Partida Rol por web

A Kal se le abrieron los ojos y se quedo mirando a su compañera. Luego echo una pequeña carcajada.

Sabes, te puedo asegurar de que hoy no es un final, si no un comienzo.
Una vez jefe me dijo una cosa.
Yo estaba contento por que tenia pasta para gastar, y estaba seguro de que el golpe nos habia salido bastante bien.
El me cogio por le brazo y me dijo:

-Chico, la suerte es para los tontos. Hoy tienes dinero, mañana no. No pienses que el dia que tienes el dinero en el bolsillo es el dia que todo anda bien.-

Hizo una pausa y entrecerro un ojo.

Y lo cierto es que ese cabronazo tenia razon. Yo sabia que era un buen pistolero. Asi que sali a gastarmelo.
Aquella noche tuve que correr por mi vida tres veces. Y al final perdi todo mi dinero.
El dia siguiente, no tenia nada en el bolsillo, se habia acabado la diversion. Y te aseguro que no queria volver a una cantina en mucho tiempo.
La granja de humedad en la que me habia escondido me parecia horrible. Pero alli conoci a una pareja y a su sobrino. Me dieron todo cuanto necesite. Y durante un dia fui casi como parte de su familia.
No tenia nada de lo que habia querido el dia anterior. Ni dinero, ni mujeres, ni alcohol. Pero fui feliz.

Sonrie nuevamente y le guiña un ojo a su compañera.

Lo que yo te diga. Esto no es un final, y cuando las cosas parecen perdidas... bueno, realmente no sabes si lo estan o no. Asi que no le des tampoco demasiadas vueltas. Gasta el tiempo de esta hora, haz lo que te pida el cuerpo, y dentro de una hora, o menos ya, nos preocuparemos de como estan las cosas.

Se quedo pensativo un segundo.

Ademas tengo la sensacion de que aun no se ha dicho la ultima palabra sobre lo que esta pasando. Y me temo que necesitaremos mi blaster en algun momento.

Despues de un segundo de silencio. Y de haber puesto una cara tan seria, volvio a su actitud natural. Su cuerpo se relajo, su mirada se perdio en algun punto de la cantina y volvia a sonreir como de costumbre.

Pero seguro que me equivoco....

Tu ojo experto no te engaña. El humano de la cara deformada es bueno, pero los otros dos son mejores. Son grandes jugadores, como tú. Un buen reto, vaya. Sabes que al deforme puedes darle candela, pero con los otros dos la cosa está igualada. Podría pasar cualquier cosa.

¿Qué vas a hacer?

Gurmok y Rudd flanquean a Dekel, quien mira con ojo  experto la partida de Sabacc y evalúa sus posiblidades de ganar en caso de entrar a jugar.

Estos son los momentos en los que los guardias de seguridad asalariados más se aburren, cuando están guardando a un tío que se pone a mirar una partida de cartas. En fin, hay gente para todo, y todos tenemos nuestra función en el mundo.

Maburrooooooooo...

Oye, Dekel, ¿vamos a estar mucho tiempo más por aquí? Me estoy empezando a hartar de esperar la acción. Le digo a mi pagador mientras bostezo.

-Mmm, venga, vámonos -les dice a sus compis-.

Poco después de entrar el Devaroniano aparece por la misma puerta un tipo con cara de capullo foráneo y más perdido que un Bantha en Hot. Va con un robot R5, pide una bebida y se sienta en una de las mesas sin que nadie le haga ni caso, salvo el posadero que le pone una bebida de sugerente color azul que identificas como Ebraan, un licor suave.

En vuestra posición en la barra veis como Dekel, Rudd y Gurmok salen de la cantina, parece que finalmente no ha habido partida de Sabacc, pero... en fin, es su problema. Ellos sabrán.

Kal pide otra ronda.

Tranquila, yo invito

Pasan treinta minutos entre charlas y chanzas, y algunas copas de brebajes espumosos y de diversos colores, y no hay señal de nadie.

Cuanto queda encanto. Porque se me estan acabando los comentarios ingeniosos e interesantes. Y al final sere como cualquier otro hombre intentando ligar.

