Partida Rol por web

La "capitana Gilbear" inclinó la cabeza ligeramente juzgando a su interlocutor. Evidentemente, aquello era una mezcla de embustes y medias verdades convenientemente mezclados para hacer parecer a Nikota un benefactor de la humanidad. Sin embargo, un hombre honesto no andaría ofreciendo fortunas para llevar a cabo un trabajo sucio. 

Es un exiliado de un lugar asolado

-¿Dónde podemos encontrar la base de Essus? Dispongo de varios hombres altamente cualificados para este tipo de trabajos. 

"Sobre todo, si salen mal" añadió para sus adentros. 

-¿Cómo de peligrosas son esas nanomáquinas? ¿Qué pueden hacernos a nosotros? ¿Seles puede combatir por medios convencionales?

Le daba un poco igual. Por aquel precio, lo más probable era que su tripulación estuviera en la lista de bajas aceptables. Razón de más para acabar el trabajo rápido y en silencio.

-¿Cuánto tiempo tenemos? ¿Cómo cobraremos después del trabajo?

- Tomo nota de su sugerencia, De Bligh. – dijo sacando su espada láser – Pero considero que la situación ha cambiado a hostil y que hasta tener más información la capitana está siendo retenida contra su voluntad, y mi política es no dejar hombres atrás. – concluyó activando la espada – Le aconsejo que se retire, o incluso salga, caso de que active alguna medida de defensa. – le avisó dándole un tiempo prudencial para que se retirase antes de empezar a abrirse paso con su nuevo juguete; en caso contrario, se abriría paso igualmente aceptando que Pavel quisiera asumir el riesgo.

Retrocedo para dejarle obrar aunque evidentemente de mala gana.

-Como quiera.

Busco un recodo en donde me parapeto, saco el arma y procuro darle cobertura con mi arma por si lo precisara.

-Equipo exterior, procedemos a entrar.

Kimota levanta la esfera de cristal y metal y la pone frente a Lorna, aunque aún no se la entrega - La IA les guiará hasta la localización del laboratorio de Essus. Se encuentra en una torre en el tercer anillo que rodea StarPort. Pueden ir por la superficie si lo desean, pero la IA dispone de un mapa de los túneles y galerías que cubren todo el subsuelo de la ciudad. Podría averiguar también la localización de su laboratorio accediendo a la red de información planetaria, pero le recomiendo que no deje rastro alguno de que ha hecho averiguaciones sobre Essus.

El Doctor se revuelve, haciendo un movimiento extraño y echándose la mano blindada a su no menos blindado pecho. Un gruñido se escapa de su boca. Después, parece reponerse. - Las nanomáquinas aún no disponen de la autonomía necesaria como para volar. Essus ha sido prudente en ese sentido. Pero pueden infectar materia orgánica e inorgánica. Tienen el potencial de invadir y controlar cualquier objetivo que se les indique, pero por el momento deben ser llevadas hasta su objetivo por un portador. No las toquen ni se dejen tocar por ellas. Essus cree que puede controlarlas, pero no es así. Mis proyecciones indican que solo tenemos 70 horas para... - El Doctor se calló de nuevo, y pareció retorcerse en su armadura. Cuando volvió a hablar, su voz parecía la de alguien que estaba sufriendo algún tipo de dolor intenso. - ... para detener a Essus. 

- El pago es un cargamento de robots y componentes cibernéticos. Valorado en más de un millón de créditos. He ordenado que sea transportado hacia su nave, se dirige allí en estos momentos. Si intentan abrir las compuertas sin la clave adecuada, el cargamento se autodestruirá. - Levantó de nuevo la esfera de cristal. - Pero si cumplen la misión, la IA les dará la clave para desactivar la trampa... antes de... autodestruirse ella misma.

Se escuchó un ruido procedente del túnel por el que había llegado Lorna. Un ruido de metal contra metal, un chirrido que hacía polvo los oídos. - Sus compañeros van a abrirse paso hasta aquí. Le toca decidir... - El doctor Kimota sostenía la esfera y la apretó en su puño. - ¿Acepta, Capitana? ¿Tenemos... trato?

Después de que Pavel se apartara prudencialmente, Mark comenzó a atravesar la compuerta que les separaba de la Capitana.

Ahi estaba la clave: no iban a cobrar en metalico. O si, pero en el sentido mas estricto de la palabra. Lorna prefirio no preguntar de donde habian salido esos robots del mismo modo que Kimota no preguntaria lo que harian con ellos.

Honor entre ladrones⁽¹⁾.

Lo de la IA no le hacia demasiada gracia. ¿Y si le daba por controlar su nave? Aquellos chismes tendian a tener capacidades dificiles de controlar. Igual que sus hombres. Ahogo un suspiro ante el estruendo. Lo malo de tener a sus ordenes a una banda de matones de gatillo facil era que no era facil tenerlos tranquilitos sin algo a lo que dar patadas. Se pregunto si seria una buena idea sugerirles que se pegaran entre ellos...

