Partida Rol por web

El gimnasio Descarga y el gimnasio Inventos se hallaban en el mismo edificio. Ambos se encontraban en la más alta torre de ciudad Luminalia. Para llegar a ellos tan solo había que dirigirse al centro de la ciudad pues la torre Luminalia era el centro de la villa.

En la entrada del edificio había un hombre que parecía ser el recepcionista y junto a él había un Heliolisk que parecía ser su ayudante. Estaba allí para resolver cualquier duda de cualquier visitante, pues el edificio no solo contenía dos gimnasios, sino que también algunos museos, centros comerciales, restaurantes e incluso un centro de información de la ciudad.

Cuando el aspirante preguntó por el gimnasio, le indicaron que para llegar al gimnasio tendía que tomar uno de los dos ascensores en función de si quería enfrentarse al líder Lem o a su hermana Clem.

El ascensor subió a gran velocidad provocando que al aspirante se le revolvieran todas las tripas y cuando llegó a la última planta un Robot le dio la bienvenida y le acompañó hasta la sala donde se desarrollaría el combate.

Cuando el novato llegó al campo de batalla sintió como si sus pelos se pusieran de punta, aquello se debía a la electricidad estática que había en la zona. Al fondo del campo se encontraba una joven adolescente pero de aspecto infantil, parecía que ella iba a ser su rival. A su lado un pequeño Dedenne jugueteaba entre su ropa y su pelo.

¡Bienvenido! Dijo muy animado, mi nombre es Lem y soy el líder del gimnasio. Mi hermana es la líder del otro, si no me derrotas a mi, y quieres la medalla de nuestro tipo, tendrás que enfrentarte a ella. Veo que ya posees una medalla. Así que este será tu segundo combate, y por lo tanto será un combate doble. El que logre derrotar antes a su rival será el vencedor. Si ganas, te llevarás la medalla Robot, pero no te lo pondré nada fácil.

¡Adelante, Heliolisk!

Ambos entrenadores se miraron de reojo y asintieron. Parecía que tuvieran una confianza absoluta puesta el uno en el otro y sobre todo una clara estrategia para proceder en el combate. 

¡Tú sal también a escena, Lanturn!

Ryu llegó rápido a su tercer combate, aunque algo menos confiado, La ex agente Mara había sido un golpe de humildad para el entrenador novato.

Al llegar, la electricidad reinada, eso era un hecho, aunque podría intentarlo. Vamos allá dijo Ryu

Adelante Hydreigon, Metagross, demostremos al Entrenador de electricidad de que somos capaces!, y, sin mayor demora, ambos pokemon salieron de la pokeball dispuestos a realizar el primer movimiento.

Hydreigon!, comienza con Foco resplandor en Lanturn.

Metagross, tu no lo dudes, usa Terremoto!

El combate daba comienzo y con él se iban a realizar los primero ataques. El primero en actuar fue Heliolisk. Lem sabía lo rápido que es así que empezó a preparar una estrategia defensiva que esperaba que le terminase dando la victoria. ¡Comienza a practicar tu baile, Heliolisk! Demuestra que eres capaz de generar una potente lluvia. El techo del gimnasio se cubrió de un manto de nubes y empezó a caer una fuerte lluvia que combinado con la electricidad que había en el ambiente aquello parecía una tormenta eléctrica bastante terrible.

Después fueron los pokemon de Ryu los que continuaron el combate sin dejar intervenir a Lanturn. Ambos golpearon de forma precisa y con golpes críticos y ninguno de los dos tuvieron la capacidad de evitarlo. Pero los movimientos de tipo acero eran sumamente ineficientes contra Lanturn que logró aguantar el golpe a pesar de la precisión con la que había sido ejecutado. Lo que no fue capaz de evitar fue el terremoto de Metagross que devastó a Lanturn y dejó muy herido a Heliolisk.

Aún así, Lem aún tenía un pokémon en pie cuya velocidad era superior a las de sus enemigos y parecía resistirse a abandonar la batalla a pesar de que probablemente no tendría nada que hacer contra ambos rivales, a no ser que tuviera un as guardado bajo la manga.

Ryu sonreía, parecía que este combate sí iba a ser una victoria.

Repetid vuestros movimientos, ya solo Le queda un pokemon, no creo que pueda con los dos de un solo golpe. 

A pesar de que Lem y su pokémon se habían resistido a rendirse el final fue inevitable. Ryu tenía superioridad numérica y aunque fuera capaz de actuar antes que los demás, los movimientos de sus rivales fueron devastadores y terminaron por derrotarle de inmediato.

Lem se llevó las manos a la boca preocupado por el estado de salud de su Heliolisk y lo devolvió de inmediato a la pokéball para que pudiera descansar.

Ha sido un más que digno combate, está claro que venías bien preparado para enfrentarte a mi gimnasio y por eso te mereces la medalla Robot. 

Lem sacó de su mochila la que sería la segunda medalla para Ryu. ¡Enhorabuena, seguro que llegas a ser un gran campeón!

El gimnasio Descarga y el gimnasio Inventos se hallaban en el mismo edificio. Ambos se encontraban en la más alta torre de ciudad Luminalia. Para llegar a ellos tan solo había que dirigirse al centro de la ciudad pues la torre Luminalia era el centro de la villa.

En la entrada del edificio había un hombre que parecía ser el recepcionista y junto a él había un Heliolisk que parecía ser su ayudante. Estaba allí para resolver cualquier duda de cualquier visitante, pues el edificio no solo contenía dos gimnasios, sino que también algunos museos, centros comerciales, restaurantes e incluso un centro de información de la ciudad.

