Partida Rol por web

-Descansa, Doble, no hace falta que hagas turnos –dice Darko, con la voz un poco pastosa–. La capi te necesitará a tope mañana. Creo que Roberto y yo podemos encargarnos de cubrirte, además nos vendrá bien para... –carraspea– ...descansar. 

- Si Jefa.

Adriana no tenía intención alguna de salir de la nave, más si le traían la comida que había pedido. Ya se encargaba de las revisiones, limpieza y no tener polizones. No hacía falta que se turnasen gran cosa. Ella estaría aquí.

Si me permite, capitana, me gustaria insistir en lo de quedarnos en con el transporte, es un activo y a las malas con una pequeña inversion podria ser arrglado o modificado aumentando su valor y mientras tanto tendriamos algo en lo que desplazarnos, lo que puede ser util en ocasiones, como mañana. 

-Podemos alquilar vehiculos a donde quiera que vayamos, para eso esta el fondo comun. Y necesitamos todo el espacio de carga libre posible.

Los nobles podrian ser vendidos a un intermediario, perdiendo parte de su valor desde luego, pero despreocupandonos nosotros de todo el tema de la negociacion y creando lazos con el submundo local o de cualquier otro sitio donde los llevemos. Otra opcion, que se me ocurre seria dejarlo en las manos del rey de Drinax o un testaferro suyo, y que este con la excusa de la solidaridad entre los nobles puede decir que ha pagado el rescate, solicitando tan solo el reintegro del pago y haciendo unos contactos, entre una nobleza imperial agradecida, que quizas le serian de utilidad.

-Deje que Veillon pruebe primero. Es de buena familia y tiene la clase de contactos que nos permitiria librarnos de ellos rapidamente. A Olev es mejor no implicarle. Ya dejo claro que no queria saber nada de nosotros hasta que todo se resolviera a su favor.

Tambien he visto lo que ofrece el mercado negro local. No lo tocaria ni con un palo de 10m de largo, caro, peligrosisimo y no me gustaria saber que van hacer con ello los que lo compren. Si aun asi quieren comprarlo estoy dispuesto a negociarlo pero dejo ahi mi opinion.

-De acuerdo, entonces, dejaremos las delicias locales para otros con mas espacio disponible.

¿sabe algo mas del lugar a donde vamos mañana?.

-Nope.

La piloto se sintió aliviada. Ese coche a bordo era una posible fuente de problemas, y el botín, cuanto más lejos, mejor. Y a ser posible rapidito.

- Jefa, yo me quedo. Si hace falta mover la nave para sacarles de alguna parte, estaré lista, y de paso, termino de revisar la nave. Su ansia y su vida, siempre habían sido estos aparatos, y en concreto esta, le gustaba bastante. Potente y maniobrable, un salto justito, pero aceptable para lo que necesitaban, un procesador fiable. Lento pero fiable. Y aunque su capacidad de carga no era mucha, daba el callo para lo que estaban haciendo.

Le gustaba, y cuando el grupo se disolviera, ella haría por quedarse este "tesorito". El dinero para quien lo quisiera.

Viendo que los compis querían comerse las guardias, se retiró a descansar, seguir practicando su recon y ojear folletos de clínicas que había juntado en su exploración con Pavel. En algún momento se le oyó soltar algún silbido impresionado por algo que veía y marcar con un círculo rojo las cosas que parecía interesarle.

Lo que hacen los cerebritos estos…

08:10 - 117-1097

Al día siguiente, la Capitana Lorna salió de la nave dispuesta a encontrarse con su cita. Había decidido ir acompañada de los tres marines y de Pavel.

Cassana y Adriana se quedarían en la nave mientras terminaba el proceso de refinado de combustible. Los tipos que iban a venir a llevarse el cargamento de las bodegas llegarían a lo largo de la mañana y sería raro que dieran problemas en el espaciopuerto.

El grupo de cinco piratas de Drinax salió del hangar acompañado de su androide de contacto, que iba diciendo las típicas tonterías de los androides, unido a mucha publicidad de los productos y servicios de GeDeCo.

Todo el espaciopuerto era un lugar de alta tecnología. Desde luego no tan lujoso como el Palacio Flotante de Drinax, pero sí con un aspecto más experimental. Drinax se recreaba en su pasado, mientras que la mirada de Tech-World estaba puesta en el futuro.

En el espaciopuerto había gran cantidad de comerciantes y viajeros, muchos de ellos procedentes del Tercer Imperio. Pero lo más sorprendente era la gran cantidad de robots. De muchas formas diferentes, con bastantes humanoides. Se cruzaron con uno que parecía estar hecho de metal líquido.

Cuando llegaron a la salido del espaciopuerto el androide que les acompañaba se dirigió hacia ellos. - No dispongo de autorización para acompañarles fuera del recinto de StarPort ™. Por favor, enuncie el motivo de su visita fuera del recinto e indique el tiempo aproximado en el que regresará a esta misma salida. - El androide se quedó mirando a Lorna con una inhumana sonrisa.

