Partida Rol por web

Suspiró aliviada cuando pararon de hacerle cosquillas y agradeció que la llevaran a ser tratada. -Gracias... La batalla... allí...

Sea señaló el camino por el que había llegado corriendo aún con la respiración entrecortada de soportar las cosquillas, pues al final alguna sí que había caído en gracia al cuerpo y la había hecho reaccionar. 

-Hay pelea...

No sabía si lo sabían o no pero por si acaso se los señaló antes de que la llevaran a la torre donde la dejaron sola con aquel hombre.

Miró a aquel hombre y cuando se fueron las muchachas se dignó a hablar. -Gracias... ahora ya sé como se llama el que me ha salvado la vida... Long, procuraré recordarlo. Le sonrió un poco mientras se dejaba curar y aprovechó para observar a su alrededor, era todo muy sencillo pero parecía acogedor. -Ahora vuelvo... sí. Asintió al hombre y pasó tras unas cortinas para cambiarse de ropa. No era muy diferente a su uniforme a excepción de las condecoraciones y parafernalias decorativas que solían llevar los marines, además le hizo girar la gorra a lo que no se opuso en absoluto. 

Cuando salió de detrás de las cortinas y vio que le esperaba un plato de comida corrió a sentarse escuchando como aquel hombre le preguntaba cosas. Tragaba con insistencia y rapidez pero paró de hacerlo para poder contestar. - Me enamoré de un pirata y ahora soy fugitiva.  Tenía tanta hambre que prefirió no hablar mucho más del tema mientras volvía a engullir hasta quedar bien llena... A pesar de que los ojos se le tornaban vidriosos mientras pensaba en Dreim, se hizo la fuerte y no lloró en ningún momento, quizá alguna lágrima le caía pero era más por el esfuerzo de tragar tan bestialmente que no otra cosa, o al menos a eso lo podría achacar el hombre. 

Los capitanes se iban, bueno, solo uno se iba, el otro lo arrastraban - Kaito, Denna, no dejeis que huyan - Traté de darles caza, pero era imposible. Subieron al barco como unos cobardes y pusieron rumbo a fuera de la isla - MIERDA. - Miré a los barcos con mucha rabia al ver que nuestros objetivos se escaparon, y escuché por detrás Shimada - No, no es suficiente. Son Marines. ¡Deberiamos de haberlos matado! - pensaba en mi interior cuando entonces vi como los barcos maniobraban de una manera muy rara

-¿Dan... la vuelta? - pregunté inicialmente para que me escucharan, cuando entonces me percaté - CUERPO A TIERRA - corrí en dirección hacia el bosque para tratar de que no me dieran los cañonazos que en pocos segundos sonaron y retumbaron contra la tierra.

Al levantarme poco a poco mi cara reflejaba una expresión mezclara entre ira y diversión, entre algunas toses. - Así que eso quieren ¿Eh? - Miré a Kaito y Denna para saber que seguían bien y después a Shimada - ¿Donde hay un barco? El que sea. Con que tenga cañones, uno o dos me vale. Quieren una guerra de navios, la tendrán. ¿Qué decis chicos?

Kaito al contrario de su compañera Hitomi no deseaba perseguirlos, desde el inicio lo único que buscaba era que aquellos marines se fueran y que todo volviera a la normalidad. -Espera Hitomi, quedemonos con la victoria parcial. -Pronuncio mientras guardaba sus armas, realmente no quería que sus nakamas tuvieran algún otro peligro, se había enfrentado a dos capitanes en conjunto y había salido victorioso de manera casi ilesa. 

No se había percatado de los barcos hasta que ya estaban en posición para atacar, su reacción ante los ataques a distancia no era la mejor, no tanto como lo sería en una pelea cercana por lo cual al notar que Hitomi ya se estaba protegiendo realizo la única acción que tenía a mano y empujo a Denna con su mano derecha, intentando que unas cajas cercanas le pudieran proteger de las explosiones causadas por las balas de cañon siendo que él quedaba completamente desprotegido ante estas y solo alcanzando a colocar sus brazos hacia adelante para intentar proteger su rostro. Una de las explosiones cayó cerca de él causando que su parte posterior recibiera la mayor cantidad de daño mientras salía disparado hacia atrás varios metros de distancia quedando boca arriba algo lastimado.

