Partida Rol por web

Diez segundos, era el tiempo que tardaba la mezcla en explotar. Era increíble la capacidad de Sean para cagarla, nuevamente Tim tendría que salvarle el culo más que nada porque esas probetas que el articulado brazo parecía proteger debían ser interesantes.

El 007 tardo un segundo en trazar su plan y ponerlo en marcha, tras 2 segundos Tim llegó a la posición de Sean mientras invertía dos más en recoger las probetas con una mano y sacar su ver era con la otra.

Era un brazo articulado al estilo de un humano y como estos donde se une la articulación siempre es el punto más débil.

Tim puso la ver esta contra la muñeca del robot y tras otros dos segundos abrió fuego para separar al viejo de si presa.

Tan solo restaban 3 segundos insuficientes para cualquiera pero Tim no era cualquiera así que cogiendo de los pocos pelos de que le quedaban a Sean tiro de él para ponerse a cubierto tras la esquina.

- ¡La madre del cordero! - grité al ver lo que estaba a punto de suceder.

El bueno de Tim actuó rápido, más rápido incluso de lo que podría haber hecho yo o Sea, cogió las probetas y trató de rescatar a Sean. Yo tan solo pude ver como pasaban los segundos a cámara lenta y abrir los ojos de par en par por la sorpresa del desenlace.

Sin pensármelo dos veces salté para ponerme a cubierto mientras gritaba un "Noooooooo" a velocidad pausada (para dar dramatismo) ¿terminará todo explotando? Más valía estar preparado.

- Tim, por lo que más quieras, no tires ni rompas esas probetas que pueden ser la solución a lo que quede de nosotros si no salimos de esta -

El impacto del proyectil hizo que Daniel perdiera el arma, instintivamente se dejó caer al suelo y en un rápido movimiento reptó para cubrirse con el cuerpo de uno de los guardias que anteriormente había caído. Pese a haber encontrado una pequeña cobertura la situación se había vuelto tan precaria que era necesario un golpe de suerte. Daniel echó mano a sus bolsillos buscando algó que pudiera ayudarle y lo encontró en el pequeño estuche de "juanolas".

Daniel observó a su alrededor en busca de un arma que pudiera recoger y utilizar, lo cierto es que había bastantes pues los sicarios de Lange habían dejado el suelo plagado de ellas, aún así era necesario encontrar una que pudiera marcar la diferencia y que aún tuviera suficientes balas. La lógica le llevaba a centrarse en las armas más cercanas de los primeros que cayeron, pues su rápida neutralización les habría impedido desperdiciar munición.

Daniel escuchó el grito de Eva cuando está recibió el impacto, su reacción iba a ser levantarse para ir a buscarla cuando esta desde una esquina contestó rápidamente que estaba bien.

Finalmente se había mantenido en el pequeño grupo con Pierce y Daniel para terminar de encargarse del ejercito de malosos que la señorita Lange les había puesto para estorbarles en su camino. La situación parecía bastante controlada, al fin y al cabo, un puñado de simples matones a sueldo no tenía nada que hacer contra tres de los mejores agentes al servicio de su majestad. Pero mientras George estaba sumido en aquellos pensamientos de superioridad indiscutible, debió relajarse hasta el punto de exponerse demasiado y que uno de aquellos disparos le impactara en el brazo.

-Ouch!

Porque, efectivamente, para un agente doble cero el impacto de una bala no era más molesto que la picadura de un insecto. Además, George ya llevaba una buena ración de plomo incorporada a su dieta de aquel día, un balazo más no iba a suponer una gran diferencia. De todas maneras, decidió moverse con rapidez y buscar un arma de entre las que podía encontrar a su alrededor, a los pies de alguno de aquellos secuaces muertos, de camino a esconderse tras una columna en la que parapetarse y no seguir siendo un blanco fácil.

