Partida Rol por web

El grito de Roger fue respondido por la omnipresente señora Lange, que acudió rápidamente a su lado y le posó una mano con suavidad sobre su agitado pecho.

- Tranquilo- le sonrió con voz amable- será mejor que se recueste me ha costado mantenerlo con vida y no me gustaría que la herida de su costado se volviese a abrir... ha perdido más sangre de la saludable- volvió a sonreir en lo que a Roger se le antojó un gesto siniestro.

En ese momento una nueva imagen le vino a la cabeza, una escena borrosa donde parecía estar en el centro de un laboratorio lleno de máquinas que parecían bombear sangre a traves de tubos de plástico. Un súbito mareo le obligó a postrarse nuevamente, seguido de una molesta debilidad, dudaba que tuviera fuerzas para levantarse y esa sensación de debilidad le hizo sentirse vulnerable... extremadamente vulnerable para su gusto. Cristine, que pareció tener la habilidad de leerle la mente le posó una mano sobre la frente para a continuación acariciarle el rostro. Mientras Roger trataba de calmar los latidos de su corazón fue consciente de donde se encontraba... una habitación de un hospital. La estancia en sí era grande, limpia, provista de muebles modernos, acogedora y con un gran ventanal que daba a un paisaje de montaña nevado cercano al ocaso. Reconoció rápidamente el paisaje... lo había visitado muchas veces, aunque no supiera exactamente donde se encontraba, al menos una cosa estaba clara, estaba en Suiza.

- Sí, está usted en mis manos señor Bond... mentiría si dijera que no me place ver como el gran 007 yace postrado ante mí- acompañó esta frase por una sonrisa cruel- pero lo cierto es que gracias a usted estoy muy cerca de conseguir lo que tanto tiempo llevo esperando. En un principio había pensado diseccionarlo, congelarlo y  estudiarlo por partes para sacarle todo el jugo prosible... pero en el fondo soy una persona agradecida, digamos que vivo me resulta más útil. Su cuerpo ha absorvido perfectamente el genoma y sin que usted lo haya querido, sus células están regenerándose en base a la alteración genética del genoma. El único problema es que la recuperación está siendo lenta, fue mucha la perdida de sangre que ha sufrido y tuvimos problemas para encontrar su grupo sanguíneo, pero una vez superado estimo que su capacidad de sanación se verá multiplicada. Ignoro si a los demás Bond les ha pasado lo mismo, pero ya que le tengo a mano, digamos que usted es más de mi tipo- ensanchó aún más su sonrisa al tiempo que le recorría juguetona el rostro con un dedo y se detenía en los labios, en ese punto lo observó algo más seria en un gesto que no fue capaz de comprender- De momento va a tener que acostumbrarse a mi compañía- recuperó la compostura sonriendo con picardía- así nos podremos conocer mejor... aunque creo que hay pocas cosas que yo desconozca de usted, como esa pequeña manía suya de hablar en sueños, es una pena que se tenga en tan baja estima con respecto a Sean, querido... con lo bien capacitado que está- la científica no pudo evitar hacer un barrido visual por el cuerpo postrado de Roger para volver a mirarlo a los ojos como diciéndole "Sí, te lo he visto todo, todo y todo cariño y no me importa volver a mirar"

El tercer Bond de manera incosnciente se miró para descubrir que sus manos estaban atadas a la cama, que el abdomen estaba vendado y de cintura para abajo cubierto con una sábana, aunque no sabía decir si habían tenido la decencia de ponerle pantalones.

El viaje a Suiza se hizo más corto para Sean, George, Tim y Alec que para Daniel, Pierce y Silva, que tuvieron que viajar unas horillas más por el tema del charco, llegando un día más tarde al país del chocolate milka y los caramelos ricola.

