Partida Rol por web

Aunque aún no me he pronunciado, ya que la idea de una lucha constante me ilusiona y me recuerda a mi planeta, sigo a Dekel a la cantina, con el vibrohacha en la mano.

Onik gorg grog borg, oink oink grug grug oink. Borg borg oink Gurg gurg, borg burg brugb... Oink oink burg brug gorg, gorg oink oink grug

El pálido color de su piel se había tornado ligeramente rojizo con el enfado. Ahora se intensificaba el rubor que teñía sus mejillas a causa de la vergüenza. - Ah… vale…- se limitó a responder al defel. Segundos después dio media vuelta abochornada. Sabía que no era cierto, pero era una sensación que no podía evitar: sentía las miradas de todos centradas en ella. –Me voy a la cantina. Nos vemos allí.- Salió del muelle y buscó entre todas las calles que desembocaban en el lugar en el que se habían reunido aquella que los había guiado hasta allí y por la que, si se daba prisa, seguramente pudiese alcanzar a Kal.

Oye... ¿vas a gastar tus créditos en esto? Creo que estaré atento si pasa algo. Le digo a Dekel mientras me pido una copa.

Desandáis lo andado tras salir del muelle de amarre, y pronto llegáis a la cantina que sigue su ritmo habitual de música de afiladas notas, y no menos afiladas hojas bajo las túnicas y chalecos protectores.

Dekel se dirige a la mesa de Sabacc, acompañado de su fuerza de asalto, y allí veis una partida en curso, entre un duros, un humano de cara deformada y un gotal, rodeados por unos cuantos tipejos de todas las razas, que siguen la partida con atención. Veis que el bote es muy superior a lo que suele verse en las mesas de Sabacc de Tatooine. Están jugando duro pero sus rostros no reflejan mucha tensión.

esandáis lo andado tras salir del muelle de amarre, y pronto llegáis a la cantina que sigue su ritmo habitual de música de afiladas notas, y no menos afiladas hojas bajo las túnicas y chalecos protectores.

Veis como dekel y su fuerza de asalto se dirige a la mesa de Sabacc.

¿Qué hacéis?

Te separas del grupo, caminando por las callejuelas de Mos eisley y buscando algún lugar donde pasar desapercibido durante un tiempo.

Caminas hacia el sur, hasta que llegas cerca del complejo hotelero, donde ves un lugar con un cartel desvencijado que reza: Café del muelle.

Parece que es lo que estás buscando, así que te metes en él, y allí ves un lugar mucho más discreto, sencillo y con gente menos presta a pegarte un tiro en la nuca.

Hay unas cinco personas en el bar, además del posadero. Son de razas variadas, una Ithoriana, un par de humanos, un duros y un dewback, y todos están en la barra, a pesar de que hay muchas mesas en el pequeño pero resultón bar.

El posadero es un humano orondo, rubio y con mofletes colorados.

Tilak se coloca en algún lugar discreto de la barra, preferiblemente uno desde el que se pueda ver el exterior del bar por alguna ventana, y se prepara a hacer el equivalente de Star Wars a tomarse un café con leche mientras se lee los periódicos de la mañana (tras comprobar antes que podrá pagarlo).

Ignoro si hay periódicos, televisión o que, pero vaya, la actitud es la del viajero que tiene que hacer un enlace de autobús en alguna ciudad de Castilla y tiene que esperar dos horas muerto de asco en una ciudad desconocida hasta que aparezca su autobús, situación que suele acabar con un tipo enclaustrado en una cafetería leyendo las pintorescas noticias de la prensa local.

Perfecto. Queda a la espera de novedades.

Cuando Eve me alcanza no digo nada. La noto algo inquieta. Era mejor dejar que sus ideas se aclararan.

Al entrar a la cantina le pido que me de un segundo, y pido una mesa apartada, una que este lejos de la de Sabbac. Puesto que Dekel, en su infinita sabiduria aun puede meternos en lios.

Cuando nos sentamos y pedimos algo para beber rompo el hielo.

Sabes, Eve. Haces lo correcto. Sigue a tu corazon no le des mas vueltas.

Bebo y pierdo la mirada. He hablado con mi compañera sin casi mirarla. No se me da bien las palabras, ni los consejos. Puede que para ella solo sea otro cabeza cuadrada. Pero que demonios. Es justo como yo quiero que me vean, no?

