Partida Rol por web

Las palabras de la Tenebris casi dan por hecho que el artefacto va a ser usado "sabiamente" por su líder. Prefiero no responder a dichas palabras y que la conversación vuelva a parecer un combate por desprestigiar al contrincante. Confío en que las Elegidas y el maestro Opilaf sabrán darse cuenta de lo que implican tales palabras. 

- No me cabe duda que cada pueblo puede otorgar un uso al artefacto en servicio a todo el continente. Les recuerdo que la magia que se practica en Abatis viene de Pelor, nuestro Dios de la Luz, la Fuerza y la Curación, una magia destructora del mal. Sin que la devoción por mi Dios me ciegue, creo que puedo afirmar sin lugar a dudas que es el tipo de magia que necesitamos para luchar contra las fuerzas del Kaos. Una magia que potenciada con el poder del artefacto de Beory, podría ser imparable en nuestra lucha contra el enemigo común. Por otra parte, nuestra magia jamás podría usarse para dañar a otros,  nuestro Dios Pelor no permitiría usar su poder con fines oscuros. De modo que no solo creo que difícilmente podría dársele un mejor uso al artefacto, sino que tanto  Anelûk como  Anodiräs pueden tener la completa tranquilidad de que en caso de que Abatis fuese el custodio del artefacto, jamás sería usado contra ellos en forma alguna. 

Hago una pausa para observar un momento los rostros de los presentes, por si me dan alguna pista de lo que puede estar pasando por su cabezas en estos momentos, para continuar dirigiéndome al Vitûr y a la Tenebris:

- Yo acabo de contarles cómo es el uso de la magia en Abatis, y como sería usado el artefacto ¿ Serían tan amables de hablarnos de cómo hacen uso de la magia y cuáles son sus fines para en sus respectivos pueblos?  Creo que hemos venido a poner toda la carne en el asador. Si no nos dejamos de medias palabras o dar información de forma velada, nunca conseguiremos llegar a ningún lado. - Hago una pequeña pausa- Entiendan que algo que creo que nos preocupa a todos es saber si el artefacto podría ser usado para imponerse sobre las otras regiones una vez finalizada la lucha contra el Kaos... ¿ permitirían sus dioses usar el artefacto con estos fines?.

Con cierta confusión miré a Alantar, que decía que había indicado cómo usarían ellos la magia del artefacto. Creo que no se había dado cuenta de que no quedaba claro, de ningún modo, el uso concreto. De todas formas, estaba claro que cada reino tenía su plan, y que nosotros, por si mismos, no podíamos revelarlos completamente, al menos, de primeras. Pero desde luego, con una sonrisa divertida, como quien dice que el interlocutor ha pedido a los demás lo que él no está haciendo, me levanté para comentar algo más de nuestro modo de proteger. 

- A costa de parecer algo soberbio o mostrar una superioridad que no tengo, creo que he sido muy claro en los planes de Anelûk: Con la magia de nuestro pueblo, que se afana en crear objetos y maravillas de una complejidad y tecnología sin igual, tenemos algo a lo que nos falta poder y vida que dar para que sirva a la protección de todos. Algo que esta joya puede ofrecer. Una combinación de magias sin igual. - Indique remarcando la palabra vida- Propongo que las Elegidas, o el druída Opilaf, pregunten sobre nuestros planes. Y les pido que reconsideren que mi artesano vea la joya. Quizás él pueda decir si nos sería útil o no... y con ello, quizás, descartarnos de la "carrera" por obtener el artefacto. - Dije con humildad. 

Muy probablemente, Rupert debía estar refiriéndose a las máquinas cubiertas por telas a las que se había referido Lähm... ¿Quizás era un prototipo de algo una más grande que estaba preparando en su reino? No tendría ningún sentido haber corrido el riesgo de traer algo supuestamente tan importante a un lugar como éste...

Enarqué una ceja ante las palabras del Alto Consejero. Sin embargo, creí conveniente responderle de nuevo, aunque fuera reiterar lo ya dicho...

—En mi caso, no creo haber hablado en ningún momento en medias palabras ni con información velada: el Barón pretende usar el artefacto con el único objetivo de evitar que las tropas del Kaos invadan el continente entero.

Era lo que había dicho anteriormente después de todo.

—En cualquier caso, realmente me preocupa que el Reino de Abatis desconfíe del Reino de Anelûk así como de Anodiräs en el uso del Artefacto una vez acabe la guerra tal como acaba usted de mencionar, y me hace pensar si realmente es merecedor de poseer el Artefacto. La desconfianza en quienes se ayudan no es el camino, Alto Consejero.

