Partida Rol por web

El vacío del espacio se vio repentinamente interrumpido por la entrada de hipersalto de una destartalada nave.

Y la Onyx Flatenroy llegó a F-400-Persei.

Después de haber estado en sistemas más civilizados, F-400-Persei resultaba muy hostil. En su centro había dos pequeñas estrellas, una naranja y otra azulada, cuyas órbitas irregulares hacían pedazos los cuerpos celestes que las orbitaban.

Después de muchos millones de años, la mayor parte del sistema consistía en asteroides fragmentados, polvo cósmico y demás porquería.

Los sensores de la Onyx empezaron a pitar casi instantáneamente ante la presencia de tanta basura espacial.

-Demonios-maldijo Sebrance-Encontrar esa nave va a ser complicado...

Después de haber redactado el contrato según el cual la tripulación de la Onyx se vería obligada a protegerla y llevarla allá donde fueran siempre y cuando no entrara en peligro de muerte, Leashrra lo dejó donde la capitana pudiera firmarlo y se acercó a la cabina del piloto. Allí se plantó a distancia segura de los demás y observó el caótico sistema en el que se habían metido. Ya estaban incumpliendo una de las cláusulas del contrato.

- Bonito paisaje.- dijo con sarcasmo.- Espero que tengáis las habilidades necesarias para pilotar en estas circunstancias.- miró a Sebrance y Meson e hizo una mueca.- Qué descuido. Había olvidado que se trataba de vosotros. Mejor no me quedaré por aquí. Si vamos a morir, prefiero no saberlo hasta el último momento.

Se giró y volvió por donde había venido. Decidió visitar la cubierta médica y comprobar si, tras todo lo ocurrido, el ex-capitán seguía vivo. Teniendo en cuenta el cuidado que tenían los de la Onyx, no le extrañaría descubrir que ninguno había comprobado su estado hasta el momento y que hubiera muerto por falta de energía en la cápsula de salvamento.

¡Ah, diablos! Ya llegamos.  Esta tripulación es demasiado buena, la verdad. 

Tllk se quitó rápido la batita médica, que tenía dos aperturas extra por aquello de las extremidades numerosas, para ir de nuevo a la cabina de mando. Todas menos una, pensó al tirar la bata y bajar las antenitas extrañando su bracito/pata favorita.

Llegó lo más rápido que pudo, aunque cojeando un poco.

Bien bien, todos a actuar coordinados.  ¿Quien es mejor en sensores, quien en navegación, en computadoras?  Antes de hacer nada, organicémonos.  Buscar ontá la lamprea y ontá la nave son las dos piezas que necesitamos para salir en una sola de aquí.  

Iré adelantando la nave al sitio para buscar mejor.   Empujó el palancón de la Onyx y admiró el panorama con un ojo al gato y otro al garabato, se veía hermoso tanto meteorito girando como caballito de feria.

Eh, eh, Doña Leashrra, ¿a donde va?  Su contrato incluye que tiene que ayudar efectivamente en la nave como otro miembro de la tripulación.  Y ahora mismo la necesitamos aquí.  Además de sus indudables habilidades diplomáticas, ¿tiene algún conocimiento técnico, médico o así?

Leashrra se detuvo y resopló molesta. Había olvidado esa pequeña parte del trato...

- No.- respondió secamente. Le molestaba que pusieran en duda sus habilidades y que destacaran precisamente lo que no sabía hacer.- Como noble, esas tareas se las relego a los subordinados. Nunca he pilotado una nave si he reparado ninguna; tampoco quisiera hacerlo, pues es una actividad sucia y denigrante.- se giró y miró a la capitana de arriba abajo, clavando su mirada en el hueco donde antes había una pata.- De modo que, señora capitana, ¿qué pretende que haga yo aquí?

El cocinero apareció con una humeante bandeja de cosas raras como tenía por costumbre cada vez que salían del hiperespacio:

-Coger uno, capitán-invitó a la klackon-Herida grave, necesita ur ur descanso. Echar en falta mrrshan médico. Ur ur ur. Y capitán Hrrsh, él muy buen tirador. Cañones nunca silenciosos con Hrrsh, no, no.

