Partida Rol por web

Una señal... un movimiento... una señal...

El Defel coge la célula y se la guarda en el chaleco, para posteriormente, sin decir palabra, voler a activar el comunicador, volviendo a aparecer la imagen holgráfica de Akor.

-Si estás leyendo esto es que has tomado la decisión acertada de entregar la célula, y por ello te propongo un trato que resultará muy beneficioso para ambas partes. La rebelión sigue necesitando armamento, y tú necesitas créditos para saciar tu avaricia, por lo que te ofrezzco continuar como hasta ahora, tomando tú el papel de Jefe, y haciéndote cargo del refugio del desierto. El trato con Jefe no es prorrogable, ya que él trabajaba por sus propias convicciones, y tan sólo aceptaba dinero para sus muchachos, para vosotros.

El trato contigo es diferente. Se te pagará el 40% del valor de mercado de los cargamentos. Lak Sivrak será tu contacto en Tatooine, al igual que lo era de Jefe, aunque nunca os lo dijera por orden mía. Espero que nuestra colaboración sea fructífera, y que ayudes a la rebelión aunque sea a... tu manera.

La imagen holográfica desaparece y el Defel habla.

-Hablaremos cuando tengas algo que venderme, Dekel. Toma una frecuencia segura para comunicar conmigo, cárgala en tu comunicador, y quedaremos aquí, en este muelle de amarre.

Dice la criatura parca en palabras.

-Ahora movámonos, hay mucho trabajo que hacer todavía. Decid cuántos os vais, para poder buscaros la salida del planeta, y nos vemos en la cantina en dos horas.

- Yo me voy, desde luego.

Oink grug burg oink... ¿Burg oink oink grog? -digo, apoyandome en mi hacha y levantando la mano.

El gamorreano también se queda, por lo visto. ¿Y el resto?

Oink... grug burg oink oink gorg grug, oink burg borg oink oink....

Eso eso, dinerito. ¿Cuanto nos pagará la rebelión?

Como sea mas de 100 créditos a la semana, no me lo pienso.

-Muchachos, a la rebelión no se entra por dinero, sino por convicciones. Ser un soldado rebelde no es un modo de hacerse rico. Si esa es la idea que tenéis mejor os quedáis con nuestro proveedor de armas de Tatooine, seguro que ganaréis más.

En la rebelión os esperan 8 semanas de adiestramiento como soldados, en los que deberéis mostrar vuestra valía, y tras él saldréis al destino al que más convengáis.

Hay un salario, claro, pero no recuerdo cuanto, no creo que llegue a los 500 créditos mensuales, aunque sí que proporcionan casi todo lo que se necesita para cumplir con su función que es luchar contra el imperio.

De cualquier modo espero que toméis la decisión correcta, que en vuestro caso es no alistaros. No estáis lo suficientemente comprometidos.

Dice el Defel, hablando mucho más de lo normal en él.

Dekel se queda callado durante un rato con cara de estar pensando. Después mira la cara de odio que le pone Eva y sonríe.

-Pues claro que si -termina-. Conmigo ganareis mucho más que eso. Uno se apunta a la rebelión por principios, no para hacer negocio. Para hacer negocio te quedas aquí y te dedicas al contrabando -y tal y tal-. Bueno Lak, el primer cargamento creo que ya está disponible. Aunque antes tendré que volver a la base y asegurarme de que todo sigue en su sitio.

El ex-granjero prete-magnate inclina la cabeza hacia un lado mientras hace crujir el cuello. Ains, que alivio.

-En fin, Gurmok, Rudd ¿Quereis ser pobres durante toda vuestra vida o estais listos para cambiar vuestra estrella? -dice guiñando un ojo-.

Dekel, ya sabes lo que hay. Yo me quedo por aquí. Total, ganaremos mas aquí que allí arriba. Pero mira que pagan 500 al mes y tu me habias dicho solo 50 a la semana... tendrás que mejorar esa oferta. Le digo mientras le palmeo la espalda con mi mano.

Kal se mueve de la pared.

Bueno espero que el negocio os valla bien. Yo tengo que hacer... algunas cosas por ahi fuera.
Yo me voy con los rebeldes.
Ya nos veremos.

Se acerca a la puerta del muelle.

En cuanto el trasporte este listo, buscadme, estare en la cantina bebiendo.

La sorpresa ante las palabras del defel había sido mayúscula. Desde que jefe les hubo desvelado la identidad del grupo para el cual habían trabajado hasta entonces ya había mostrado su interés en formar parte de la rebelión. Hasta entonces tan solo había sido una chiquilla que en busca de aventuras había escapado de su acomodada vida. Formar parte de un grupo y actuar como contrabandista le había proporcionado la dosis de acción que durante mucho tiempo había necesitado, pero desde el día en el que gran parte de sus compañeros habían perdido la vida necesitaba algo más. Luchar por dinero y armas hacía perder todo valor a las vidas de cuantos habían perecido. En cambio pensar que realmente habían perdido su vida luchando por un ideal daba cierto carácter romántico a su muerte. Vivir por los ideales de la rebelión y para combatir el despotismo del Imperio era una idea bonita y que había hecho mella en ella.

- ¿La decisión correcta es no alistarnos?- replicó enojada haciendo caso omiso a las promesas de botín y dinero de unos y otros. –Perdone, pero no creo que sea nadie para decirme qué es mejor para mí. Ya soy lo suficientemente mayorcita para decidir por mí misma. Y si lo suyo pretendía ser un consejo, no se lo había pedido.

Se apartó de la pared donde había permanecido apoyada hasta aquel arrebato de dignidad, sacudió el polvo que había caído sobre las mangas de su ropa y cruzada de brazos añadió: - Imagínese mi incorrecta respuesta.

Se lo decía al mercenario y el gamorreano, no iba por ti, mujer.

Es la escueta respuesta del Defel.

Nos vemos en la cantina dentro de dos horas. Allí os daré las novedades.

-Ale, pues vamos a la cantina.

- Yo prefiero ir a una cantina en la que no esté el rodiano ese de los cojones que quiere matarte, no sea que piense que tengo algo que ver contigo ...

Tilak se va a cualquier otra cantina tranquila (la versión Star Wars del típico bar donde los jubilados juegan al dominó) de los alrededores. Si no hay nada parecido Tilak se va a un parque a tomar el sol repantingado en un banco.

Bueno, la jugada ya está hecha, y ahora, siendo consecuentes, no tiene mucho sentido que el grupo siga unido. Si los mercenarios quieren ir a su refugio, les abro unaa nueva escena y listo.

Discutid vuestras próximas acciones entre los grupos, para saber a qué atenerme.