Partida Rol por web

¿Es esa tu primera pregunta? Jajaja... Espera a que tire los dados y vuelve a preguntar.

Borateo comprueba el dinero. Su bolsa de oro no está. No importa mucho, solo llevaba dos monedas de oro. Se había asegurado de guardar otras dos en los bolsillos de su ropa. Qué miseria... Menos mal que los gastos en la posada están pagados.

Las tabas pueden estar sobre la mesa en tres posiciones:

De lado, a lo que llamamos koth.

Con la barriga, este lado curvo, en contacto con la mesa, a lo que llamamos gath.

Con la barriga mirando hacia arriba, a lo que llamamos rith.

Metemos tres runas en el cubilete. Quién hace la tirada recibe el nombre de ko-ga-rith, título que se van turnando los jugadores de la mesa tras cada tirada.

El ko-ga-rith agita el cubilete y lo coloca boca a bajo sobre la mesa. Después grita una de las tres posiciones, koth, rith... la que más rabia le de. Y destapa el cubilete.

En ese momento, los jugadores deben de coger las tabas que estén en la posición gritada por el ko-ga-rith. Se deben coger con una sola mano, porque sino el ko-ga-rith estaría en desventaja: tendría una de las manos ocupada levantando el cubilete. Como ves, los dados son un juego de azar, pero las tabas son un juego de rapidez de mente y de dedos ágiles.

Puede haber tres circunstancias:

Que ninguna de las tres tabas esté en esa posición. La jugada queda vacía y el cubilete pasa al próximo ko-ga-rith.

Que varios jugadores obtengan una única taba que haya indicado el ko-ga-rith. Entonces se declaran tablas, y el ko-ga-rith repite la tirada.

Que un jugador obtenga más tabas ganadoras que el resto. Entonces el ganador se lleva la taba y la deja en su lado de la mesa, en la posición en la que la cogió.

La partida termina cuando un jugador logra acumular un koth, un gath y un rith en su lado de la mesa. Ese es el que se lleva el dinero. ¿Alguna pregunta?

Wilbur paga sus compras y, al acabar, justo cuando salen del comercio, comenta para si mismo en tono preocupado:

- Vaya, esto de separar la arena por colores me va a llevar toda la tarde, me temo que no voy a poder buscar ese musgo fosforescente...

De pronto parece reparar en Valandil y le comenta:

- Oye Valandil ¿Tu tienes algo en que ocupar la tarde? Lo pregunto porque sería de gran ayuda, tanto para mi como para el grupo en general, si pudieses ocuparte de una de las dos cosas: separar la arena y tratar de que Sara cosa unos bolsillos al saquito este o buscar ese maldito musgo fosforescente por todo Holmet.

 El pelirrojo sigue la explicación atento, con una mano mesandose la poblada barba, y sus ojos verdes puestas en las tres piezas. Finalmente asiente.

 - Vale, lo tengo.

 Dice a la vez que se desaprocha las cinchas de la armadura para dar más libertad de movimiento al brazo derecho.

 - Venga adelante, tú primero, Ko-ga-rith.- Dice con expresión desafiante, con una sonrisa lobuna en los labios.

Con gran habilidad, el jugador agita el cubilete, lo estampa sobre la mesa y lo arrastra por la superficie para que no sepas cuando ni dónde liberará su contenido.

¡¡¡GATH!!!

Destapa con una mano. Dos rith, un gath. La otra mano del negro se adelanta magistralmente a Borateo y la coge sin problemas.

Jajaja... No está mal... Eres hábil con las manos. Pero en este juego, el que hace de ko-ga-rith tiene todas las de ganar.

Tu turno. Ahora eres el ko-ga-rith, procura no desperdiciar esa ventaja.

Acerca un cubilete y tres tabas a Borateo, y coloca la taba marcando gath en su lado de la mesa.

Y así termina la función, con Borateo, Valandil y Wilbur paseando por el pueblecito, y la otra mitad del grupo en la posada.

Nugruk sube a la planta de arriba, diciendo que quiere revisar que estén todas sus cosas. La posada se queda tétricamente vacía sin el enorme cuerpo del bárbaro abultando.

Unas gachas... y vino.

Las breves órdenes dadas por Valthonis sirven para alejar a la posadera y recluirla en la cocina, preparando un nuevo plato.

El elfo avanza desde la puerta y toma asiento justo en frente de Roger de Valverde, mirándole fijamente... Ahora están los dos solos.

 Borateo, lanza su mano veloz hacia el contenido del cubilete para ir en busca de la única gath que hay... para encontrarse con que no hay nada. La taba ya está enpequeñecida en el enorme puño del guardia.

 - Eres hábil... pero ya verás que pasa cunado haya calentado un poco.

Dice con tono desafiante tomando la el recipiente con las tres tabas y empezando a sacudirlas. De repente sin aaviso previo estaampa el cubilete en la mesa para decir rith.

 -  ko-ga-RITH.

 En la mesa aparecieron dos tabas rith y una garth.

¿Musgo fosforescente...? veamos, que tipo de musgos son esos y en qué hábitat se desarrollan.. responde Valandil intentando recordar si alguna vez se encontró algo así en sus paseos por el campo.