Cuando la situación parecía que se les estaba torciendo a los Bond, al menos a dos de ellos que tuvieron que tuvieron que refugiarse para evitar convertirse en coladores y de paso armarse para la siguiente ráfaga de disparos, pues tenía todo aquello la pinta de que los matones no iban a dejar de disparar al menos hasta que siguiera alguno de ellos en pie... Pierce, el guapete de cara se hizo cargo de la situación, era el único agente que podía responder a las balas... y vaya si lo hizo. Dos de sus disparos acertaron en el blanco de varios matones, haciendo con una de las balas doblete llevándose a varios de golpe... pero sin duda lo que terminó de decantar la balanza fue la granada de mano que había conseguido del suelo unos instantes antes. Sin pensarlo y con rapidez felina, la lanzó al meollo de al cuestión, ocasionando una explosión de madre y señor mío.

La explosión fue de tal magnitud que todos tuvieron que echar cuerpo a tierra para no salir chamuscados, aquello fue seguido de una gran ráfaga de llamas de las que emergió como dios de la destrucción, Pierce, caminando de manera despreocupada pistola en mano y las llamas reflejadas en su celestes ojos.

Sí, damas y caballeros Pierce estaba on fire. Daniel por su parte que había sudado la camiseta era de todos los Bond el que más destrozaba la ropa y se ensuciaba, tuvo que mirar a su antecesor para comprobar que no era efecto óptico o que a lo mejor se había fumado algo que no le había sentado bien... pero si... había sido Pierce quien había terminado por reventar aquel lugar y dar la estocada final a los malotes y de paso al reservado de Lange, porque dejar... le habían dejado el garito echo unos zorros...

Por su lado George, suspiró aliviado de que la ronda de disparos hubiera acabado, que con su suerte ¡lo mismo se llevaba otra bala de regalo en su esplendoroso cuerpo! y eso no podía ser... así pues aprovechó el momento para hacerse un torniquete en el brazo y prepararse para el siguiente round

Eva por su lado, parecía que no tenía ganas de levantarse, como si estuviera más indispuesta de lo que ella misma estaba dispuesta a admitir, desde su posición se limitó a tratarse la herida lo mejor que supo, había sido alcanzada en la pierna y aunque no revestía gravedad... a priori, aquello significaba que no podría acompañarlos.

- Vais a tener que seguir sin mí caballeros...- reconoció dolida y con la cara pálida.

Al mirar los tres Bond a su alrededor se dieron cuenta de que el agujero de la pared que había abierto la propia Eva, y por la que había salido sus otros tres compañeros era visible tras algunos escombros, si querían terminar al misión era momento de seguirlos. Por otro lado el daño causado por la furia asesina del quinto Bond había causado daños estructurales grabes que habían dejado al descubierto partes de muro al exterior.

La rápida reacción de Timothy consiguió varias cosas, una... descuajaringar el brazo metálico que tenía prisionero a Sean para poder apartarlo del inminente BOOM que iba a ocurrir en el mismo momento que las "juanolas" de colores tocasen la blanca pared metálica del laboratorio, cosa que ocurrió en apenas unos segundos tras el tirón de pelo a Sean y el cuerpo a tierra de Roger y Timothy. 

La deflagración fue lo suficientemente intensa para que los tres Bond se quedaran atronados de los oídos y les costase reponerse del impacto, porque algo de metralla les cayó... el peor parado fue el Bond original, que quedó empercudido de polvo y varios rasguños de sangre en su rostro, amén de la falta de algún mechón de pelo... el muy puñetero de Tim podía haberle tirado del pecho, ¡que ahí lo tenía bien frondoso! Pero el caso, es que ahí estaba vivito y coleando...

Por su lado, el cuarto Bond apenas se despeinó pues con su habilidad y su profesionalidad había tenido tiempo tras una pirueta de triple mortal de escabullirse tras una columna. Tras lo cual se tomó unos segundos en mirar desde la altura que le proporcionaba estar de pie, a Sean con cierto aire de reproche. Aquello había sido un "Para habernos matado" en toda regla.

