Partida Rol por web

Sichen pasa de largo el yunque del centro de la plaza. Sobre él, la comadreja no es más que un largo bulto de pelos. Irreconocible. Al otro lado de la plaza estaba lo que el hombre dijo que habría. La estructura de piedra está presidida por una gran puerta. Unas anchas bisagras de metal negro le dan un aspecto inexpugnable a la madera.

La marca roja recorre la puerta del extremo superior izquierdo al inferior derecho, y del extremo superior derecho al inferior izquierdo, formando una gran equis.

El gnomo intenta girar el pomo y comprueba que está cerrada.

sin pensárselo dos veces, sichen rebusca en su mochila unas ganzúas y trata de abrir la puerta. Prácticamente ya no se daba cuenta de que tenía cosas que comprar ni que había un montón de gente mirando, tan solo quería entrar y eso era lo que pretendía hacer.

Si ya cuando Sichen manoseó el pomo, la gente se estremeció, cuando las ganzúas fuerzan la cerradura y la pesada hoja de madera se abre hacia el interior de la iglesia, cada campesino de la plaza dió al menos tres pasos hacia atrás. Si había algo peligroso y mortal en la iglesia... si los rumores habían acertado... Sichen acababa de liberar un mal que estaba atrapado.

El sol estaba alto y la luz caía perpendicular. Aún con la puerta abierta, la caseta circular de piedra seguía por dentro oscuro como la boca del lobo. Ni los ojos de Sichen vislumbraban nada entre las tenebrosas sombras.

Entornando los ojos por instinto, saco la lanza y convoco unas llamativas llamas de color cobrizo con la forma de grandes mariposas.

Las luces ténues y fantasmagóricas revoloteaban alrededor del gnomo, haciendo que la gente congregada en la plaza retrocediera un poco más por el miedo. Es la exhibición de poder mágico lo que les produce ese recelo. Los pobres catetos de montaña no ven demostraciones mágicas muy amenudo, pero son conscientes de que en el mundo hay fenómenos arcanos difíciles de comprender... y peligrosos. Si el pequeño extranjero era capaz de hacer eso de las luces, ¿qué apocalíptico conjuro sería capaz de realizar?

Un par de luces bailarinas se colaron en la antesala de la iglesia. Tibiamente, demostraron que no había ningún peligro visible del que Sichen debiese temer. Media docena de enanos, representando a los Heraldos de Moradin, decoraban en forma de estatua la sala circular: tres barbudos de piedra a la izquierda... tres barbudos de piedra a la derecha... Algunos armados: con hachas, martillos, cetros... Entre las estátuas menos beligerantes había uno que tenía una lira entre las manos y otro que portaba un libro abierto.

En el lado opuesto de la pared, del muro colgaba un gran espejo oval. Por otro lado, en el suelo unas escaleras bajaban a la más completa oscuridad. Según la litúrgia enana, el feligrés que visitase la iglesia vería sus propios pecados reflejados en el espejo, justo antes de bajar las escaleras y dejar que el abrazo de la tierra le diese consuelo. Según la leyenda, los enanos surgieron de las piedras más profundas de las montañas. Una iglesia subterránea tendría todo el sentido para ellos.

aunque por lo general Sichen suele ser muy imprudente no pensaba bajar por aquél agujero tan solo con unas luces que no durarían mucho, por lo que hizo una pausa para sacar la linterna y encenderla, y al ver en su mochila la coraza de mithril decide también ponérsela.

mientras hace todo esto las palabras de aquél hombre resonaban aún en su cabeza - "otros dicen que el clérigo se transformó en vampiro" -

- me pregunto si habrá una pila de agua bendita por aquí - dice pensando en voz alta y mirando por la zona

No hay una pila de agua bendita, y Sichen maldice por las liturgias que cambian tanto de una religión a otra que algunas iglesias de algunos dioses están desprovistos de lo más elemental para la lucha contra vampiros.

