Partida Rol por web

Con este panfleto, uno de tantos que empapela los tablones de misiones de las tabernas, comenzó la aventura. El país está en guerra y es tiempo en el que los héroes buscan la gloria en el frente. Pequeñas escaramuzas como esta, con las que antes los aventureros se ganaban el pan, pasan ahora desapercibidas. Quizás por ello la recompensa que las autoridades ofrecen es tan desorbitada en comparación a la tarea encomendada y a la capacidad económica de un pequeño pueblo como Holmet.

¿Acudir a la llamada de auxilio o combatir en la guerra? Los plebeyos siguen teniendo problemas y necesitando socorro, y siempre será más fácil doblegar a un vulgar ratero antes que a un soldado con entrenamiento o a un caballero con ansias de gloria... o uno de esos terribles magos que aniquilan pelotones enteros a base de bolas de fuego.

Y así fue cómo tomaste la ruta hacia las montañas. Tras una larga jornada de viaje, atravesando un ancho camino entre pinares que surcaba la falda de la montaña cuesta arriba, te plantaste en el pequeño pueblo de Holmet en solitario, con intención de ganar algo de dinero fácil.

Pero...

Pero nada más poner un pié en esa pequeña aldea de montaña te encontraste en pleno atardecer con calles vacías y silencio. Y unos minutos más tarde, ¡ZAS! Alguien te sorprende por detrás y te deja inconsciente.

Te despiertas ya avanzada la tarde con un fuerte dolor en la zona del cogote. Tus manos y tu cabeza están aprisionados en un cepo de madera con cierres de metal forjado. Las calles vacías, si se sigue tratando del mismo pueblo, están ahora bulliciosas. El cepo se aposenta sobre un podium rectangular de piedra, de unos 20'x50', rodeado de enanos y humanos expectantes.

Comparten sitio contigo sobre la tarima un martillo de piedra gigante, que alza su cabeza siete pies por encima del nivel del suelo; una pirámide de troncos a medio construir, de 10'x10' en su base; y una mesa de madera presidida por tres enanos.

La extraña pareja, formada por Parceo y Willemberg, callejea por la aldea sin que lleguen a darse cuenta de la presencia de Wilbur. Al cabo de unos minutos, el camino desemboca en una plaza alargada. Los pueblerinos forman una marea humana de espaldas a ti, de la que sobresale una escultura de piedra en el extremo opuesto de la plaza, con forma de cabeza de martillo.

Llegados a este punto, Parceo y Willemberg se despiden el uno del otro. El enano rodea la muchedumbre por la izquierda, el mediano se cuela entre las piernas de sus vecinos y se pierde de vista en el enjambre de hombres.

No sabia que habia hecho,ni que estaba pasando,solo que aquello deberia de tratarse de una maldita coña.
El cepo parecia bien ajustado a mi bonita cabeza y aquello era como lo diria una situacion bien "incomoda"..

MIre hacia el estrado donde parecian habian unos 3 enanos presidiendo mi ¿ejecucion??no fastidies..

Ejem sus señorias,esto...Creo que debe haber una pequeña equivocacion o s eles debio de traspapelar algo para que yo este aqui en esta posicion tan esto extraña.

¿A que se debe esta incomoda situacion??

- Vaya, parece que voy a asistir a un espectáculo interesante.

Wilbur observa a la gente de los alrededores y se detiene junto a algún anciano de aspecto apacible y aburrido. Le interpela del siguiente modo.

- Disculpe buen hombre, soy forastero y no conozco bien las costumbres y usos locales ¿Tendría la amabilidad de indicarme que es lo que se está desarrollando aquí?

¡Uy, que muchacho más majete! Tú eras el nieto de Orquídea, ¿verdad? ¿Cómo te llamabas...? ¡Timmy! ¡Eso es, Timmy! Puede que esté viejo, pero este oxidado cerebro mío sigue funcionando tan bien como... eh... tan bien como... eh... como una mula tirando de un arado. Ven aquí, Timmy, desde ahí atrás no verás bien el juicio...