-Hm... Entiendo: las relaciones entre bandos son difíciles por donde se vean.

Al ver una lágrima escaparse de tu ojos, el hombre mostró una leve sonrisa. Entendía bien porque era.

-Tranquila. Aquí ya nadie podrá hacerte daño, ni quitarte la comida; puedes comer con más calma -comentó antes de soltar una leve risa.

No pensaba presionarte más. No tenía pruebas de que mentías, y si le habías dado algo era muestras de que eras alguien que no venía con los marines; aún no podía confiarse del todo, pero al menos si en parte.

Luego de que te terminases el plato de comida, el hombre tomo tu plato y lo llevo a una barra cercana.

-Alguien recogera el plato luego. Ahora deberías descans... -antes de terminar de hablar, se escucharon varios cañonazos viniendo del muelle, seguidos de explosiones que sacudieron levemente el lugar. -. ¡¿C-Cañones?! ¡Asustarán al pueblo!

Terminó de comer y se quedó completamente satisfecha aunque avergonzada por tal actuación lamentable mientras veía como se llevaban su plato a lo que hizo el amago de levantarse a ayudar cuando este la frenó anunciando que ya lo limpiarían. No tuvo tiempo de hablar que se escuchó el ruido del cañonazo el cual la sobresaltó pues no se lo esperaba.

-¿Puedo ayudar? ¿Que puedo hacer? Sabía perfectamente como afectaban estos problemas a un pueblo o incluso a una ciudad, después de todo eran personas de a pie, que no tenían la culpa de aquellas trifulcas. - No se merecen esto...

Los marines empiezan a huir a los pocos segundos de haber entrado en el campo de batalla, realmente había sido una batalla fácil, sobre todo para mí, aunque me habría gustado hacer algo más.

-¡¡¡Se retiran!!! ¡¡¡Somos los mejores, ha sido verme llegar y se han ido!!! ¡¡¡Jajaja!!! Un momento, ¿por qué estáis corriendo? ¿¿¿Chicos???

Noto que alguien me tira al suelo, ¿qué está pasando? ¿quién me ha tirado? ¿es una broma acaso?. Hago la intención de levantarme para enfrentarme con quien sea que se haya atrevido a empujarme, cuando noto una fuerte explosión que me lanza por los aires...

A los pocos segundos de que Hitomi se lanzase al suelo y se lograse escapar por muy poco de las explosiones, Kaito cayo al piso y Denna salió por los aires. A los pocos segundos, el carpintero se pudo reincorporar y correr hacia donde estaba la ladrona, sin tener la menor idea de a donde había ido a parar la historiadora; seguramente hubiese caído en los arboles.

-Debemos rodear el bosque desde dentro. No muy lejos de aquí se encuentran algunos barcos que hemos reparado y que podemos utilizar -les indico el jefe shimada ante la pregunta de Hitomi. Tras lo cual, indico a los hombres que habían logrado escapar del ataque para que tomasen distintas direcciones. -. Los ayudaremos en el mar, pero algunos de mis hombres deben ir a mantener la calma en el pueblo. Entonces, vamos... ... -Shimada se quedo viendo a los lados unos segundos. -. ¿Donde esta la otra chica? -pregunto a Kaito e Hitomi.

Entonces, de entre los arboles, cayo junto a los tres. Llevaba a Denna en sus brazos, pasándolos por debajo de las piernas y la espalda de la chica, y mostraba esa sonrisa tan despreocupada suya.

-Os habéis metido en una buena -dijo Dante, totalmente libre de alcohol y recuperado de la anestesia.

-Es el borracho de la torre...

-Que buena siesta he todo: ¿Os importaría resumirme porque estamos bajo ataque de un grupo de marines desde su barco? -preguntó aún sin bajar a Denna. -. Aunque deberían hacerlo de camino a los barcos que menciono el tipo del arco; no creo que esos marines vayan a esperar que conversemos para recargar y disparar de nuevo.

Al fin nos sonreía la suerte, correr a través del bosque sería facil y tener un barco con el que poder atacar, nos pondría las cosas muy sencillas. Por otro lado, parecía que estabamos bien todos... todos salvo Denna la cual estaba buscando el viejo arquero - ¿Denna? - pregunté algo preocupada hasta que al final la vi... en brazos de Dante. Un inicio de felicidad al verla bien se puso mi cara, para transformarse al instante en una cara de rabia.

