Partida Rol por web

Los jovenes llegaron a la feria de la ciudad, la cual tenía una temática de Halloween bastante bien trabajada, con mil cuerpos colgando, murciélagos y una neblina que llenaba el lugar.

También habían calderos de los que se podían sacar manzanas de caramelo, caramelo el cual hacía la forma de una calavera.

Todo el mundo iba disfrazado y dando sustos entre ellos. Pero de todo aquello lo que más llamó la atención a los jóvenes fue una casa del terror que tenía una señora en la puerta invitándolos a entrar... No sabían por qué, pero los adolescentes sentían que aquella voz era muy familiar... Entrar allí podría ser interesante.

Tetsuya se presentó ante el grupo en la entrada de la feria con su disfraz. No sabía por qué, pero sentía que le sentaba tremendamente bien.

La mirada del peliblanco brillaba al ver toda aquél despliegue de medios, olvidándose de la preocupación de tener que estudiar aunque fuera momentáneamente. - ¡Qué de cosas! ¡Qué de gente! Nunca había venido aquí. Bueno, al menos no sin mis padres y de eso hace un montón. - rió de forma tímida.

Propuso a Lilie coger unas cuantas manzanas de caramelo hundidas en la caldera, él pagaba el ticket de lo que costara, a cambio de cogerla de los pies y hundirle la cabeza para que cogiera con la boca tantas manzanas pudiera para luego comérselas. Se imaginaba que la pequeña sería excelente para la tarea, después de todo se veía que tenía unos dientes afilados y fuertes.

Después con el dinero que le quedaba, también invitó a Saito y a Yuuta a jugar a lanzar los aros dentro del sombrero de la bruja, no sabía como le iría a los demás, pero él solo logró acertar dos de las cinco anillas que había para lanzar... Aun así la chica de la caseta le dio un pequeño (muy pequeño) peluche a Tetsuya, un oso que decía estar maldito, que contenía el alma de un niño asesinado... Pero bueno, era bastante mono, por lo que decidió darselo a Momoka.

Siento que no sea muy grande... Espero que te guste... _Cielo...

Comentó eso último de manera casi imperceptible para todos. Aún le daba un poco de vergüenza mostrarse cariñoso enfrente de la gente, a pesar de todo el amor que tenía para todos sus amigos y pareja... Aunque con la que más distante se mostró Tetsuya fue con Ayame... Parecía que quería decirle algo, pero aún así no se atrevía y ese "erre que erre" en la cabeza, estaba impidiendo que hablara con ella con normalidad.

Finalmente se toparon con la Funhouse en la cual la dueña les estaba llamando. Tetsuya no temía a nada de aquél lugar, de hecho le parecía todo terriblemente divertido, por lo que no dudó ni un instante y caminó hacia adentro. - ¡Venga chicos, seguro que es divertido!

Todo había ocurrido tan rápido que la pequeña Lilie aún estaba un poco mareada por todo aquello; el hecho de mudarse de casa a una que no escuchara a gente gritar o gemir a las 3 de la madrugada; una que no se escucharan a gente obsesa por el peso quejarse de los gramos que ganaban, perdían o vendían; una que no tenía que preocuparse de los ratoncitos le comieran los dedos de los pies si dormía por más de 45 minutos seguidos.

-¡WoW! -Exclamó la muchacha mirando a un lado y a otro- ¡Cuantas cosas tan bonitas y brillantes!. ¡Esto es como mi cumpleaños!. ¡Aunque aquí hay pocos criados con canapés de lombrices de gominola o con cabezas cortadas y sesos de helado de frambuesa y fresa!.

En ese momento, algo hizo "click" en la cabeza de Lilie, era cierto que ya no se encontraba en su hogar; era cierto que hacía meses que había abandonado su hogar encerrada en una maleta a causa de un juego de escondite repentino que salió terriblemente mal... pero hasta ahora, no se había planeado lo que esta había perdido... hasta que aho-

-¿¡ESO ES UN BARRIL CON MANZANAS!? -Exclamó la pequeña dejando de lado y muy bien enterrados sus sentimientos de pérdida, añoranza y nostalgia- ¡Agarrame la cofia!. -Exclamó la pequeña lanzándole la cofia a Yuuta antes de saltar a por el barril de cabeza.