Nuevamente había que salir sin armas ni armaduras, pero al menos esta vez con la camisa protectora bajo el mono de trabajo me sentía un poco menos expuesto que la última vez. Lo de las armas me preocupaba menos, ya podría improvisar algo y además tenía mis puños. Solo espero que si nos atacan hayan sido tan legales como nosotros y no lleven armas encima. Y me sonrío yo solo ante lo ingenuo de mis pensamientos. Mejor estar atentos, pienso y observo bien el terreno.

- ¿Jefa, nos tienen que dar un vale de entrega, pagar o algo? ¿Cómo reconoceremos a quién le entregamos qué cosa? Lo digo, para no darle a otro, que se adelante las cosas.

Estaba inquieta. No sabía quienes eran, y no era la primera vez que en este sitio, una estaba como esta ocurría.

Darko también llevaba su nueva camisola bajo sus habituales ropas desaliñadas. Iba desarmado, y en contraste con la evidente cautela y prudencia de Roberto, el marine calvo lo miraba todo con sonrisa medio bobalicona, fascinado por el nivel de tecnología y los elementos que veía al pasar.

–¿Habéis visto? -murmuraba-. ¡Un robot líquido! ¡Qué cosas inventan hoy en día!

Cuando el androide les preguntó el motivo de su salida del recinto, guardó silencio y recuperó la compostura, esperando que Lorna tomara la palabra.

(Diez minutos antes)

- ¿Jefa, nos tienen que dar un vale de entrega, pagar o algo? ¿Cómo reconoceremos a quién le entregamos qué cosa? Lo digo, para no darle a otro, que se adelante las cosas.

-Los compradores tienen un archivo de autorizacion en la computadora de a bordo⁽¹⁾. Pideles identificacion para asegurarte de quien es quien. Manten un canal abierto con nosotros en todo momento⁽²⁾. Siempre existe la posibilidad de que esto acabe mal y necesitemos una extraccion de emergencia.

Lorna se notaba torpe con el chaleco protector (cloth) bajo su guardapolvos. Le faltaba costumbre empleando armaduras pero los marines se veian tan entusiastas con el tema que la idea de perder una pierna por una bala perdida le entusiasmaba menos de lo normal. De su cinturon colgaban su ajado sable y su autopistol. Eran armas denostadas por su bajo nivel tecnologico pero podian llegar a muchos sitios donde los cañones mas grandes no estaban permitidos.

Un arma es tan peligrosa como el portador.

-Negocios-dijo al androide. Su unico contacto con maquinas pensantes habia sido un par de contestadores automaticos y una cosechadora robotizada alla en Asim. No tenia ni idea como eran de listos-Estaremos fuera un par de horas.

Con la soltura que daba el uso frecuente, Pavel, llevaba, debajo de sus funcionales y nada llamativas ropas las ropas blindadas.

Debajo de la cazadora negra, abierta, llevaba en una pistolera de hombro con la personal defense laser a un lado, con el seguro quitado, y los tres cargadores de reserva al otro.

Llevaba las gafas de sol de espejo puestas y su actitud era recelosa, como la de Roberto, observando cuanto tenia alrededor. Esta vigilancia era especialmente intensa alrededor de Lorna, adoptando una posicion de proteccion, a su lado, , unos cm por delante, pero no lo suficiente para que se sientiera incomoda, pusieran en duda su liderzago o interfiriera en su atuproteccion intentando ser de ayuda, no su niñera.

- Si jefa. Respondió sin más.

Ya tenía la confirmación de quienes serían, y de que estarían en contacto. No imaginaba que fuera ella la que pudiera necesitar ayuda, sino al resto, pero, siempre estaba bien ser previsora.

Cualquier incursión o excursión era una posibilidad de encontrar problemas y no contarlo si no se estaba preparado. Por ello Mark ya tenía definido lo que consideraba su equipo estándar: ambas armaduras de cloth le daban una protección razonable y la capa extra de Reflec le daba más tranquilidad frente a las armas más avanzadas, acompañadas de sus armas el stunner para las situaciones “diplomáticas”, la defence era un arma fiable y el gauss rifle tenía una penetración muy razonable, aunque nada se podía igual a la penetración del arc-weapon, y, por supuesto, la humilde daga sigilosa que era tan difícil de detectar en su bota.

Como el equipo electrónico llevaba su fiel reloj con traductor que le garantizaba poder pedir cervezas allá donde fuera, el HUD conectado con el Friend and Foe, con la precaución habitual de asegurarse de que cada miembro del equipo tenía su Transpondedor, y acompañado de sus PRIS googles.

En esta ocasión pensó que sería bueno llevarse el equipo de supervivencia, por lo que pudiera pasar. En la mochila echó el contador geiger (debería ser un mundo seguro, pero fíate tú…), la linterna de infrarrojos y la de luz fría, la sierra de bolsillo y la brújula magnética. Seguramente no haría falta nada de eso, pero mejor estar preparados y apenas pesaban.

Por el camino se mantuvo en silencio tomándoselo como una oportunidad de poner a prueba lo que llevaba dos meses estudiando en la nave.

