Partida Rol por web

-Uyy uy... pero.... señores.... por favor, bajen la voz -La blanca tez del halfling empieza a adquirir un tono rojizo en la parte de sus mejillas y pómulos. -Pero entonces, hay elfas en este pueblo? -Pregunta con cara de sorpresa el mediano.

Allá en las montañas, le habían dicho que los elfos eran enemigos, y al ver que habrían elfos en la villa, quizá le habrian mentido -Porque me agradaría conocerla, asi no sea...... bueno, una de aquellas muchachas de la vida fácil.

Era claro que sus pensamientos ahora se fijaban en desmantelar esa secta diabolica, pero no se desentendía por completo de lo que había venido a hacer al pueblo, ni de su misión actual para descubrir la verdad sobre la rebelión de los elfos y enanos en las montañas y de que tan cierto era lo que ellos decian.

Lott hizo un gesto de desaprobación, discreto, eso si, pero de desaprobación ante el rumbo que había tomado la conversación. Todas aquellas insinuaciones sobre mujeres de vida promiscua, no agradaron al clérigo. Cruzó los brazos frente a su poderoso pecho, y meneó la cabeza de un lado al otro mientras la conversación se desarrollo.

En cuanto Alton preguntó por la elfa del pueblo, la curiosidad de Lott surgió como un animal de su madriguera. Y por su cabeza pasaron los mismos pensamientos que los de Alton. ¿Les habrían engañado en las montañas, o eran estos rufianes los que no les contaban toda la verdad?

- Mejor olvidamos lo de las prostitutas… Intervino finalmente Lott, que miró a Alton en busca de que este retornara a la sensatez.

Ni Lott ni Gregor estaban a gusto con los carices que estaba tomando la conversación, pero a Dack y Francis, que eran más golfos, les dió alas.

La que vimos nosotros, para puta valía. Tenía buen material.

Sí, buen material-confirmó a su compañero.

Pero es la única que hemos visto.

Es que nosotros no somos de aquí, ¿sabéis? Cada año por estas fechas un destacamento tiene que venir a recoger los impuestos y llevarlos a la capital. Es una misión muy solicitada, se presentan muchos voluntarios.

Como pagan un par de monedas extra...

Bueno, algo más de un par. Da para pasar mucho tiempo en los prostíbulos.

Por esta época están abarrotados.

Sí, los prostíbulos siempre se llenan si hay mucha gente con dinero.

Los soldados somos frecuentes tras la recaudación, por lo menos los que somos seleccionados para ir con el recaudador. También hay gente al final de la temporada de trashumancia, cuando los pastores de todo el país vienen a vender sus ovejas a Pínzpitier.

Un enano entra en la posada. Barba blanca y parche en el ojo, y con una armadura dorada en comparación al cual su barba parece más clara y su parche llama más la atención.

Es una época difícil para ir de putas. Están llenas de garrapatas. A ellas se las pasa el pastor y al pastor se las pasa la oveja. Jojojojo...

De verdad, no te reconozco, Francis. ¿Desde cuando eres tan melindroso? Nunca te oí protestar ni por pulgas ni por garrapatas. Ni por erupciones extrañas. Porque cuando compartimos a esa guarra del Tiflin Pin quedé asustado. Tenías la verga de un color muy extraño. Pensé que se te caería a trozos y se iba a quedar en la boca de Úrsula. Jajajaja...

El enano llega hasta la mesa, y al oír la conversación se santigua escandalizado.

Si llega a pasar se habría muerto atragantada. Jojojojo... Me la puso bien gordota.

Cof... cof... Buenas tardes. Como habíamos acordado, vengo a atender las necesidades de Roger.

El enano se dirige a Gregor, que tiene cara de que la conversación de sus subordinados le produce gran hastío, pero en seguida lanza una mirada inquisidora a Orodreth en la otra mesa, y justo después a Lott y Alton.

El Mediano conocía al clérigo y su disgusto ante los gustos ajenos -Pero si esta vez no lo hago por las mujeres, simplemente para serciorarme de..... Quería decirle al clérigo eso, pero no podía con los presentes.

Ese Aguafistas, si en realidad estuviera pensando en mis placeres carnales quizá estaría enfadado con él, en cambio Drassil.... nohh él era un pelmazo!! -De repente se dio cuenta que era el único del grupo 'original' que tenía aquellos gustos por las mujeres.

Echa a reir tras escuchar la anécdota de la guerra del tiflin pin, pero inmediatamente se percata de la presencia de un Enano anciano que se dirige a la mesa, con un solo movimiento se incorpora y hace una venia saludando al Enano. -Mucho gusto ser....??, mi Nombre es Buenbarril, Alton Buenbarril y estoy aquí en servicio de Heirineus y su justa causa, y ahora que he hablado con Ser Gregor, parece que estoy al servicio de ellos también!!, al menos les echaré una mano con un asuntico que los atormenta, y de paso me atormenta a mi también!!!, Si gusta sentarse, oh buen señor, podría cederle mi butaco, que no es muy cómodo para mis pequeñas piernas!!