El anciano tira de tu brazo y te introduce en la multitud, justo por detrás de una fila de enanos. Y claro, la altura de los enanos no dificulta en nada tu visión, y puedes ver el espectáculo con total claridad. Un corrillo de gente se agolpa al rededor de la plaza, ocupada por un gran podio de piedra rectangular, de unos veinte pies de ancho por cuarenta de largo.

En la zona más cercana a ti hay una pirámide de leños a medio terminar. Más allá hay un cepo en el que están atrapadas la cabeza y las manos de un elfo. Por lo poco que recuerdas, no parece que su cara sea la de uno de los bandidos que os asaltaron esta mañana.

El podio de piedra sigue más allá. El extremo opuesto está presidido por una mesa de madera a la que están sentados tres enanos.

Más allá una escultura en piedra tallada, una enorme columna que imita el mango, rematado en una coronación que simula la cabeza de un martillo erguido.

¡SILENCIO, ELFO!

¿Se ha despertado? Ya hemos leído el pliego de cargos, pero la pira aún no está lista, así que podríamos volver a leerla mientras tanto. ¿Y los papeles?

¡HIP! ¿Losh queee? Ah, shí, losh pap... ¡hip! Losh pap... ¡hip! El acta. Aquí eshtá.

Un enano se salta el corrillo con un montón de leña a la espalda, se coloca junto a la pira y empieza a aportar maderas con las que terminar su geometría.

Disculpen, señorías,-dice el leñador-no tardo nada en terminar con esto.

El enano que se sienta en el centro de los tres, de pelo y barba grises, hace un gesto con la mano dando su beneplácito para que el leñador siga su tarea. El enano de pelo blanco y parche en el ojo, visiblemente borracho, gira el papiro intentando que las letras se pongan derechas.

Ehrm... Holmet, shiete de juuuuun... juuuuun... ¡Hip! Ejem... Holmet, shiet...

El enano de su derecha le quita el papel de la mano. El tuerto aún se queda palpando el aire, buscando el pergamino que le ha desaparecido de las manos.

Holmet, siete de junio del año 681 de Xarxas. Por la presente se toma juicio: el pueblo contra un sujeto sin identificar. Forma el jurado el ilustrísimo Cléquetto, el ilustrísimo Vórtimer y el ilustrísimo Esvatt. Los cargos son, por la presente, los de: latrocinio, asalto con arma blanca, amenazas e injurias, alevosía, asociación con maleantes, delitos contra la libre circulación de las caravanas, usurpación de la identidad, violación del toque de queda e intento de pillaje.

El enano de pelo gris deja de leer para dirigirse al acusado.

Muchacho, has sido sorprendido por uno de nuestros aguerridos guardias mientras intentabas colarte en nuestra aldea, lo que se suma al resto de delitos cometidos por ti mientras hacías maldades con tu grupito de bandidos elfos. Aunque tu actitud y tus actos me producen la mayor de las repulsas, las leyes obligan a este tribunal a recordarte tus derechos: como un sujeto sin identificar, tienes derecho a decir tu nombre y hacerlo constar en acta; también tienes derecho a que tras tu ejecución se comunique tu muerte a tus familiares. Para eso deberás decirnos el nombre y dirección de algún pariente tuyo. Por supuesto, el tribunal se guarda el derecho a confiscar tus propiedades y las de tus familiares en concepto de indemnización por los daños causados. Ya que has recuperado la conciencia en medio del juicio, puedes ejercer tus cinco minutos reglamentarios de alegaciones, tras los cuales se procederá a tu ejecución por el procedimiento de quema en la hoguera. Dime, chico, ¿deseas decir tu nombre, identificar a tus familiares para que se les comunique tu muerte o presentar alegaciones?

Wilbur asiste al espectáculo guardando un respetuoso silencio.

Ejem ya puedo hablar???

En primer lugar mi nombre es Valthonis y si soy elfo.