Dirigió una mirada muy expresiva con sus muchos ojos a la noble mrrshan antes de tenderle la bandeja:

-Tú mrrshan, ¿no? ¿Qué tal tú con torretas?

Sebrance dejó la computadora y se sirvió una de las cosas que Kherr había traído. La mordió pensativo:

-Es verdad, es una mrrshan-asintió-¿Qué opina usted, capitana? Ahora tenemos tres posiciones de artillería y los felinoides son muy buenos en eso. 

Justo cuando el minero habia podido sentarse ya habian llegado, ni siquiera tuvo tiempo para encender un purro cuando noto que su siguiente destino no era mucho mejor que sus anteriores. "Bueno yo no se pilotear o disparar la artillería que tenemos..." confeso luego que la capitana los reuniera para ver como dividíamos los trabajos. "Aunque tengo algo de practica con los sensores y he estado leyendo cuando me dio el tiempo algo del manual que medio Capitana." dijo con una media sonrisa sacando el famoso manual que se notaba habia pasado por las manos del minero por la huella sucia en la portada.

"Puedo ocuparme de buscar a esa lamprea y a la nave cuanto antes, solo digame capitana." se ofrecio y miro a los demas en especial cuando sugirieron que la Doña se ocupara de los cañones solo por su raza era famosa con las armas. El minero no diria nada porque sabia que sus ex compañeros de mina no eran los mas listos y de nada serviría corregirlos por ese error.

Analizo todo dentro de la nave no sin tener mucha seguridad de encajar  en cualquier trabajo necesario, entonces un pequeño dolor de cabeza se apoderaba de el,  un extraño eco resonaba dentro de el, un eco gigantesco que lo hacia sentir muy incomodo, cerro los ojos intentando descubrir la fuente pero no lo logro, lo que si logro fue un dolor de cabeza dando unos pasos atrás 

-En mis condiciones actuales resultare no apto para las tareas dentro de la nave- miro un traje de vacío - pero en una mision de rescate seria el  mejor  candidato, aun así tomare el puesto que usted prefiera- miro seria mente a la capitana.

Bueno Sr. Zeke, mientras no lleguemos a la zona de rescates, a artillero entonces usted también, compañero de Lady Rn'amara.  El Sr. Sebrance los capacitará para enseñarles cuáles botones son los buenos, aprieten sólo esos, lo demás será cuestión de su agilidad innata, que se ve que es buena.  

Claro, realmente espero que ni los tengan que usar, que nos escabullemos bien de la lamprea y no necesitemos disparar nada, pero por si las moscas.  Yummi, moscas...

Esto nos deja sin alguien en la computadora.  No se si yo podría operarla desde mi terminal en caso de urgencia, pero mejor alguien dedicado a ello por completo, ¿no creen?  ¿Opciones compañeros?

Tamborileó un poco en la consola.

Por cierto -habló como usando un paréntesis en lo que pensaban sus compañeros las opciones posibles- se me ocurría que si vemos huevos de lamprea en algún meteorito, sin la madre cerca, y podemos bajar y llevarnos unos poquitos, seguro encontramos clientes entre los criadores de fauna exótica, especialmente los que quieran guardianes naturales de sus zonas de meteoritos en sus sistemas exclusivos.  ¿La idea les suena buena o demasiado descapilarizada?

A medida que la Onyx se adentraba en el sistema, un ruido constante parecido a un puñado de arroz cayendo sobre una mesa pareció envolverlo todo. Numerosas lucecitas se encendieron en los paneles de mando indicando micro-impactos por toda la estructura del casco.

-Basura espacial-informó Inirgol llevándose la mano a los cascos-Los sensores indican una densidad de materia del 31% en un radio de seiscientos kilómetros.

-Pantallas 98%-informó Kherr-No daños. Ahora energía de sobras para artilugio psylon.

-Qué sitio tan encantador-radió Sebrance desde su puesto en el cañón de iones-¿Por qué querrían los klackon establecerse aquí?

Inirgol, decide si buscas la lamprea o la nave. Tiras Listo + Sensores 8 OCULTO. Cuando hagas la tirada, podemos hablar de decisiones...

Meson, me faltas tú: ¿qué haces?

