Partida Rol por web

Sintió aquellas garras atravesar su piel y aunque el gritó de dolor que le arrancó apenas se escuchó, para ella fue como si le pasaran una lija por la garganta. Sabía que le había dañado gravemente, que quizás no le quedaban muchas fuerzas, pero no pensaba rendirse. Si tenía que reunirse con Berath lo abrazaría con fuerza y agradecería el tiempo prestado entre los humanos pero mientras le quedara un álito de vida....

Volvió a descargar su filo contra la criatura arrodilla

A pesar de la fuerza de voluntad de la guerrera, su cuerpo le falla y no consigue asestarle el golpe de gracia a su rival. Ambos se encontraban en las últimas y de rodillas. Pero la bestia impulsada más que nada por un instinto de supervivencia y quizás protección se levanta dispuesta a eliminar a la divina.

- ¡Y bien que haces!- se oye una voz orgullosa justo cuando una esfera de rayos alcanza la cabeza de la bestia antes de que pueda asestar ningún golpe, pues cae derribada. La que hablaba no era otra que Meriel, que a pesar de su orgullo se la veía cansada y probablemente sin mucha más energía.- ¿Estáis bien?- pregunta a los dos hombres que están a su lado y al ver que efectivamente solo estaban tan cansados como ella, avanza hacia la guerrera a comprobar sus heridas.- No soy médico y tampoco conozco magia curativa pero puedo intentar de tratar las más graves...- mientras dice esto podéis comprobar como Perro se acerca hasta la guerrera y empieza a lamerle la mano con gesto preocupado.

Otra cosa que podéis notar, es que los gritos agudos de antes, ya no son tales. Dejando solo un pequeño murmullo de algo que le cuesta respirar.

Las rodillas le fallaron. No pudieron sostener su peso y se doblaron cuando fue a descargar su golpe. Las vibraciones del impacto recorrieron cada fibra de sus músculos hasta la misma base de su cuello. Esperando su inminente fin solo pudo alzar el rostro cuando la criatura se incoporó.

El brillo cegador de aquel ataque la obligó a apartar el rostro. Berath no quería tenerla todavía al parecer. Sus hombros cayeron agotados. Sus brazos laxos colgando a ambos lados y su espadón sobre el suelo, pues había resbalado de entre sus dedos entre abiertos.

_{- Si, porfavor -} fue lo único que pudo responderle a la mujer. No importaba que la curase mucho o poco pero en aquellos momentos necesitaba ayuda. Comenzó a imaginar una cama mullida, unas sabanas limpias, una ventana por la que entrara una ligera brisa, de esas que te hace sentir algo de fresco, pero lo justo para agradecerlo.

Se percató de que ya no se oían gritos, pero también de que no habían mirado bien por la zona. Intentó incorporarse con las últimas fuerzas que le quedaban. Si lo lograba revisaria las estancias. Tras aquella bestia no creía que fuera a encontrar un enemigo mayor

Bien, gracias. Ese último conjuro ha sido impresionante - Por el momento no parece haber ninguna amenaza más, pero estoy tan excitado que ni siquiera acierto a ubicar el sonido resollante - Y hablando de últimos espero que esa esa cosa fuera la última sorpresa desagradable de este sitio...

Normalmente pondría los ojos en blanco al ver a la maga tan subidita... Pero lo único que se me escapa es una risa contenida y cansada. Al fin y al cabo, no hay que ponerse exquisitos a la hora de pelear contra monstruos. Asiento tranquilamente indicándole que yo por lo menos estoy perfectamente, aunque dirijo una mirada con algo de preocupación a Morrigan. Abro la mano, comprobando cómo algo de magia todavía fluye por mis dedos, pero tampoco es que sea mucha. 

- Podría curarte... Pero preferiría guardar mis fuerzas para otras cosas que podamos encontrarnos por aquí. - le digo a la guerrera, esta vez totalmente en serio. Para suavizar el tono, le dirijo una suave sonrisa señalándola con el dedo - Así que por esta vez... y solo esta vez, no te acostumbres... iré yo delante si te parece. 

Tanto si me deja como si no, me adelanto por el pasillo, preparado para lo que sea que haya más adelante.