-Les ruego que no malinterpreten mis palabras- digo inclinando la cabeza respetuosamente- No dudo de que las intenciones de los aquí presentes sean más que el bien de todos los pueblos. Pero, ¿pueden hablar por las generaciones venideras?¿ Pueden asegurar con total confianza que no se le dará un mal uso? Pero en fin, si está cuestión les resulta tan ofensiva, por mi parte estoy dispuesto a dejarlo aquí.

Las evasivas a responder mi pregunta de  los representantes resultan más elocuentes que una respuesta y sonrío al considerar mi pregunta respondida, a pesar de sus esfuerzos por no hacerlo.

Está intentando que perdamos la paciencia, y realmente, lo estaba consiguiendo. Estaba siendo dificil no hacerle una referencia personal y sobre su dios Pelor, Dios de la Luz, la Fuerza y la Curación, una magia destructora del mal. ¡Ja! Quizás si el Dios, pero algunos de sus mayores servidores... No era ni luminoso ni curaba, si no más bien oscuro en sus palabras y hacía más heridas de las que curaba. Decidí responder con bastante calma. 

- Cómo le he dicho antes, Alto Consejero, la magia de los enanos se centra en otras cosas, como creación de nuestros afamados konstruktos y otros hechos alquímicos, más que relacionados con la vida en si. No me cansaré de repetirlo. -Dije de palabra, aunque la mirada decía que le parecía poco adecuada dada aquella insinuación de no ser claro o no responder, cuando había sido el más claro. - Lo que hace esta joya, si es que es dar vida, es algo que podríamos engarzar para alzar una defensa de magias combinadas, que los artesanos enanos ya tienen en marcha. 

Miré, esta vez si que orgulloso y desafiante. - Permítame preguntarle, Alto Consejero: ¿en hechos concretos cómo van a actuar? No me diga que la magia de Pelor se unirá a la de Beory. Deseo saber cómo será eso concretamente. Yo si se lo he dicho. Uniendo esa magia a una serie de creaciones de los enanos, a las que la joya insuflaría poder para la defensa. Por eso deseo que un artesano enano la vea, para decir si es posible esa unión. - Le conminé con mi tono de voz a que respondiera- Sea usted franco con este cónclave: ¿Cómo será el hecho concreto del uso si Abatis es votado? 

- Le confieso, Vitûr, que esa misma pregunta se me había pasado por la cabeza hacerles. Pero caí en la cuenta de que ni usted ni yo- digo recalcando estas palabras- podemos responder a la misma, puesto que al no haber podido examinar el artefacto desconocemos su naturaleza real, y por tanto, no podemos concretar aún en qué forma se le  podría dar uso, aunque no dude que el uso sería en todo momento beneficioso para todos. Pelor no consentiría otra cosa.- hago una pequeña pausa para dar tiempo a los presentes a asimilar mis palabras antes de volver sobre la pregunta que me ha formulado el Vitûr- Si respondiera a su pregunta, estaría faltando a la verdad, ya que hasta conocer el artefacto no podríamos más que especular sobre el uso definido que podríamos darle al mismo ¿ O podría usted responder a su propia pregunta?. No duden que de darse las circunstancias para poder darle una respuesta veraz, respondería sin reservas. 

- Comprendo, Alto Consejero, su confusión -o lo que quiera que fuese aquella forma de decir que no había dicho cuál era su intención - pero yo si he respondido a mi propia pregunta. Anelûk quiere el artefacto, o la joya, para dar poder a algo que los artesanos llevan ingeniando años, y sólo les falta una fuente de vida. Y eso semeja compatible a lo que ha dicho el druida, de quien me fío. - Maldita sea, había caído en su trampa. Estaba enfadándome, y dejándome llevar por la impaciencia. Bendito Opilaf, ya me había llamado la atención por ello... - He pedido que un artesano lo examine para ratificar o no esta posición e idea. Usted no ha dicho nada. Y creo que intenta, intencionadamente o no, hacerme enfadar. 

