Partida Rol por web

[Only War] Una vez más a la brecha I

I: Llegada a Alabastria

Cargando editor
15/07/2019, 20:09
[Muerta] Demet Gürel

No había esperado realizar un viaje en semejante compañía. Demet estaba un poco harta de escuchar burlas por su acento así que se limitó a viajar en silencio, haciendo oídos sordos a las provocaciones de los penales, que parecía ser el único servicio útil que hacían.

Maldita escoria inmunda, pensó para sí misma. Nunca comprendería por qué les enviaban a esta misión juntos. Para ella, esto era un honor, el que siempre había esperado. Se había esforzado al máximo, entrenado duro y rezado siguiendo las sagradas enseñanzas, pero ahora, tenía que servir al lado de criminales, asesinos, desechos humanos. ¿Dónde estaba el honor aquí? Toda su vida siguiendo el camino recto para ahora tener que luchar con desviados. No, si de ella dependiera, todos esos desgraciados estarían picando adamantium en el asteroide más oscuro y lejano de la civilización.

Cuando la bilis le subía por la garganta y pensaba contestar, oraba en silencio. Oraba por su alma, para que siguiera la senda esperada y por la de aquellos que habían muerto en nombre del Dios Emperador, pues fue una muerte digna. Tal vez ella tuviera la misma suerte.

No habría vuelto a abrir la boca de no ser por su compañero. Solo estaban ellos dos en su regimiento, ¿tal vez el resto habían muerto? Quien sabía… Estaban solos, así que consideró oportuno cuidar esa relación. - Aprovechemos cada oportunidad, pues.-

El desembarco la dejó alucinada, tantos y tan diferentes, todos unidos por una misma causa. Sin duda sería una batalla gloriosa, en la que ella esperaba tener algo que decir, aunque su voz se fundiera en el estruendo común.

Cargando editor
15/07/2019, 20:49
Nereida Kriemhild

Nereida iba por la derecha de la desordenada y desorganizada columna que conformaban sus Hienas Tóxicas. No les reprendió por la mierda de formación que llevaban porque realmente le daba igual, si tenía que ponerse a meter en vereda a esos haraganes y criminales estaba casi segura de que alguno caería bajo la dureza de Menelao, y no era el momento, la batalla se acercaba a cada paso que daban y mejor mantener fresca la moral hasta que el miedo se alzara entre ellos.

Cuando vio a los Devotos Nereida entrecerró los ojos y se quedó mirándolos. Los odiaba a muerte, los odiaba por su petulancia, por su sentimiento de superioridad cuando no eran más que la misma mierda que sus Hienas, y al menos estas últimas lo sabían y lo aceptaban como mejor les gustaba. No pudo evitar mirar a los dos desgraciados que tenía cerca, McKnife y Bernim dedicándoles una terrible sonrisa - esperemos que luchen tan bien como desfilan - les comentó con tono airado para volver a mirarlos desafiante. Se colocó bien la gorra y paseó su mirada por los otros regimientos que iban avanzando. Sabía que lo que se avecinaba iba a ser muy duro, pero sabía que ella estaría a la altura, y los suyos también porque ya se encargaría ella de ello; pero ¿los demás? una atisbo de duda asomó en su mente y se puso mortalmente seria - ¡VAMOS! ¡MOVEOS! - vociferó con estentórea voz amenazando a los más rezagados de su columna. 

Cuando las aeronaves los sobrevolaron cogiendo altura, tuvo que cogerse la gorra ya que esta amenazó por salir volando. Esos cabrones de los pilotos les gustaba estirar al máximo la cuerda con sus despegues a baja altura. "No señora, así evitamos el radar enemigo" le oyó decir a uno una vez, y un ovario, esos desgraciados siempre buscaban una manera de fardar de ser los más "fancys" del lugar. Nereida se encontró acariciando el mango de su nueva espada y sintió el electrizante cosquilleo y deseo de estrenarla contra los enemigos del Imperio, ya fueran guardias cobardes como herejes adoradores del caos. 

Cargando editor
15/07/2019, 21:57
[Muerto] Morsov Yngvarson

La décima compañía de zapadores al mando de Morsov caminaba lentamente abriéndose paso entre el mar de varangianos, como haciéndose un espacio entre un gran público. Un público que observaba el campo de batalla, nunca igual que el anterior pero siempre familiar. Rolf caminaba despacio bien cerca del sargento, el anciano murmuraba algo en un curioso lenguaje y escupía al suelo una sustancia negruzca después de toser escabrosamente. Rolf Rolfson había estado en suficientes batallas como para matar a un regimiento entero, pero ahí estaba todavía; incapaz de hallar el noble fin que todo varangiano desea conseguir como recompensa en cada escaramuza.