Y para hacer arenas de colores ¿no podrías localizar mejor una piedra abrasiva y reducir algúnos minerales blandos de los colores que precisas a polvo por ti mismo? ¿o usar tinte? te lo comento porque eso parece no mas que tiza teñida y eso llevaría menos trabajo

- Bah, déjate, que ya acabé bastante harto de minerales en la mina, estos me valdrán y además probablemente me van a durar bastante. Lo del musgo es más complicado, es un musgo fosforescente, no se nada de botánica pero no debe de ser demasiado extraño, yo al menos lo he podido localizar en herbolarios más de una vez.

A unas malas también me valdría alguna luciérnaga, pero es preferible el musgo.

Dos rith, como mínimo puedo forzar tablas...

Se lanza a por las tabas que han caído de lado. Borateo se le adelanta y coge una. A la otra van los dos a la vez. Sus manos chocan y la taba sale disparada hasta caer por el borde de la mesa.

¡Oh, maldita sea!

Tu tienes taba rith y yo no, el punto es tuyo.

El hombre coloca con fuerza una taba en el lado de Borateo.

Ahora yo vuelvo a ser ko-ga-rith. ¡Trae aquí!

Le arrebata el cubilete y hecha tres tabas. A penas dedica tiempo a agitar el cubilete y tirar las tabas.

¡¡¡RITH!!!

Dos koth, un rith.

 Borateo no pudo reprimir una sonrisa entre sus densa barba al lograr vencer al negro.
 Bien, ahora ya puedo ir por Koth.

 Estaba con esos pensamientos cuando le sorprendió por unos instantes el desconocido, entonces las tabas se encontraban en la mesa, y como un relámpago, el pelirrojo lanzo su mano disparada contra la única rith que había salido ese lanzamiento. La mano del desconocido encontraron el aire donde instantes antes estaba la pieza.

 - Caray, si que te has distraido ahora.- Toma le cubilete y las tabas y las sacude mirando fijamente al negro, viendo su mirada posada en sus manos sacudir el cubilete.

 De repente el joven estampó el cubilete en la mesa y tras dibujar una ese en la mesa lo abrió para decir.

 - ¡Ko-ga-rith! ¡Koth!

 Otra vez el joven pelirrojo se lanzó a cazar la pieza, que por fortuna había salido koth.

El hombre refunfuñó. Borateo ya tenía koth y rith, mientras que él solo había conseguido gath.

Bueno, aún puedo remontar... Solo has tenido la suerte del principiante...

Hizo otra tirada de tabas.

¡¡¡RITH!!!

Oh, no, dos rith, tengo que coger las dos rápido...

Lanzó la mano.

 El rostro rudo de Borateo se muestra concentrado en el cubilete y las manos del desconocido. Manteniendo bajo control la fugaz euforia que sentía ante las jugadas libradas.

 Tengo que quitarle las piezas para ganar tiempo, ya que no dirá gath.

 De nuevo, sus manos se movieron con espectacular velocidad por encima de la mesa, tomando las piezas antes incluso de que el guardia fuera en su busca.

 Serenamente, sin asomo de sonrisa tomó el cubilete, mirando al nego mientras sacude el cubilete piensa la pieza que tiene que tomar, como si por pensarlo esta se materializaría... gath, gath, gath...

 - Gath!

 Desafortunadamente, no había ninguna en taba en la mesa. Con un enarcamiento de la ceja, cedió el cubilete al guardia.

 - Tu turno... Ko-ga-rith.

La suerte no está de tu mano, amigo. ¿Pero para qué quieres suerte teniendo esos reflejos?

Han salido muchas Rith en la última tirada, mejor lo intento con...

¡¡¡KOTH!!!

Gritó agitando la mano hacia una de las piezas, emocionado.

 Rió entre dientes.

 - Bueno de reflejos los justos... pero supongo que no voy mal si sigo vivo con la vida de aventurero...

 Entonces el guardia lanza las tabas y pronuncia, como no, una de las tabas que le falta. Borateo, mostrando que era algo más de suerte lo que tenía, lanza raudo su mano de dedos gruesos a por la taba antes de que el negro reaccione. Cuando el guardia mira el rostro del pelirrojo, ve como este muestra los dientes en una muda sinrisa y alza un par de veces seguidas las cejas.

 Luego le tiende la mano para tomar el cubilete, sacudir las tabas y la esperanza de que esta vez salga la taba que precisa...

 - ¡Gath!

 Allí estaba la única de las tres, era el momento de poder formular la primera pregunta.

¡OH, MALDICIÓN...!

Soy un patán, me has ganado con mucha diferencia...

Mira su triste gath, mientras que Borateo ha logrado reunir las tres. Luego tiende su enorme mano para estrechar la tuya.

Mi nombre es Guzmán, guardaespaldas del alcalde.

Olvídate de una pregunta por partida, Borateo. Se te da tan bien este juego que creo que no podría derrotarte nunca.

Cuando parece que no va a seguir apostando su información contra ti, dejándote sin sus respuestas, Guzmán sonríe.

Haz todas las preguntas que quieras, te lo has ganado a pulso. Yo no soy muy listo, y no sabré si podré serte de ayuda, pero haré lo que pueda.

 Borateo estrecha la enorme mano de Guzmán.

 - Pues saludos Guzmán, gracias. Gracias por mostrarme el juego, por darme tú nombre y por brindarte a responderme las preguntas.- El joven saca su odre, da un trago y se lo acerca a Guzmán por si le apetece algo de agua fresca.

 Reclinándose contra la barandilla comenta.

 - Así que eres Guzmán el guardaespaldas del alcalde. ¿Y cómo es que las guardas estando tan lejos de él? Antes hablé con Cléquetto y no te vi por los alrededores. ¿Está ahora en casa?