Partida Rol por web

Hace tiempo que el río del Monje Ciego quedó atrás, con él las imponentes construcciones del Castillo Daidoji y Ciudad Shizuka. Las ropas del ronin hacía tiempo que quedaron atrás sustituídas por unos harapos de campesino que se encontraba bañándose en un lago a un lado del camino.

No tardó en llegar a la Aldea Mizen, estar por allí resultaba arriesgado al haber entrado sin ningún salvoconducto, además el reducido tamaño de la misma imposibilitaba el pasar desapercibido. Sólo tenía que llamar demasiado la atención para que un guardia del Daimyo local le aprehendiese y acabara con su vida como si de un vulgar eta se tratase.

Imitando la humilde pose de los campesinos se movió tratando de evitar las zonas que frecuentarian los samurai honorables. Con la frente baja pretendía esquivar la supervision más directa y esperaba encontrar un lugar en el que los hombres compartiesen sus penurias con el sake. Puesto que iba a un lugar de ocio tuvo que guardar la kama que habia robado junto con el resto de armas en el cesto que llevaba a la espalda y eso le hacia sentir tremendamente indefenso. Esperaba que alguna fortuna le sonriese para no tener que visitar una población más grande y de gentes más astutas.

El recién llegado mantuvo sus ojos bien abiertos, su paciente intuición le llevó al que parecía tratarse del mejor lugar para la misión que tenía entre manos: la posada Gēmu-ya, había visto algunos ronins entrar mientras miraban a su alrededor tratando de pasar desapercibidos. Por otro lado, campesinos pasaban por el lugar tratando de pasar lo más rápidamente de largo.

Hayato dudo si no sería mejor entrar como ronin a la posada, donde parecian encajar mejor los de este grado, pero como ronin hubiese despertado más interés del que deseaba, y por tanto no podría controlar los tiempos en su acercamiento a aquellos que pretendia utilizar.

Al entrar en la posada lo primero que hizo fue pedir un poco de sake para ganarse ante el propietario del lugar el derecho a estar allí. Aprovechó la situación para echar una ojeada sutil a los que frecuentaban el antro.

Su primer objetivo debía ser un ronin más neutro. Si buscaba hablar con el menos honorable, es posible que le despreciase molesto por que un desconocido inferior en el orden le hiciese perder el tiempo. Tal vez debiera buscar a alguien que pareciese encontrarse en ese lugar más empujado por su situación que por su gusto por la inmundicia. Después esperaba utilizar a este primer ronin para acercarse a los siguientes y entonces podría incluir en su misión a los más despreciables, que sin duda llevarían en su momento las cosas por el sitio que deseaba.

La posada permanecía relativamente vacía, había restos de suciedad de tiempos de mayor clientela claramente, tiempos no muy lejanos pues las manchas del sake derramado aún estaban bastante frescas.

El posadero se acercó y cumplió el pedido depositando un vaso y un pequeño frasco de sake, mientras tanto los escasos ronin se volvieron para analizar al recién llegado.

Hayato optó por la discreción en un primer instante. Iba a dejar pasar un rato hasta que se acostumbrasen a su presencia o tal vez notasen algo impropio de un campesino. Trataba de interpretar a un magistrado haciendose pasar por campesino, y esto no era lo mismo que interpretar a un campesino cualquiera. Si era lo suficientemente sutil podía hacer que sus propios errores intencionales favoreciesen lo que vendría después, dado que si alguien era tan astuto para notar esos detalles entonces posiblemente optase por la discreción antes gritar como un energumeno que pensaba que no era un campesino.

Una humildad forzada hasta el punto de no ser creible y ausencia de temor ante las miradas de aquellos ronin de baja estofa era el punto más evidente de su interpretación. No era explicable tanto empequeñecerse si no iba acompañado por miedo a las consecuencias y su pulso era firme.

Los ronin se levantaron y se dirigieron al recién llegado.

-¿Quién eres?, no te hemos visto mucho por aquí. ¿Qué es lo que buscas?. 