Tanto el MI6 como Spectra había reservado para sus agentes dos plantas enteras de un hotel de cinco estrellas en Berna, la capital suiza, puesto que una de las últimas señales del trasmisor se dieron allí. Las hipótesis del paradero de Roger eran muchas, pero quizás la más acertada era que donde se encontrara el tercer Bond, estaría la científica rubia.  Aquella misión era todo un reto, pero quizás no tanto como el hecho de tener que trabajar codo con codo con los enemigos que habían estado poblando las pesadillas de los Bond y por parte de los miembros de Spectra, ayudar a aquellos que los habían matado. Pero las ordenes eran claras, había un enemigo común y necesitaban unir sus fuerzas si querían tener un mínimo de éxito, pues a tenor de todo lo que el político español les sopló, el fuerte de Suiza era prácticamente impenetrable y contaba con su propio ejército.

Lo primero que deberían hacer sería organizarse y ver como podrían seguir el rastro desde allí. Las posibilidades eran muchas, desde tratar de encontrar el localizador, hasta recorrer la capital en busca de cualquier pista que los llevase a un rastro seguro. Tanto los villanos como los Bond tenían a su disposición todos los recursos de ambas organizaciones así como un par de agregados más, como Q, sin contar que en el caso de Sean, George y Tim contaban con el apoyo real de Don Juan Carlos y un grupo del CNI que había viajado con el monarca español en sus "vacaciones esquimales", mientras que Daniel, Pierce y Silva además de sus villanos, vinieron acompañados por dos encantadoras damas y un extraño cincuentón inglés al que la mayoría llamaba Doc.

Sin tiempo que perder, os reunís todos en la habitación más amplia de vuestro hotel para debatir todos los asuntos que debéis abordar.

El bueno de Roger. Siempre metiendose en problemas... Si hubiese sido cualquiera de los otros Bond, Sean hubiese cogido un sombrero panamá, se lo hubiese calado, hubiese dado las buenas tardes y con mucha, mucha educación, hubiese mandado a defecra en el infierno al resto. ¿Colaborar con los enemigos? Pero era Roger. El bueno de Roger. Había que tener un agujero por corazón para que te cayese mal ese tipo y no sintieses una ternura especial ante sus absurdas aventuras. Y Sean no tenía un gran corazón, pero tampoco era un jodido psicó...también cogía cariño a sus amigos y mascotas.

–Esto es lo que pasa cuando pones al frente a una mujer– dijo refiriendose a M y esperando que esta lo oyese. Sï, había más mujeres en la habitación, pero al menos serían competentes en lo suyo. En ser mujer, es decir seducir al hombre de turno y, como mucho, intentar parecer muy capaz con alguna maquinita o pistola– Que charlando charlando, charlando, intentan hacerse amiguitas de quienes le han metido la puñalada.

Sean guiñó el ojo a las señoritas. No era idiota, era consciente de que los tiempos habían cambiado, pero no podía evitar mantener ciertos tics. Como hacer aquellos gestos a las damas que iban a intentar matarlo, por ejemplo.

¿Q0ué será lo siguiente?¿Que nos pongan a limpiar?

–Pero bueno. Todo sea por sacar al bueno de Roger de ese atolladero. Atraparemos a Lange– confirmó el veterano agente inclinándose sobre sus manos como un poser profesional. Con estilo.

Si trabajar junto a un puñado de 007 engreídos no era suficiente trabajar con agentes de spectra suponía un giro de lo más inesperado. Apenas hacía unas horas Tim había descargado su plomo sobre varios de estos agentes, el pobre Alec aún mostraba la cicatriz del plomo.

Sean fue el primero en abrir la boca, ¿quien sino? pensó Tim al escuchar al viejo agente para después sentir una profunda arcada con aquel guiño de viejo verde a las chicas. Parecía que la excursión a EEUU había sido más entretenida que la española a juzgar por esas bellezas y los coches del garaje.

No me gusta dejar las cosas a medias y si Sean se apunta será mejor que yo también vaya para que Roger tenga una posibilidad de salir con vida.