Entre a la ciudad,por la puerta.Si me habeis registrado vereis que no llevo ningun objeto de ladron ni nada x el estilo,con lo que esperara poder robar a alguien.Tambien vereis que iva solo,con ningun grupito de maleantes.

Segun decis hay un grupo de ladrones elfos ,eso lo desconocia por eso iva por la calle como si nada ,no escondiendome como un vulgar ladron..

Ahora si fuerais atacado por un grupo de ladroens humanos,al priemr extranjero humano lo meteriais en este cepo al entrar a la ciudad no??

Porque simplemente se me acusa por ser extranjero,por no conocer una regla que solo concoen los que viven aqui y por elfo quizas??

No me direis que esto es normal....

Es curioso que menciones tus pertenencias, Valthonis. La lista de tus posesiones son...

El enano de pelo negro coge un papel y se pone a leer.

¡UN ESTOQUE! ¡UNA ARMADURA DE CUERO TACHONADO! ¡Y LA PROPIA ROPA QUE VISTE!

Dime, Valthonis, ¿cómo es que ibas tan ligero de equipaje? Un viajero suele llevar más que eso. Un petate para dormir, una mula para cargar sus cosas, raciones de comida para llenar el estómago, odre para calmar la sed... ¿Sabes quiénes van por aquí con un equipo tan liviano como el tuyo? Los que dejan sus otras posesiones en las casas de estas montañas. Si vas así de poco preparado, solo puede ser porque te dan cobijo los elfos que nos asaltan. Y si te dan cobijo es porque eres uno de ellos.

Se pone en pie y da un puñetazo en la mesa mientras que con la otra mano señala al leñador.

¡PARCEO! ¡NO TE PREOCUPES POR LA SIMETRÍA DE ESA PIRA! ¡ECHA TODOS TUS LEÑOS SIN MIRAR POR LA ARQUITECTURA DE CÓMO ESTÁN APILADOS! ¡QUE ARDA! ¡MÁS LEÑA PARA QUE ARDA!

-Si bueno no llevaba mucho encima ,mi idea era dormir en alguna posada,no todos los elfos dormimos al raso.

Quizas por eso llevaba poco equipaje.Y ademas que pruebas teneis de que alla sido yo uno de los bandidos,teneis testigos,evdiencias entre mis pertenecias alguna prueba ??O solo teneis el testigo de un guardia de que un elfo entraba al pueblo,porque si es asi pobre el proximo de mi raza que entre en la ciudad porque lo que le espera no es demasiado bonito...

Así que no dormiste al raso, ¿eh? Pues ya me dirás cómo hiciste si el camino hasta Holmet dura dos días de viaj... erhm...

El enano cae que subir la cuesta hasta el pueblo es un viaje que lleva dos días... solo para las piernas cortas de un enano. Recuerda comentarios de sus vecinos humanos recorriendo el mismo trayecto en un solo día, y decide cambiar su argumentación.

¡Y ADEMÁS...! ¿Tienes la desfachatez de pedir testigos? Asaltáis inesperadamente a la gente en el camino, y salís huyendo como ratas. Obviamente dudo que nadie pueda ser testigo fiable al ser víctima de un ataque tan traumático. Pero todos los testigos afirman lo mismo: los bandidos eran elfos. Pedir tanta precisión como para distinguir a un orejaspicudas de otro, cuando sois todos iguales, es una prerrogativa excesiva.

Nada, nada. Esto es un juicio, y la ley exige que seas tú el que demuestre su inocencia.*

Porque si no, ¿a santo de qué ibas tú a venir a un pueblo como este? ¿Tienes familia aquí? Lo dudo. ¿Vienes a comerciar? No traes mercancías. El Festival de Primavera ya pasó, así que no eres un turista. ¿Buscas trabajo de minero? Yo te veo demasiado escuálido como para trabajar en nuestras minas. ¿Qué otro interés te ha traído a la montaña que no sea el de robar? ¡PORQUE YO NO LO VEO!

-Si se fijan bien entre las pertenencias veran que llevaba armadura y estoque que son las armas de un aventurero ,no de un ladron ,venia por el trabajo de los panfletos,venia a capturar esos susodichos ladroens de quienes hablan..
-Dos dias y vos como sabeis desde donde venia que tardaba 2 dias en llegar??