Dekel observa la partida durante varias rondas con curiosidad, especialmente atento a las trampas que hacen los jugadores, a la posibilidad de él de hacer trampas, y al nivel de los participantes.

Permanezco junto a Dekel, con gesto intimidatorio, mirando a todos los presentes, intentando reconocer sus caras. Aunque eso de reconocer otros seres no gamorreanos nunca se me dió bien.

Casi al instante de entrar en el café y colocarte en la barra a dejar pasar el tiempo, ves como entra un Devaroniano, mira a los presentes y se va por unas escaleras que suben hacia arriba, y en la que no habías reparado.

Muy poco después, tan poco que te llama la atención, la ithoriana que estaba en el bar cuando llegaste, coge el vaso del que bebía y sube las escaleras también.

Tilak sigue a lo suyo, aunque si escuchase alguna conversación de interés le prestaría atención discretamente. La idea es pasar desapercibido, no meterse a indagar el porque un tipo al que no conoce de nada ha decidido reunirse con otro al que tampoco conoce de nada.

Si te he informado de ello es porque ha sucedido, no por otra cosa. Parece un bar muy tranquilo, bajo tu estimación crees que estás de puta madre allí sin hacer nada. Que haya dos tipos que parece que se vayan a reunir en el piso de arriba es algo que realmente no te incumbe ahora mismo. Pero está pasando.

- Gracias- respondió al consejo que Kal le daba. Acto seguido calló durante un largo rato, pero el silencio no les acompañaba pues las voces de la clientela se elevaban ininteligibles en el ambiente festivo de la cantina.

Volvió a romper el silencio para pedir de nuevo lo que horas antes había tomado. La primera experiencia que aquella bebida le había provocado era de desagrado, pero en el último trago había empezado a apreciarla. Bebió, un par de tragos. Hasta entonces no supo de qué hablar con el compañero del que más desconocía, pero el alcohol hizo notar su influjo desatando su entumecida lengua.

- Y tú Kal, ¿también sigues a tu corazón cuando decides unirte a la Rebelión?- añadió risueña mientras buscaba los evasivos ojos de su compañero. –Es que… no sé…- posó su mirada en el fondo del vaso medio vacío. - No tengo ni idea de qué vamos a tener que hacer para ellos. Bueno, no pasa nada.- concluyó de nuevo sonriente y de nuevo centrada en Kal. –Déjalo. Son tonterías.- Dio otro trago .

Kal estubo a punto de hablar y explicar sus motivos. Para finalmente sonreir como siempre solia hacer y volver a callar.
Decidio que era un buen momento para hablar con su compañera.

La miro mientras alzaba la copa. No era fea, de hecho era bastante bonita. Estaba tentado de decirle alguna cosa soez, como solia hacer con las mujeres con las que mantenia relaciones. Pero ella no era esa clase de mujer ni estaba tan desesperada. Seguramente nunca llegaria a saber que contestaria. Asi que cambio de idea.

Bueno, trabajar en la galaxia, es peligroso. Asi que seguro que encajaremos perfectamente, si no, mira a nuestro alrededor. Este tiene que ser uno de los lugares mas peligrosos de la galaxia.

Se acerca un poco a ella.

Sobre todo es peligroso porque estamos tu y yo dentro, sabes.

Con el ultimo comentario vuelve a sonreir, y le guiña un ojo.

- Sí, seguro que es peligroso por nuestra culpa.- sonrió algo aliviada, aunque empezaba a sentir otro tipo de presión de una naturaleza muy distinta a la que había dado inicio a aquella conversación. –Pero no era eso a lo que me refería.- bebió de nuevo sintiendo el ardor del alcohol inflamando su pecho. Un largo suspiro y el vaso volvió a descansar sobre la “apartada“ mesa frente a la que se encontraban sentados. –Pero como te dije ya da igual; estoy más segura, más tranquila.

Un largo silencio siguió a aquel término, tranquilidad, un sentimiento que parecía totalmente fuera de lugar en un sitio cuya diversión se basaba en quién era el que montaba mayor escándalo.

Con el alcohol los secretos no lo eran tanto –Han cambiado tantas cosas desde que nos conocimos todos hace un par de años. Nunca hubiese imaginado que esto terminaría así…-, pero ella no estaba tan perjudicada.