Partida Rol por web

Polvo de Escorpión

Iskal - Prólogo: El exótico

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17/02/2018, 21:46
Stephen Veiner

Veiner frunció ligeramente el ceño. Era un gesto sin importancia, pero su rostro tenía una expresión tan imperturbable, que hasta el más mínimo detalle se hacia notable. Eso hizo pensar a Iskal que había tenido que ocurrir algo que había molestado al mago. Eso, o que las palabras de Kifel le habían molestado, cosa que dado el historial del pelirrojo tampoco se podía descartar.

Ese era el plan inicial, pero me temo que los encargados de recoger y transportar la mercancía no han hecho acto de presencia. Pero no se preocupe señor Kifel, no era nuestra única baza.

Entonces el ministro principal miró al félido.

¿Qué me dice usted señor Iskal? ¿Desea unirse a ésta búsqueda?

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18/02/2018, 21:18
Iskal

Iskal estaba empezando a pensar que el sistema de organización y comunicación de la guardia de aquella ciudad tenía serios problemas. Aunque igual era otro de "los muchos" problemas de Rhovesia, así que daba igual.

Le resultó algo más grato el encontrarse con aquel hombre. Alguien importante intentaba hacer algo bueno. Y casualmente le venía que ni a pedir de boca.

«¡SEÑOR Iskal!» Pensó para susa dentros. Nuri se moriría de risa si oyese tal cosa. Aunque irónicamente el pensamiento le quitó todas las ganas de reirse a él.

—Tiene usted entendido bien—respondió—. Y da la casualidad que vine aquí con intención de ayudar a resolver problemas así que si eso del polvo de escorpión es uno de ellos, claro que me interesa.

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19/02/2018, 10:42
Stephen Veiner

Veiner se quedó unos segundos en silencio mirando a Iskal. Parecía que había dicho algo que había captado su atención.

Perfecto. Les espero mañana a las diez de la mañana en mi despacho, en el Palacio de la Dogaresa—el mago iba a marcharse cuando añadió—. Ah, el teniente Jairus me ha informado que ya pueden marcharse. Buenas noches.

Tras despedirse, el Ministro Principal salió de la sala.

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19/02/2018, 10:48
Narrador

Poco después Iskal y Kifel abandonaban el cuartel de la guardia. Le había costado varios días, pero el félido por fin había logrado lo que se propuso viajando a Puerto del Amanecer. Ayudar a resolver problemas. No todo había ocurrido de la forma que esperaba, pero de alguna manera el loco plan del pelirrojo había salido bien.

Humano y félido se despidieron. El primero iba a pasárse por una capilla de Denébola para ver si podían echarle una mano con los daños colaterales del plan. El segundo se marchó a la taberna con Nuri en sus pensamientos. 

Iskal continúa aquí.