A cada paso que daban, aquella misión se hacía más y más absurda. Tras haber interceptado a aquel grupito de viejas glorias y cuando se disponían a interrogarlos, fueron interrumpidos por las fuerzas del CNI, que se encargó del resto de la operación. Y unas horas más tarde estaban todos reunidos, agentes del MI6 y Spectra, como niños que se han portado mal obligados a colaborar conjuntamente para pararle los pies a la puñetera doctora Lange, ya que parecía que había decidido tomarles el pelo a ambas organizaciones para su propio beneficio. Además Roger, el bueno de Roger, había caído en sus manos tras resultar herido y debían tenerlo prisionero en algún lugar de sus instalaciones en Suiza. El curso de los acontecimientos parecía estar escrito por una banda de monos borrachos delante de una máquina de escribir.

-Por lo que nos han contado nuestros queridos jefes, creo que estamos todos implicados en esto, aquí nadie se va a escaquear. El caso es, ¿cómo nos organizamos? Por muy profesionales que seamos todos y acostumbrados a trabajar en solitario, sería un desperdicio que cada cual hiciera la guerra por su cuenta.

Fue curioso comprobar que al analizar la situación tenía que estar agradecido de que me hubiesen mantenido con vida. La Srta. Lange estaba muy pegada a mi, demasiado, ya no sabía como interpretarlo.

Mi cuerpo estaba demasiado agotado como para concentrarse en digerir un plan de escape, aún estaba afectado por aquellas pesadillas tan reales...  tan solo deseaba que a mis compañeros les fuese mejor.

Miré de reojo a Lange y le sonreí, después miré a la ventana de al lado y comprobé que por los paisajes estábamos en Suiza.

- Vaya, ¿me has traído a Suiza?¿Sabías que tengo aquí un par de cuentas bancarias bastante seguras y que dan mucho rendimiento? - puse cara de interesante mientras tapaba con mi sentido del humor los vanos intentos por inspeccionar la habitación.

Lange se acercaba cada vez más a mi, jugueteaba conmigo poniéndome nervioso. Había observado como he hablado en sueños y eso me hacía vulnerable.

- Veo además que me tienes atado... la última chica que me ató a una cama no tardó tanto en quitarse la ropa y juntarse conmigo, ¿qué te hace ser un hueso tan difícil de roer? la edad no es desde luego, te mantienes estupenda - le guiñé

Pierce estaba en silencio observándolo todo, realmente era algo extraño para el ya no el hecho de tener que colaborar con más Bonds lo cual no era para nada habitual, sino que también colaborarían con sus más odiados enemigos, estaba claro que aquella mujer se había pasado de la raya. El lugar era bonito y agradable, y aquel país era siempre un lugar interesante y complicado a fin de cuentas era conocido por ser bastante impenetrable en cierta forma, podía decirse que aunque no fuera una gran potencia, nadie se atrevía realmente a meterse con ellos, por lo que sin duda tenían que andarse con mucho cuidado.

Lo primero diría yo que es buscar toda la información posible… desconocemos exactamente donde están nuestros objetivos y ella sabe que la conocemos y no es una mujer tonta por lo que sin duda nos esperara por aquí…

La situación había cambiado de una manera tan drástica que estaba sorprendido; habíamos pasado de estar tiroteándonos unas horas antes a tener que luchar codo con codo como compañeros de armas, y no era solo eso… Entre los presentes, distinguí la figura de Pierce y por un momento el corazón me dio un vuelco y sentí el impulso de estrangularle delante de todos. Sin embargo, conseguí reprimir mis ganas de acabar con quien en el pasado acabó conmigo, al menos por ahora. “Siempre fui mejor que tú…” –pienso frunciendo el ceño, dando un vistazo general a la habitación.