Sin perder la calma ante las palabras del Vitûr, me defiendo:

- No tenía intención de seguir hablando, pero me veo en la necesidad de defenderme ante una acusación que me parece injusta. Nada más lejos de mi intención que quererle hacer enfadar, estimado Vitûr- respondo con gesto extrañado-  Y agradezco la información sobre ese ingenio que sus artesanos están creando. Me encantaría que tuviéramos una conversación sobre ello en alguno de los descansos de este Cónclave. Debe ser realmente fascinante. Por mi parte, en un intento de responder a su pregunta con la escasa información de la que dispongo, si el artefacto se tratase como sospechamos de una fuente de vida, imagino que podrá servir bien a nuestros sanadores, que por supuesto compartirían su hacer con todos los reinos,  así como nuestros paladines pueden combinar su magia contra el mal y los no-muertos con las propiedades del artefacto para mermar las fuerzas del Kaos. Pero ya le digo, que hasta no conocer completamente la naturaleza del artefacto y su verdadero poder, no podemos concretar más exactamente cómo usarlo. - lanzo un suspiro y continúo- Por favor, les ruego que cejen en sus ataques hacia mi persona con suposiciones infundadas respecto a las intenciones de mis palabras, cuando lo único que he pretendido en todo momento es poner sobre la mesa cuestiones para el diálogo y el debate.

El Vitûr estaba perdiendo la paciencia, y era cuestión de tiempo que también perdiera las formas, lo que le dejaría en mal lugar para la negociación. En cuanto a la Tenebris, no ha dejado de dar vueltas en círculo a sus alegatos iniciales, sin avanzar en su discurso.

Creo que me gusta el camino que está tomando esto..., aunque aún debo ser prudente y no bajar la guardia.

El debate de los tres representantes estaba alejándose un poco del objetivo, convirtiéndose en discusiones personales. En ese instante, decidí reconducir la atención – Disculpénme, estimados representantes, pero sus argumentos parecen querer acallar más bocas que revelar información- hago una pausa mientras comienzo a dar pequeños pasos alrededor de mi lugar y prosigo – Vitûr de Anelûk, le pido que me aclare una duda que me surge acerca de lo que preparan, ¿De qué manera aseguran que su proyecto para acabar con el Kaos, cuando cobre la vida necesaria, no se les corromperá o se les descontrolará?-

Y sin dejar un segundo para que hable, continuo mirando hacia la representante de Anodiräs.

-Aunque, por otro lado, si tuviesen alguna duda, podrían preguntarle a Anwië; ella tiene bajo su control a alguien con esas características, ¿no es cierto Tenebrïs de Anodiräs?-

La conversación no tardaba en estancarse de nuevo, repitiendo una y otra vez las mismas palabras sobre como utilizarían la gema contra el Kaos si estuviera en sus manos. No dudaba en que cada uno tuviera un buen motivo y cada uno pudiese sacarle utilidad, pero eso no era suficiente. Si esta simiente era capaz de dar vida y dotar de gran poder, tan solo podíamos entregársela a quien fuera a combatir al Kaos y no quien la usara para protegerse.

—Por mi parte creo que ninguno de los representantes aquí presentes ofrecen un plan que justifique la posesión de la gema. ¿Cómo pretendéis usar vuestra magia contra el Príncipe del Kaos y sus huestes cuando la frontera de vuestro reino ni siquiera colinda con el Yermo? ¿Pretenden enfrentarse a ellos en sus propias tierras, Altísimo Consejero Alantar? —pregunto al primero, ante no tardo en dirigirme a el Vitûr — En cambio por sus palabras, entiendo que Anelûk planea usar la gema para defenderse del embate dal Kaos. ¿Pero cómo pretende con ello entonces proteger Anodiräs si es atacada? ¿Los enanos están creando suficientes de esas cosas para defender a todos, sin ni siquiera tener el conocimiento suficiente para insuflarles vida? 

Me callo un segundo y les miro. Ninguno de ellos me inspira confianza y la que menos es la Tenebrïs Anwië. Pero conocía al Barón y a Sarïf, y aunque era una ventaja injusta no podía borrarlos de mi memoria.

—No creo que eso sea suficiente. Desconocemos el poder de la gema, de si podrá dar vida o no a esas creaciones de las que habla, pero puede que su magia no dure para siempre. ¿Y si la vida o el poder de la gema es finito y se agota antes de que se haya derrotado al Kaos? —digo volviendo a cruzarme de brazos—. Soy una guerrera y como tal mi voto irá a aquel que pretenda atacar al príncipe y no solo defender sus fronteras.

