Partida Rol por web

Antes de desaparecer entre las piernas de los adultos y entrar en el almacén, Segis, le hizo un gesto con la mano a Eli. 

- Ven. ¿De que cosas te acuerdas? Por cierto.- preguntó interesado mientras la dejaba pasar antes de dejar que la puerta se cerrase para que ambos Infantiles desaparecieran de la vista del resto de los presentes, demasiado ocupados en reír y beber como para darse cuenta de que ya no estaban ahí.

El almacén estaba lleno de cajas. Pero no era de las que Eli estaba buscando. Al menos, no la podía encontrar a simple vista. 

- De cosas que fabriqué y escondí, por ejemplo - contestó mientras paseaba la vista por el lugar, que estaba bastante oscuro -. Sé que todavía están por ahí en alguna parte. ¿Tú no te acuerdas? - preguntó ella extrañada -. ¿Ni un poquito?

-Si, si que recuerdo quién fui, pero ni siquiera era del mismo linaje.- El niño le dirigió una mirada indescifrable.- En fin, tenemos cosas que hacer entonces y saber que alguna vez has sido adulta, me permite decirlo sin rodeos. Se cree que el Troll que se encontró su cadáver hace dos meses, lo han matado los Redcap. Tenía mordiscos por todo el cuerpo. ¿Sabías que antes había una condesa Troll? También fue asesinada. Aunque todos piensan que se suicidó y estaba loca.

Se sentó encima de una caja de botellas esperando las reacciones de la nocker casi rebelde.

-Pero a ver, guapa. ¿Con ese? -preguntó poniendo cara de incredulidad y mirando sin mucho disimulo al susodicho-. Es muy mayor para ti. A mi no me parece majo, me da la sensación de que es un raro... ¿Has visto esas entradas?

- Yo también he sido de otros linajes... - empezó Eli. 

Pero al escuchar lo del troll, perdió por completo el hilo de lo que estaba diciendo. 

- ¿Asesinado? Yo no sabía nada de eso... - murmuró entonces Eli -. Mi tía no me dijo nada... ¿Dónde lo encontraron? ¿Y de qué condado era la condesa que dices que mataron?

Se sentó en otra caja, próxima a la del Sluagh. 

- Todo esto que dices, parece peligroso. Menos mal que no somos trolls... - observó -. Pero... ¿seguro que han sido Redcaps? Sé lo de sus dientes y eso, pero hay más cosas que pueden morder. ¿Y si ha sido cosa de una quimera? 

- Vayamos por partes.- Con la oscuridad parecía que el Sluagh se volvía más grande, más alargado, como si fuera uno con las sombras. En la oscuridad, su pálida tez esbozaba una sonrisa.- Hace dos meses murió un Troll en un Condado vecino, bueno... apareció a la puerta de un Feudo. La condesa Troll muerta, era la predecesora de Lord Marcel del Nido de la Arpía presente en ésta fiesta y en conflicto con Lady Ágata, hace casi una década. Cierto, es una suerte que no seamos Trolls y es cierto, no podemos asegurar que hayan sido los Redcaps. Pero desde que oí eso, temo por Cortapanes, Ernesto también me cae bien...pero...no es lo mismo. 

Se levanto con movimientos lentos, pero casi líquidos.

- Tenemos que descubrir si hay alguna relación entre ambos casos, y quién es el culpable de cada uno, si no es el mismo. ¿Estas de acuerdo? Seremos un equipo y será nuestro secreto, por ahora.- Le tendió la mano.- No quiero involucrar a nadie y los Infantiles pasamos desapercibidos, no le somos una amenaza a nadie, habitualmente.

Eli sintió algo extraño, inexplicable. Se trataba de una sensación que no era ni agradable ni desagradable, y que nacía en lo más profundo de su cerebro y, como el agua, se expandía para ocupar todo el espacio disponible. Se le puso la piel de gallina y por fin entendió de lo que se trataba: acababa de encontrar algo largamente perdido.

Elis sonrió como pudo, aún sintiendo el escalofrío recorriendo tu espalda. 

La propuesta del Sluagh le parecía justa, pero ahora algo más le preocupaba. 

- Yo, acepto. Pero, a cambio, quiero que me ayudes a conseguir una cosa. Digas que sí o que no, tienes que prometer que guardarás el secreto...

Mientras tanto, empezó a buscar. ¿Qué era? ¿Qué era eso que había perdido? Mejor, ¿qué era eso que acaba de encontrar? 

La sonrisa de Raquel desapareció y se volvió para mirar al chico. Como vio que él se encogió ante el escrutinio de Candela agitó la mano delante de la sátiro para llamar su atención.

-¡No seas cantosa! -rogó. Después hizo un puchero y miró otra vez de reojo al tipo-. No sé, ¿tú crees? Sí que tiene entraditas, pero no sé si es para tanto...

-Si quieres promesas te hace falta un troll, pero a los Sluagh nos encantan los secretos, los atesoramos muchísimo. Es toda la garantía que te puedo dar de que no lo voy a contar... siempre que no haya otra información más valiosa por la que cambiarlo. No es que lo vaya a contar a todo el mundo o se me vaya a escapar, pero tampoco voy a hacer un Juramento protegiéndolo, de la misma manera en que yo me he fiado de ti. ¿Te parece justo?