-Mientras no pasemos demasiado tiempo juntos y busquemos en donde tengamos que buscar, no habrá problema... -murmuro con cierta desgana. “Encima tener que rescatar a un 007, qué lujo de misión.” 

La situación se aventura realmente tensa, al menos cara a la mayoría. Pero no sería así para mí, no.

Me siento realmente cómodo en mitad de esta marabunta de egos tratando de sobreponerse los unos a los otros, era como ver un desfile de gordos por un pasillo de un metro de ancho, todos queriendo ir a comerse ese croasán recién horneado. Era bastante probable que se quedasen atascado y nadie se comiese el croasán.

Me acomodo en uno de los sofás y escucho cómo unos hablan y otros también.

Como bien dices George, lo primero es la organización. Y como bien dice Pierce, poner lo que sabemos sobre la mesa. Personalmente comenzaría por nombrar una cabeza pensante entre todos, alguien capaz de callar todos nuestros gritos y hacer que nos organicemos en este baile... de cojos. Y por supuesto, todos aceptar la decisión del conjunto.

Me giro hacia Alec y le sonrío.

Se te ve bien, compañero.

Le guiño un ojo. Y miro a ver cómo se toman la idea de comenzar por organizarnos entre nosotros antes de empezar a movernos o cualquier otra cosa, al fin y al cabo todos somos caballeros. Más o menos.

Daniel se estiró en la cómoda cama del hotel helvético, a su lado la bella Vesper...o Eva dormía plácidamente, la cama aún estaba húmeda del sudor de ambos. Daniel se incorporó y sin hacer ruido se dirigió a la ducha, le habían dejado en la puerta de baño el traje colgado de una percha y perfectamente planchado. Miró su reloj Omega y vió que la reunión ya debería haber comenzado. Daniel sonrió, ese pequeño retraso le evitaría perder el tiempo en la cháchara inicial. Se imaginaba a los otros Bond y los agentes reclutados discutiendo sobre egos.

Se duchó con calma, se afeitó y se vistió. Al salir de la ducha Eva remoloneaba en la cama. Daniel se acercó a ella y le dió un cálido beso de buenos días. La doctora le respondió con una mirada y una tierna sonrisa. 

Doctora, su "graciosa majestad" me llama. ¿Quieres que te suba algo o desayunamos abajo? Paga ella.... Preguntó Daniel con una pícara sonrisa.

Daniel bajó las escaleras hasta el hall donde sus compañeros ya llevaban un rato discutiendo. Buenos días, señores. Espero que hayan descansado bien. ¿Han elegido ya la camisa que se pondrán hoy o necesitan que les ayude con ello...? preguntó con sorna. ¿Alguien le ha preguntado ya a Q donde ha aterrizado el Helicoptero de nuestra amiga la doctora?

Pierce escucha lo que se iba diciendo en silencio, finalmente agrega tras el comentario de Daniel:

No… esperábamos que alguien más adecuado para esa labor lo hiciera, si quieres puedes ir a ello mientras terminamos de trazar un plan de acción

Mira a los demás allí presentes, ver a algunos de los allí presentes era complicado, pero tenían que hacerlo, a fin de cuentas la situación era esa en esos momentos y ya la experiencia le decía que tenía que adaptarse a lo que tenía. Suspira profundamente y dice:

Eso de tener un líder es complicado porque ninguno de nosotros vamos a acatar esas órdenes, todo estamos demasiado acostumbrados a trabajar por nuestra cuenta y… no es que seamos aquí todos amigos o compañeros…

Se queda unos instantes en silencio, sonríe levemente y añade:

Así que lo mejor es establecer ciertos objetivos que tenemos que ir cumpliendo y distribuirlos… creo yo claro

Vaya, ¿me has traído a Suiza?¿Sabías que tengo aquí un par de cuentas bancarias bastante seguras y que dan mucho rendimiento? -

Ante este comentario Lange sonrió divertida, pero no interrumpió a Roger hasta más adelante.