Borateo llega a una plaza abarrotada para presenciar el final del juicio. El corro de pueblerinos, que se acrecienta cuando el batidor se suma a ellos, rodea una tarima de piedra que ocupa el centro de la plaza, coronada en uno de sus extremos por una enorme escultura en piedra, la de un martillo gigante alzado, que le guió hasta aquí. Una mesa con tres enanos presiden a pies del martillo al resto de la plataforma.

En el centro, un elfo atrapado en un cepo, y más allá una pirámide de troncos perfectamente rematado, y Parceo que se aleja de la leña que tanto trabajo le ha costado reunir, volviendo a mezclarse con el vulgo.

¿¡DE QUÉ PANFLETOS ESTÁS HABLANDO!? ES OTRA DE TUS MENTIRAS. ¿No llevas armas de ladrón? Lleváis tantas semanas asaltando a los comerciantes que habéis robado atuendos y equipo suficiente como para haceros pasar por cualquier gremio. ¡TU ARGUMENTO NO PRUEBA NADA!

El enano de barba gris se pone en pie y toma la palabra.

Calma... calma, Esvatt... ¡HABITANTES DE HOLMET! YO PUEDO EXPLICAR A QUÉ PANFLENTOS SE REFIERE EL ACUSADO! EN MI PODEROSA VIRTUD, CUMPLIENDO CON MIS DEBERES SAGRADOS DE PROTECCIÓN Y DEDICACIÓN, HE PUESTO RECOMPENSA POR LA CABEZA DE LOS TRUHANES QUE AMENAZAN CON LA PAZ DE NUESTRA ALDEA, Y ORDENÉ INFORMAR DE ESTA NUEVA EN LAS CIUDADES CERCANAS.

De nuevo toma asiento, pero continúa hablando.

Bien, el hecho está aclarado. Los cinco minutos de alegaciones ha concluido. Ahora procederemos a la votación, ya que los trámites del juicio deben cumplirse escrupulosamente. Se emitirán tres votos, de los cuales al menos dos de ellos deberán ser positivos para tu absolución, o al menos dos negativos para determinar tu culpabilidad de los hechos que se te imputaron. El tribunal se toma cinco minutos para revisar sus notas, los testimonios y las pruebas. Pido tanto al acusado, Valthonis, como al resto de los asistentes, paciencia.

 El batidor, asombrado por el alboroto en medio de la plaza contempla al elfo que está inmovilizado en el cepo, en tan poca digna postura. Sintiendo cierta curiosidad por el debenir de la situación, pero sin querer entrometerse, por encima de la media de estatura de la concurrencia logra divisar a Wilbur. Decide dirigirse hacia él.

 ¿Será este elfo larguirucho otro más de los bandidos? Seguro que lamenta el día en el que puso el pie en Holmet.

 Una vez a la altura del mago, le comenta.

 - Ya están instalados, he venido en busca de asistencia, por lo que he alcanzado a oír, el tipo ese de la barba creo que es a quien he venido a buscar, esperemos que termine el trabajo antes de preguntarle.- Mirando de nuevo al elfo, le pregunta a Wilbur.- Por cierto, ¿de qué va la cosa? ¿Es uno de los bandidos?

Wilbur, con la vista fija en los jueces, responde a Borateo sin mirarle.

- No lo se. Al parecer le pescaron merodeando por los alrededores de la aldea.
El afirma que vino por la misma razón que nosotros, lo cual suena un poco raro dado que llegó solo, y los jueces le acusan de ser uno de los elfos bandidos.

Probablemente solo sea un pobre idiota que quería dárselas de heroe, pero a la vista de la sarta de memeces que ha alegado en su defensa lo normal sería que lo empalasen en la puerta de la aldea y lo dejasen a merced de los cuervos como aviso a caminantes.

Al menos ya sabemos ante quien tenemos que presentarnos para darnos a conocer y poder empezar a hacer lo que hemos venido a hacer.