Dwalas abrio los ojos grandes y se puso algo palido ante la idea de capitana."Con todo el respeto pero me parece muy descabellada." dijo rapidamente negando con la cabeza. "Tal dice esto porque no es madre capitana, pero le juro que si algo le pasara a mis pequeñas mi esposa haria hasta lo imposible para hacer pagara los culpables y eso sin hablar de mi que tambien haria de todo como esa peli...documental que seguro vio de ese hombre que buscaba a su hija por todo un pais solo conociendo la voz del secuestrador." comento esperandole hacerle entender que les persigiera una lampera enojada por robarle a los hijos, incluso haciendo referencia a una pelicula que tal vez habia pensado como un documental por lo que parecia saber de nuestra raza.

Dicho eso fue a su puesto y puso su atension a lo que pasaba afuera. Aunque ahora sentado en el puesto se puso a pensar que les podria servir mas en estos momento. "Tratare de encontrar la nave, asi no andamos flotando sin hacer nada en este basurero." dicho eso empezo a operar los sensores esperando un exito rapido.

La pantalla de sensores emitió un pitido y empezó a desplegar una ristra de datos sobre posición y composición:

aparentemente, había varios objetos metálicos cercanos a la ruta de aproximación 14000-TQ-50090. Su composición era fundamentalmente metálica pero a un nivel que ningún asteroide férrico podría alcanzar. Posiblemente era una astronave. O lo que quedaba de ella.

El misterioso objeto estaba a cierta distancia. La densidad de cuerpos celestes empezaba a ser molesta y el molesto repiqueteo contra el casco no cesaba. Ocasionalmente, se oía algún golpe más fuerte y las luces se debilitaban durante un instante.

-Pantallas 95%-informó Kherr.

El extraño sonido como llamada de animal seguía dando vueltas en la cabeza de Zeke pero el trataba de enfocarse solo en su puesto, la onyx guardo en silencio zeke suspiro amargamente, siempre estaba en situaciones complicadas que solo afectaban a el, pero ahora no unos extraños ruidos rompieron su concentración parecía que el señor inirgol había encontrado lo que buscaba. 

puso las manos en los cañones suavemente y miro las estrellas buscando algo extraño

El tiempo transcurría lentamente y el ambiente dentro de la Onyx se tornaba tenso... el silencio reinaba y cada quien estaba en su puesto.

La ansiedad comenzaba a apoderarse del explorador y las gotas de sudor frío resbalaban por su frente.

Todas las historias sobre lampreas que Grett le contó en Trilar y lo que pudo investigar en el ordenador del Cuerpo de Exploradores Galácticos sólo lo ponían nervioso, y es que según los informes... no se han reportado casos exitosos después de un encuentro con una lamprea espacial.

-Espero lleguemos a los restos de esa nave antes de que ese monstruo nos encuentre...

-Capitana, iré a preparar las cosas necesarias para efectuar el rescate. Dice el humano mostrando en su voz algo de nervios. -Creo que entre más rápido entremos y salgamos de esta zona tenemos más probabilidades de sobrevivir y si lo pregunta, no me parece buena idea robar huevos de lamprea... creo que lo más importante es escapar cuanto antes.

Sin decir nada más se retiró de la cabina de mando, andando rápidamente a preparar los trajes y herramientas que podrían utilizar en el rescate.

Segundos después regresa y toma dos churros de la bandeja.

-Para el viaje... voltea a ver a sus compañeros con una sonrisa picara y vuelve a salir de la cabina.

Ah, el ruido de arroz cayendo de los microimpactos, ¡cómo me gusta!  Es cómo oír la lluvia suave desde de la colmena, te trae la alegría de que pronto habrá abundancia, y sientes la emoción que te recorre el sólo oírlo desde un lugar seguro y calientito.  

Claro, preocupa cuando arrecia, como las tormentas; siempre. Pero ahorita vamos bien.  

La ahora capitana había dedicado una parte temprana de su vida a trabajar en las naves Klackon cosecha-cometas, y ahora se sentía contenta, recordando esa alegre tensión-concentración del estar trabajando en algo riesgoso, pero materialmente productivo. 