Su grupo se consistía de soldados ataviados con armaduras, cascos cerrados y muchos adornos curiosos. Las armas reglamentarias eran grandes escopetas, lanzadores de misiles y muchas cosas filosas para trocear. Algunos llevaban chalecos con explosivos, otros cargaban en ambas manos sacos llenos de instrumentos de destrucción. El poderoso Cyclops de la compañía coronaba la retaguardia, pero la cereza del pastel era aquella que nadie veía a simple vista pero todos sabían de su presencia. No por nada todos se mantenían alejados a una cantidad considerable de pasos de cualquier varangiano: la posibilidad de volar por los aires daba que pensar a los soldados menos experimentados.

Como si nos estuviesemos asfixiando salimos de las grandes ballenas, pero el aire está igual de viciado que en el interior... —comentó el viejo zapador, con una sonrisa de dientes partidos y oscurecidos—. Marchamos a la muerte otra vez, probaremos quienes son los capaces de domarla. Quienes vivirán para contar la oda y luchar otra vez. 

Morsov estaba acostumbrado a escuchar al viejo Rolf. Tan poético como lunático. El viejo estaba más emocionado que él en hallar su fin en esta pocilga de planeta. Él no compartía su deseo; lugares como estos no ofrecían nada más que ventaja estratégica. Su llegada y la de los demás regimientos solo le ofrecía un destino a este planeta, continua destrucción. No pensaba morir por nada en un planeta que no valdría nada. Sobreviviría, domaría a la muerte esta vez... solo esta vez.

Su compañía le seguía bien de cerca. Jarl y Snarl iban cerca, eran de las pocas personas que gozaban el privilegio de tener algo de espacio personal. Los supersticiosos zapadores no confiaban en ningún otro instrumento para matar que no fuesen sus manos y su astucia. Eran guerreros, los psíquicos ponían en duda lo que les hacía ver como guerreros natos. Inestables, escurridizos, misteriosos y peligrosos para con los suyos. Lo normal es que cualquier otro al mando le hubiese dado la responsabilidad a otro y lo alejase como un paria, pero Morsov veía potencial en cada uno de sus guerreros incluido el tan despreciado como temido Jarl Brotinn.

Sven era harina de otro costal. El ansioso guerrero era de los que nunca dormían sin un cuchillo de combate bajo la almohada, y no necesariamente para defenderse. Solo hacían falta un par de ojeadas para descifrar que al zapador se le había safado un tornillo, un par de engranajes y tal vez una bujía. Pero necios eran los que tachaban a Sven de loco sin remedio, eso le daba una ventaja que pocos pueden identificar con facilidad. No teme a ningún enemigo, pero no por eso deja de honrar su labor. Morsov solo deseaba que el pendenciero zapador hallase entretenimiento de sobra en el campo de batalla, y que se mantuviese leal a sus ordenanzas. Siendo Sven... Morsov también pensó que estaría bien meditar la posibilidad de un bozal, era conversador. Quizá demasiado para su propia seguridad y la de los demás.

—Conmigo, décimos. Hagámonos un sitio entre este mar de condenados. Yo pienso domar a la muerte esta vez. ¿Qué me dicen ustedes?

Solo bastó esa combinación de palabras para generar una seguidilla de desafíos al aire, bromas y palabras de aliento. Cada compañía era como una familia, algunos discrepaban con la idea de evitar la muerte esta vez, pero eso era más común entre los zapadores novatos. Los varangianos veteranos disfrutaban de su potencial, disfrutaban de estar vivos para matar a otros, para ellos el campo de batalla era como estar en casa. ¡Y vaya patio mas grande les había tocado esta vez!

Cargando editor
16/07/2019, 23:51
[Muerto] Mesut Emrah

Asintió a su compañera pero no dijo nada más. Mesut estaba impresionado por la cantidad de efectivos del Astra Militarum que se habían congregado para luchar por el Salvador de la Humanidad. Incluso esas Hienas que le habían agriado el viaje y que olían mal podrían encontrar la rendención y la Luz del Emperador a través del sacrificio definitivo. Mesut los tenía en cuenta en sus oraciones.

Esperó su turno en silencio y volvió a revisar sus condecoraciones. No tenía muchas: una pequeñita que lo acreditaba como apto tras haber superado la formación mínima y otra como tirador selecto. Ambas de poco valor pero que las lucía con todo el orgullo. Y esta vez en su sitio correcto...ya había recibido en el pasado cinco latigazos autoinflingidos de expiación por contravenir la cuarta interpretación oficial del 21º de Devotos sobre el texto refundido de extractos del Codex Imperialis sobre condecoraciones obtenidas fuera de combate. Esa condecoración debía estar en su sitio correcto... cinco centímetros desplazada era castigado severamente a latigazo por centímetro. Además fueron merecidos: como hijo de un Dios, el Lord Comandante era a su vez otro y las palabras de un Dios deben ser respetadas con la ayuda de la Santa Eclesiarquía para entenderlas.