¡ÑAAAAAAAAAAAAA-

     La verdad de las cosas no lo había pensado demasiado sobre que disfrazarme, con todo esto de los exámenes... esos días donde me quedaba mirando a la nada buscando replantear todo lo que creía ... un día de estos solo te preocupa de que la familia no se desmorone por la aparición de una niña... y el otro estas convenciendo a punta de pasteles a un dragón fantasma... sumando ademas que la boca me sigue sabiendo raro, me encontraba en la sala de mi casa buscando que improvisar...

   ... quizás... y solo quizás... si uso un saco... y cubro gran parte... nadie lo note...

... ¿ verdad ? ...

   Aunque costaba un poco ver por la mascaraba que llevaba puesta, encontrar al grupo no fue tanto problema una vez la voz de la niña me ayudo encontrarles.

  HMmmmmm - saludaba agitando el brazo mientras me acoplaba al resto - Hmmm Fm, Hmmmmm mmm Fff Hmmm mm MmmH hmmm Hfmmmmmmmmm hmm hmmffmmmm - comentaba mientras señalaba a todo el mundo tan acoplado al ambiente festivo ... creo que vinieron hasta gente de afuera...

  M-mhhmmhm - mientras me quedaba con el adorno de la pequeña y la veía lanzarse como piraña hacia las manzanas - Hmm hfmmmmmmmmm... ff mhmmmmm hm hmh ghmmmm ffhhggg hmgmmmmm... - a fin de cuentas llevaba tiempo trabajando con aquella fruta.. sabia lo engañosas que podían ser.

  Sobre el juego de lanzar Aros... pues solo dire... que la próxima vez igual debería lanzar sin la mascara puesta ... y quizás tenga que disculparme con aquellas muchachas a quienes le tire los vasos que llevaban...

Hmmmmmmmmmm... - mientras miraba aquella casita de los susto que se había montando - hmmm gg ff gmmmmmm... hmmm fmm fmm ffm hmm...

El grupo finalmente entró en el lugar... ¡Y nada más entrar se abrió una trampilla en el suelo que hizo que el grupo se separara en grupos de dos! También cabía destacar que estaban con la persona con la que menos se habían relacionado (o la segunda) ¿sería casualidad?

Como fuere, tras la caída y con el culo dolorido, parecía que no había vuelta atrás.

Auch... - murmullaba Tetsuya mientras se levantaba. - Esto es peligroso ¿será legal? Quiero decir, si hubiéramos caído de cabeza nos habríamos hecho mucho daño... - pronto se fijó en su compañera. Una gota de sudor frío cayó por su frente, pero aun así le tendió la mano. - ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda para levantarte?

Pero pronto algo los sacó de aquella pequeña conversación. El ruido de unas cadenas al fondo de pasillo parecía inundar la instancia... ¿Sería algo malo? ¿O solo parte de la atracción? Como fuere, antes de ir, si Ayame le preguntaba a Tetsuya que le pasaba con ella, probablemente el chico se lo diría.

Una voz al fondo del pasillo donde habían ido a caer los jovenes les llamó la atención. - ¿Dónde coño se habrá metido? ¡Da la cara monstruo, que quiero partírtela! - también se oían un par de golpes... Pero al final se alejó aún más la voz, hasta volverse imperceptible, al igual que los golpes.

Al fondo del pasillo donde cayeron Momoka y Yuuta, se oyeron unos pasos que parecían alejarse más y más, hasta que finalmente se volvieron imperceptibles.

Al fin el día de la festividad había llegado, y menos mal, los últimos días se habían dividido en estudiar como un animal y ayudar a los demás con la mudanza. En resumen... estaba destrozado y necesitaba alguna clase de descanso, vestido con el disfraz que Ayame había elegido para mi llegue a la feria y sin pensarlo me puse a buscar al resto antes de hacer absolutamente nada. Y en cuanto los encontré le di un leve golpecito a la calabaza de mi novia como tocara una puerta.