 El monteraz se cruza de brazos a la altura del pecho mientras escucha las palabras del arcanista. Pronto asiente levemente con la cabeza mostrando su parecer en relación a las palabras.

 - A ver como termina eso.

La conversación entre Wilbur y Borateo es interrumpida por el humano anciano que está al lado.

¡Silencio, jovenzuelos! ¡Qué no me dejáis oír! No quiero perderme el momento en el que el veredicto de culpabilidad sea emitido y la expresión de ese maldito elfo se constriña al aceptar su destino en la hoguera. Y si arder es demasiado poco castigo, que me lo dejen a mí, ¡qué lo destrozo a bastonazos!

Muy bien, procedemos a formular los votos de la mesa...

Mi voto es culpable. ¡CULPABLE Y MIL VECES CULPABLE!

¿Qué? ¡Hip! ¿Ya tenemosh que viotar? ¡Hip! ¡Hip! Cul... No, eshpera... ¿Cómo she dishe cuando... ¡hip!... uno esh reshponshable del delito que she le imputa?

Culpable.

Shi, esho. Mi voto esh eshe, inoshente. ¡Hip!

De los tres enanos, el de barba negra se lleva la palma de la mano a la frente, resignado, y el de la barba gris se queda un poco perplejo. Parece ser que no es la primera vez que el enano de barba blanca y parche en el ojo hace una de las suyas por culpa del alcohol.

Bien, parece que mi voto será decisivo. De mí depende que este joven salve la vida o arda en los infiernos. Veamos... Tengo que decir que como responsable de los carteles de recompensa, no puedo permitir que nadie muera injustamente por el mero hecho de venir a Holmet a prestar su ayuda... Me sentiría eternamente culpable de tener esa muerte sobre mi conciencia. Dicho esto, que el acusado conozca la existencia de esos carteles no prueba su inocencia. Lo que quiero decir es... Puedo imaginarme que uno de los bandidos viajó a las llanuras a por provisiones para los suyos y fortuitamente vió mi petición de auxilio en la taberna.... Y que con esta información hayan previsto una infiltración en nuestro pueblo, con uno de ellos haciéndose pasar por nuestro salvador. Ante esos escenarios, el acusado Valthonis puede ser tanto una inestimable ayuda como un peligro latente. Y ante la posibilidad de que sea un espía que amenaza con la vida de los estimados vecinos de mi aldea, no puedo correr ningún riesgo: ¡MI VOTO ES CULPABLE! Y asumo vivir atormentado por la duda el resto de mis días, si es que me equivoco, con tal de garantizar la seguridad de Holmet.

¡Atención! ¡Constará así en acta! Que con dos votos de culpabilidad y uno de inocencia, el elfo Valthonis será condenado a la hoguera.

El gentío aplaude. La plebe, en su ignorancia, confía en la sabiduría de sus gobernantes para dirimir estos asuntos. El resultado de este juicio, como el de cualquier otro tiene total respaldo de los aldeanos.

¡Yuuujujuju! ¿Lo has oído, Timmy?-dice el viejo cogiendo de la manga a Wilbur-¡Culpable! Ahora solo falta pasar el trámite de Indulgencia, y ese asqueroso elfo se consumirá en llamas. No podría ser de otro modo. Oh, tú eres demasiado joven, Jimmy, y tal vez no sepas que es la Indulgencia. Tras una declaración de culpabilidad como esta, los aldeanos que no hayan intervenido en el juicio pueden pedir clemencia para el acusado. Pero eso no va a pasar. No, señor. Esos elfos ya han causado los suficientes problemas a Holmet como para que les mostremos nuestra compasión.

 Borateo contempla la escena, sorpendido ante lo que ha visto. ¡Por todos los dioses! Estos enanos están majaras. Pero finalmente parece que todo va concluyendo.

 - Bueno ahora podremos ir a ver a ese enano y pueda tratar las heridas de Nugruk y Valandil y de paso darnos más detalles con respecto al trabajo.