Heironeous no es un mal dios al que ofrecer la espada y la vida. Mi nombre es Vórtimer, y soy párroco de Moradin aquí en Holmet.

El enano tira de la cadena que rodea su cuello para alzar de detrás de su armadura un colgante con un martillo.

Yo...

Gregor finge que tose para que el anciano no se alargue con conversaciones menores y atienda lo que le toca. El enano, tras refunfuñar por la interrupción de Gregor, pone la mano en el hombro de John y empieza a rezar, pero el enmascarado no hace ningún movimiento.

En la mesa de al lado, Orodreth se atraganta y tose nervioso. Un trozo de carne sale de su boca y rueda por la mesa mientras lleva su mano a un vaso de vino. Todos se le quedan mirando.

Listo. Supongo que ese soldado tuyo también requiere de mis habilidades, ¿cierto?

Gregor asiente con una sonrisa de satisfacción. Dack lo confirma y se levanta presto para recibir algo de magia curativa que le saque de su precario estado. Vórtimer sana sus heridas con una curación.

Gente de Heironeous, espero que sepáis en dónde os estáis metiendo. Las cosas pintan mal para este pueblo, y no puedo evitar pensar que vosotros sois solo dos víctimas más que sumar a la cuenta.

Por cierto...-susurra-¿Y ese elfo?

Lott se sintió aliviado de dejar de lado el tema de las prostitutas. No era algo a lo que estuviera acostumbrado a hablar. Así que agradeció que entrara en escena el enano clérigo. Lo agradeció hasta que preguntó por la presencia del elfo.

- Es… un compañero de viaje… El clérigo intentó esquivar la mentira tan bien como pudo, pero se sentía incómodo ante la sola idea. – Nuestro sirviente. Una punzada de culpabilidad le atravesó el pecho. Lott se removió inquieto en su lugar.

- ¿Qué ha querido decir con que somos solo dos víctimas más? Cambió de tema con tanta rapidez como fue capaz.

Ni siquiera estoy seguro de lo que quería decir... La gente está muriendo por puñados en este pueblo, y eso es un mal augurio, ¿no? Malísimo augurio. Hubo una explosión en la mina. Dieciocho muertos. Otro hombre más murió en esta posada. Hay uno que quedó tetraplégico al despeñarse montaña abajo. Es como si los dioses nos hubiesen abandonado. Y para decirlo yo, que soy clérigo...

Todos estos incidentes empezaron a suceder cuando Borateo y Wilbur llegaron. Y han tratado por todos los medios de encubrir los sucesos de la mina. Los muy malandrines están esparciendo un rumor sobre la mina encantada...

...maldita-corrigió.

Algo sobre unos fantasmas...

...zombis-volvió a corregir.

Sea pues. Pero yo vi lo que vi. Me pasé por los alrededores de la mina y ya había construido un parapeto defensivo. Y un orco enorme estaba vigilando la entrada. Por seguridad no me quedé a que me cortaran la cabeza, podría no estar ahora sobre mis hombros.

- Si esos dos hombres que mencionas son seguidores de un maligno dios, ten por seguro que serán ajusticiados por mi espada. Interrumpió la conversación con convencida voz. – Y si controlan con su voluntad seres levantados de sus tumbas, con mayor ahínco les daremos caza y haremos justicia sobre sus cabezas. Tras decir esto, volvió a sentarse en su sitio, pues el hombretón se había levantado impetuosamente de su silla.

Una vez se hubo calmado, continuó hablando.

- En cuanto hayamos… Vaciló un instante. - …Descansado, iremos en busca de ese Lyranden. Esperaba que Lyranden les proporcionara información sobre los dos adoradores de Orcus.

Mientras esperaba a que sus compañeros acabaran de comer, Lott jugueteaba distraídamente con la comida, ansioso por ponerse en marcha.

El párroco Vórtimer se despide y deja la posada. El posadero cojo guía tras la comida a los tres aventureros hasta la parte de atrás, junto a las caballerizas. Llega hasta vosotros un ligero olor a estiercol, pero soportable. No como las moscas, que revolotean ruidosas de aquí para allá, con su zumbido desquiciante.

En cambio, también hay cosas positivas... Tres enormes tinas metálicas, del tamaño de un hombre, esperan con agua limpia a los viajeros. También una mujer hermosa. No era joven ni de grandes pechos, rondaba ya los treinta y cinco, pero a pesar de las arrugas que empezaban a abrirse paso en su rostro, poseía una belleza sencilla y sin artificios.

