Partida Rol por web

Kiko entro en la estructura dispuesto a dañar aquel ser.

La criatura sangre profusamente tras el ataque de Kiko. 

Stryga entró como pudo, rodeó a sus compañeros y clavó su lanza en el costado de aquella aberración.

Stryga clava con su lanza a la criatura a la pared, y deja de moverse.

Arlanzor parece estar malherido y el brazo donde ha sido herido no para de temblar,.
 

-Lo siento, Arlanzor pero no sé nada de venenos ni de heridas. Soy una clérigo de Irori y lo mio es más el combate -dijo, un tanto avergonzada.

Gliss estaba decepcionada, no había podido llegar a tiempo al comabte. Sin embargo se sentía orgullosa de la fuerza y coraje de sus compañeros

Ese brazo tiene mala pinta... Intenta usar una cataplasma de boñiga de jabalí, mi güela decía que era mano de santo!

Con la sensación de haber dado un buen consejo, echó un vistazo al cuerpo ensartado que tenía al lado.

Kiko ayudó registrar la habitación, mientras se lamentaba del brazo de su compañero Arlanzor.

Nadie tiene un contraveneno, seguramente ayudaría a nuestro guerrero.  Mientras se lamentaba el pícaro haberse tomado el suyo. Y registró la mochila de Arlanzor por si tenía alguno.

Stryga negó con la cabeza.

-En el templo me dieron un kit de sanación pero nunca he sabido usarlo. Si alguien lo quiere, selo ofrezco. Es lo único que puedo hacer.

Stryga, ayudada por Gliss y Kiko, revisa la sala y encuentra los restos de un caballero infernal que en su mano izquierda porta un elaborado anillo. Parece contener elaboradas inscripciones en un idioma desconocido.

¿Será acaso el anillo de Dremlut? * Mientras lo revisa, Kiko tropieza con una pesada piedra. Al moverla, descubre que es una pequeña estatua de piedra de Asmodeus, enterrada entre los deshechos. Un doble fondo oculta una bolsa con 326 monedas de oro chelaxiano.

Stryga se quedó sola esperando una respuesta, así que se puso ella misma manos a la obra, agarró el equipo y se puso ella misma a aplicar los ungüentos a su compañero.

Curro primero ayudo a su compañero envenenado, y luego ya se preocuparía de registrar la sala.

Kiko ayudó con gran éxito a Estriga para la sanación de Arlanzor. Y tasó con gran éxito.

La picadura le dolía como si le estuvieran clavando espadas en el brazo. Además le temblaba y no podía controlar ese temblor. sería una tara para atacar con su arma. El guerrero cayó de rodillas, se quitó el guantelete y se agarró el antebrazo por donde le dolía.

A su alrededor se congregaron sus compañeros para intentar curarle. Apretando los dientes, Arlanzor se dejó hacer intentando no estorbar mientras estos hacían lo que podían.

Arlanzor parece recuperarse, mientras sus compañeros aplicaban un torniquete temporal bajo las instrucciones algo dubitatibas inicialmente de Stryga, que extrajo parte del veneno chupando la herida.

Aun así sus manos continuan temblando y parece algo más torpe que antes.

Tras esto, Kiko, Thiran y Curro revisan el anillo. Bien podría ser el que buscan, aunque las inscripciones en infernal requerirían un buen tiempo para descifrarlas.

Desde fuera escuchais una voz femenina.

- ¡Pathfinders! Soy Pava Irrica y creo que habeis estado viajando por Isger, recogiendo las reliquias de mi familia. Sin embargo, estoy dispuesta a perdonar y olvidar mientras me los entregueis pacíficamente.”

Curro, veía problemas, por lo que decidió encantar su arma con su varita...luego salió fuera a ver quien reclamaba las reliquias...con el bastón familiar en una mano y el trabuco en la otra.

Stryga sacó su varita mágica y se lanzó un conjuro que la agrandara. Después se dispuso a seguir a Curro.

Ah, a ti te quería yo ver. Pretendes que tiremos todo nuestro esfuerzo a la basura? Já!. Con gente como tu yo hago... cosas. Cosas feas, si.

Los que salís, veis a una mujer, Pava Irrica por lo que dice, vestida con una túnica roja.

Pava espera un instante, esperando que explique Gliss  que cosas feas son esas ... pero termina frunciendo el ceño y sonriendo ligeramente.

- Esos objetos son míos por derecho de nacimiento y las autoridades ...

Y una voz, hermosa pero rota la interrumpe.

No sabeis bien de donde, pero un ser alado, hermoso pero pálido y oscuro, ha aparecido de la nada sobre uno de los muros derruidos. Se parece a la visión fantasmal que algunos de vosotros visteis en la mansión Irrica.

- Ah, veo a la familia Irrica no está completamente eliminada todavía. Esos objetos me han esclavizado durante siglos.

Os mira a vosotros.

- Mortales sois un entretenimiento tibio en el mejor de los casos.

Pero yo soy misericordioso. Dadme los objetos que habéis recogido y dejaré que todos viváis.

Sus alas negras se mueven alrededor de su figura protegida por una armadura de cuero ajustada, mientras la criatura empuña un arco largo. Sus ojos totalmente oscuros os observan

Pava replica a la criatura alada, "Sirves a los Irrica, diablo; sé que no puedes hacerme daño. Ahora ustedes, rápido, dadme el anillo, y le ordenaré que os perdone".