Le digo en cuanto le localizo. 

Cuando vuelvo a la cocina vuelvo a ocupar mi silla después de echar una ojeada al horno y, dirigiéndome a Eileen de nuevo insisto con la anterior pregunta. - ¿Y bien? 

Alza una ceja al ver las monedas y te mira con los ojos entrecerrados- eso no son dolares, cielo... - dice arrastrando las palabras. Erick saca su cartera y pone el dinero, con un extra. Sonríe un poco, algo avergonzado -es bromista, no se lo tengas en cuenta. Aquí tienes el dinero y algo más, para el desayuno de mañana.

La mujer coge el dinero y te entrega la llave -segunda planta, primera puerta ¿quieres que te acompañe?

Elsa al ver que Erick pone dinero sobre la mesa y dice tal comentario ella recoge el suyo extrañada y lo mira con los ojos entrecerrados intentando leer en su expresión el motivo por el cual ha dicho eso. Sin comprender nada guarda su dinero y coge la llave de la habitación observando a la mujer mayor unos instantes para al fin contestar. — No, no hace falta, muchas gracias... — Murmura ligeramente sumida en sus pensamientos. Se gira para entrar hacia dentro aunque antes de eso le echa una mirada al chico queriendo decirle que venga.

El chico te mira extrañado y te acompaña hasta la habitación - ¿necesitas algo más, Elsa? - te dice cuando está en la puerta.

Una vez el chico se acerca ella alza la llave con una ceja alzada. — ¿Cuál es el problema? No bromeaba... — Dice refiriéndose por supuesto al tema del dinero.