Todos eran en efecto samuráis ronins y sus comportamientos distaban de lo honorable, la clase de hombres que no les importaría hacer una emboscada a uno de los líderes de Rokugan si el precio lo requería.

.-Disculpad samurai-samas pero me ha sido obligada la discreción-. Dijo bajando la vista y haciendo una ligera reverencia. Fingio una incomodidad mayor de la que sufria .-Suplico tengais paciencia y continueis con vuestro relajo que acudire a vuestra persona de ser razón el caso para vuestro interés-. Acto seguido se dirigio al que pareciese en principio poco hostil o inofensivo con respecto a los demás .-¿Podriais contestarme a una pregunta en privado a razón de que yo pueda contestar la que os atañe?-. Esperaba que el respeto de los demás a este ronin hiciera que se contuviesen por el momento

-Que cojones estáis diciendo. Habla como si fuera un magistrado grulla, sin embargo viste como un campesion. ¿Dime quién eres y qué es lo que has venido a hacer?

Hayato se dio cuenta de que se había pasado y que iba a ser dificil arreglarlo .-Sois astutos y lo habeis notado con demasiada rapidez como para que sea posible guardar disimulo. De no ser así habría mantenido otra actitud y las cosas serían distintas-. Después hablo con más firmeza como si controlase la situación .-No voy a contestar a esa pregunta. O no al menos de forma directa. Si insistis en la impaciencia perdereís una oportunidad que os puede beneficiar en gran medida. Un poco de vuestro tiempo es lo unico que os pido para concederos lo que deseais. Mis intenciones son buenas. Os lo garantizo-. Se quedo mirando al que se habia dirigido antes como invitandole a acompañarle a donde queria hablar con el

Uno de ellos se sentó y sacando su katana mostrándola sobre la mesa habló.

-Pues en ese caso, te recomiendo que vayas al grano, somos ronins y somos directos.

.-Seguramente matar a un simple campesino no te traería problemas-. Dejo caer ya que ahora sabian que no era un campesino cualquiera y no sabian a que se enfrentaban y las consecuencias que podia tener atacarle. Después se dirigio al de antes insistiendo .-¿Os decidis a acompañarme a hablar en privado del mismo modo que luego hare con el resto?-.

Algunas risas fueron la respuesta ante tus palabras, no parecían demasiado temerosos, o muy valientes o muy estúpidos...

-Cuéntanos de qué va la cosa y si nos convence, entonces te llevaremos ante nuestro jefe.

.-Es un servicio al orden con una recompensa a medida. Impulsado por los más honorables patrones y con un noble fin-. Dijo algo molesto .- Si no debiera ser discreto, no se habria recurrido a ronins, por lo que no pidais más explicaciones. Esta es la oportunidad. Tomarla o dejarla pasar-. Sabia que si cedia con facilidad no le tomarian en serio y el trabajo se volveria imposible.

Tras un intercambio de miradas uno de ellos pareció asentir, y el que había llevado el peso de la conversación prosiguió.

-En ese caso dejaremos que sea el jefe quien te evalúe, un consejo, no le mires fijamente, puede resultar difícil pero no debes hacerlo.- Con ese aviso se incorporó y se encaminó a la parte posterior de la taberna -¿No vienes?

Hayato sin mucha ceremonia fue con aquellos hombres tratando de recordar y estructurar debidamente la milonga que tan bien habia preparado para que resultase creible el plan. Debia ser cuidadoso e insinuar sin aclarar. Ser evidente, podía resultar sospechoso y era mejor que su supuesto papel en todo aquello fuese desvelandose poco a poco

El camino fue breve pero sigiloso, no se molestaron en cubrir el rostro del invitado, lo que indicaba que cambiarían de lugar, o tal vez que uno entraría pero nadie saldría...

-¿Qué me traeis?- Preguntó una voz desde la sombra. La voz no tardó en materializarse en forma de un rostro herido con una gran cicatriz que se disimulaba con un parche... Y un protector nasal que recordaba vagamente a un Tengu. -No hemos tenido mucho trabajo desde el último y desafortunado golpe.