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Polvo de Escorpión

Corianne - Prólogo: La Hija

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04/02/2018, 14:27
Sanadora

Sólo había dos posibilidades para que Corianne pudiera escapar. O tomar el camino que había seguido desde que había llegado o saltar por la ventana. La primera opción garantizaba pocas probabiilidades de éxito. La segunda pocas de supervivencia. Para su sorpresa fue la sanadora la que bufó ante la respuesta de la pirata. Hasta un nihalita podía llegar a cansarse de tantas respuestas a la defensiva.

El Ministro Veiner.

Stephen Veiner, ministro principal de la República Rhovesiano, compañero de Ryvianne la Leñadora y uno de los magos más grandes, sino el más, de toda la región. Quué podía querer de Corianne era todo un misterio. 

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04/02/2018, 19:47
Corianne

«Serás imbécil —pensó Corianne de la nihalita, cuanto esta bufó—. No me conoces, zorra. No te atrevas a juzgarme.»

Era una pirata. Si las autoridades conocían este dato, la reunión bien podría terminar con sus huesos en prisión. Pero allí no había guardias, sólo una hermana santurrona que no podría detenerla con un palmo de acero en las tripas. Pero, por otro lado... Veiner no era sólo el primer ministro. También era el mago más poderoso de toda Rhovesia. Si quería encontrarla otra vez, seguro que podría hacerlo.

Miró de soslayo a su madre. ¿Así era como la habían encontrado, con una adivinación de Veiner? Quizá, si así fuera, es que no era tan fácil de encontrar después de todo. Dudaba que Tatuajes tuviera acceso a magia tan poderosa.

—¿Tengo otra alternativa? —le preguntó a la nihalita, castigándola con su frío desdén. 

Se cruzó de brazos y dejó que la Hermana le condujera a donde quiera que fuera a entrevistarse con el primer ministro.

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05/02/2018, 16:07
Sanadora

Siempre hay alternativa—respondió la sanadora aunque no se refería al hecho de verse con el ministro principal o no—. Sígueme.

Las dos mujeres se alejaron de la cama en la que estaba postrada Cidette y volvieron sobre sus pasos. Nada más salir de la sala, llegaron a un descansillo por el que bajar al piso inferior. Allí, mirando por una ventana, había un hombre. Al contraluz sólo se podía intuir una silueta oscura rodeada de un halo luminoso. Un claroscuro que igualmente podía representar la salvación o la condena.

Os dejaré solos—dijo la nihalita.

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05/02/2018, 16:44
Stephen Veiner

Stephen Veiner se giró y se alejó de la ventana. La imagen a contraluz se aclaró y la pirata pudo ver al ministro principal con claridad. Vestía con ropas de color oscuro y unos discretos adornos amarillos. Veiner había pasado ya los cincuenta años. Tenía el pelo corto y moreno, aunque sus laterales estaban plagados de canas. Un fino bigote perfectamente recortado adornaba su labio superior. Era tan perfecto, que seguramente había magia de por medio. Tenía las manos a la espalda y miró a lapirata a los ojos.

Buenos días. Corianne me han dicho, ¿verdad?—preguntó con unos exquisitos modales—. Supongo que ya sabe quién soy, así no me andaré con rodeos. Ha sido una sorpresa encontrarla aquí en tan buen estado. No pensé que fuera posible encontrar a ningún miembro de la tripulación del Implacable. No, teniendo en cuenta los últimos informes. Así que esperaba que usted pudiese aclararme que fue lo que ocurrió con el barco después de adentrarse en esa tormenta.

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05/02/2018, 19:46
Corianne

Corianne abrió la boca para protestar, pero volvió a cerrarla sin decir nada. No tenía sentido que intentara negar su vinculación con El Implacable. Pero decidió dar a Veinar la información mínima e imprescindible para que la dejara en paz mientras, a su vez, trataba de sonsacarle información al primer ministro.

—¿Puede especificar a qué tormenta se refiere exactamente, primer ministro? —dijo adoptando una expresión seria y sumisa—. Si me puede dar una fecha concreta le podré ser de mayor ayuda.

Si había sido una tormenta que había hundido a la zorra de los tatuajes y al cabrón que le había puesto los cuernos, tanto mejor.

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06/02/2018, 09:45
Stephen Veiner

Entiendo.

No parecía que Veiner estuviera interesado en averiguar algo más, pues decidió cambiar de tema.

