Partida Rol por web

Piratas: El precio de la libertad

El Arcángel - Fragata de la Armada Española - El reclutamiento

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18/09/2007, 09:46
Don Fernando de Bezagarroa Bildstein

Don Fernando se acerca y palpa el casco, lo huele, pega la oreja a este. Quiere sentir esa sensación que lleva tantos años sintiendo y de la que fue arrebatado estando en dique seco. Cuando se tiene lo marinero en la sangre los barcos no solo son un gran trozo de madera flotando con una vela... son como los vinos o una buena espada, todos imperceptiblemente diferentes, que ganan algo no identificado con la edad.

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18/09/2007, 12:16
Ignacio Baraicoetxea Azcargoitia García (El Iñaki)

Por una parte el olor a salitre le trae gratos recuerdos de su infancia en San Sebastián, el sonido de las gaviotas y el murmullo del mar, el ruido inconfundible del ajetreo de la vida en el puerto... Al acercarse al barco, el que será su hogar a partir de ahora, piensa: No esta mal, no esta mal. No es como mi mesón, pero no esta nada mal. Es un barco grande, necesitaré de buenos pinches de cocina para abastecer a toda la tripulación y tendré que ir al mercado a comprar los recursos ¿Será Don Rodrigo tan generoso ahora como cuando comía en mi mesón o me dara tan poco oro que tendré que multiplicar los panes y los peces?

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18/09/2007, 20:50
Juan Diego de Almagro y Arias

Observo detenidamente los cañones, su calibre, estado... . Tras comprobar que se encuentran en perfecta situación me fijo en la marinería para saber con que tipo de hombres tendré que tratar.

Vaya, parece que esta vez no ha habido que vaciar los presidios, aunque pensandolo bien tiempo al tiempo.

Usted-digo dirigiendome a un marinero- ¿cuanto tiempo lleva echandose a la mar?

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18/09/2007, 21:17
Don Fernando de Bezagarroa Bildstein

Don Fernando se acerca con sus zancadas de milhombres de mundo características a lo marineros, esperando a ver que responde.

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18/09/2007, 22:36
Leonardo Santamaria

Casi con poco decision y a mala gana, uno de los grumetes del navio abre la puerta del camarote.

Mi capitan tiene visita.

Antes de que el capitan tenga tiempo siquiera de levantar la vista, un hombre, fornido y curtido entra. Su aspecto es impecble, nadie diria que lleva 3 dias viajando sin descanso.

Pone unos papeles sobre la mesa cerca de vuetras manos.

Mi nombre es Leonardo Santamaria, por orden de su excelencia el general.

Sabes sin mirar los papeles que estaran correctos. La pose del hombre es recta y nada descuidada.
Un segundo mas tarde se arrodilla..

Es un honor embarcar con tan loable maestro de armas, en la academia su nombre era citado con el mayor de los respetos, espero y deseo que esta travesia me sirva para aprender de uno de los mejores. Y por supuesto cumplire con mi cometido dando todo de mi.

Has escuchado antes ese tipo de afirmaciones, sobre ti y sobre el trabajo que pretenden desarrollar. Pero extrañamente tu escepticismo no es tan acusado en este caso. Paseas los ojos aun si mediar palabra y detienes tu vista sobre el acero que acompaña los rapidos pasos de este soldado. Es una fina obra, y por el aspecto del cuero que la recubre, a sido usado en mas ocasiones de las que su lustrada apariencia indica.

El joven se mantiene arrodillado esperando tus palabras y no mira directamente a tus ojos. El marinero de la puerta no sabe si irse o quedarse, no parece acostumbrado a tales quehaceres. Y durante tus segundos de escrutinio solo el murmullo de las olas rompiendo en el muelle hace sombra a tus pensamientos.

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19/09/2007, 00:17
Don Rodrigo Castellano Villalobos

Tras la sorpresa inicial su rostro vuelve a tornarse serio, tras escuchar las palabras y ver el comportamiento de Leonardo, hace un gesto al marinero para que se retire. Éste lo hace en silencio, y sus pasos se escuchan lejanos lentamente.

Puedes levantarte, ¡ni que fuera el Rey! - digo en un ligero tono de humor. - Gracias - digo escuetamente como respuesta a su halago.
Recojo los documentos y comienzo a revisarlos, mientras leo le echo algunas ojeadas a Leonardo, esperando a que se quede en posición de firmes para tener una buena visión de su físico y determinar si es marino, soldado, ambas cosas o ninguna de las dos.