- Veo además que me tienes atado... la última chica que me ató a una cama no tardó tanto en quitarse la ropa y juntarse conmigo, ¿qué te hace ser un hueso tan difícil de roer? la edad no es desde luego, te mantienes estupenda - le guiñé

Gracias querido, aunque pienso estar mucho mejor de ahora en adelante- dijo con una risa cantarina- Creo que te estoy poniendo nervioso- comentó satisfecha jugueteando con su dedo sobre el torso desnudo del tercer Bond- el problema no lo tengo yo, lo tienes tu que estás echo un asco. Aún no te has recuperado del todo, cuando lo hagas- sonrió de manera pícara- hablaremos... Creo que tienes razón en una cosa, esto no será necesario- se sacó un manojo de llaves del bolsillo y abrió los grilletes de las manos del espia inglés. -Cuando puedas levantarte de la cama podrás andar por la habitación y asomarte a la ventana si quieres, hay unas vistas estupendas. Mientras tanto te recomiendo reposo, considérate mi invitado especial- sin previo aviso le dió un beso en los labios, no uno fugaz sino premeditado y con alegosia...- vendré a verte más tarde- añadió separándose de él para girarse, pero antes de marcharse pareció acordarse de algo, se volvió y sacó un objeto del bolsillo de su bata. Se trataba del reloj de Roger.

- Creo que querrás conservarlo- le dijo dejándolo sobre la mesita dispuesta a marcharse.

Los Bond y los villanos habían conseguido hacer algo en común, permanecer en el mismo sitio sin dispararse y resolver que debían realizar la misión encomendada... lo que ya era un logro teniendo en cuenta la personalidad de los caballeros, sin embargo aquello fue lo único que consiguieron poner en claro pues después de permanecer un rato mirándose entre sí, ninguno de los presentes consiguió trazar un plan.

Entonces Q entró en la habitación acompañado por el doctor y Scaramanga, parecía que los tres habían estado hablando con anterioridad y que traían noticias.

- Caballeros, buenas y malas noticias...- comenzó el científico mientras iba encendiendo y montando su ordenador portatil y un proyector para mostrar las imágenes en la pared- la señal de Roger, como os indicamos se perdieron al llegar a la capital, sin embargo hemos podido acceder a una nueva localización...- en este punto tosió como para aclararse la garganta- por otros medios.

- Si me permite el apunte, creo que agradecerán que no se ande mucho por la ramas, al fin y al cabo el fin justifica los medios...- intervino el extraño compañero que se había unido a la causa.

- Doctor, creo que usted y yo nos vamos a entender- apuntó el asesino a sueldo- lo que ambos quieren decir es que la señal del reloj de Roger se ha perdido, sin embargo hemos podido delimitar otra- sonrió abiertamente- la de la bala que se había alojado en su cuerpo... concretamente cerca de la duodécima costilla. Un tiro realmente complicado y delicado pero que ha dado resultado.

Al oír aquella información, Sean no pudo mas con tanta tontería. El Bond se levantó, se arregló la chaqueta, se acercó al asesino y le pegó un fuerte puñetazo en la cara. Sin mover un músculo facial. Sin inmutarse ni despeinarse. Acto seguidose dirigió otra vez a su asiento y se sentó.

–Continuen.– dijo con una voz sorprendentemente tranquila y calmada, como si en vez de acabar de intentar reventar las fosas nasales a ese tipejo se hubiese servido un martini con vodka...cosa que en realidad se puso a hacer en aquel preciso instante. Roger era Roger.

Daniel no pudo evitar que se le escapara una pequeña sonrisa cuando Sean le propino el puñetazo a Scaramanga.

Vaya, ¿A alguien se le ha olvidado darle la medicina al abuelo...? !! Preguntó con sorna.

Señor Connery relájese, aconsejó. Ni que le hubiera llamado cara-anchoa. Pero que si nos animamos, yo me apunto a lo de repartir sopapos.... ¿eh? Dijo Daniel mirando de reojo a Silva.