Cuando estaba de nuevo dispuesto a contestar a Alantar con una mirada furibunda, la Elegida Militsa intervino. Por suerte para mí, dado que consiguió darme tiempo para centarme de nuevo y poder recuperar la respetabilidad. Era capaz, como Opilaf, de centrarse en lo importante. Me levanté, y respondí con toda la franqueza que me permitía mi conocimiento:

-Elegida Militsa, la magia de controlar los diferentes seres que se crea está muy extendida y comprobada. Hasta donde llega mi conocimiento, no se descontrolan más que a los aprendices. Yo mismo, sin ser enano, conozco alguna de esas magias, así que podría hablar de ello con la Tenebrïs. Y estaríamos hablando de que son los mayores entre los enanos, los más sabios, los que realizarían ese hechizo. Excepto que la propia gema llevara algo que corrompa, no creo que hubiera problema. -Agradecido de poder recuperar la sensatez, me volví a sentar tras seguir hablando y sincerandome, lo que quizás haría que se tuviera en cuenta lo que proponía. 

Las palabras del Vitûr hicieron que sonriera con sarcasmo... En cualquier caso, omití responder a su arrogancia y menosprecio contestando a la Sacerdotisa de Beory.

—Con gusto colaboraría por el bien del continente—dije, con franqueza.

En cualquier caso, la sonrisa de mi rostro no tardó en desaparecer. Mi semblante se volvió serio, y mi mirada penetrante...

—Sin embargo, hasta el momento, parece que la única propuesta de colaboración sobre la mesa es la mía —miré a todos los presentes—. Desde el primer momento he mostrado en reiteradas ocasiones a todos el deseo de cooperación del Barón con el resto de los regentes, incluidas las Enviadas de Beory. Y sin embargo, ¿de verdad el reino de Abatis y el reino de Anelûk quieren cooperar? De haber sido así, habrían respondido de igual forma. Sin embargo... no... el único uso que quieren darle al Artefacto es privado.

El reino de Anodiräs se encuentra en la frontera con las tierras del Príncipe del Kaos. Sé de primera mano lo que sus hordas son capaces de hacer —mi rostro se ensombreció, sin embargo mi tono de voz endureció—. Yo misma perdí mi familia y mis territorios tras la invasión del Kaos. Si no hacemos nada, si no contraatacamos, no seré la única en perder a sus seres queridos...

Volví a mirar especialmente a los representantes de ambos reinos.

—No es sólo el poder del Artefacto quien decidirá el curso de la guerra —negué con la cabeza—. No... Más bien pienso que la diosa Beory puso el Artefacto en manos de las Enviadas con el objetivo de que, por una vez, los tres reinos colaboren con el único objetivo de derrotar el Kaos.

Mi propuesta es ésa... y no creo equivocarme en decir que hasta el momento es la más sabia de todas las dichas en este Cónclave...

La conversación no tardaba en estancarse de nuevo, repitiendo una y otra vez las mismas palabras sobre como utilizarían la gema contra el Kaos si estuviera en sus manos. No dudaba en que cada uno tuviera un buen motivo y cada uno pudiese sacarle utilidad, pero eso no era suficiente. Si esta simiente era capaz de dar vida y dotar de gran poder, tan solo podíamos entregársela a quien fuera a combatir al Kaos y no quien la usara para protegerse.

—Por mi parte creo que ninguno de los representantes aquí presentes ofrecen un plan que justifique la posesión de la gema. ¿Cómo pretendéis usar vuestra magia contra el Príncipe del Kaos y sus huestes cuando la frontera de vuestro reino ni siquiera colinda con el Yermo? ¿Pretenden enfrentarse a ellos en sus propias tierras, Altísimo Consejero Alantar? —pregunto al primero, ante no tardo en dirigirme a el Vitûr — En cambio por sus palabras, entiendo que Anelûk planea usar la gema para defenderse del embate dal Kaos. ¿Pero cómo pretende con ello entonces proteger Anodiräs si es atacada? ¿Los enanos están creando suficientes de esas cosas para defender a todos, sin ni siquiera tener el conocimiento suficiente para insuflarles vida? 

Me callo un segundo y les miro. Ninguno de ellos me inspira confianza y la que menos es la Tenebrïs Anwië. Pero conocía al Barón y a Sarïf, y aunque era una ventaja injusta no podía borrarlos de mi memoria.

—No creo que eso sea suficiente. Desconocemos el poder de la gema, de si podrá dar vida o no a esas creaciones de las que habla, pero puede que su magia no dure para siempre. ¿Y si la vida o el poder de la gema es finito y se agota antes de que se haya derrotado al Kaos? —digo volviendo a cruzarme de brazos—. Soy una guerrera y como tal mi voto irá a aquel que pretenda atacar al príncipe y no solo defender sus fronteras.