Pasado el momento de humor habla con seriedad y firmeza - Usted sabe porqué está aquí y yo tengo una ligera idea. El General ofrece sus servicios (los de Leo) para rellenar la plana de oficiales... - digo en un tono de franca irritación - Salvo que hace hincapie en que usted es soldado y ha hecho el servicio militar, no dice nada acerca de su experiencia a bordo de un navío.

Me levanto de mi asiento y voy a un armarito, saco una botella de vino y un par de vasos - Sé cuales son las órdenes del General, pero eso no quiere decir que vaya a aceptarle sin más.

Relleno con el vino ambos vasos - Puede sentarse. Convénzame, acláreme porqué debería ser usted uno de mis oficiales.

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19/09/2007, 02:21
Leonardo Santamaria

Leo se queda de pie esperando pasar la revista.
Cuando el capitan le dice que se siente no duda, aunque no parece del tipo de hombres que prefieren estar sentados.

Honor. Esa es para mi embarcar aqui, el honor de general, sus preocupaciones ahora son mias, sus miedos ahora son mios. Entiendo que no quiera tener a un oficial que desequilibre el navio en momentos de necesidad.
Pero como decia el maestro de armas de la academia, el filo de una espad no gana guerras, son las manos, las manos que se preocupan de ser diestras para poder afrontar con corage y conviccion lo que a los hombres normale echaria para atras
.

Hace una pausa. Lo mira fijamente.

Estoy capacitado para moverme con soltura por un barco. Y se tomar decisiones cuando debo, acatarlas cuando se requiere, y mantenerme vivo en todo momento.

Leonardo esta sereno, confia en si mismo, su mirada fria lo demuestra, no importa cual sea la prueba, el la pasara, no importan las penurias el las sobrellevara, pues esa es su manera de hacer las cosas.
Con el rumor del agua y el sonido del vino al ser servido Leonardo espera las proximas palabras de su Capitan.

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19/09/2007, 10:53
Don Rodrigo Castellano Villalobos

Ideas claras - comenta - ¿qué hay de mi oficial, Isabel Santamaría? ¿debe saber algo de tu verdadero cometido o...? - pregunta curioso y agrega - sois hermanos ¿no?

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19/09/2007, 11:33
Leonardo Santamaria

La hija del general, no es mi hermana, el apellido a sido una forma de reconocer la importancia que el general pone en mi y en este asunto. Y ella no es tonta, sabra que he venido a vigilarla. Pero no creo que pueda hacer nada al respecto.

Leonardo no se altera al escuchar el nombre de Isabel, sabe que tarde o temprano ella sola llegara a la clara conclusion de que esta alli por que su padre no se fia de ella, y quiere protegerla, y aunque es seguro que no le ara ni gracia. La decision de aceptarlo en el barco es del capitan.

¿Que puesto tendre en el navio y cuales seran mis funciones Capitan?

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19/09/2007, 11:36
Catalina del Arcángel Miguel

Uno de los marineros entra en el cuarto de derrota algo azorado, han llegado unos caballeros a cubierta... Creo que vuesa merced debiera acudir... parecen los nuevos oficiales... respira hondo y se queda mirándome con el pomo de la puerta aún en la mano.
¡Vaya hombre, por fin! Sonrío al marinero y añado, por supuesto, ahora mismo acudo a recibirles... por cierto, gracias por avisarme, José... ah, haced el favor de avisar también a Isabel. Mientras el marinero desaparece solícitamente, doy un repaso al cuarto que me ha llevado un buen rato poner en orden y pienso: cada cosa en su sitio, herramientas, mapas, y justo a tiempo.
Respiro hondo y salgo al exterior, una brisa suave acaricia mi rostro y el olor a mar se hace más patente aún si cabe. Hay cuatro figuras sobre la cubierta del Arcángel que han levantado bastante revuelo entre la tripulación que se aglutina en torno a ellas con afán de conocimiento, pero a la vez con obvias muestras de respeto y formación, dos de ellos están junto a uno de los marineros departiendo con él, los otros dos se encuentran a escasos pasos de mí, de manera que, sin más miramientos y en un tono de voz alegre y risueño, digo no sin cierto nerviosismo, buenos días señores, bienvenidos al Arcángel, ante vosotros una muchacha joven de rasgos dulces, embutida en unos pantalones y en mangas de camisa, concluye con sencillez, se presenta Catalina, oficial de Derrota, a su servicio y colaboración, sonrío abiertamente y espero expectante la respuesta del cuarteto en cuestión.