Cuando llegó su turno desfiló junto al resto de tiradores en silencio y dándole gracias al Emperador una vez más por poder estar aquí combatiendo al enemigo en primera línea. Si le hubieran encomendado guardar una estación agrícola toda su vida en solitario habría aceptado su destino por el bien de la Humanidad... pero el poder luchar contra los enemigos de la Humanidad era el destino más glorioso posible para un Devoto.

El silencio y el orden acompañaban a los Devotos en su marcha. Mesut no sería quien lo rompiera.... sólo queria combatir y ser útil. Pensó en cuantas veces su Fe había guíado sus balas en el entrenamiento.. esperaba que en combate fuera igual.

Notas de juego

 

Cargando editor
17/07/2019, 23:36
[Muerto] Andre de la Estocada

Habían conseguido desembarcar de las gigantescas naves para irse a lo que iba a ser una muerte segura, si no lo evitaba el antes que los soldados se fueran con el emperador demasiado pronto, y conociendo su suerte, iría directo a la primera escaramuza, así mas le valía tener a todo el equipo de medicina listo para la acción, lo iba a necesitar pronto, había vivido demasiadas luchas para saber que aunque mis compañeros desfilanban con las armaduras de caparazón ligeras y las bayonetas en un cuadro, eso no serviría de mucho en la batalla que iba a venir, aunque también confiaba en mis camaradas, no eran una panda de recluta es su primer campo de batalla, todos eran veteranos, así que no había mucho que temer, por lo menos el no.

Cargando editor
18/07/2019, 00:22
Jarl Brotinn

Casi como un reflejo, Jarl sondeó psíquicamente el pulso de los soldados que pasaban cerca de él. Desde los  latidos de los veteranos de los distintos regimientos, lentos y firmes, hasta el martillo neumático vibrando en el pecho de los nuevos reclutas ansiosos de probarse a sí mismos, la biomancia permitía saber mucho sobre alguien incluso sin tener que mirarle a la cara. Por supuesto, el psíquico se guardaba mucho de actuar en base a tal información, puesto que la mayoría de los individuos reaccionaban de manera poco amistosa si se les informaba de que habían sido objetivo de atención de siquiera una mínima fracción del poder de la Disformidad.

-¡Mira el tamaño de esa cosa, Jarl! exclamó su asistente señalando a la ciudadela que se dibujaba en el horizonte. Parece de que nuevo el Monitorum nos la ha jugado asignándonos este planeta, tal y como predijeron las cartas. Incluso antes de empezar la operación, Snarl, apodado (no tan cariñosamente) por el resto del 62º como "el cenizo" no podía evitar mostrarse tal cual era.

-Guarda silencio, Snarl. Todos sabemos que la lectura del Tarot del Emperador está fuera del alcance de un novato como tú. Recita las enumeraciones y cálmate. Tenemos trabajo que hacer.

Se giró hacia Yngvarson. Estamos listos, sargento. ¡Esos herejes aprenderán lo que es enfrentarse a verdaderos guerreros!

Cargando editor
18/07/2019, 01:19
[Muerta] Dahlia Eiríksdóttir

El viaje y el desembarco habían sido bastante agradables para la operadora. Le llegó con todo lo que había gruñido en la Schola y, una vez fuera de ella, se dedicó a disfrutar del viaje y la posterior salida del transporte. El olor que transmitía el lugar era, sin duda, llamativo. No olía a salud ni a vida, olía a destrucción y percibir ese aroma hizo que la mujer sonriese de oreja a oreja. Alabastria transmitía desolación y pura aridez. Y eso, a la mujer del 9º grupo de batalla, era algo que le fascinaba. Sin lugar a dudas.

Eiríksdóttir nunca se creyó la mejor de las personas, pero la comisaria Kriemhild le provocaba una sensación muy grata de respeto. Ofrecía un aspecto catalogable como suave o tranquilo, pero una sola palabra de la mujer hacía que se removiesen sus más bajos instintos. No había que fijarse mucho para ver que le gustaba su forma de expresarse.

- Como diga, comisaria. - Dijo en un tono que, para Kriemhild, sería probablemente inaudible.

Caminó despacio, a la par de los demás que formaban la columna. No todos volverían vivos a las ballenas, pero esa aventura semejaba muy interesante, pues había ido allí a luchar y a sonreír al segar vidas que no merecían un lugar en el mundo en que les había tocado existir.

Cargando editor
18/07/2019, 11:05
Desastre McKnife

- Dudo que sepan encontrarse el culo con las dos manos, mucho menos luchar como es debido- mascullo McKnife, ante la pregunta de la comisaria, más para si mismo que como respuesta. Siguió avanzando con la marea penal. Iban a tener que luchar en esa ciudadela enorme llena de adoradores del caos y con mala compañía. Una delicia de vacaciones, vamos. Encima todo lo que encontrarán estaría corrupto e inservible.

