Partida Rol por web

"No se.si podría luchar contra una bestia yo solo" pienso "Pero al menos, si puedo caminar sobre el suelo y luchar al máximo de mi.mismo, entonces mejor"

Decido apagar la luz y guiarme por mi infravision. No dejar nada que alerte a las bestias. Y avanzar en sigilo. El más profundo sigilo que pueda hacer.

Sigues avanzando en un tenso silencio, rodeado únicamente por los vientos de la Tempestad. Eventualmente, la caverna empieza a curvarse hacia dentro, y el lago se cierra en forma circular. Llegado aquí, puedes percibir una corriente de aire llegando desde delante tuyo, y aunque sigues sin poder ver mucho más lejos de un par de palmos, notas que hay un camino que se aleja del lago hacia delante tuyo.

El ligero rumor de la bestia durmiendo sigue resonando detrás tuyo, no obstante.

"Sea lo que sea, es mejor dejarle dormir"
"¡No tengo ganas de convertirme en filete de mestizo!"

Si hay algo que aprendí hacia tiempo, es que los semiorcos no gustan de llamarse Medio-Orco. ¿Es que acaso eres un orco mutilado de cintura para abajo? ¿O acaso eres un hombre cortado en canal? No. Ni yo ni nadie de mi raza. Somos al ciento por cien Mestizos. Muchos de nosotros eramos hijos de otros mestizos, sin padres orcos o humanos en la familia más cercana

¡Aunque yo no conozco a mi familia cercana! ¡Sólo recuerdo la fosa!

Como sea, continuo en sigilo, dirigiendome hacia la corriente de aire.
De un modo u otro, el aire moviendose significa una salida ¡Sin ellas, no puede haber viento subterraneo!
"Bueno, Tempestad. Tu eres el viento del norte. Creo que eres el único viento que puede existir bajo tierra"

A medida que sigues avanzando y dejas atrás a la Bestia Durmiente, las paredes de la cueva se estrechan a tu alrededor, hasta tomar de nuevo la forma de un túnel. Sigues rodeado de oscuridad a tu alrededor, pero a medida que avanzas, tus ojos parecen poder ver cada vez mejor, hasta que finalmente empiezas a distinguir las formas de lo que te rodea, delineadas en blanco y negro. Si miras hacia atrás, sólo una pared de oscura negrura se muestra ante tí, mientras que adelante el túnel parece serpentear y ascender lentamente con una suave pendiente.

"Oscuridad mágica" murmuro, totalmente convencido ya de lo que me rodeaba, y luego pienso en mis amigos desaparecidos  "Elnara y Key habrían podido investigar esto muchisimo mejor, pero sin duda Edriel habría disfrutado investigando el origen de ese maleficio"

"Como sea, lo he pasado realmente mal" Y tras esto, tras estos avatares del destino y este peligro ha pasado es cuando me doy cuenta de lo acelerado que estaba mi pulso. Mi respiración habia sido demasiado rápida y mis pasos demasiado vacilantes. No es para menos: A lo largo de mi vida jamás habia estado en la oscuridad.
Nunca.

"Adelante, Lyb. Adelante T͏em͢ṕe͝şt̸ad͜ " digo pronunciando siempre a su nombre en Aurano "Vamos hacia arriba. Con suerte, mis amigos seguirán ahi. Y quiera que no, La princesa Mercader Almah y Garavel aun necesitan nuestro informe"

Siguiendo las paredes de esta caverna, mucho menos amenazadora que antes, empiezas a ascender siguiendo el sinuoso camino que recorre el túnel. Su forma asciende con una leve pendiente mientras que sigue un camino en espiral. Algo en tí tiene la sensación de que este túnel no es natural, y tu mente divaga hacia la Bestia Durmiente.