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19/09/2007, 11:51
Catalina del Arcángel Miguel

Notas de juego

Isabel, mientras estás trabajando en tus tareas, llega un marinero, José, y te avisa de parte mía de que han llegado los nuevos oficiales a cubierta para que acudas a recibirlos.
¡Adelante! jejejejejejejejeje

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19/09/2007, 15:17
Ignacio Baraicoetxea Azcargoitia García (El Iñaki)

-¿Oficial de derrota? ¿Una mujer? ¿Y cual es exactamente su cometido, ayudar a derrotarnos?-El gesto de sorpresa no puede borrarsele de la cara al mofletudo cocinero que con las cejas arqueadas mira de reojo a sus acopañantes esperando una reacción.

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19/09/2007, 19:42
Don Rodrigo Castellano Villalobos

Medita un momento - Maestro de armas, protegeras el polvorín y las armas de a bordo cuando no estamos en zafarracho de combate.

Se toma un vaso de vino y le indica con un gesto si quiere tomar una copa - También realizarás labores de guerra, como soldado experimentado y diestro en armas, se te necesitará en ocasiones.

Le mira de reojo - espero que tu trabajo para con el General no impida que realices tus tareas con la responsabilidad y compromiso que requerimos. Si en algún momento eso sucede, me veré obligado a tomar medidas disciplinarias.

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19/09/2007, 20:00
Don Fernando de Bezagarroa Bildstein

La gran estatura de Bezagarroa se abre fácilmente paso entre la multitud, se pone delante de la muchacha y la mira con detenimiento con sus azules ojos del color del hielo.

-Mi nombre es Don Fernando de Bezagarroa, seré el contramaestre... ¿Cuantos años tienes muchacha?-

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19/09/2007, 20:06
Leonardo Santamaria

Mi Capitan, nunca en mi vida como soldado se me a amonestado ni e manchado mi hoja de servicio. Y nunca pasara.

Toma la copa de vino la alza delante de el y se la toma.

Gracias por su tiempo...

Se pone de pie, y saluda marcialmente.

Me pondre con mis labores ahora mismo, aun tengo que conocer el navio.

Con un giro de talones se da la vuelta y se pierde fuera del camarote.
Su porte es recto.
Y al salir el capitan queda solo con sus pensamientos.

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19/09/2007, 20:59
Don Rodrigo Castellano Villalobos

Mira de nuevo las ordenes del General, y se pregunta si el chico sabrá realmente lo poco que valora éste su vida.

Guarda las ordenes en su escritorio y saca la carta que el general le envió por medio del alto mando, una carta privada, sin órdenes pero explicando claramente el motivo del mismo.
" [...] debe proteger a mi única hija, Isabel Santamaría, y no escatime en esfuerzos ni hombres. Le envío a uno de mis subordinados [...] su vida no importa, proteja a Isabel."

Guarda en otro cajón bajo llave el documento. - Algunos padres merecen sobrevivir a sus hijos.

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20/09/2007, 00:44
Catalina del Arcángel Miguel

12... a bordo del Arcángel, llegaré a 20 en total, hago una pausa mientras alzo la mirada y continúo, no se preocupe Don Fernando, llevo toda mi vida en el mar. Acto seguido y con toda naturalidad añado en un tono de voz afable y cordial, encantada de conocerle, señor.

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20/09/2007, 01:16
Juan Diego de Almagro y Arias

Tras oir la voz de Catalina despido al marinero con un gesto y me giro hacia ella a la vez que me quito el sombrero y hago una ligera reverencia a modo de saludo.

Soy Juan Diego de Almagro y Arias, caballero de la Orden de Calatrava y Alférez de artillería, espero que bajo vuestra guía cumplamos los designios del Rey nuestro Señor.

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20/09/2007, 01:53
Catalina del Arcángel Miguel

Así será sin duda alguna... ¿Juan diego? pregunto retóricamente intentando irme quedando con los nombres, mientras le sonrío cálidamente e inclino la cabeza de lado con suavidad, tratando de devolver el gesto de cortesía que me ha dedicado con tanta amabilidad, o al menos no dudéis jamás que me emplearé a conciencia en ello, caballero..., le miro a los ojos con desenfado y añado, encantada de conoceros a vos también. Bueno pues ya tengo un Don Fernando y un Juan diego, y todavía quedan dos, de momento, claro está...

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20/09/2007, 02:57
Ignacio Baraicoetxea Azcargoitia García (El Iñaki)

Iñaki sale de su asombro y sacude la cabeza como el que se ha quedado tonto mirando; viendo como sus camaradas saludaban con todos los honores a la mujer, decidió pues presentarse-Y yyyo, y yo soy Don Ignacio Baraicoetxea Azcargoitia García, Oficial de Cocina para servirle Señorita Catalina.-Y sacando un pañuelo de su muñeca se seca el sudor de la frente y le hace una reverencia hasta donde su tripa le deja.