Buenos días. Mi nombre es Sara Cónnick, sean bienvenidos.

El posadero frunce el ceño.

Lott se removió algo inquieto en su sitio, Casi hubiera preferido que el mediano hablara primero, se le daban mejor las mujeres que  a él.

- Gracias por la bienvenida, y por preparar nuestro baño. Se aventuró a decir el clérigo con una ligera reverencia.
Lott no sabía que pensar, no sabía como reaccionaría su “nuevo” cuerpo al jabón, ni como olería después de tantas jornadas encerrado dentro la cota de malla. Suponía que pronto lo averiguaría, y esperaban que no fuera tan desagradable como se esperaba.

- ¿Tendría la amabilidad de proporcionarnos toallas y una muda limpia mientras lavamos nuestras ropas? Preguntó con tanta amabilidad y cortesía que parecía que se dirigía una noble señora de la corte.

Por supuesto, señor-dice sonriente a Lott.

Cuando la mujer cruza el umbral de la puerta para entrar en la posada, el cojo le sujeta del brazo y tira de ella para que se apresure.

¿Se puede saber qué estás haciendo?

Quita, aún me duele el brazo...

Los susurros se apagan cuando el cojo cierra la puerta impidiendo escuchar el resto de la conversación. Este momento de soledad es el que Orodreth esperaba para hablar.

Al fin se han ido. Escuchad: reconocí el conjuro que el cura lanzó a John. Es un hechizo para conservar un cadáver. Yo creo que John está tan quieto y callado porque está muerto. Y lo han vestido y sentado macabramente a la mesa.

Lott siguió con mirada a la mujer, y escuchó accidentalmente la conversación que tenía con el posadero en el umbral de la puerta. Estuvo a punto de avanzarse a ayudar aquella mujer cuando las palabras de Orodreth lo retuvieron allí.

- ¿Cómo dices amigo? El rostro de Lott no pudo evitar contraerse en una mueca de incredulidad. - ¿Y que puede significar eso?¿Porque nadie querría hacer una cosa así? El clérigo intentaba encontrar una explicación par aquel extraño comportamiento.

- ¿Acaso podemos fiarnos de estos tipos? Preguntó a sus compañeros en voz alta. - Lo mejor será salir de aquí cuanto antes… Meditó un instante. – O también podemos preguntar a que se debía esa pantomima del cadáver a la mesa, y exigir explicaciones por un comportamiento tan poco adecuado. El corazón del joven clérigo se inflamaba de sed de justicia, mientras su rostro se endurecía.

-Estás seguro Orodeth?? -Dice el mediano, mientras se desnudaba y entraba a la enorme tina que era una piscina para él, empezaba a lavarse el pelo y restregarse el cuerpo con sus uñas, limpiando su cuerpo lo mejor que podía, al igual que su compañero, temía que se quitara la armadura y dejara salir el purulento olor a muerto!!

-De ser así, alguna razón tendrán, y no será una buena razón, me pregunto si tendrán algo que ver con ese culto de Orcus, aunque no tendría sentido que nos contrataran para ello, pero aunque no se ppueda confiar en ellos, si existe un culto de ese principe demonio, debemos detenerlo; luego ya podremos pensar e investigarlos a ellos.

Definitivamente no sería muy buena idea irrumpir pidiendo explicaciones Lott, la prudencia hace verdaderos sabios, saber cuando atacar y cuando callar, te servirá para pelear otro día!!!, por ahora me queda sonando en la cabeza la mina a la que hacen referencia, el tal Borateo y Wilbur.... Escoria!!!.

Pienso que debemos buscar a Lyrander a ver que nos puede comentar, luego, dependiendo de lo que nos diga, trazar un plan de ataque contra ese culto!!

El clérigo escuchó las consideraciones y observaciones de Alton. Como siempre era un hombre astuto y prudente, y no le hervía la sangre con tanta facilidad como a Lott. Sin duda formaban una equilibrada pareja.

- Tal vez tengas razón amigo… No sería prudente… Añadió aun meditabundo, mientras se empezaba a despojar de la cota de mallas, dispuesto a tomarse el baño. – Aun así, será mejor que no nos fiemos del todo de esa gente. Es probable que no nos cuenten toda la verdad con respecto al culto de Orcus… Tal vez nos estén ocultando cosas… El ceño fruncido de Lott, reflejaba que aun le estaría dando vueltas al asunto durante un buen rato.