Al cabo de unos 15 minutos de ascenso, el lateral izquierdo del túnel se abre hacia una pequeña cavidad central donde termina. Una cámara de forma semicircular, en donde una losa de piedra reposa en el centro de la sala. En su centro, yace lo que reconocerías como la hoja de una cimitarra pero hecha enteramente de diamante, clavada verticalmente. Parece portar alguna inscripción, y Tempestad reacciona con emoción ante la vista de este objeto. Un largo agujero vertical yace en el techo de la sala, iluminando la hoja de espada con la luz estelar del cielo.

Súbitamente el sonido invade la caverna, y a través del amplio agujero del techo escuchas resonar una voz sepulcral:

"¡Vuestras almas alimentarán al maestro Xulthos!"

Y súbitamente, el ruido de combate, conjuros siendo lanzados, acero contra acero, movimiento a través de la arena.

Rápidamente me lanzo hacia la cimitarra. Si Tempestad la reconoce, por algo será.
No puedo volar hacia el agujero, pero quizá la cimitarra me de una pista, así que sin dilación, uso la mano cubierta con los correajes y sujeto el arma

"Las cimitarras son el arma sagrada de Sarenrae."
"Y este era un templo a la Flor del Alba"

"A ver... a ver si podemos salir. Sea lo que sea lo que hay arriba, parece que están en peligro"

A medida que colocas tu mano sobre la espada, una explosión de luz cubre tu visión, expandiéndose a tu alrededor hasta que tus ojos no pueden ver nada. Por unos momentos crees que te has vuelto ciego hasta que súbitamente, escuchas una voz que pronuncia unas palabras en aurano, que súbitamente te hallas capaz de comprender:

"Observad, aquellos que encontréis esta reliquia, el Último Deseo de Vardishal. Comprended, aquello que fue sacrificado en nombre de los Cinco Vientos. Descubrid, el Legado del Fuego."

Súbitamente te hallas observando un campo de batalla sumido en el fuego. Te encuentras en una pequeña colina que se eleva sobre el recodo de un rio, en la cual hay un pequeño pueblo abandonado con un mercado de batalla. A tu alrededor, sólo ves fuego y destrucción. Docenas de horribles criaturas, siervos de Apollyon, el Jinete de la Guerra.

En el centro de todos los enemigos, se eleva flotando un paladín de brillante armadura dorada y piel azul, armado con lo que sólo reconoces como Tempestad, más tomando la forma de una cimitarra, cuya hoja no es de diamante.

"¡Siervos de Jhavuul! ¡Atrás, si valoráis vuestras miserables vidas!" — vocifera el paladín blandiendo su espada de manera amenazadora.

Un zumbido invade el aire, una gigantesca criatura, de forma similar a un escorpión de proporciones masivas, con tres pares de insectoides alas parece cruzar el aire en dirección al paladín. Tempestad reacciona, bloqueando el golpe, mientras el paladín y la aberración se enzarzan en combate.

Golpes que siegan el viento se entrecruzan entre ambas entidades, mientras que los demonios que llenan las calles del pueblo saquean y queman las casas. Súbitamente, el aguijón alcanza al paladín. Una grave herida supura de su costado y, súbitamente, su vuelo se ve cortado, y su figura cae al suelo en una enorme polvareda.

El gigantesco escorpión demoníaco se lanza directamente contra su presa, en su momento de debilidad, pero un enorme tornado se manifiesta, en el centro del pueblo. Todo lo que no está directamente atado, incluso los siervos demoníacos empieza a ser arrastrado por la fuerza de la calamidad, siendo atrapados en los vientos incesantes. 

Incluso las oscuras nubes que cubren el cielo parecen partirse, como si fueran cortadas en dos, para que los rayos del sol iluminen el campo de batalla, mostrando el favor de la Luz del Alba.

"¡Las fuerzas del mal no tienen nada que hacer contra la luz sagrada! ¡Esta será vuestra última oportunidad!"

Más una voz sepulcral retumba incluso aún más fuerte:

"¡Eres el último de los tuyos, insensato! ¡Con tu sangre, Lord Jhavuul renacerá!"