No sé si se da cuenta de la situación en la que está señorita Corianne. Han sido muchas las acusaciones de piratería por parte del Implacable que han llegado a la República. Hace unos meses, tras las investigaciones adecuadas, se dieron por válidas dichas acusaciones y desde entonces hay orden de que el barco fuese reducido y si no hubiese posibilidad para tal, hundido. Y dicha orden se traslada también a los miembros de su tripulación—tras una breve pausa, como si quisiera darle tiempo a la pirata para que pensara en sus palabras añadió—. Entenderá lo que eso significa.

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06/02/2018, 09:58
Corianne

Corianne se encogió de hombros en un gesto de fingida indiferencia.

—He venido aquí por mi propio pie. No necesita mirar muy lejos para encontrar una muestra de que soy consciente de lo que ocurre, y también de que estoy dispuesta a colaborar. Pero discúlpeme, primer ministro, que señale otra cosa de la que me he dado cuenta: ha sido usted quien me ha enviado llamar. Si eso es así, es porque quiere algo de mi, de lo contrario habría enviado a sus guardias y me habría arrojado a un calabozo. De modo que dígame qué puede ofrecerme a cambio de mi colaboración. 

Y deja de amenazarme a las primeras de cambio -añadió para sus adentros.

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06/02/2018, 12:07
Stephen Veiner

Inteligente. Se podría sacar provecho de usted si optara por otro modelo de vida.

Bien podría ser un cumplido, pero la forma que tenía el ministro de dirigirse a Corianne hacia que fuera difícil tomarlo como tal.

Ha venido a visitar a un adicto, así que tendrá interés en saber qué está ocurriendo con el polvo de escorpión. Yo también estoy interesado. Estoy reuniendo un grupo de hombres y mujeres para que lo averigüen. Y estará de acuerdo conmigo en que unirse a ese grupo es una forma más útil de pagar por sus crímenes que encerrarla en un calabozo.

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06/02/2018, 21:49
Corianne

Veiner empezaba a hablar su idioma. Corianne dibujó una sonrisa encantadora en el rostro y abarcó el edificio con las manos.

—Qué extraño, Ministro Principal. ¡He encontrado pragmatismo, en el último lugar donde iría a buscarlo!

Como me sucede a menudo con las bragas.

—Sí, sería mucho más útil allí. Debe saber que soy una ferviente creyente en el interés mutuo, y dado que desde hace un tiempo no formo parte de la tripulación del Implacable... —dejó el pensamiento en el aire.

Veiner también era un tipo listo. Seguro que sabría atar cabos con respecto a la razón por la que antes le había preguntando por la fecha de la tormenta.

 —...no tendría reparos en volver a repetir una asociación mutuamente beneficiosa, si se diera el caso. ¿Qué decía antes sobre la tormenta? Mi antigua tripulación y yo no terminamos en muy buenos términos; no me llevaría precisamente un disgusto si me dicen que son carnaza para los tiburones. 

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08/02/2018, 23:03
Stephen Veiner

Yo no me alegraría por adelantado. Usted ya debería saber que el mar aguarda muchas sorpresas—Veiner se ajustó los guantes—. La esperaré mañana a las diez de la mañana en el Palacio de la Dogaresa. Y le recomiendo que sea puntual. No me haga creer que se ha fugado. No sería bueno para usted.

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09/02/2018, 22:50
Corianne

Corianne enarcó una ceja.

—¿Me espiaría mágicamente, señor Veiner? —ronroneó—, ¿incluso en momentos... íntimos?

Acortó la distancia. Había pocas personas en Rhodesia capaces de manejarse mejor en la distancia corta que ella.

—¿Podría ponerme algún ejemplo concreto de qué haría si fuese una... chica mala?

No aguardó una respuesta. Soltó una sonora carcajada, giró sobre sus tacones y caminó en dirección a la salida contoneando sus caderas como una ramera de antro de puerto. Se detuvo, puso los brazos en jarras y miró hacia atrás en una pose ensayada.

—No se preocupe, señor mago. Allí estaré. Le doy mi palabra de pirata.

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12/02/2018, 10:35
Narrador

Stephen Veiner se mantuvo impávido ante las insinuosas preguntas de Corianne. Y eso era algo a lo que la joven no estaba acostumbrada.  El mago no dijo nada más, se limitó a observar como la joven bajaba por las escaleras

Una vez fuera del sanatorio Corianne repasó todo lo que había ocurrido durante la mañana. Sin duda había sido mucho más provechosa que las últimas treinta. Por un lado la posible condonación de sus crímenes y las noticias del Implacable. Por otro que no había podido averiguar como su madre la había encontrado. Se podía considerar que el saldo había sido positivo.

De momento.

Corianne continúa aquí.