Una vez Morrigan se recupera lo suficiente como para andar avanzáis en grupo por las escaleras hasta llegar a la sala de la que procedía tanto el mal olor como los chirridos.

Ante vosotros se muestra un lugar bastante desagradable, por si quedaba alguna duda los olores proceden de unos cadáveres mordisqueados y podridos apilados cerca de una esquina sin nada que llame la atención salvo restos de túnicas manchadas den sangre seca, dejando bastante claro que debían de ser el resto del clero del templo. Aunque rápidamente descartáis encontrar algo de valor hay un pequeño brillo que llama la atención a la divina que al agacharse a comprobarlo se encuentra con un anillo con motivos solares.

Mientras la guerrera recoge la pequeña alhaja, el resto no tardáis en encontrar lo que debían ser el origen de los chirridos. Cerca de donde estaban los cadáveres había una suerte de nido y dentro de él crías de Skuldr asfixiadas, pues a pesar de que el humo no era excesivo si que había alcanzado una altura para ahogarlas y matarlas poco a poco.

Por otro lado cuando al fin, estabais dispuestos a iros y desandar vuestros paso Morrigan vuelve a notar algo y descubre una puerta secreta que lleva a otras escaleras de subida.

Oooh, un nido de amor secreto - comento al ver la puerta secreta descubierto por Morrigan. Espero un tiempo prudencial por si saliera alguna cosa muy fea, viscosa y/o escamosa y/o peluda y/o muerta en vida para darle un calamonazo - ¿Qué decís? ¿Nos tomamos un descanso y volvemos otro día o llegamos hasta el final?...

La divina observó la muerte de las crías con bastante pasividad. No se sentía mal, aunque tampoco bien. Observó el lugar y algó llamó su atención. Tomó el anillo con dos dedos para luego posarlo sobre su palma abierta. No era muy amante de abalorios, pero aquel era bastante bonito.

_{- ¿Creeis que puede tener algo de magia? -} les preguntó a los hechiceros. Los motivos solares le hacian pensar en aquella cueva y en las ruinas encontradas después. Seguramente sería de alguno de los clérigos que adoraban a Eothas. Siguieron rebuscando y encontró la puerta oculta.

Escuchó la pregunta de Ekron y se quedó pensando. Pensando y escuchando. Intentando ver si escuchaba algo del otro lado _{- parece que lleva hacia arriba... quizás sea una salida más rápida -} miró a su nuevo amigo de cuatro patas que estaba al lado - _{¿Qué opinas tú? -}

Al llegar al lugar me tapo la nariz, arrugando el ceño ante los chillidos de los skuldrs remanentes. No es que matar crías sea mi afición y normalmente me sentiría algo mal... Pero cuando las crías son monstruos orejudos con garras y dientes afilados que comen carne podrida, como que no me da tanta pena. Echo un vistazo rápido al anillo que ha encontrado Morrigan, pero supongo que los magos tendrán una mejor idea de qué es.

- Pues si estos son los huesos que hay que recuperar... ¿Cómo lo hacemos? - pregunto a Morrigan con una mueca de asco, alzando las cejas al ver que hay otra puerta que no había visto - Y respecto a eso, diría de llegar hasta el final o hacer un descanso pequeñito en la zona de la fuente, no quiero quedarme aquí con este olor. Pero tampoco quiero irme sin saber qué hay en el resto de este lugar. - digo con total sinceridad, encogiéndome de hombros - Tú eres la que más ha recibido, Morri. ¿Necesitas descansar o seguimos?

El fresco que procede de arriba te deja claro que como mínimo debe llevar a una zona menos viciada que en la que os encontráis ahora mismo. Por lo demás no oyes nada en la zona que parezca peligros, ni ves ninguna trampa escondida en al menos los primeros escalones.

- No sé cuantos cuerpos habría pero es cierto que no encontramos otros rastros por el lugar...- comenta la peliblanca sin estar del todo convencida, o quizás era más que le disgustaba el panorama de la sala. Al fin y al cabo una cosa era hablar de purgar y otra ver crías gaseadas por tu mano. Sea como sea agradece la distracción que es el anillo.- Hmmm, sinceramente tiene pinta de serlo pero lamentablemente necesitaría un rato para estudiarlo y comprobarlo. En cuanto a esas escaleras no sé yo hasta que punto serán una salida o llevarán a otro sitio peligroso...