Tras que dijera todo lo que tenía que decir di un golpe al suelo con el Bo en vertical - Suelta a Denna, y siguenos. ¿Qué más da lo que haya ocurrido ahora mismo? Lo importante es que nos atacan por mar y nos matarán sino reaccionamos rápido. Jefe Shimada, rodear el bosque por dentro ¿no? Entonces voy ya. Tenemos que acabar con ellos. Kaito, Denna ¿Venis? - dije antes de correr en la dirección que indicaba Shimada.

-¿Por qué ha tenido que despertar? Y más aún ¿por qué nos sigue? Solo siento más rabia al verle por no aprovechar oportunidades de lujo... Lo siento, pero ahora importan más los isleños - pensaba para mi misma mientras empezaba a correr

Los daños no eran masivos, su cuerpo era resistente a pesar del estallido que había estado tan cerca de él. Por suerte Hitomi era lo suficientemente rápida y agil como para poder esquivar el ataque, aunque quien realmente había salido afectada del ataque había sido Denna quien salió volando a pesar de la intención del carpintero de protegerle. Se levantó con rapidez sin percatarse de algún tipo de daño y junto con Hitomi salio disparado hacia el bosque mientras escuchaba a Shimada.

Iba a hablar pero las palabras de Hitomi fueron más que suficientes, si bien su forma de decirlo no era la más apropiada para pedir alguna especie de ayuda pero tenía que rescatar que no le había tratado con algún insulto. La mirada de Kaito era bastante más tranquila que antes y guardando sus espadas decidió ir camino al bosque mientras que, al pasar por el costado de Hitomi, le acarició la cabeza tranquilizador. -No tenemos mucho tiempo que perder aquí, si queremos hacer el trato con Shimada debemos acabar con los marines que intentan acabar con éste lugar, además tengan cuidado con algunos cazarrecompensas, ya me encontre con uno.

Entreabro los ojos aún medio aturdida, con la vista nublada y confundida por lo que había pasado, noto entonces que alguien me está llevando en brazos y sujetándome, ¿qué está pasando? ¿quién me tiene? oh dios mío, ¿intentan hacerme... algo?

- ¡ME QUIEREN VIOLAR!

Chillo mientras doy un puñetazo al rostro borroso y me tiro al suelo reptando lo más rápido que puedo para alejarme de quien quiera que sea. Reconozco entonces voces familiares, en especial una femenina, asi que sin mirar atrás me levanto y voy hacia donde va ella corriendo.

- ¡Vámonos de aquí! ¡Esperadme! ¡No me dejéis sola con ese degenerado!

Que te ofrecieses a ayudar puso a pensar un poco al rebelde, quien te hizo una señal para que lo siguieses mientras corría hacia la salida de la torre.

-Si están atacando desde mar, seguramente el resto debe estar yendo hacia los barcos para poder contraatacar. Si nos apresuramos podemos ir con ellos.

Para cuando abrió las puertas de la torre, se encontró una escena totalmente inesperada.

Desde el pueblo cercano, una enorme multitud de personas armadas con palos, cañones y espadas se dirigían hacia el muelle del que hace poco escapaste. No parecían tener intenciones de detenerse.

-¿E-Están yendo hacia la batalla? -algo sorprendido y preocupado, el hombre se apresuro a ponerse frente a la multitud para intentar detenerles. -. ¡Alto! ¡Los marines están atacando desde esa dirección! ¡Deben retroceder!

-¡Lo sabemos! -grito un hombre de la multitud. -. ¡Ustedes llevan defendiendonos mucho tiempo! ¡Es hora de darles una mano, y ya de paso darles sus merecidos a esas gaviotas!

El rebelde trago algo de saliva ante tal respuesta. Como consecuencia, la multitud siguió avanzando. Sin saber que más hacer, el hombre se acerco a ti.

-Supongo que también podemos ir con ellos: las espadas y palos no servirán de mucho si el objetivo esta alejado, pero les vendría bien alguien con experiencia con los cañones. Tu decides.

-Oye, ¿porque tanto odio? -bromeó el capitán ante la firmeza de Hitomi.