- ¿Hola? ¿Hay algún dulce ahí dentro? -bromeé mientras agarraba su mano, luego nos pusimos a ver como la pequeña Lillie trataba de conseguir la mayor cantidad posible de manzanas con la boca mientras Tetsu la agarraba, el lugar estaba lleno de juegos y cosas que hacer, donde fuera que miraba había gente haciendo cosas, jugando, comiendo, asustando incluso con sus disfraces, tanto era así que no tardamos en encontrar otro juego que probar, estaba se basaba en lanzar...- Consiste en lanzar aros -repetí para mi en voz alta con una leve sonrisa, la verdad es que sonaba divertido y me anime a probar con los chicos, no es que fuera muy bueno en ello pero casi como si fuera un milagro conseguí acertar el último dando un total de tres aros. Tuve que elegir entre varios pero sin duda había uno al que no podía decir que no, obviamente se lo regale a Ayame al igual que Tetsu con Momoka y por último parecía que a todos nos había llamado la atención el mismo lugar- Totalmente de acuerdo contigo Yuuta -ni puñetera idea de que ha dicho- Vamos a la casa... -una vez dentro no vimos a nadie ni nada especial- ¿Ho... -se abre la trampilla- ooooolaa_{aaaaaaaaaaa...} -mi voz se iba alejando para el resto, de hecho tanto que parecía una exageración... solo un poquito...

Tirado en el suelo seguía diciendo hola cada vez mas bajito como si cayera por un agujero inmenso... cuando me detuve estuve unos segundos mas en el suelo antes de levantar e ir a recoger mi sombrero. Le limpie el polvo mientras alguien mas gritaba por algún lado del sitio este, tampoco es que hubiera mucho mas sitio aparte del único pasillo.

- Creo que deberíamos ir a ver que pasa, al menos eso es lo que creo que esperan de nosotros -mire a la pequeña- ¿Quieres ir a caballito? -le ofrecí agachándome un poco

"¡Ahí va! ¡Si hay hasta niebla y todo!" comentó Ayame desde debajo de su enorme casco. Ella había insistido en pagar el disfraz, ya que lo había escogido ella expresamente porque le hacía mucha ilusión que hiciera conjunto con el suyo propio. A ella todo lo relacionado con trajes elegantes le chiflaba, y se moría de ganas de ver a Saito con ese traje elegante, capa de vampiro y sombrero de copa. Ella también se compró un disfraz elegante de cazadora de vampiros, casi totalmente serio, pero luego ya en la feria, vio el enorme casco de calabaza y no se pudo resistir a comprárselo y ponérselo de inmediato. Al poco de reunirse todos, Saito fue el último en llegar, poco después de Yuuta. Lilie, Tetsuya y Momoka habían venido juntos, y Ayame se les había acoplado al rato. Saito llamó a la puerta de su casco-calabaza. - ¿Hola? ¿Hay algún dulce ahí dentro? - Ayame rió cariñosamente, y hasta se permitió el lujo para ella atrevido de levantarse el casco y decirle alegremente: "No, YOU are breath-taking! ¡Tú sí que eres dulce!"

Mientras todos jugaban Ayame se fue turnando de aquí a allá para animarlos, a los lanzamientos de aros, al atrapar cuantas más manzanas mejor... Ella no participó directamente pero estaba divirtiéndose como la que más. Distraida aquí y allá, disculpándose con Yuuta del lanzamiento accidentado de los aros sobre los vasos de aquellas chicas, no llegó a ver a Tetsuya regalándole aquel peluche a Momoka, por lo que el regalo de Saito la pilló completamente por sorpresa. "¿E-en serio? ¿Para mí?" preguntó la Ayame-Calabaza. Por el agujero de la boca de la calabaza se podía ver la expresión de su rostro sonrojada y feliz. "¡Es Pikachu fantasmita! ¡Me encanta!" exclamó abrazando el peluche, y luego abrazando a Saito. ¡Era Pikachu! ¡Disfrazado de fantasmita! Pokémon, era una de las poquísimas cosas que todo el mundo conocía que una ratona de biblioteca medio aislada viviendo bajo una roca como era ella conocía. ¡De todas las tropecientas sagas de anime y videojuegos desconocidas para ella que había, Kitagawa-kun había escogido justo la que ella conocía! ¿Coincidencia del destino? ¿Previa investigación del propio Saito? ¡Cualquiera de las dos opciones era tan romántica! Fue a darle un besito en la mejilla pero se olvidó que tenía la calabaza en la cabeza así que fue como un pequeño, afortunadamente esta vez no violento, calabazazo en la cabeza.