La frase es comica al igual que sus gestos. Y la mirada esta llena de alcohol, o al menos eso aparenta. Pero no deja de quedar ahi, resonando en los oidos de los dos.

Kal sonrie. Por sexagesima vez. Luego enarca una ceja. Mira detenidamente a Eva, esperando quizas una respueta, o quizas otra cosa, es dificil saberlo.

Unos 15 minutos depués de la entrada del tipo y el droide, el devaroniano vuelve a bajar las escaleras y se va sin decir palabra. En ese momento el último que entró se agacha hacia su droide y le dice algo en susurros, luego se levanta y paga al cantinero, para posteriormente salir acompañado de su unidad R5.

Los parroquianos ni se inmutan, y un minuto después baja la Ithoriana, quien paga al cantinero y se despide con un saludo de él y con un gesto con la mano de los parroquianos, para salir de la cantina.

Llevas aquí casi una hora. Aunque todavía puede ser pronto para volver.

No, en absoluto.

Pues pido otro café y sigo leyendo el periódico*.

Llega la hora más o menos señalada y te vas del café caminando hacia el norte, rumbo la cantina del espacio puerto. Caminas por las callejuelas maravillandote por el ritmo desenfrenado de los habitantes y cuando llegas a tu destino ves a Eva y Kal en un estado bastante cercano a la embriaguez.

Entre charlas insustanciales y bebidas espumosas, pasa el tiempo, hasta que, pasadas más de dos horas, aparece Tilak por la puerta. Eva y Kal andan un poco bebidos, no en un estado lamentable, pero bastante... perjudicados. Tilak entra en la conversación trivial, mientras la música sigue su curso y los parroquianos beben, charlan, gritan y se estafan entre ellos, en ese agujero de suciedad llamada cantina.

Poco tiempo, muy poco, después, aparece vuestro amigo Lak Sivrak, quien os hace un gesto inequívoco para que le sigáis. Cuando salís de la cantina, la fuerte luz de los dos soles dejan casi ciegos a los ebrios. Tras acostumbrarse, seguís al defel hasta una bodega de amarre, donde os introducís.

El grupo entra en la bodega de amarre. Primero va el defel, seguido por tres personas de aspecto curtido en el desierto. Son dos hombres y una mujer, y, aunque la chica tiene la piel fina y las maneras de una cortesana de Alderaan, va vestida con ropas de campaña y su rostro refleja la exposición al sol y sus ojos la determinación de un tiempo en estas peligrosas tierras.
Los dos hombres son jóvenes y fuertes, uno de ellos es un guaperas de casi dos metros de alto, sin poder camuflar bien sus armas, y el otro está vestido con túnicas azules y turbante, al estilo local para resguardarse de las inclemencias del desierto.

Dentro de la bodega hay tres personas y una unidad R5. Una mujer con ropajes urbanos, no muy apropiados para este planeta. Uno de los hombres tiene uniforme de piloto y está de pie observando al grupo que entra, con la mano sospechosamente cerca de su cadera, mientras que el otro, de unos treinta años y ropas negras con chaleco acolchado, se afana con la unidad R5 en una caja de fusibles del exterior de la nave de la cual surgen chispas.

En el centro de la bodega descansa un carguero ligero corelliano

Parece un cacharro viejo y desfasado, con más desperfectos que un gamorreano en una fiesta de cumpleaños, pero tiene aspecto de poder... volar.

Lak os presenta:

Tixani, la dueña de la Blue Moon, Jack su socio, Deheron el ingeniero y su robot.

Tilak, Eva y Kal. El paquete

Luego se va hacia Tixani y le da un registrador de datos, diciendole que ahí están las coordenadas del punto de encuentro, en algún lugar de la galaxia. Tras expresar su deseo de que partáis inmediatamente, y despidiendose friamente del grupo, abandona la bodega de amarre, dejando a los desconocidos cara a cara.

Tilak sonríe y pregunta:

- Eh Deheron ¿Quieres que te eche una mano con eso?