-Amigo mio, no hay que fiarse de NADIE!!, a decr verdad, no confío en nadie en esta villa, nadie en las montañas y nadie que vayamos a conocer en las próximas semanas, pero hay que estar atentos, con los ojos abiertos, es lo que le aprendí a Lynn, sabia ella; oh si estuviera con nosotros!! seguro sabría que hacer.......
El posadero, es una rata, si te fijas bien, es probable que maltrate o incluso haga cosas peores a la pobre muchcacha que nos atiende, si viste su expresión??.... pero si intentamos eliminar todo el mal que pulula en este cruel mundo, no nos alcanzaría la longevidad de un dios para lograrlo!!, lo que se debe hacer, es escoger el mayor de los males y exterminarlo, eso me han enseñado los sacerdotes mas ancianos del monasterio del que provengo, sabios ellos también; si estuvieran aquí........

Alton sumerge su cabeza completamente en la tina y se queda unos instántes bajo el agua, aguantando la respiración, al salir suelta una bocanada de aire y respira profundamente -..,Pero ninguno de ellos está aquí, solo somos los tres, y solo en ustedes confío, un presentimiento negro empieza a invadir mi corazón y a carcomérselo poco a poco, solo manteniéndonos unidos podremos hacer la voluntad del Invencible!!

Esperemos a la mañana, para ir al barracón en el oeste de la ciudad, en búsqueda del semielfo.....

Dioses, si los peores males pudiera exterminar, escogería esta maldita suciedad y la exterminaría de mi cabello; como sufre el pobre ante el polvo, ha perdido su brillo.... ohhh Invencible, mándame un cepillo y algunos aceites aromáticos, o temo que la loicura se apoderará de mi antes del alba....

Todos tienen su merecido baño. Lott contempla turbado cómo grandes tiras de piel muerta se desprenden de su cuerpo y quedan flotando en la tina. Al terminar, la vuelca para el agua mezcle la piel y la tierra, escondiendo la primera en la segunda.

Unos toques en la puerta anuncian que hay alguien tras ella, pero cuando Orodreth va a abrir solo encuentra unas toallas y unas mudas en el suelo. Seguramente Sara prefirió el recato y no ver a sus clientes desnudos.

Tras vestirse y colocarse las armaduras, todos salvo el humilde sirviente Orodreth que no tiene una, cruzan la planta baja de la posada. John el silencioso sigue allí, en su silla. También Francis, que les lanza un informal saludo. No están ni Dack ni Gregor, pero si otros dos hombres, bebiendo y holgazaneando con Francis y John.

Después viene el incómodo paseo por Holmet. Enanos y humanos, que parece ser lo que más abunda por aquí, se giran groseramente para ver con curiosidad y recelo al grupo de extranjeros. O tal vez no sea el grupo lo que llame la atención, sino el elfo Orodreth. A medida que avanzan hacia la parte oeste de la ciudad, hay menos gente por la calle, hasta hacer el paseo solitario. Los pasos también les alejan del caserón de tres plantas, y de la escultura de piedra que representa un martillo erguido.

Al fin reconocen un edificio con aspecto de barracón grande. Dispone de ventanucos pequeños y a gran altura, tal vez a ocho pies del suelo. Bordean el edificio hasta localizar la única puerta del edificio. La cuestión es, ¿cual será el siguiente paso?

El impetuoso Lott estuvo a punto de anunciarse a voces en aquel lugar. Como servidor de Heirouneous, le agradaba de pregonar su presencia para que los fieles supieran que la justicia del dios estaba cerca, pero esta vez refrenó  su ímpetu.

- Tal vez sería bueno que hables tu primero… Dijo lanzando una mirada a Alton, para luego desviarla hacia sus manos, en un claro gesto de mostrar lo descarnadas de estas. Aunque, por suerte, había tenido la precaución de enguantárselas.
- No es ningún misterio que de los tres, tú eres el que más don de lengua tienes… Sonrió amigablemente.

El clérigo dio unos pasos decididos, y se colocó frente a la puerta, dispuesto a llamar con energía golpeando la madera. 

- ¿Llamo? Preguntó a sus compañeros, pecando esta vez de cauteloso.

Antes de que el mediano pueda decidirse a llamar, se escuchan varios ruidos de una calle contigua. Como si alguien arrastrara o empujara algo pesado, a costa de hacer mucho esfuerzo.

En ese momento la puerta del barracón se entreabre. Tras la hoja de la puerta se asoma una adorable carita, la de una pequeña niñita humana. Está quieta, temerosa. Es una niña ante unos desconocidos. O tal vez no sea eso. Tal vez Borateo o Wilbur la estén amenazando con el filo de una daga en la parte del cuerpo que queda tras la puerta, oculta a vuestros ojos.

¿Síiiii?

Es una extraña pregunta, propia de cuando alguien llama a la puerta, pero ninguno de los que están fuera golpearon la puerta solicitando entrar.