Yuuta decía un montón de cosas pero ella no se enteraba de nada, no sabía si era por la calabaza que llevaba o por la bolsa que llevaba en la cabeza él. El grupo decidió ir a la Funhouse, convencidas por una de las anfitrionas de la feria. "¿Qué es una Funhouse? ¡Nunca he estado en una feria, ni he celebrado Halloween!" le comentó Ayame entusiasmada a sus compañeros. Poco después, se cayó por una trampilla.

Las parejas quedaron, más o menos, ordenadas por menor relación. Pero en el caso de Ayame, al menos para ella, era al revés. Con Tetsuya, aparte de Saito, era con quien más confianza tenía. Solo hasta hacía poco había empezado a hacer buenas migas cómplices con Momoka, por el tema de ser amigas con novio, y todo eso. Sin embargo, había cierta distancia fría, cierta separación que se había formado medio inconscientemente, medio conscientemente entre ellos, producto de lo que Ayame había descubierto allí en el Subconsciente de Tetsuya.

Ayame intentaba evitar pensar ello. Se le daba bien enterrar problemas serios en el fondo de su psique, ahogándolos, taponando la fuga hasta que reventase. De momento le iba bien... demasiado bien, ya que la pobre no había notado que Tetsuya también estaba incómodo alrededor suya, no solo ella cerca de él. "Estoy bien, sí... hemos tenido suerte, ja ja ja..." Por eso, sin darse cuenta de la incomodidad de Arashi al principio, ella fue a tomar su mano con naturalidad. Pero cuando le agarró la mano notó cierto tembleque en el chico, cosa muy rara porque él era tan fuerte o incluso más que Kitagawa-kun, Tetsuya no tendría ningún problema en levantarla. Ayame se quitó el cascocalabaza y le miró preocupada. "¿Y tú, estás bien? Tienes mala cara... ¿te has hecho daño?" entonces, el pánico asomó por su rostro. "¡No me digas que me he caído encima tuya o algo y te he hecho daño! ¿¡Debería llamar a Sumizome!?"

¿EH? ¿Tengo mala cara? - preguntaba preocupado mientras se la palpaba. - ¡No me he hecho daño, estoy bien, no te preocupes! Además... - comentaba echándose una mano al mentón. - Estamos en el mundo real, no deberíamos poder invocar a nuestras Personas. 

Miró entonces hacia el final del pasillo, las cadenas no paraban de sonar, ahora acompañadas de un escalofriante suspiro. - Menudos efectos especiales tienen aquí. - se le notaba relativamente satisfecho. Le gustaba pasar tensión y recibir sustos ¡no por otra cosa su género favorito era el terror! - A lo mejor los demás también oyen eso y están de camino. ¿Vamos Ayame-chan?

Lilie volvía al suelo; al parecer eso de caer de sitios era un estado natural de ella, por lo que rapidamente se levantó de un salto y limpiándose el vestido esta trató de otear el horizonte; lo que equivalía a entrecerrar los ojos, poner cara de estreñida y mirar hacia adelante tratando de ver algo...

-Mmmmmm... -Comento haciendo una referencia al mago de Oz- Totó, creo que no estamos en Kansas.

Cuando el muchacho le ofreció su espalda para el caballito, ella ya estaba tratando de subirse por su pantorrilla; por lo que el hecho de que se agachara, le ayudó bastante a subirse; y una vez arriba, señaló hacia el horizonte -ese que no logró ver un pijo- para decir.

-¡A la aventura!.