El suelo es partido en un cataclismo y, tan súbitamente como empezó, el tornado se dispersa, y el paladín cae a las profundidades, fuera de la vista. Golpe tras golpe se sucede, hasta que súbitamente... Silencio.

"¡No! ¡No! ¡Los Templarios de los Cinco Vientos no caerán aquí! ¡Nefeshti! ¡Otórgame tu poder! ¡Otórgame un último deseo!"​​​​​​

Un gigantesco rayo de luz cruza el cielo a medida que los vientos se arremolinan a su alrededor, y el milagroso poder del deseo cubre toda tu visión de blanco.

Cuando tus sentidos empiezan a volver, aún te encuentras en la caverna semicircular en la que te encontrabas, la hoja de diamante aún reposa en tu mano, irradiando la energía mágica de Tempestad. De arriba aún parecen llegar los ruidos del combate, y notas como el viento se arremolina a tu alrededor, meciéndote casi, en preparación para acompañarte y levantarte. Te sientes tan ligero que casi podrías volar.

"Debi de estar delirando" pienso" Debe de ser eso, pero si no lo intento, no me lo perfonare jamas"

Con la cimitarra y con te.pestad, y armado con esta sabiduria de varios siglos, echo a correr con todas mis fuerzas, como si no necesitase respirar. Como si el aire atravesase mi pecho, como si alimentade.mi sangre sin necesidad siquiera de respirarlo.

Me muevo imitando como lo haria un elemental de aire, como el viento del norte.

Y salto, intento hacer el salto imposible hacia lo alto del agujero, mientras menciono en aurano "Por Vardishal, por el Paladin del Viento del Norte ¡Aqui me teneis!"

Catacumbas del Monasterio de San Vardishal — Fireday 8 de Sarenith??? 4719 A.R.

Lybious ata hábilmente la cuerda con la que ha regresado Mondo y es el primero en bajar. Mientras Halem, Mondo y Silene descienden a través de la cuerda, Bakji se guarda el bastón mágico que ha encontrado antes de ser el último en descender.

Os encontráis en una gran habitación semicircular, de pie encima de una amplia losa de piedra, en cuyo centro se muestra una pequeña rendija. La habitación está a oscuras, pero la luz lunar que entra desde el pozo por el que habéis accedido, así como la capacidad de ver en la oscuridad que poseen Halem, Silene y Lybious os ayuda a ver a vuestro alrededor. A pesar de lo grandioso de la cámara, no parece haber nada más de relevancia, excepto por un túnel que se aleja por un lateral de la cueva en pendiente descendiente.

"Bueno, a partir de aqui empieza lo dificil" suspiro

Doy unos tirones con intención de recuperar las cuerda: No se trata solo de bajar ¡Tambien necesitamos subir luego! Así que estas serán necesarias para poder volver.

"Pues eso vamos adelante" digo encendiendo de nuevo la linterna, sabiendo que sea lo que sea, será peligroso. Pero por lo que he visto, elhombre canoso -Halem- parece tanto o más fuerte que yo, Bakji parece tener un poder arcano mayor incluso del de cualquier viejo amigo mio ¡Y Silene TIENE UN HALO!
Nada puede salir mal cuando te acompaña un Ángel. Cuando te acompaña un pícaro puede, pero no cuando te acompaña un ángel.

- No necesitaremos linterna, dijo Mondo mientras encendia la encuentracaminos pathfinder, si conoces el camino de salida, guianos rapidamente, que los gnolls no van a estar de brazos cruzados eternamente.

Yo cerraré la marcha, dijo el humano, al ver que todos sus compañeros podian ver en la oscuridad :facepalm:

Súbitamente, el aire es rasgado por un gutural aullido, casi como una respuesta al Aullido del Rey de la Carroña, pero mucho más profundo, con una potencia que hace vibrar la propia tierra, y de una criatura que, definitivamente, no es un gnoll. Pese a la distancia que os separaría de la fuente de este aullido, lo sentís retumbar a través de la caverna.