Claro Meson, vete preparando.  Nos acercaremos desde arriba para que puedas salir por el tubo montacargas succionador. (con forma de trompa de mariposa, por cierto).   Lleva equipo resucitador, pues puede haber alguien con vida si eso es un pod de rescate. 

¿Sabes algo de computadoras, para que le ayudes a Kherr tantito antes?  Esa lamprea seguro nos está oliendo justo ahora.  Me la imagino descansando en un meteoro, empezando a otearnos con esa nariz tan larguirucha que tiene.

Tllk-tk-kt piloteaba a la Onyx con aplomo, sus 4 manos ocupadas en diferentes cosas, cual klackon ambidiestra, o mejor dicho, cuatridiestra.  Tenía sus dos manos de enmedio seguras al volante y palanca, movién-do-los suave hacia la izquierda, derecha, arriba o abajo según necesidad. Mientras, la mano izquierda superior prendía los switches de cobre y latón de un extremo, cambiando de uno a otro. Su mano derecha superior giraba suavemente las perillas de hipergiroscopiación en aquel tablero angular que brillaba entre azul índigo y buenasnoches.  

La capitana daba empujazos rápidos cuando aparecía algo más grande enfrente, o acercándose por atrás.  Sobresaltaba un poco a la tripu, pero luego se estabilizaba todo gracias a aquella la maravilla de ingeniería que era la Onyx (chuleada aún más por Dwalas y ella en Mindor).  Un poquillo nerviosa, Tllk detectaba todo lo que pasaba en su entorno tridimensional inmediato con la pantalla táctil colocada arriba de su cabeza, sus dos antenas recorriéndola de un lado al otro como los dedos de un humano ciego apuradamente leyendo braille.  

¿Todos bien?  ¿Algo sobre esa lamprea? -dijo, sin quitar la vista hacia el campo de meteoritos y aquel objeto tan metálico allá adelante. 

Subió a la Onyx justo a tiempo para sólo ver cómo un asteroide grandecillo chocaba con otro en el lugar donde ellos habían estado tan sólo unos segundos antes.  Aceleró para entrar en un hueco que apenas se había abierto entre dos nubes de meteoretes. Todo era movimiento impredecible.  Se dirigía a donde los sensores de Dwalas indicaban, pero de manera oblicua.  Estaba muy concentrada. Estaría sudando si su raza tuviera glándulas sudoríperas, pero no (aunque la marshann y otros con buena nariz seguro notaban en el aire un leve y dulce olor a ácido fórmico).   Sabía Tllk que un leñazo podía ocurrir en cualquier momento, por más atenta que se estuviera...

¿Donde estas, donde estas, hermana reinita klackon? 

Leashrra tenía los pelos de punta. Presentía el peligro, especialmente desde que sonaba esa llovizna de partículas chocando contra la nave. Si no fuera porque le habían enseñado a mantener la compostura, en ese instante estaría colgada del techo, bufando hacia todos lados y con las garras bien afiladas. Respiraba rápidamente y movía los bigotes y las orejas constantemente, como si tuviera un radar propio en la cabeza.

Cuando la tripulación mencionó la habilidad natural de los mrrshan por todo lo relacionado con la guerra, sonrió nerviosamente aunque pretendía parecer segura de sí misma y orgullosa de su raza. Sin decir absolutamente nada, quizá temerosa de que sus palabras rompieran el pedazo de chatarra que sorprendentemente seguía surcando el espacio, se sentó en uno de los puestos de artillería y empezó a jugar con los controles para entender cómo funcionaban. Sus instructores la habían adiestrado en muchas doctrinas bélicas, pero casi todo era simplemente teórico. Estar en un puesto de batalla dentro de una nave no era precisamente la idea que tenía de los generales: como noble, ella debería estar en un lugar privilegiado, vigilando a cada uno de sus soldados y dando las órdenes que daba la capitana klackon.

Carraspeó y se puso el vestido bien, que había quedado algo arrugado al sentarse. Debería conseguir algo más cómodo... Al dominar mejor los controles, empezó a mirar por el punto de mira, buscando algún rastro de esa criatura abominable que podría devorarles de un bocado si no estaban preparados. Sonrió con falsedad, segura de que aquél iba a ser su último día en la galaxia.