En el lado postivo de las cosas, allí había mucha gente. Y mucha gente significaba muchos tratos. Todo el mundo necesitaba algo y estaba dispuesto a desprenderse de cosas a cambio, por lo que respectaba a Desastre, todo estaba bien. Además, les habían dado esas nuevas pistolas para que pudieran alcanzar la primera linea... y matar todo lo que se moviera.

Cargando editor
18/07/2019, 19:25
[Muerto] Onorato de Lascaris

Las bocanadas de aire limpio que había tomado hace unos minutos fueron rápidamente remplazadas por el olor de la guerra. Olor a combustible y caucho quemado, pólvora y sangre seca que empezaban a inundar su paladar y laringe. Suspiro, irónicamente le recordó a las características fabricas industriales de Tyvia.

Marchando educadamente y con disciplina la Quincuagésimo octava de Granaderos y la sexta de Acorazados Tyvianos  se distinguían del resto de los regimientos. Eso le pareció interesante a Onorato, pues era la primera vez que presenciaba guerreros que no fueran de su mundo natal.

Escucho una comisaria  del resto que gritaba dando órdenes a su legión penal. Los penales ciertamente le generaban algo de desconfianza y no esperaba mucho de lo que podría ser descrito como «Lacras» que luchaban únicamente por obligación y misma supervivencia.

—Bastardos sin honor, me dan un puto asco esos penales— escupió el joven Almeyque Lunar, interrumpiendo sus pensamientos —Ha sido una pena para nuestro honor que nos toque luchar junto a unas desgracias como ellos ¿No crees?  Y ni mencionar a esos jodidos Varangianos, unos putos salvajes también; solo miralos— término de decir, señalándolos mientras hacían vítores a uno de sus sargentos.

—Tal vez estés en lo cierto Lunar, pero hemos abandonado Tyvia hace varios meses ya— respondió evadiendo su balbuceo —Por lo que eso ciertamente no nos concierne. Si ellos desean quedarse con el salvajismo y nosotros con el honor no veo ningún problema. Ten algo de respeto, al final todos han venido a morir aquí por el Dios Emperador, quieran o no.

Su compañero respondió pero no le prestó atención, se había vuelto rutina y parte de la larga amistad que llevaban. Onorato pensaba claramente que si esos guerreros habían sido elegidos para la cruzada habría sido por algo.

Su regimiento estaba ciertamente callado aparte de Lunar que parecía ser uno de los únicos hablando, dirigió la mirada al frente y siguió caminando. Ansioso por la batalla que se avecinaba, el constante tableteo y explosiones distantes lo mantenían atento con ganas de cumplir la función por la cual había venido.

Cargando editor
19/07/2019, 19:59
Arrin Falkenhorst

Arrin miró a lo lejos, hacia la ciudad que debían tomar al asalto, en nombre del Sagrado Emperador. Sonrió pensando en si apostar quién caería primero, si él, su hermano o el sargento. Era habitual en su regimiento realizar éste tipo de apuestas, e incluso casi una cuestión de honor y valor el apostar por uno mismo.

Lo que estaba claro por su actitud chulesca y totalmente despreocupada es que como buen y despreciado Doblesueldo, se la repanpinflaban el resto de unidades. Su hermano tenía un punto menos de desprecio por el resto, más por conveniencia que otra cosa, pero él no...a ellos les despreciaban, así que el pagaba con la misma moneda. Ellos habían venido a matar, y así sería hasta que cayera el último de ellos.

- Hermano, si consigues Amasec, quiero un buen par de tragos. - le dijo, sabiendo que a Orrin se le daba bien negociar.

Su mano pasó por su enorme coquilla azul chillón, hecha con algún material entre el cuero y la felpa, terminada en punta horizontal como si estuviera empalmado y tuviera la polla en un ángulo de 90º con respecto a su cuerpo. - Mmm...tranquila, llegará nuestro momento. -

Ellos tenían los huevos más grandes de todos los regimientos, y esa era una de tantas maneras de demostrarlo, exhibiendo sin pudor sus grandes atributos.

Miró a la comisaria de reojo, a ellos no hacía falta que les espolearan, en cuanto se iniciara el combate, cargarían contra las líneas enemigas, como debía ser. Eso sí, si la mujer quería, le podría dejar un buen recuerdo con su "mandoble"...aunque dudaba que ni siquiera le mirara para escupirle.

Siempre era lo mismo...y siempre lo sería. 

Notas de juego

Sobre lo de la coquilla, es un detalle que me pareció muy gracioso de los lasqanetes en el último DrachenFest que estuve, y si no molesta a nadie, me gustaría incluirlo. Si molesta, lo eliminamos y ya está.
 

Cargando editor
19/07/2019, 21:44
Orrin Falkenhorst

Orrin marchó con aparente calma, desmentida por su ritmo de avance marcial, con la barbilla bien alta y exponiendo sin pudor alguno su radiante presencia. No tenía nada que ocultar, ni debía avergonzarse de estar allí, luchando por el Emperador. Del mismo modo que, salvo que las órdenes lo indicaran, tampoco ocultaba su presencia al enemigo. Si morían, que fuera sabiendo que Orrin les había llevado al infierno personalmente. 