Prestando atención al comentario de Kaito, Dante asintió y se propuso a seguir tras ambos cuando...

-¡Tsk! -un puñetazo en el rostro le llevo a soltar a Denna para cubrirse la cara. -. ¡Oye, es un malentendido! ¡Yo nunca intentaría eso en público!

Tras lo cual, les siguió el paso a los tres, acompañando también a Shimada y a algunos rebeldes que seguían vuestra dirección.

Luego de recorrer una distancia parecida a la que había entre el muelle y la torre, llegaron a otro muelle donde se encontraban atracados tres barcas marines con los logos de cabeza. Los rebeldes no tardaron en empezar a subir.

-¡Ustedes! -los señalo el jefe shimada. -. ¡Suban al tercer barco! ¡Le hemos añadido un cañón adicional! -tras darles las indicaciones, les hizo señas al resto de rebeldes para que subiesen a los barcos restantes; el tercer barco quedaría totalmente para ustedes. -. Hundan ese barco marine y luego vuelvan a la isla; los cargaremos con provisiones y podrán quedarse con el barco, como prometí.

Corría y corría por todo el tramo que ya habiamos recorrido una vez Denna y yo - COMO TENGA QUE VOLVER A RECORRERLO, MATO A ALGUIEN - Y no es que tuviera nadie a quien quisiera perder de vista cerca de allí.

Al llegar Shimada nos dió unas indicaciones y en mi mirada apareció cierto brillo al igual que una ligera sonrisa - Perfecto... - Poco tiempo fue el que tardé en correr hacia el barco - Yo navegaré. Kaito, Denna y ... - Miré a Dante de nuevo con mi cara de odio mientras corria - Vosotros tendreis que preparar los cañones. Orientaré el barco para un blanco directo, espero que tengais puntería.

Una vez subida al barco fuí directa al timón. - LEVAD ANCLAS Y DESPLEGAD VELAS - Grité en un sentimiento entre euforia y ganas de derribar a esos marines. - No dejaremos que nos ganen.

Las instrucciones estaban claras, Denna ya venía con el grupo y Dante también tenía la oportunidad de sumarse si es que realmente estaba interesado aunque al parecer aún no se ganaba, ni tampoco hacia mucho, para ganarse el cariño de todos los del grupo. -Bien, Denna prepara los cañones mientras voy a buscar las balas, sera necesario tenerlas a mano para poder disparar rapidamente. -Corrió agil mientras se acomodaba la chaqueta roja.

Al llegar al barco fue en busqueda de la caja de bolas de cañon para llevarla lo más cerca posible de los cañones mientras dejaba que las demás personas elevaran las anclas y realizaran las acciones más sencillas pero necesarias para que el barco fuera en busqueda de sus rivales.

¿Ese iba a ser nuestro futuro barco? ¡Genial! Era perfecto para cumplir nuestros sueños y llegar al Grand Line. Sigo las órdenes de mis compañeros sin dudar, por fin iba a disparar un cañón de verdad, y contra la Marina nada menos.

- ¡A sus órdenes mi navegante! -digo mientras imito un saludo militar hacia Hitomi con una gran sonrisa en la cara, antes de ir disparada hacia el cañón para prepararlo, mientras esperaba a que Kaito trajese las pesadas bolas para introducirlas dentro.

Cuando Hitomi orienta el barco en dirección a los marines y Kaito ha colocado la primera bola de pólvora en el interior de mi arma apunto y enciendo la mecha mientras grito...

-¡¡¡FUEGO!!!

-Bien... No hay que perder más tiempo entonces...

Pero el tiempo se perdería igual al encontrarse frente a frente con los ciudadanos de a pie de aquel lugar, algo que preocupó demasiado a Sea cuando vio que se acercaban a ellos, no perdió la oportunidad de pararlos junto al hombre y cuando este vio que no podía hacer nada más, diciéndole eso dio un paso adelante. 

-Eh ¡Escuchen! Si van allí a lo loco morirán muy rápido. No iba a mentirles, a pesar de que al principio los marines intentarían no dañarlos por ser civiles, acabarían defendiéndose y eso significaba su muerte rápida y segura. -Vayan en grupos de 6 a por cada marine y podrán con ellos por mayoría. . .  Miró entonces al hombre que le había ayudado. -No tengo armas, si me da unas pistolas o un sable, o una katana voy a poder ayudarlos.  No perdió el tiempo y en cuanto tuvo algo con lo que poder pelear marchó junto a la marabunta, intentando ir por delante de estos para guiarlos un poco y que no fueran a lo loco, como preveía que pasaría. 