Por su lado Roger, que había sido el primero en realizar el cuerpo a tierra y llevarse doble torta al rebotar en el suelo dos veces, una por haberse tirado panza abajo con todo su ser y otra por el efecto rebote de la explosión... se levantó ligeramente tambaleante apoyándose en la pared. La cosa aún no había terminado... sólo habían seguido a Lange como lo hace un elefante en una chatarrería... haciendo ruido, mucho ruido

- ¡Que se nos va la rubia!- hizo notar a sus compañeros, los reproches en todo caso ya vendrían después- ¡Rápido!- conocía lo suficientemente bien a Cris para saber que debía de llevarles una buena ventaja

Justo en esas estaban cuando ambos, Tim y Roger, porque Sean aún seguía en el suelo... cayeron de rodillas fruto de las consecuencias de una explosión cercana... la sala que habían dejado atrás. Una de dos o sus compañeros habían hecho el trabajo o los matones la habían liado aún más parda, pero... ¡joder, no había tiempo de pararse! especialmente porque más adelante los tres se percataron de que un mecanismo se había puesto en marcha.

George, Daniel -digo, mientras el fuego sólo acompasa los latidos palpitantes en mi sien y la adrenalina aún corre por mis venas- sacad a la señorita y cubrid nuestra salida.

Mi tono era seguro... y en verdad necesitaríamos algún tipo de salida o rescate si todo esto se venía abajo. Además de que había que sacar a Eva de aquí y no era caballeroso dejarla sola.

Les dedico una sonrisa que sólo acentúa mi confianza en mi mismo y arranco a correr por el agujero que habían dejado. Teníamos que terminar con todo esto cuanto antes.

Eva no estaría de acuerdo con lo que iba a suceder a continuación pero había momentos en los que la supervivencia estaba por encima de las maneras. Daniel se acercó a ella y cuidadósamente la cogió en sus brazos para sacarla a través del agujero y ponerla a salvo. Eva era una mujer capaz de valerse por si sola, pero con una herida de bala su movilidad se veía reducida y corría el riesgo de quedar atrapada en esa trampa que se había convertido el escondite de Lange.

La tremenda explosión que se produjo sacó a George de su concentración mientras se hacía el torniquete. Cuando se asomó por un lado de la columna donde se había refugiado, supuso que alguien había lanzado uno de los juguetes explosivos que les había regalado Juancar. No quedaba un solo hombre en pie pero, vistos los daños que parecía haber sufrido la estructura, puede que pronto ni siquiera aquel edificio se mantendría entero.

-La próxima vez haremos un contrato para que el reparto de plomo sea igualitario entre todos.-Dijo sonriendo a sus compañeros. Una de las cosas más importantes para un agente doble cero era demostrar que aquello de recibir tortazos y disparos eran pequeñeces con las que se podía bromear. Mientras, le tocaría aguantarse el dolor como mejor pudiera.

Pierce parecía llevar la voz cantante en ese momento. De todas formas, poco más se podía hacer, por lo que era una estupidez llevarle la contraria.

-Desde luego, lo mejor será salir de aquí cuanto antes.

Mientras comprobaba entre cada rebote al suelo lo mullido que estaba mi renovado cuerpo, chasqueé la lengua por saber que nuestra hermosa enemiga estaría lo suficientemente lejos como para ponernos las cosas todavía más difíciles.

Recobré la compostura como buenamente pude mientras me preocupaba por Sean... sí, me estaba preocupando por él porque aunque se declare sexy e inmortal, solo es una vieja gloria como yo ante una nueva generación de caballeros sin armadura.

Le intenté ayudar con la mejor de mis intenciones mientras escuchaba asombrado la gigantesca explosión de la sala contigua.

- Oh oh... espero que haya sido una explosión para los malos y no al revés - dije mientras hacía más hincapié en ayudar a mi compañero.