Desde luego es cierto que no hay nada como una noche de sexo desenfrenado para levantarse totalmente renovado y relajado. Pero bueno, hay que entender que la mitad de estos no están ya para estos trotes.... Habría que preguntarle a Q si trajo muchas pastillitas azules....

En cuanto Sean se alza para golpear a Scaramanga, no dudo en ponerme en pie como si de un resorte me tratase y terminar al lado de mi aliado. Lanzo una mirada de advertencia a Sean mientras le acompaño con unas palabras tranquilas.

Tenga cuidado, Bond, somos aliados pero no permitiré que vuelva a actuar como un quinceañero rabioso al que le han arrebatado la novia. ¿Estamos... o no?

Una media sonrisa confiada acompaña a mis palabras.

Al menos tenemos una localización.

Entonces miro a Pierce y me encojo de hombros con cierta indiferencia, como si en verdad no me importase.

Sólo era una sugerencia para evitar malentendidos, como el de ahora mismo. Como sea, me parece bien.

Timn tuvo que esforzarse para no descojonarse al ver como sin le había propinado semejante puñetazo como el que ve llover. Sin duda el abuelo los tenía bien puestos, desde luego había perdido clase y eficacia con el paso de los años pero sin duda no le tenía miedo ni a nada ni a nadie. Finlamente Tim se levanto mientras daba unos aplausos en señal de admiración y para llamar la atención. Creo que Sean ha sido muy claro en lo que pensamos unos de otros, no hubiera podido decirlo mejor... pero dejando estos sentimientos que seguro son mutuos será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes. Si Roger tiene esa bala incrustada y lo quieren mantener con vida no tardarán en extraerla y si lo hacen perderemos su rastro.

Pierce observaba los acontecimientos, cuando Sean le dio un puñetazo al asesino no dijo nada simplemente sonrió levemente, realmente se lo merecía y en esta ocasión estaba totalmente de acuerdo con el antiguo agente, Silva profeso una especie de amenaza y el sonrió mientras comentaba:

No me esperaba señor Silva que fuera el que se ocupase de las buenas relaciones entre nosotros

Se hecho un poco para atrás en su asiento mientras Timothy hablaba y cuando termino dijo:

Ve… así es como se dicen las cosas de forma práctica… como bien ha podido observar eficiencia inglesa señor Silva.

Sentado elegantemente, Sean no decía nada. Simplemente miraba al grupo, especialmente al de aquellos desgraciados, con una sonrisita de superioridad. Sí. Era técnicamente el más viejo, pero también era el más duro (bueno, salvo quizás Daniel, pero ese trabajaba para una nena, así que tampoco contaba mucho) y todos los males de la edad se le habían ido con el suero. No tenía nada que demostrar a sus pequeños, pero estaba claro que a los pequeños del vecino, que eran siempre los que se portaban mal, había que educarlos. Y si algo de educación sabía Sean, (que por supuesto que sabía, sabía de todo) era que una hostia a tiempo arreglaba muchos problemas.

Scaramanga recibió el puñetazo de Sean de lleno, él siempre había pensado que los británicos tenían educación y que todos los 007 eran sofisticados, no animales de bellota repartiendo leña a la más mínima. Francisco, tras echarse mano a la mandíbula y escupir y poco de sangre al suelo miró muy serio a Sean.

- Le creía más inteligente señor Connery... Roger siempre le ha tenido en gran estima, pero él tiene más clase que usted. Por eso tuve especial cuidado en no matarlo, mi intención era implantarle el localizador puesto que era odbio que Lange deseaba llevárselo con... pero dado que ninguno de los presentes da la talla, ni parece poseer la inteligencia suficiente para darse cuenta de la situación, seré yo quien lo encuentre- comentó muy disgustado dispuesto a pirarse de allí.