Sobre el blanco de su armadura de caparazón se cruzaban varias cintas anudadas en lazos, desde brillantes sedas a simples retales de algodón o lino, cada uno teñido de un color distinto, así como las abundantes plumas que cuajaban su sombrero de ala ancha. Era casi como si el consentido criajo de un noble local al que le hubiera dado por la pintura hubiera volcado las múltiples tonalidades que su padre le consintió sobre un soldado de plomo en una pataleta... Pero aún así, de fondo, había cierto estilo. Cierto sentido del orden en aquel aparente caos. Y desde luego, le hacía llamativo. 

Incluso sus armas lucían adornos de varios tipos, quedando solo libres de decoraciones la armadura en si, de un blanco tan pulido y cuidado que habría hecho llorar de alegría al Magos más gruñón, y el botiquín de campaña que colgaba a un lado de su cinturón, cerca de la sobredimensionada y colorida entrepierna del hombre. 

-Vale, pero no te garantizo que no hayan escupido antes en él-replicó riéndose, para después girarse levemente mientras marchaba para lanzar una mirada bajo el visor a su ayudante, que le seguía de cerca.

-Schöll, como se te ocurra huir te corto los huevos, ¿de acuerdo?-le advirtió con cierto tono alegre y una sonrisa feroz ocultada por su equipo. Conocía bien al pringado que le hacía de auxiliar, y si no estaba encima de él, seguro que se mearía encima. Qué indignidad. 

Cargando editor
19/07/2019, 22:07
[Muerto] Gerald Dietlinde

No me sorprendía, en absoluto, que nuestro regimiento fuera el menos numeroso de todos. Había que ser de otra pasta, tenías que tener otro tipo de cuajo para poder ser un doblesueldo, por eso cuando nos miraban se mantenían en silencio. No era diferente a antaño, por mucha mierda que hayan vertido sobre nosotros. Daba igual la cantidad de trabas que nos ponían para darnos equipo nuevo, ni los pocos murmullos de desprecio que se escuchaban, lejanos, tras nuestro paso. Haríamos lo que hemos venido a hacer y moriríamos por el emperador sí es necesario. Y no sería nada del otro mundo. Sí la cascaba lo haría sabiendo que he ganado una apuesta, y con eso, moriría con una sonrisa. Con eso y sabiendo que me he llevado por delante a más hijodeputas que la media del resto de regimientos. Por qué iba a estar en vanguardia, dejándome de chorradas ni medianías, como hacían otros.

Mi armadura de caparazón era de color blanco desgastado. Aunque en algún momento estuvo decorada de cintas anaranjadas, amarillas y púrpuras, ya sólo quedan retazos de aquellas. Para mi era una envidia ver el sombrero de ala ancha emplumado de uno de los hermanos pues, prácticamente la totalidad de mis “galas” se habían perdido o destruido con el tiempo, tampoco había forma de volver a conseguirlo, porque todo eran trabas y negativas. Pero tampoco importaba, no demasiado. Lo único que importaba era la próxima lucha. Por eso estábamos tranquilos, y nuestra actitud era altiva. Porque éramos lo mejor, pese a al oprobio vertido. Los hermanos iban a tratar de conseguir algo de beber, y eso me interesaba bastante. 

-Espero que haya hueco para uno más. -Sonrío mirándoles. -Bueno, ¿Quién va a ser el primero en caer? -Había que sacar el tema. -Apostaría por el sargento, pero no me sentiría bien apostando por otro que no fuera yo mismo.

Esperaba que se unieran, íbamos a recibir órdenes e iban a ser hacer lo más jodido en el peor puto sitio posible. No íbamos a tener muchas más oportunidades.

Cargando editor
21/07/2019, 00:57
[Muerto] Don Manuel de Ynestrillas

Mientras encabezaba la marcha de su pequeña comitiva de hombres al mando, que sin duda ascendería de cara al futuro cuando probase su valor, Don Manuel constató que nada de lo que veía le impresionaba demasiado. Esto era sin lugar a dudas positivo, pues contrastaba con lo que ya de sobras sabía: que los tyvianos estaban hechos de una pasta superior, y que nadie había como ellos que abrazase la disciplina y las virtudes militares. Sin duda su pasión y su comedimiento, juntos, eran una cosa de belleza.

"Ten algo de respeto, al final todos han venido a morir aquí por el Dios Emperador, quieran o no"

Aprobó aquellas palabras con un vigoroso atusamiento de las puntas de su bigote.