Cuando el aspirante preguntó por el gimnasio, le indicaron que para llegar al gimnasio tendía que tomar uno de los dos ascensores en función de si quería enfrentarse al líder Lem o a su hermana Clem.

El ascensor subió a gran velocidad provocando que al aspirante se le revolvieran todas las tripas y cuando llegó a la última planta un Robot le dio la bienvenida y le acompañó hasta la sala donde se desarrollaría el combate.

Cuando el novato llegó al campo de batalla sintió como si sus pelos se pusieran de punta, aquello se debía a la electricidad estática que había en la zona. Al fondo del campo se encontraba una joven adolescente pero de aspecto infantil, parecía que ella iba a ser su rival. A su lado un pequeño Dedenne jugueteaba entre su ropa y su pelo.

¡Bienvenido! Dijo muy animado, mi nombre es Lem y soy el líder del gimnasio. Mi hermana es la líder del otro, si no me derrotas a mi, y quieres la medalla de nuestro tipo, tendrás que enfrentarte a ella. Veo que no posees ninguna medalla. Así que este será tu primer combate, y por lo tanto será un combate individual. El que logre derrotar antes a su rival será el vencedor. Si ganas, te llevarás la medalla Robot, pero no te lo pondré nada fácil.

¡Adelante, Heliolisk!

Ambos se miraron de reojo y asintieron. Parecía que tuvieran una confianza absoluta puesta el uno en el otro y sobre todo una clara estrategia para proceder en el combate. 

La sonrisa de oreja a oreja escondía el nerviosismo de Tarako por su primer combate. El trayecto hasta el gimnasio se le hizo largo y su nerviosismo fue creciendo, sin embargo, tocaba la pokeball de Garfio y se tranquilizaba, la confianza entre ellos era completa y sabía que podía confiar en él.

Cuando entró al gimnasio y ese chico tan joven comenzó a hablarle le pareció una broma. Pero al ver que en verdad se enfrentaría a él su nerviosismo creció, pues si era líder siendo tan joven es que debía ser muy bueno. El ambiente tampoco ayudaba a la relajación, la carga eléctrica del lugar podía palparse e incluso llegaban a erizársele los vellos de los brazos.

Manteniendo la sonrisa y disimulando como podía los nervios, Tarako dió un paso a adelante y se colocó en su lugar para la batalla. - Yo soy Tarako. Dijo mientras echaba la mano a su pokeball. En cuanto la tocó su nervios se templaron, pues había llegado el momento y Garfio estaba a su lado. - ¡Y Garfio y yo te desafiamos! Dijo con confianza lanzando la pokeball para que su Garchomp entrara en escena. En cuanto apareció lanzó la orden sin perder tiempo. - Garfio, ¡terremoto!

La diferencia principal entre Heliolisk y Garchomp, a parte de sus tipos era lo rápido que era el primero respecto del segundo y lo fuerte que era el segundo respecto del primero. Sin duda, el pokemon de Lem actuó mucho más rápido siguiendo las órdenes y la estrategia que su entrenador le planteaba.

¡Ya sabes como hay que empezar este combate, Heliolisk! Demuestras tus capacidades y haz que empiece a llover. Aquello siempre le retrasaba un turno, si estuviese en el gimnasio de Misty podría hacer llover con más facilidad, pero en su campo de batalla solo había electromagnetismo y no un clima lluvioso.

El cuello del pokemon de Lem empezó a mover su cuello y una impresionante nube se creó en el techo del gimnasio para después empezar a llover. Después Tarako ordenó a su pokémon que provocara un fuerte terremoto y aquello puso fin a Heliolisk antes de que la estrategia empezara a dar sus frutos.

La cara de Lem se quedó desencajada y alzó una ceja preocupado. Pues vaya... qué velocidad... Después se acercó hasta Tarako y le entregó su primera medalla. ¡La medalla Robot!

El combate se resolvió por la vía rápida y Tarako recibió con gusto y una gran sonrisa su primera medalla de manos de Lem. - Ha sido un placer combatir contigo. Dijo el joven estrechándole la mano al líder del gimnasio. Se despidió del muchacho y salió del gimnasio sin perder tiempo, su aventura no había hecho más que empezar, aún quedaba un largo camino por recorrer.

Nada mas salir del gimnasio, Tarako agradeció a Garfio su gran combate dándole varias palmadas en la espalda. Garfio estaba muy contento, se notaba sólo con verlo y también se mostró cariñoso con Tarako. Juntos emprendieron el camino de vuelta, sin embargo, no habían terminado las sorpresas. A mitad de camino, un Lucario apareció delante de ellos, el pokemon mostró interés en Garfio, por lo que Tarako entendió que deseaba probar su fuerza. 

Como el combate en el gimnasio fue rápido, Garchomp estaba en condiciones de luchar y además era una gran oportunidad de conseguir otro fuerte pokemon para su equipo. Garfio y Lucario lucharon con todas sus fuerzas, la lucha fue bastante equilibrada, lo que a Tarako sorprendió bastante. Llegados a cierto punto ambos pokemon jadeaban, así que Tarako sacó una ultraball y se la lanzó a Lucario, afortunadamente el pokemon se mantuvo dentro. - ¡Siiii! Gritó el joven realmente contento al lograr atrapar al pokemon.

Tarako continuó el camino solo, pues también guardó a Garfio en su pokeball para que descansará. Ya tenía una medalla y además se había hecho con otro gran pokemon, esto marchaba realmente bien.