- Vamos caballeros, es un ahora o nunca... - comenté haciendo todo lo posible en avanzar, hasta que percibí que algo no iba bien del todo ¿qué comenzaba a sonar y a moverse? No lograba dar con lo que era y eso me escamaba, me escamaba MUCHO.

Oh. Los celos. Los celos habían hecho que uno de sus herederos tirase el pelo del aguerrido escocés para intentar menoscabar su belleza y virilidad. Igual daba aquello era algo imposible. Tan imposible como escuchar o ser capaz de percibir algo en un momento como aquel. Imposible para cualquiera menos para Sean, que era capaz de ser más macho que él mismo y cuyos sentidos se activaron.

¡POR ALLÍ RESOPLA!

Estaban vivos, algo magullados pero vivos a fin y al cabo... Tim se incorporó sacudiéndose los restos de pelos de las manos y el polvo de su flamante traje, sin duda era una pena estropear un traje de esa calidad. Poco después apenas unos segundos un seco estruendo llego a los oídos de los agentes... parecía que no había respiro ni tiempo que perder.

Estais bien? Será mejor que continuemos

Sean, era mucho Sean y aunque había tenido algunos patinazos un pelín gordos... al final las cosas tenía que ir como debían. Por esa razón a la hora de identificar el sonido que tanto Roger como Timothy como él, escucharon, sólo Sean fue capaz de reconocerlo y ubicarlo en el espacio tiempo...

Se trataba del inconfundible sonido de un helicóptero mientras se iba preparando para surcar el cielo, lo que significaba que Lange iba a pirarse con viento fresco si antes no la detenían y por ende, que tenían que darse prisa, mucha prisa si pretendían impedírselo... Lo bueno, es que así, por el sonido Sean sabía por donde tenían que ir sin necesidad de mirar mapas ni nada, eso era lo bueno de ser Sean...

Si en una cosa se habían puesto de acuerdo todos los Bond es que tenían que salir cagando leches de donde estaban para cumplir la misión satisfactoriamente. Timothy, Roger y Sean estaban cubiertos de polvo, y la sala tenía toda la pinta de haber recibido un buen zambombazo, además se encontraban mirando hacia el fondo cuando los otros tres Bond aparecieron.

 ¡POR ALLÍ RESOPLA!

Escucharon claramente a Sean indicar algo a sus dos compañeros mientras que tanto el tercer Bond como el cuarto parecían estar atentos a lo que había indicado el Bond original... quizás porque ellos tenían los oídos tronados y no habían sido capaces de identificar el sonido zumbante que imperaba en el maltrecho laboratorio, pues claramente se lo habían cargado, junto a su otrora portentosa tecnología.

Entonces los Bond del laboratorio se giraron para ver aparecer a Daniel portando en brazos a Eva, que presentaba herida de bala en la pierna, a Pierce en perfecto estado y con aires de estar subidito y a George... con herida de bala en el brazo, el pobre segundo Bond tenía imán para las balas, pero a parte de eso llevaba bastante bien el dolor  y se veía dispuesto a dar guerra.

Roger al ver a Daniel cargando a la dama se quedó un tanto extrañado, tanto que al recoger su arma la cogió del revés, ¿De verdad tenía pensado capturar a Lange con Eva en brazos? Estos jóvenes no sabían priorizar...

Timothy por su lado se limitó a observar unos segundos al resto de agentes para urgirlos con la mirada, dedicando unos segundos más a Pierce, que parecía el más entero.

Por su lado George, observó a Sean... tenía el rostro sucio y parecía que le habían arrancado algunos pelos de la cabeza en un posible agarrón... se preguntó que le había pasado, pero siendo él de naturaleza discreta se lo cayó. 

A pesar de la reunión y las incógnitas o curiosidad por el encuentro, a los agentes secretos sólo les bastó un segundo de mirada para ponerse a correr en dirección a la puerta del fondo de la pared, que era la única salida del laboratorio, ya irían hablando durante el recorrido para ahorrar tiempo.