Lo que la Tenebrïs indica es poco cierto, puesto que está diciendo que ella ofrece colaboración, y el resto no. Me parece que están usando las palabras demasiado a su favor, lo que hace que mire al infinito, con calma. Está ofreciendo cosas no demasiado tangibles, mientras que yo he puesto por delante un plan real, y hasta sus fallos y posibilidades, como que si no sirviera la gema, no la desearíamos. Pero parece que intencionadamente habla de que sólo ella y su reino están por conciliar. Y por suerte, estoy algo más tranquilo, y lo que ella dice no me afecta tanto como lo que dice Alantar. 

- Creo que la Elegida Skaði ha dado en el clavo. -Con un gesto calmado, mirando a la Tenebrïs, le indico- Me explico. Parece que olvida, Tenebrïs, que nosotros tenemos frontera con los territorios del Príncipe del Kaos, y que algunos de los enanos han sufrido mucho por ello. -Me vuelvo hacia Skaði, para, con una mirada serena y sincera, responder- La Elegida Skaði pregunta si hay suficiente número en nuestro plan para defender otros territorios, y mi respuesta es la siguiente: dicho plan lleva años en marcha. Hay un gran número, y podría haber más aún.

 Tomo aire un momento. Miro al resto- Y eso es lo que no están entendiendo: Anelûk lleva años preparando el siguiente enfrentamiento, y lleva décadas esforzándose por contener una posible marea de oscuridad que justo ahora nos amenaza a todos los miembros de la paz de Uldatar. Porque el Kaos es enemigo de todos, no sólo de los enanos. No ofrecemos cooperar. Ya lo estamos haciendo sin que el resto se de cuenta. Por eso, deseamos saber si esa joya tiene el poder que necesitamos para que este plan de defensa, haciendo que un artesano lo revise, vea si es factible. Si no, no la desearíamos, repto. - Miro a la guerrera, comprendiendo su punto de vista, pero no compartiéndolo. - Para atacar, hay que tener bases desde dónde hacerlo. Debemos encontrar ese modo de defender nuestros hogares, no perderlo, como pasó con la ciudad de Arekenta, ahora en el Akerum o el extinto reino élfico de Adarnaj. Luego ya atacaremos. 

—No lo olvido, Vitur, al igual que nadie debería olvidar que muchos de los territorios que usted menciona sin ningún tipo de pudor que se perdieron, pudieron haberse evitado perder sin tan sólo se hubiera ofrecido apoyo militar por parte de nuestros "vecinos"...

Mi mirada se clavó fríamente en la del Vitur.

—Explíqueme entonces, Vitur, la razón por la que el reino de Aneruk no acudió a la llamada de armas cuando se solicitó... ¿Por qué permaneció en la seguridad de sus montañas mientras que el Kaos arrasaba ciudades enteras y masacraba miles de vidas? ¿Mientras extinguía reinos que ahora podrían estar aportando ideas y consejos en este Cónclave? Si tanto deseo tiene Aneruk de cooperar, lo cual deseo, sería conveniente que diera una explicación a eso...

Finalmente miré a todos los presentes, aunque especialmente a las Enviadas. 

—Por último, tampoco olvidemos que el Artefacto fue encontrado en territorio que pertenece de iure al reino de Anodiras. Sin embargo, en ningún momento el Barón ha decidido reclamarlo como suyo propio, ni jamás haría algo similar, sino que lo ha puesto en disposición de este Cónclave para que su uso sea consensuado y ayude a garantizar la paz. 

El conflicto al que se refiere Anwië ocurrió hace siglos, cuando ella era joven, y fue al inicio de la Guerra del Kaos. Ninguno de los enanos que conoces estaba vivo entonces, pero sí sus padres o sus abuelos, ya que los enanos sólo viven cuatrocientos años. Tú realmente no sabes mucho al respecto. Has oído historias, pero la verdad es que los enanos son bastante crípticos con este tema.

La más asentada cuenta que los elfos dejaron proliferar el Kaos al este de su reino, Adarnaj, por su torpeza, debilidad y sobretodo su arrogancia, y que no fue hasta que su reino fue devastado y arrasado y cuando ya no les quedaba nada, que pidieron ayuda. Más para refugiarse y salvarse que para combatir. Anodiräs fue una de las regiones que más elfos oscuros acogió en sus tierras, pero de eso hace ya muchos siglos...