"Pero puedo invocarla ligeramente para curar ¿no te acuerdas? ¡Una vez lo hice!" exclamó todavía sosteniendo el casco-calabaza en sus manos. Escuchó, como él que sonaban cadenas por los pasillos. Ayame no estaba muy acostumbrada a las cosas terroríficas que no estuvieran por escrito en un libro, así que sosteniendo su calabaza con solo una mano apoyándola en su cadera, le preguntó a Tetsuya si podía pegarse un poco más a él. "V-vale, vamos, ¿puedo agarrarte el brazo? Esto es una casa del terror, ¿verdad? Se me va a caer la calabeza..." se permitió bromear.

Hacia tiempo que esperaba la feria de Halloween. Había comprado un traje muy bonito que combinaba perfectamente mi amor por las idols con el tema de Halloween, y no dudaba en presumir de él con una amplia sonrisa.

Con mi reciente noviazgo había comprado otro traje más atrevido de diablesa que había estado muy tentada a usar para lucirlo ante Tetsuya, pero al final no tuve el suficiente valor para usarlo por la escasez de tela del conjunto. 

No dejaba de mirar a todas partes encontrando en cada esquina algo interesante que hacer o una divertida actividad para ir más tarde con mis amigos. Al llegar al lugar acordado, vi los disfraces de mis amigos y les felicité por sus buenas elecciones.

- Chicos estáis genial, esos disfraces os quedan terroríficos... - entonces, mi mirada se quedó en la pequeña Lilie y mi vena de onne-chan salió de nuevo. Había llegado con ella y ya la había visto, pero estaba tan increíblemente adorable que no podía apartar mis manos de ella - ¡Lilie-chan! Pero qué adorable que estás, deja que Onee-chan te saque una foto - saqué el móvil y le saqué otras tropecientas fotos, después de que ya le hubiera sacado otras tantas en casa. Mi madre estaba encantada con la niña y nos había sacado otras cuantas fotos juntas.

Luego, me dediqué a sacar fotos a todos mientras jugaban, hasta que Tetsuya me trajo un pequeño peluche.

- Gracias - dije colorada negando con la cabeza - no importa que sea pequeño, me lo has regalado tu y por eso es especial - le dije dándole un beso en la mejilla.

Al entrar en la casa de miedo, me dirigía hacia delante con la intención de ponerme junto a Tetsuya y fingir asustarme para estar amorosa con él. Sin embargo, terminamos separados y me vi cayendo junto a Yuuta a otro lugar.

Iba algo deprimida caminando por la casa embrujada sin prestar mucha atención a nada. ¿Dónde había ido mi escenita romántica con Tetsuya a lo "chica asustada-chico protector"? 

Miré a Yuuta y le sonreí, no había hablado mucho con él hasta aquel entonces, salvo para comerme sus pasteles.

- Parece que hemos acabado cada uno por nuestro lado, ¿qué te parece si intentamos salir más rápido que ningún otro? Seguro que conseguir salir de la casa embrujada antes que ningún otro sin asustarnos - le reté divertida. 

Ayame y Tetusya continuaron por el pasillo. Parecía que era completamente recto, por lo que no tuvieron más elección que solo seguir hacia delante. A medida que avanzaban, el ruido generado por las cadenas

Llegaron a una habitación circular, allí había un montón de dibujos de payasos, espejos deformantes y luces bastante chocantes que habrían afectado muy negativamente a cualquier epiléptico.

Pero lo que llamó la atención a los dos chicos fue quien estaba produciendo el ruido de las cadenas, que no era ni más ni menos que...

Antes de que los chicos pudieran reaccionar, cayeron al suelo por dos disparos realizados por la criatura. Aún así, estando tan malheridos, lograron quedarse conscientes.

A medida que los chicos avanzaban, pudieron ver los golpes en las paredes, sin embargo no había signo de quien los había provocado ni quien podría haber sido. Lo que si encontraron fue una bifurcación, un camino llevaba a la izquierda y otro a la derecha, era momento de elegir.

A medida que los chicos avanzaban, pudieron ver lo macabra que era la estancia, llena de payasos macabros dibujados en la pared entre otras cosas grotescas, sin embargo no había signo de quien andaba caminando por allí. Lo que si encontraron fue una bifurcación, un camino llevaba a la izquierda y otro a la derecha.