-No tengo más que esto -respondió el chico mientras te entregaba un par de pistolas antes de empezar a alejarse en otra dirección. -. ¡Apoyare en los barcos: vayan con cuidado!

Entonces, guiaste al pueblo a través del bosque hacia el muelle del que hace poco habías escapado, para encontrarte con...

En cuanto los tres barcos de los rebeldes bordearon la isla para llegar hasta los muelles, se encontraron con el par de barcos de los marines disparando hacia la costa y el bosque, de donde empezaron a salir armados una gran multitud de aldeanos decididos a apoyar en lo más mínimo: la costa estaba despejada, pero seguía siendo una zona de explosiones que los propios pobladores se arriesgaban a atravesar.

-¡¿QUÉ RAYOS HACEN?! -gritó a todo pulmón el hombre del arco desde su barco al ver a la multitud en la costa.

-¡Acabaremos con los marines de una vez por todas!

-¡No les dejaremos todo el peso a los rebeldes que siempre nos defienden!

-¡Hoy los apoyaremos!

De un momento a otro, todos los pobladores de la isla se habían decidido a ir hacia la batalla. La mayoría no podía hacer mucho desde la costa, pero algunos intentaban acertar disparos con pistolas y cañones que traían con ellos. Entonces, por arte de magia, múltiples portales rojos se abrieron sobre el bosque y en los barcos de los marines: aquellas balas de cañón que sobrepasaban la costa terminaban apareciendo en los propios barcos, causando un caos a las gaviotas que no sabían que más hacer.

-¡Fuego! -gritaba uno de los capitanes marines, sin permitir que sus hombres cesasen de disparar a pesar de lo que sucedía al disparar muy lejos.

Algunos marines se aprovecharon de los extraños portales para atravesar hasta el bosque y caer entre los aldeanos, llevando de nuevo el combate a la costa mientras el resto les apoyaba con cañonazos. En pocos segundos, los portales también aparecieron en los barcos de los rebeldes para que pudiesen ir a la costa y a los barcos enemigos.

En muy poco tiempo se habían desatado múltiples explosiones en el mar; batallas de rebeldes y aldeanos contra los marines en la costa y los barcos; y una subida de adrenalina que sacaba el potencial de todos. Hitomi mantenía el barco que manejaba en buena posición para que Denna disparase con uno de los cañones mientras Kaito se encargaba de traer las balas. Sea, quien hasta ahora pasaba por una rebelde más, ayudaba a los aldeanos en el combate en la costa.

Viendo que estaban en desventaja, los capitanes marines abandonaron los barcos haciendo uso de los portales. Uno de ellos fue a dar en la costa, mientras que el otro termino en el barco dirigido por los piratas.

-¡Caerán bajo el puño de la marine! - gritaron ambos antes de correr con sus espadas levantadas. Aquel que estaba en la costa se abría paso en combate hasta terminar frente a Shea, mientras que su gemelo se dirigía a toda velocidad a por Denna.

Al ver a dicho capitan corriendo en nuestro barco, ya tenía el primer impulso decidido, mover el barco, pero no contaba con una cosa. Denna y Kaito caerian al mismo tiempo que nuestro enemigo. Dante me daba igual. Además, ese capitan iba a por Denna y el recorrido entre el y ella era menor que el mio - No puedo protegerla, no puedo interponerme, no puedo virar el barco... Solo me queda una opción - Apoyandome en la barandilla salto para coger un angulo mayor con el capitan marine y, sin apuntar a una zona vital, cojo uno de mis cuchillos escondidos antes de tirarlo.

-¡Y TU CAERAS ANTE LA FURIA DE ESTA NAVEGANTE Y SUS AMIGOS! - Anuncié mientras lanzaba el cuchillo y este empezaba a volar contra el capitan. Si fallaba me daba igual, si solo le daba a un brazo, la espada o una pierna, me daba igual. Mi unica intención era detener a aquel capitan antes de que tocara a Denna y le hiciera daño