La búsqueda le lleva a dar una vuelta completa tras las estatuas. Cuando vuelve al punto inicial, el halo de luz que proyecta la linterna sorda se refleja en el espejo de la pared, para luego salir escupido hacia una de las estatuas, y zigzaguear en otro sentido. Era como si algunas facetas de las estatuas estuviesen pulidas a propósito para ofrecer una superficie refractante.

Sichen se gira sorprendido y la linterna deja de enfocar al espejo. Los rayos desaparecen. Decidido, vuelve a probar, enfocando al espejo de nuevo. Variando poco a poco el ángulo, el gnomo consigue que la luz salte hasta ir encontrando todas las facetas. Al final, una maraña de haces de luz se extiende por todo el habitáculo.

BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR...

En respuesta a ello, el sonido de un mecanismo comienza a deslizar algo pesado. El ruido proviene de escaleras abajo.

Emocionado por el descubrimiento accidental, doy un gran trago a una de las pociones que aún tengo en la mochila y sujetando la lanza con ambas manos y la linterna colgando de unas correas de la mochila* bajo por las escaleras cuidadosamente, ya completamente convencido de que me encontraré con un vampiro

Tras unos cuantos escalones bajados, Sichen encuentra el motivo del ruido. Una sección de escalera, de siete u ocho peldaños, se ha desplazado horizontalmente hacia un lado, introduciéndose en parte en la pared. Debido a eso, la mitad derecha muestra la sucesión de escalones normal. La mitad izquierda da a un pasadizo.

Sichen tendría que saltar por la parte izquierda para salvar el desnivel o bajar por las escaleras de la derecha. Pero los peldaños de la diestra están encharcados con un líquido rojizo... que ojalá sea zumo de tomate.*

Si logra salvar esa distancia de ocho peldaños, el gnomo podría seguir escaleras abajo o meterse por el pasadizo. Mientras se decide, escucha pasos que suben por las escaleras. Logra identificar que se trata quizás de dos personas, o de algún tipo de criatura cuadrúpeda, atendiendo al número de pisadas y su cadencia.

Como siga enfocando la linterna hacia abajo, lo que está subiendo va a saber que el gnomo está ahí. Como aparte la foco para que ilumine escaleras arriba, Sichen no podrá ver lo que se le acerca.

Sabiendo que algo se acerca por las escaleras, desengancho la lámpara y la dejo en el suelo apuntando hacia allí mientras retrocedo hacia la entrada ocultándome en las sombras.

Al girarse y retroceder escaleras arriba, el talón de Sichen golpea la linterna sorda, que cae del escalón a buena altura. La lámpara pasa por delante de la entrada secreta en su descenso.

Craaaaash...

Sonido de cristales rotos. El gnomo se acaba de quedar sin linterna, ya ha malgastado su débil truco de luces danzantes y está en la más completa oscuridad. Y los pasos se siguen acercando.

No me lo esperaba, de semejante susto al quedarme de repente sin luz y el estruendo de la lámpara al romperse subí corriendo escaleras arriba como un ratón asustado (y ciego), apoyando casi siempre una de las manos en los escalones o las paredes hasta que percibí la luz fuera de la iglesia.

Tras salir apresurádamente cerré la puerta, aunque sabía perfectamente que cualquiera podría abrirla de nuevo ahora. Al darme cuenta de que casi todo el mundo que permanecía fuera de la iglesia me estaba mirando intento poner cara de inocente al decir.

- Lo siento, rompí mi linterna sin querer y me asusté.

La gente se habría reído del arranque de franqueza del pequeño gnomo, de no ser porque el miedo aún les atenazaba los músculos. No tenían suficiente criterio para saber si estaban ante un héroe cauto o un idiota. Uno de los dos medianos que estaba en la plaza se acercó a Sichen.

Está bien, está bien... Volver quizás fue lo mejor, no te preocupes. Si llevas unas monedas encima y quieres volver a intentarlo, puedo venderte una lámpara de mi tienda, amigo.