-Señor Almeyque, haría bien en prestar oídos a nuestro común caballero el señor de Lascaris. Todos los aquí presentes combatimos a la sombra del Águila después de todo. Por supuesto, no podemos pedir que todos sean tyvianos, acaso sea injusto... y desde luego no estoy diciendo que tengamos que juntarnos con galeotes -dijo- Ni que decir tiene que es por descontado que tales honorables gentilhombres que me acompañan se mantendrán apartados de semejante purria en la medida que no sea obligatorio compartir estado con ellos. Aún hay clases, ahora y siempre.

Continuaron la marcha, el asociado del enorme sistema de radiovox a la diestra del sargento, unos cuantos pasos atrás: la combinación de pocos amigos y la miseria de la guerra habían hecho, era un secreto a voces, que el encargado asistente hubiera desarrollado un persistente uso de los estimulantes autorizados como medida para mantener su actividad y su humor para no acabar preso de la desesperación. El sargento, en cambio, jamás había necesitado de esos aditamentos naturales: como buen tyviano la sóla sed de gloria y sangre santificadas le mantenían en un admirable estado de espíritus.

-Sin duda esos varangianos tendrán sus cualidades naturales: compartimos entrenamiento y su fama es suficiente como para ignorar sus pintorescas excenctricidades -chascó los labios, disgustado- Sin embargo, ¿llevar brujas al combate? ¿De buen grado y sin resignación? Debería haber una ley.

Cargando editor
21/07/2019, 12:58
Reinhardt Krause

Reinhardt Krause era un hombre alto, fornido y reservado. Quieto, y envuelto como estaba en su armadura de caparazón, que no dejaba ni un solo palmo de piel al descubierto, parecía una estatua, un recuerdo del pasado que milagrosamente había sobrevivido al sinnúmero de batallas que habían regado de sangre aquel planeta. La máscara que le cubría el rostro, tan níveo como el resto de piezas, había sido modificada para encajar el implante que reemplazaba su ojo derecho, del mismo rojo fulgurante que la boina emplumada que lo coronaba. Sin ir tan engalanado como los Falkenhorst, tampoco lucía el pragmatismo desalentador de Dietlinde, sino que se situaba a medio camino entre esos dos extremos… en más de un sentido.

Juntos, habían subido a una colina desde la que podrían observar mejor el desfile que inauguraba aquella nueva fase de la campaña, y mientras los demás empezaban a bravuconear como acostumbraban, Reinhardt llevó su mirada por entre los distintos regimientos, acercando y alejando su visión para observar a oficiales, soldados rasos y todo el que poblaba la llanura. No fue hasta que los demás le mencionaron que el sargento se volvió, y se reunió junto a ellos. Personalmente, detestaba aquella tradición de la Compañía tanto como le había gustado antes de convertirse en el sargento de la escuadra. Sin caer en el sentimentalismo, esperaba tener el menor número de bajas posibles. El Munitorum tenía la desafortunada costumbre de tomarse su tiempo cuando tenía que volcar su logística en la 11ª Compañía, y eso complicaba sobremanera el poder llevar a término cualquier misión. 

—Y hace bien, Dietlinde. Yo no apostaría por usted, desde luego —dijo, apoyando la mano en el hombro del especialista y apretando con fuerza, en una señal de camaradería que contrastaba con la forma en que se expresaba—. Pienso mantenerle en la retaguardia todo lo que dure la campaña, o al menos hasta que arregle su uniforme. Ahí abajo hay hienas mejor ataviadas que usted, especialista.  

Después miró al soldado que le acompañaba a todos lados. 

—Günter —la sombra del sargento, y operador de Vox de la escuadra, miró a Reinhardt con ojos ávidos—. Esté atento a las comunicaciones. No quiero pasar un segundo más del necesario en este maldito planeta. 

Cargando editor
21/07/2019, 22:00
[Muerto] Sven

Sven sonrió al escuchar las palabras de su sargento. Aquello ya se había convertido en una broma recurrente. Quizás otros se la tomaban en serio, Sven siempre contestaba a la llamada con una sonrisa. Una sonrisa que haría que más de uno se echara hacía atrás. La verdad es que en general no es que atrajera mucho la simpatía de los demás.

Acarició el cuchillo que tenía escondido dentro del pantalón. Joder si iba a domar a la muerte. La iba a convertir en su jodida perra. Y la pensaba traer a todos ellos. A los enemigos sin duda, aquello era lo fácil. Pero todo el mundo obviaba lo bonito que era ver alguien que conocías abierto en canal. Aquel psíquico con medio cerebro fuera. Al sargento ahogándose en su propia sangre. A aquella operaría amputada mientras gritaba. Dios como le gustaba aquello.

-¡La domaremos y le daremos bien fuerte! Sonrió como siempre hacía. -Siempre ha sido mi amante favorita. Señaló al psíquico. -Además parece que el extraño tiene ganas de marcha. Para él los psíquicos siempre se habían llamado los extraños.

Dicho esto se dedicó a sonreír y saludar a todos aquellos soldados de otros regimientos que lo mirasen mientras fantaseaba con clavarles un hacha en lo más profundo de sus cráneos.