El chucho se acerca hacia las escaleras junto a Morrigan y después de olfatear un poco la zona avanza un poco hasta darse cuenta que ninguno lo sigue por lo que ladea la cabeza mientras se gira y os lanza un par de ladridos mientras saca la lengua de manera despreocupada ajeno por completo a las preocupaciones del resto.

Siempre podemos echar un vistazo - digo adelantándome con la daga en la mano - Si el chucho sale corriendo pienso ir por delante de él...

Viendo que Morrigan no se decide, me encojo de hombros y echo a andar detrás de Ekron y del perro. 

- A nuestro amigo peludo no le parece mala idea subir, así que no creo que sea un lugar peligroso. Y tranquilo Ekron, esta vez puedes tomar la delantera. - le sonrío divertido viendo las ganas que tiene de hacerse el héroe. Después me giro hacia Morrigan - Si no te ves con fuerzas siempre te puedes quedar aquí a descansar mientras vemos qué hay arriba. No te preocupes que no te vamos a dejar tirada si es una salida.

Se había quedado un poco absorta dilucidando si confiar en su instinto o no con lo que percibía. Por eso miró con sorpresa a Feniel y luego al resto. Cerró el puño, resguardando el anillo entre sus dedos. YA pensaría más adelante que hacer

_{- Em... puedo seguir, no os preocupeis -} realmente se sentía hecha una mierda, pero era la fuerte del grupo, no podía flaquear. Además, era mejor siempre hacer las cosas por una misma y no esperar que otros hicieran el trabajo. No, no, no... No podía permitir eso. Intentó adoptar una pose confiada y se adelantó todo lo que le permitieran sus compañeros.

Alerta todo lo que podía, ya que sentía una cierta presión en las sienes que dificultaban que lo lograra al cien por cien

Finalmente el grupo decide seguir hasta Perro y empiezan a subir unas escaleras bien conservadas pero que claramente hacía tiempo que no se usaban. Sin embargo lo que más se notaba no era la cantidad de polvo si no la ausencia de la peste que iban dejando atrás, al igual que el ambiente se iba tornando más seco. Siguen avanzando hasta que finalmente llegan hasta una sala cuadrada con el símbolo de Eothas en el suelo rodeado por cuatro columnas que parecían sostener el muro de la sala.

Por otro lado a la izquierda hay un muro lleno de cirios apagados y a la derecha una pequeña palanca en la pared justo al lado de un arco cerrado por muro en la pared.

-Guau.- Perro ladra cerca del arco de la pared derecha intentando escarbar la piedra con ahínco.

Por su parte la maga viéndoos tan lanzados avanza sin queja alguna, pero alterna la mirada entre los tres. Algo preocupada por Morrigan se mantiene cerca de ella por si necesitaba ayuda.

Una vez arriba contempla la sala sin que nada le llame la atención a excepción de lo obvio y cuando ve a Perro rascar tanto el suelo sonríe indulgente y se acerca la palanca.

- Supongo que si está tan ansioso es que no huele peligro detrás...- comenta al resto antes de darle a la palanca, momento en que el muro encuadrado por el arco empieza a descender dando a una sala que ya debería ser familiar para todos.

Respiró aliviada al ver que no había más peligros a la vista. Aún así se mantuvo alerta unos segundos más, rascando la cabeza de perro, antes de comenzar a moverse por la sala a la que habían llegado.

_{- ¿Aquí ya miramos todo, verdad? -} preguntó deseando que dijeran que si. Necesitaba una cama, incluso se conformaba con una manta sobre el suelo, pero realmente necesitaba descansar. Agradecía la cercanía de la mujer, la cual parecía preocuparse por su estado

Vaya, hombre - digo cuando veo los efectos de la palanca - Tanto que si subimos que si no subimos para al final encontrarnos el montaplatos del templo - Aunque en realidad estoy contento pues no estoy en condiciones de meterme en otro combate con mi energía mágica en mínimos - Bueno, creo que aquí ya hemos incordiado todo lo que podíamos ¿Qué tal si volvemos al pueblo?...