El pulgar del mediano señala por encima de su hombro a un establecimiento de piedra ubicado en esta misma plaza, a un par de bocacalles de la entrada a la iglesia.

- No sabes como te lo agradezco, he tenido tantos problemas hoy que ya he perdido la cuenta.

Me alegraba encontrar a alguien capaz de algo más que quedarse con la boca abierta delante de la iglesia, y me pongo a andar a buen paso junto a él hacia su tienda

No creo que en este pueblo tengáis muchas armas, pero tal vez podrías decirme si hay algún cazador o un herrero, también necesito reponer una ballesta perdida, entre otras cosas.

Willemberg te pasa a su tienda, una gran nave con tres o cuatro mesas repletas de trastos, desordenada y caótica.

No tenemos cazadores. Al vivir junto al lago, tenemos un pescador que nos provee de bastante comida. Y el cura creaba comida que repartía entre los más pudientes todas las mañanas... salvo hoy. Tenemos tres herreros, pero si lo que quieres comprar es un arma, te la puedo vender yo. Tengo un stock de armas para gente de nuestro tamaño que aquí nunca han tenido mucha salida.

¿Y qué te parece esto?

Los ojos de Sichen hacen chiribitas cuando el mediano saca de debajo de un paño una antorcha siempreardiente. Desde luego se sale del apretado presupuesto que tiene ahora mismo el gnomo.

- Alto, alto, me interesa una antorcha pero también tengo que reservar algo de dinero ¿no te parece?

me empiezo a preguntar si no habré dejado la antigua armadura de Theodore o como se llamase en realidad demasiado a la vista, en cuanto pueda me pongo una camisa de más por encima con la esperanza de taparla.

- creo que me voy a llevar una linterna de ojo de buey, y no te preocupes por el aceite, aún me queda de la última vez, y si tienes un par de frascos de ácido o cetros solares no te diré que no.

a la que mencionaba todo lo que quería comprar me preocupaba cada vez más, ¿como pretendía comprar todo eso y que aún me sobrasen monedas para una ballesta? pero el hombre se había portado bien conmigo y tampoco podía irme sin un arma de repuesto

- Oye, me he pensado mejor lo de la ballesta, pero me voy a llevar 2 puñales y 30 balas para una honda

Sin duda pedir un puñal era mucho mejor que una daga, así no tendría la tentación de lanzarlo contra lo primero que viese

Perfecto, creo que los cetros solares los tenía por aquí...

Willemberg se pone a rebuscar entre su mercancía en exposición. Poco a poco va encontrando todo lo que se le pide, y reuniéndolo sobre la única mesa libre que tiene el local.

Cuarenta piezas de oro y tres de plata. Tenemos una oferta especial. Por la compra de treinta balas, regalamos la honda.

Cuando Sichen se dispone a pagar, abre también su mochila para guardar sus adquisiciones, y encuentra las protecciones de cuero de su antigua armadura.

Uhm... ¿Me dejas darle un vistazo a esas protecciones de cuero? Si estás interesado, te podría hacer un descuento de... digamos... cinco piezas de oro, a cambio de esta armadura vieja.

La oferta al principio me pareció una estafa. ¡pero si en su momento la había comprado por el doble!

Claro que también esas pobres protecciones habían pasado por momentos mejores, estaban algo viejas y remendadas de tantas aventuras; ya ni siquiera conservaban su color original, y si pensaba continuar el viaje con la coraza ya solo ocuparían espacio en su mochila. La verdad es que era casi una suerte que alguien se interesara por ellas.

- Yo.. eh, ah.. - me rasco la cabeza - que demonios, trato hecho.

En agradecimiento por su ayuda le dejo una moneda de oro más de lo acordado cuando le doy el dinero.

- Quédate el cambio, y muchas gracias.

Mientras estoy revisando mi mochila me doy cuenta de que tengo muchísimo equipo realmente inutil, o que no tendré la oportunidad de usar.

- Oye, si te interesa algo de esto, tal vez podamos hacer un trato por ello