Cargando editor
22/07/2019, 17:22
Narrador

Desde la plataforma de aterrizaje, habían sido transportados hacia el interior del búnker de mando y, después de caminar casi diez minutos a paso vivo por los largos pasillos con el frescor porporcionado por el aire reciclado y de cruzar compuertas blindadas, habían llegado por fin a una pasarela que daba al centro de mando táctico principal. A través de los paneles de cristal teñidos y levemente inclinados, podía verse una estancia enorme con filas de asientos donde decenas de oficiales de inteligencia, tácticos imperiales y servidores de primera clase manejaban consolas de imagen y cogitadores lógicos. En el centro de la sala, un pozo de strategium proyectaba en el aire una imagen hololítica palpitante de la zona en la que tenía lugar el asedio, con las posiciones imperiales y caóticas remarcadas con falso color según su bando.

Un grupo de oficiales superiores, entre los que podían distinguirse los uniformes de casi una docena de regimientos diferentes, incluidos algunos de la fuerza aérea de la Armada, así como personal auxiliar de la Eclesiarquía y el Adeptus Mechanicus, la rodeaba. Era evidente que estaba teniendo lugar una reunión importante.

Cargando editor
22/07/2019, 17:24
Lord General Gebhard von Rauken

- Caballeros - empezó a hablar el Lord General, acallando las conversaciones que mantenían los demás oficiales, que pasaron a prestarle atención - Un nuevo mundo, una nueva victoria en progreso en nombre de nuestro sagrado Emperador - todos asintieron con aprobación - Demos gracias por encontrarnos en este planeta. Hemos sido elegidos para poner fin a la situación en Alabastria. Durante años, la Guardia Imperial ha intentado tomar este mundo, y estamos a punto de conseguirlo. Nosotros seremos los que extripemos el Caos de este, el que un día fue nuestro bastión, y lo devolvamos al esplendor que tuvo un día ¡Con nuestra victoria aquí, demostraremos al Lord General Militar que, en el Saliente Acheros, el avance es posible! ¡Aquí, en Alabastria, será donde rompamos por fin al enemigo y donde la Cruzada de Achilus entera recobre su fuerza!

Los oficiales estallaron en breves vítores, anticipando la victoria de la que von Rauken les hablaba. A pesar de su aparente edad, el Lord General poseía una fuerza y vitalidad propias de alguien mucho más joven, y fácilmente se las contagiaba a los demás - Pero no adelantemos acontecimientos. La tarea que nos espera por delante, a pesar del continuo y sacrificado esfuerzo de los que nos han precedido, no será sencilla, ni mucho menos. Así que, comencemos. Evitz, por favor...

Cargando editor
22/07/2019, 17:25
Klaus Evitz

Un individuo de baja estatura se acercó al pozo de strategium al ser llamado por el Lord General. Iba vestido con el unifome rojo y negro del Departamento Tacticae, con insignias de rango superior. El táctico imperial se inclinó sobre la imagen proyectada, quedando iluminado por esta de manera fantasmal.

- La situación es la siguiente - procedió a explicar a los que habían llegado con los refuerzos, tocando los controles de la mesa para ir cambiando las imágenes que mostraba. La primera fue una del planeta entero, desde la órbita baja, con varias marcas repartidas por el mismo, allí donde se situaban sus principales fortificaciones - El planeta está controlado en su mayoría. Todas las fortalezas enemigas han sido conquistadas o arrasadas, y los escasos restos de las fuerzas del archienemigo se han dispersado por los yermos, desorganizados y desabastecidos. Las tropas de la invasión inicial se están dedicando a darles caza con bastante éxito.

- Todas... salvo esta - La imagen cambió, mostrando ahora una del único reducto del Caos que quedaba en pie - La Ciudadela de Acero. Sus muros y defensas han resistido un asalto tras otro, y ninguno de ellos logró siquiera abrir una brecha en la muralla exterior. Rumores confirmados sugieren... que los muros son capaces de repararse a sí mismos, con el tiempo - ojos como platos y expresiones de asombro fueron la respuesta a aquella revelación, aunque los circuitos ópticos del Magos Belleron brillaron momentáneamente con curiosidad - Actualmente, las líneas del asedio se encuentran en estas posiciones - la imagen hololítica cambió de nuevo, motrando ahora una imagen general de la zona en la cual tenía lugar el asedio, desde la retaguardia imperial de un lado hasta la del otro, dejando a la Ciudadela como objeto central. La separación entre la fortaleza y las líneas de los asediantes era realmente pronunciada en algunos lugares, pero el táctico siguió hablando, resolviendo cualquier pregunta al respecto antes de que pudiera hacerse - A lo largo del asedio, los ejércitos del Imperio fueron acercándose más y más a la Ciudadela, hasta el punto que incluso los cañones de asedio Medusa estuvieron en rango de disparar contra la fortaleza. La situación cambio hace no mucho tiempo. Una subestimación de las fuerzas enemigas, entendible después de un año de bombardeo y ataque continuo, pilló por sorpresa a los soldados de los Jenízaros Macabeos que atacaban desde el sur. El contraasalto del enemigo expulsó a las fuerzas imperiales de sus líneas de vanguardia. Al ver que los Jenízaros se veían obligados a retroceder, la moral de los 441º y 623º de infantería de los Korps de la Muerte se quebró, y...