Seguía con la mano extendida, esperando un gesto. Una sombra de preocupación había cruzado el rostro de la nocker ¿El qué? No lo sabia...aún.

- No te he pedido que me lo jures. Había dicho que me lo prometieras. Como... como persona, nada de Jurarlo ni cosas de esas. Pero esto que te voy a contar, es mejor que lo sepa poca gente. Pero te ayudaré con lo del troll - dijo entonces Eli mientras estrechaba su mano. 

Mientras cogía su mano, ladeó la cabeza. 

- Oye, ¿yo a ti te sueno de algo? De... otra vida. 

Segismundo no creía recordar ningún otro rostro que Eli hubiera podido tener. Si en efecto la había conocido cuando era Felisa sencillamente no se acordaba.

-Lo lamento, pero no. ¿Debiera? Hablame de la tarea con la que he de ayudarte.

La respuesta de Segis la pilla por sorpresa. 

- No lo sé - admite -. Por un momento, pensé que sí. No importa... Sí, la tarea...

Eli coge aire, y aprovecha la pausa para ordenar sus pensamientos. 

- Verás, hace tiempo fui también Nocker. Caí en la confusión. Empecé a hacer objetos mágicos. Pero... los maldije todos. Son objetos poderosos cuyo principal objetivo es el de castigar a su portador o, en su defecto, alguna otra maldad que a se me pasara por la cabeza. Pero... no sé dónde están. Sólo sé que es uno de mis inventos cuando lo veo. La buena noticia, es que creo que sé cómo inutilizarlos...

Eli levanta la vista para ver la reacción del niño. 

- Los escondí todos, pero tampoco recuerdo dónde. Quiero que me ayudes a encontrarlos. 

- ¿Crees que sabes como utilizarlos sin resultar maldita en el proceso? Un creo no es un buen seguro de vida.- Sonrío el muchacho.- ¡Hecho! Te ayudaré a encontrar tus artefactos y recuperárlos, pero... si sólo los puedes identificar cuando los ves... Primero tendrás que recorre un montón de sitios para verlos, o eso, o crear algo para mí que me permita identificarlos. ¿Sería posible? 

-Con la de chicos guapos que hay por ahí... -la sátiro negó con la cabeza-. Yo que tu lo dejaba pasar.

- Claro que puedo - responde Eli sin dudarlo si quiera -. De hecho, Pim lo puede hacer. Mira, te lo enseñaré. 

Con cuidado, se saca al adormilado Pim del bolsillo y lo acaricia para que se despierte. 

- Pim, Modo Búsqueda - le susurra despacito. 

Al instante, Pim cambia de forma sin salirse de la mano de Eli y se convierte en una brújula que Eli sujeta por una cadenita que tiene pinta de ser para llevar al cuello. Sin embargo, la aguja de la brújula da vueltas sin sentido. 

- El único problema es que, para poder encontrarlos, tengo que saber primero qué es lo que estoy buscando. Porque apunta a todo lo que he construido, y también a mí... Así que lo más importante de todo, es que primero me acuerde de qué es lo que fabriqué. Fue hace bastante, así que podemos buscar historias de objetos raros. Cuentos. Traté de preguntarle a Safira, pero no me dijo nada... Pero a ti se te da mejor la gente, ¿no? O conocer secretos al menos...

Eli se colgó la brújula al cuello y se la pasó por dentro del jersey. 

- Si lo que quieres es un invento que, si tienes un objeto, sabe si es mío, también puedo hacerlo. Es parecido a lo que hace Pim.

Enarcó una ceja, estaba lejos de ser el sistema de rastreo más útil de la historia pero menos da una piedra.

- Bien. Si, necesitaré algo parecido, supongo. Se supone que mañana he quedado con Trini para hacerle un regalo a Cortapanes, podemos encontrarnos en su taller o dondequiera que trabaje, y me lo pasas, si lo tienes hecho para mañana.- "Esperemos que fueras un Nocker tarado que dejó todo por el mismo Condado, al menos."- Hora de felicitar a Cortapanes, si encuentras alguna caja que te sirva para la piñata sírvete.

Era raro, tener una conciencia de adulto pero un alma infantil, era como tener responsabilidades y ganas de jugar a la vez de forma constante.

- Sí, claro. No se tarda mucho. Tengo todo lo que necesito para hacerlo... ¿A qué hora quedamos? - contestó ella mientras se ponía de pies -. Creo que dejaremos lo de la piñata para el próximo cumple. 

La verdad es que tenían mejores cajas de cartón en el feudo, y también bastantes más chuches donde elegir. 

- Voy contigo, que aún no le he dado mi regalo - añadió entonces. 

Como había llegado tarde, todavía estaba en su mochila. 

- ¡Vale, vale! - alzó las manos en defensa por su brusquedad. ¿Tan mal se tomaba que la ayudaran? Nisiquiera estaba dejando caer que ella no pudiese sola. - Bueno. Lo llevo, ya sabes. Es todo como muy divertido, muy interesante, pero también da miedo. Nunca sabes si lo que vas a decir le va a molestar a alguien... aunque eso me de un poco igual, sé que puede traerme problemas. A veces envidio que tú sepas ir por tu cuenta en tu feudo y hagas lo que más te gusta. -

Resopló un poco viendo todo el circo que estaban montando los infantiles más allá. - Realmente no se muy bien por dónde abarcar todo esto. -