Sean se vio reflejado en los ojos sin vida, sin inteligencia, sin chispa de sus compañeros. ¡Oh!Desgracia. Ahora se parecía a uno de ellos. Con su estilo habitual, hizo un movimiento con la mano para recolocarse el pelo y con otro se limpió la cara con el pañuelo. Ahora, como siempre, estaba más presentable que el resto de Bonds. Y por supuesto que esa niñita tonta que necesitaba que un hombre la llevase en brazos. Seguro que se había torcido un tobillo o algo así. En sus tiempos, las mujeres sabían andar en tacones. No eran los velocirraptor que aquella jamona parecía ser.

–Seguidme– exclamó cambiando el cargador de su pistola. Seguía teniendo balas, pero el movimiento le daba un aire elegante, masculino y poderososo.– Sé donde está. Daniel, deja la dama aquí. No queremos que se ponga a hablar con el enemigo de zapatos y maquillaje

Todos los Bond se pusieron a seguir a Sean, que rápidamente quedó en cabeza siendo seguido por George y Daniel quienes no parecían resentirse ni de la herida del brazo, en el caso de George ni del peso de Eva, en el caso de Daniel, seguidos inmediatamente después por Pierce, después por Roger quien al parecer estaba sufriendo un cierto cansancio repentino, quizás por efecto del genoma y en último lugar por Timothy quien seguramente prefería quedarse en retaguardia, dado su propio carácter reservado.

Os cubro.

Fueron sus únicas palabras tras la intervención del primer Bond. Si decía que sabía algo, es que lo sabía... no era por alimentar el ego del primer Bond, pero tenía un olfato para los líos sólo superado por su capacidad para hacer chistes malos. Mientras comenzaba a correr sus sentidos se agudizaron, probablemente debido a la adrenalina aún golpeando su sien. Quería más, quería acción, y esperaba que alguien saliese a su encuentro.

En algún momento le da una palmada en la espalda a George.

Sólo sobrevive, ya hablaremos de contratos de jubilación.

Se permite bromear, sin dejar de correr. No iba el último, pero sí encabezaba la segunda mitad. Suficiente posición para reaccionar tanto a problemas que viniesen del frente como si venían por la retaguardia.

Cargar con Eva no era un impedimento para Daniel, pero en el rostro de la bella mujer se percibía el enfado de tener que ser llevada cual damisela en apuros. Al entrar en la estancia donde estaban el resto de Bonds, Eva le indicó a Daniel que la dejara en el suelo cosa que él hizo. Eva le miró y le dijo al oído.

- Haz lo que tienes que hacer. Estaré bien... Dijo Eva.

Daniel la miró y contestó:

- Lo sé.

Eva se giró aguantando el dolor y empuñando su arma encaró el gran agujero por el que acababan de salir. Si quedaba alguien que intentara escapar ella lo impediría.

Daniel se giró mirando a Sean y le espetó:

- Venga abuelo, demuestra que no eres solo una cara bonita...

El Bond más en forma se adelantó a todos poniéndose a la par de Sean.... si algo se cruzaba en su camino lo aplastaría como una apisonadora.

George no reparó un instante en su reciente herida en el brazo y salió corriendo tras Sean. En parte porque estaba claro que debían salir de allí cagando leches lo antes posible. Le sorprendió comprobar que los dos Bond más veteranos eran los que encabezaban aquella carrera espontánea. Bueno, y Daniel, pero aquel tipo era una mala bestia en cuanto a físico, así que tampoco era de extrañar.

Escuchó la chanza de Pierce y no pudo si no contestar:
-¿Jubilación? Mírame, después de recibir dos balazos y aun me tienes que alcanzar por la espalda para decirme algo. ¡Esto es mejor que una segunda juventud!

Mientras seguían avanzando se quedó sopesando si aquella era la verdadera intención del MI6, comprobar sus capacidades para resolver aquella misión con la intención de, en el caso de quedar satisfechos, reengancharlos de nuevo al servicio de Su Majestad. Volvían con energías renovadas y se ahorraban el trabajo de enseñarles como funcionaba todo, un negocio redondo para los servicios secretos británicos.