- Huyeron con el rabo entre las piernas, ¿Eh? - interrumpió la exposición uno de los oficiales presentes, un joven sobre el que rápidamente llovieron miradas reprobatorias que lo hicieron encogerse un poco.

El táctico Evitz le dedicó una mirada de reojo con la ceja levantada - Veo que no está familiarizado con los regimientos de Krieg, señor - dijo como única consideración antes de continuar - La moral de los 441º y 623º regimientos de los Korps de la Muerte se quebró, y sus soldados, haciendo caso omiso a las órdenes y amenazas de sus comisarios, lanzaron una carga contra el enemigo para intentar retomar las posiciones perdidas. Sin apoyo coordinado de artillería, blindados o aviación, los 441º y 623º regimientos, que con las bajas sufridas en la contienda debían de sumar alrededor de seis mil hombres, fueron completamente aniquilados.

Notas de juego

Mapa estratégico

Todos, indicad en Notas en vuestro post si podéis ver correctamente el tablero, ya que si no veis este, no veréis ninguno de los siguientes.

Hatakke y Morty, no sé si es porque no os habéis logeado en la natilla todavía o qué, pero por alguna razón no me deja añadiros a ningún tablero. Mirad a ver si es eso, y si no tocará subir incidencia.

Cargando editor
22/07/2019, 17:25
Balduin Edesso

- Que el Emperador recompense el celo y la fe de esos hombres - susurró el Alto Confesor Edesso mientras hacía un discreto símbolo de bendición con las manos. El resto de presentes a la mesa se limitó a tragar saliva o mirar con preocupación cuanto los había hecho retroceder el archienemigo con aquél inesperado contraataque.

Cargando editor
22/07/2019, 17:25
Lord General Gebhard von Rauken

En ese momento, von Rauken se adelantó y ocupó de nuevo el lugar de antes, al tiempo que Evitz retrocedía y pasaba a un segundo plano hasta que volviera a ser llamado si se lo necesitaba - En este punto, el anterior mando de las fuerzas imperiales tuvo claro que tomar la Ciudadela le sería imposible por su cuenta, y pidió refuerzos. Me lamenta mucho decir que, mientras el 9º Grupo de Batalla era formado y enviado a Alabastria, la apatía se apoderó de nuestro bando, que desde entonces se limitaron únicamente a impedir que el enemigo rompiera el cerco, sin volver a intentar ningún otro ataque.

>>El enemigo, por su parte, no ha perdido el tiempo, y ha retomado o reconstruido puestos avanzados que cubren las principales rutas de acceso a la Ciudadela. No podemos acercarnos a la misma ni asaltarla sin antes haber eliminado ese peligro, de modo que esa nuestra primera tarea - von Rauken manipuló los controles del pozo, y numerosas señales luminosas llenaron la pantalla, aquilas parpadeantes que se dirigían hacia los puestos mencionados - Lanzaremos un asalto total y simultáneo sobre todas las fortificaciones enemigas en el exterior de la Ciudadela. Cada ataque será llevado a cabo en conjunto por varios regimientos. Los legionarios penales formarán la vanguardia, y detrás de ellos irá la fuerza principal compuesta por granaderos tyvianos y zapadores, por si se requiere el uso de explosivos. Aprovechando su movilidad, los Chimeras del 112º de Drafeliv transportarán a sus soldados dando un rodeo, y atacarán cada puesto desde el lado contrario al del ataque principal, para forzar al enemigo a dividir su atención. La aproximación será cubierta por descargas sostenidas de artillería, para forzar al enemigo a ponerse a cubierto y evitar que monten una defensa eficaz, pero tendremos que detener la cobertura cuando los atacantes estén a menos de cien metros del fuerte, para evitar bajas de cruz negra - dijo, usando el término común para referirse a las bajas causadas por fuego amigo. El Lord General añadió más símbolos a la imagen, pero en vez de un aquila, estos tenían la forma del sextante que se utilizaba para identificar a los Comerciantes Independientes - Las fuerzas de Lord Draven, que se han posicionado en el suroeste de nuestras líneas, se encargarán de tomar los puestos de la zona sureste - von Rauken posó su mirada sobre los oficiales tabrisianos, cuyos regimientos todavía no habían sido mencionados - En cuanto a los 18º y 21º de Devotos, por el momento permanecerán en reserva y protegerán nuestras líneas contra cualquier posible intento del enemigo de flanquearnos.