Lo más que llegó a decir fue un “bonitas gafas” sincero a Pavel cuando vio sus gafas. En verdad le gustaron. Tenía que pensar en pillarse una fruslería de esas más adelante.

El robot líquido le sorprendió y no paró de darle vueltas a la cuestión ¿Cómo se mata una cosa esas? Confiaría en que llegado el caso una buena ráfaga láser lo acabara derritiendo para siempre.

- Cassana, por favor, revisa que esté en línea mi conexión con la nave.

Mark había planeado abordar a Lorna para hacerle su petición durante el viaje al proveedor, pero cuando estuvo confirmado que irían casi todos pensó que era mejor tratar el tema antes, en privado.

Se dirigió hasta el camarote de la capitana. Llamó a la puerta y esperó el permiso para entrar.

Ya dentro y con la puerta cerrada, tras el saludo de rigor, entró en materia. Llevaba con él unos folletos.

- Capitana, he estado mirando los folletos que trajimos tras nuestra ronda – mostrándoselos – Hay un par de cosas que me serían muy útiles a medio plazo en nuestra empresa y que no había visto en otros planetas. No quisiera desaprovechar la oportunidad de adquirirlos, ya que después será muy complicado. – comenzó explicándose – El caso es que para adquirirlos me harían falta unos 30k Cr extra, que devolvería con mi parte de los nobles. Vaya, que casi más que un préstamo es pedir un adelanto… – se apresuró a aclarar que tenía toda la intención de devolver el dinero en el menor tiempo posible – Me preguntaba si usted me podría hacer ese préstamo, ya fuera a título personal o de los fondos comunes de la nave… - preguntó con cierta cautela. No era una cantidad desorbitada lo que pedía, pero pedir prestado siempre era un tema en el que se sentía ligeramente incómodo.

Cuando veo llegar a Mark los reparos que tengo de haberme pasado con el equipo se me disipan, acepto el cumplido por las gafas con un gesto de agradecimiento.

-Si se que va a traer todo eso no traigo nada.pienso-.trae para todos y para una compañia de asalto.

-Señor Mark- le digo tras apreciar de forma admirativa su equipo-Si hay algo que no podamos contralar entre sus habilidades y sus impresionante equipo dudo que pueda hacaerlo un peloton de asalto, Es dicicil no sentirse seguro con usted al lado.

Lo miro de arriba abajo con evidente admiracion.

-Fuera aparte, es un primer blanco magnifico, lo que tampoco es malo..

Rio para mi.

-Peor ya pueden dispararle con un cañon si quieren que se inmute.

El robot miró a Lorna, pareció computar algo en su cerebro positrónico y finalmente dijo. - Esperaré su regreso en este mismo lugar en 120 minutos exactos. - Después, puso sus manos a su espalda, adoptó una sonrisa beatífica y se quedó allí parado, observándoles mientras parpadeaba de modo regular: cada 2,9 segundos estándar.

El grupo se dispuso a salir de Tech-World. La cúpula negra creada a partir de nanitos que rodeaba StarPort ™ se abrió para dejarles salir, y pronto se vieron en una amplia avenida dividida en carriles de circulación para vehículos y largas aceras automáticas a los lados para los peatones. De hecho, había una acera para humanoides y otra para robots. La de los seres orgánicos estaba vacía, mientras que la de los robots bullía de actividad. Una actividad inhumana y frenética: los androides avanzaban a toda velocidad por los caminos prefijados para ellos, esquivándose siempre en el último momento. La impresión general era la de que los habían miniaturizado y los habían metido en la colmena de una raza de insectos sociales gigantes.

Los edificios a ambos lados de la carretera eran enormes mezclas bizarras de rascacielos y fábricas. Teniendo en cuenta los datos de población de los que disponían, lo más probable es que algunos estuvieran habitados por una docena o dos de científicos orgánicos de diversas especies... y por varios cientos o miles de robots y sistemas automatizados. Los robots y los vehículos entraban y salían de ellos por grandes compuertas, no todas a ras de suelo.

El cielo de Tech-World estaba cubierto de nubes de polución, y los corsarios se plantearon seriamente ponerse mascarillas. Las pocas personas con las que se cruzaron, desde luego, utilizaban respiradores, aunque la atmósfera del planeta, en teoría, no los exigiera.

A pesar de que el suelo se movía bajos sus pies, acelerando sus pasos, el grupo tardó unos veinte minutos en llegar a su destino. Era uno de los rascacielos-fábrica de la ciudad exterior, pero uno ya casi cerca del borde exterior de la población, cercano al aburrido desierto cubierto de plantas bajas que cubría la mayor parte de la superficie terrestre del planeta. El rascacielos parecía no tener la misma actividad que otros junto a los que habían pasado, y no había robots entrando y saliendo de él, como parecía ser habitual.

La entrada del edificio destinada a los humanos formaba una gran U invertida, completamente cubierta de cristal. Dentro del edificio no se veía a nadie, ni robótico ni orgánico.

Las puertas no se abrieron de forma automática al acercarse a ellas, ni parecía haber ningún timbre al que llamar.