Daniel finalmente convino que era mejor dejar a Eva en el lugar más seguro que encontró, además aquella señorita no era una dama en apuros, sabría apañárselas. Gracias a ello Daniel se puso prácticamente a la cabeza del pelotón de persecución junto a Sean que los guió al lugar exacto, mientras el cuerpo de George parecía haber asimilado el daño de la bala y corría con la agilidad de un atleta, seguido de Pierce... que aún seguía On Fire, cerrando la comitiva unos silenciosos Roger y Timothy, por diversos motivos... el tercer Bond se sentía cansado, le vino una especie de flato que le hizo frenar un poco la marcha y perlas de sudor le surcaron la frente, pero no lo suficiente para quedarse atrás, mientras Tim... el Bond más callado, guardaba la retaguardia sin que ningún detalle le pasara desapercibido.

El final del camino los condujo a una puerta mitad de madera, mitad metálica... tipo sesentera, que Sean, para no perder el tiempo propinó un puntapié tan certero que la abrió de par en par, ¡ahí! a lo macho. 

Dicha entrada los condujo a una estancia enorme, una especie de aeropuerto de forma circular perfectamente iluminado, diversas escaleras que conducían a diversos andenes donde había varios vehículos tanto terrestres como aéreos, entre ellos otro helicóptero, varias motos de nieve... por haber había hasta un misil, preparado para algo pero con el botón en Off, lo que supuso un respiro porque lo mismo estaba de adorno... pero lo más destacable era la gran abertura acristalada en el mismo centro de la estancia, dicha apertura se estaba terminando de abrir para dejar salir a un helicóptero que se estaba elevando para tomar vuelo.

Nada más echar un vistazo al sitio, el segundo Bond abrió los ojos como platos reconociendo el sitio... él había estado antes allí... bueno, estaba un tanto tuneado pero la misión donde conoció a su esposa había tenido varios escenarios entre ellos la estación de esquí, donde por cumplir su deber se había tenido que vestir de escocés enseñando sus portentosas pantorrillas llenas de bello baronil australiano... el caso es que la sonrisa se le dibujó en los labios, pues sabía donde estaban los controles de la estación, y a donde conducían los vehículos que había en los carriles laterales, lo que significaba que podían tanto parar el helicóptero, como saber a donde se dirigían como tratar de hacerlo explotar. 

En ese momento Roger que apareció detrás del segundo Bond miró sorprendido, ¡Aquello a él también le sonaba!       

- Caballeros... creo que he tenido un deya vu- señaló con el dedo el helicóptero- me trajeron en ese helícoptero y he estado aquí con anterioridad

Efectivamente tanto el segundo como el tercer Bond habían estado en esa estación por distintas misiones lo que quería decir que eran los que mayor conocimiento tenían sobre ella, entre otras cosas porque la habían pirateado y sabían a donde conducían sus salidas, así como manejar la tecnología de sus tiempos... entre la que se encontraba el misil decorativo y los paneles de control principales. 

Mientras miraban a su alrededor para ver como detenían a la villana, pudieron verla los que aún no habían tenido oportunidad de hacerlo, la mujer en cuestión a pesar de su edad se conservaba estupendamente y había que reconocer que al jodida era guapa y elegante, la pega es que los miraba desde su posición con aire de superioridad... como suelen hacerlo los malos que se topaban con ellos. Y sus ojos estaban clavados en Roger... ahí había tenido que haber algo, pero ya harían el interrogatorio después ¡¡Lo prioritario es que no se les escapara!!

Timothy puso cara de más malo que ella, para chula ella chulo él. Pierce miró a la rubia pensando "Yo a esta mujer la he visto antes..." y Daniel... bueno... Daniel sólo pensaba en como hacer papilla el helicóptero para volver con Eva... lo que estaba claro es que ¡¡había que decidirse y moverse!!