-Tenemos trato-dijo extendiendo la mano para estrechar la del doctor Kimota. Sentia una vocecilla en la parte trasera de su cabeza, como si su conciencia (o mas bien un "Doble" pequeñito) protestara y le dijera que se estaba metiendo en un lio. Llevaba ignorandola toda su vida.

Era la primera vez que probaba a hacer aquello, así que no estaba seguro del todo donde debía dar, pero si había algo que aprendían a hacer los Marines era a romper cosas y aquel cacharro hacía bien su trabajo.

El Doctor Kimota no estrechó la mano de Lorna, sino que le tendió la esfera cristalina, con una mano temblorosa. - Un trato, entonces. - Depositó el objeto en la mano de Lorna y retrocedió un paso. - IA, respondes ante la Capitana Temis Gilbear, Orden 2. Guíala hasta el objetivo dentro de la Torre Essus... - resopló. Lorna observó como de la armadura de Kimota comenzaba a salir humo, como si se estuviera quemando. - ejecuta la Orden 3 cuando hayas alcanzado el corazón de la Torre y hayas analizado el estado de las investigaciones de Essus sobre nanotecnología. - Kimota dio dos pasos hacia atrás, trastabilló, pero mantuvo aún el equilibrio. - Después, revela a la Capitana Gilbear la clave para anular la trampa, Orden 4. Finalmente, - Comenzaba a oler a carne quemada - autodestrúyete, Orden 5.

Kimota se cayó al suelo y se quedó sentado. La armadura se estaba cayendo a pedazos. Y los pedazos se estaban fundiendo, convirtiéndose en un charco de metal en el suelo. El hombre observó una de sus mano. Se quitó el guante metálico con la otra y Lorna pudo ver, dentro, una mano humana, conectada con cables al guante. La mano se estaba cubriendo de ampollas y fundiéndose frente a ella.

La esfera cristalina en la mano de Lorna parpadeó, y el holograma de un pequeño Kimota en miniatura se proyectó desde ella. - INICIALIZANDO. 1101001000011. POR FAVOR, INDIQUE LOS PARÁMETROS DE CONFIGURACIÓN. - La IA estaba hablando un poco alto. - ¿POR QUÉ NOMBRE DESEA QUE ME DIRIJA A USTED?

-Gilbear. Capitana Temis Gilbear. 

Mientras Kimota seguía fundiéndose en el suelo frente a Lorna, soltando pequeños sonidos guturales, la IA continuó hablando. - GILBEAR. CAPITANA TEMIS GILBEAR. SOY LA IA 1101001000011. PUEDE ESTABLECER OTRO NOMBRE POR EL QUE DESEA DIRIGIRSE A MI PARA DARME ÓRDENES. - El sonido que emitía Kimota se había convertido en un húmedo gorgoteo. Las piezas de la armadura se estaban fundiendo junto a su carne, dejando en el suelo simplemente un charco de metal, mientras la materia orgánica se quemaba.

La espada atravesó sin demasiada dificultad el metal de la compuerta. Lo difícil fue mover después el filo para que serrara el material; Mark encontró más resistencia. Sin embargo, si le ponía ganas, podía hacer un agujero en no demasiado tiempo.

Lorna miró el charco humeante. 

-Ese... tipo, ¿está bien?

Arriba, abajo, empujar. Arriba, abajo, empujar.

Joder, esta mierda es buena...

Clonk.

Paró. Miró.

Hum...

Nada que no se arreglé empujando con un poco más de ganas...

Arriba, abajo, empujar, empujar...

El olor a hierro quemado empezó a llegarnos a los que estábamos arriba, que seguíamos vigilando y manteniendo la posición para que la situación no se complicara aún más. Era tentadora la idea de asomarse e incluso la de ayudar a Mark, pero redoble esfuerzos y me concentré en mi tarea. A ver como salimos de esta, espero que no haya sido un acto hostil y que todo quede en el susto, pienso con optimismo.

Lorna penso un instante. Miro a la IA. Le recordaba un poco a un soplon que solia pasarle encargos a su antiguo capitan. El tipo tenia una facilidad sorprendente para salir con vida de situaciones inverosimiles. Se llamaba Luka Traslar pero todos le conocian por su mote pirata:

-Te llamaremos... Bocazas. Si, Bocazas.

Un sonido suave salió de la pelota metálica que albergaba la IA. - RECALIBRANDO. NUEVO NOMBRE ASIGNADO: BOCAZAS. - Un haz de luz salió de Bocazas y escaneó al Doctor Kimota (o lo que quedaba de él). Un leve zumbido después, la IA proporcionó nueva información: - ESTE TIPO ESTÁ EN CLARO PROCESO DE FUSIÓN INTERNA, PROCESO INCOMPATIBLE CON LA VIDA. EL PROCESO ES IRREVERSIBLE, MORIRÁ EN 15,57 SEGUNDOS.

En ese momento, Lorna escuchó un golpe bastante fuerte detrás de ella, procedente del pasillo por el que había entrado en la sala. Sonó como una tapa de alcantarilla arrojada desde las alturas y golpeando el suelo.