Partida Rol por web

Querido Iri, tu problema  es que sueles invadir la zona de seguridad del prójimo, si se trata de una fémina. Alguien tenía que marcarte las distancias, jajajajajaja. Brec lo hizo muy sutilmente!!! jajajajaja.

No era lo habitual que un droide de combate acompañara a una panda de bandidos, pero era mucho más divertida su compañía que ir con gente como yo - bueno, pues sigamos adelante, caerá la noche y habrá que buscar un refugio seguro - ¿Habrá noche en este planeta y cuevas? No me gustaba acampar al raso pero la suerte que tenían era que yo no necesitaba dormir.

- Ra, no te alejes precisamente tú - era el más pequeño de todos y parecía que el más intrépido e imprudente de todos, podría pisar nieve blanda y desaparecer de nuestra vista - además apenas vas armado - aunque no entendía muy bien cómo un ser peludo podía tener frío en un hábitat helado.

Tras la batalla (corta pero intensa), ANKy trató de divisar con los binoculares los alrededores, pero la nieve y la ventisca lo impedían. Mientras tanto Ra daba saltitos para tratar de perder el ritmo de marcha y el calor.

Esas criaturas son Narglatch, felinos que habitan en varios planetas. Sin embargo nunca los he visto en esta luna, aunque sabía de su existencia -aclaró el trandoshano-. Al menos yo nunca me encontré con ninguno.

Brec e Iri coincidieron en seguir la marcha, pues pararse en aquel erial helado podría generar contratiempos (y un buen resfriado).

¡¡FIUUU!! ¡Bpp! ¡Bipp! ¡Crrrrshhh! -R2-M3 comenzó a pitar, comentando a ANKy que quedaban pocas horas de luz, puesto que la rotación de Sharpalis se efectuaba pocas horas, no llegaba a doce-.

Con esta advertencia, proseguísteis vuestro camino por la llanura helada (aunque realmente un poco a ciegas, debido a la ventisca), con la única ayuda de la guía de Girad, el único que había estado por allí antes. En menos de una hora, con una marcha bastante apretada, pudísteis encarar las primeras estribaciones rocosas y heladas de la cordillera de Julkaril. Un gran macizo rocoso que se extendía, ahora, desde vuestra posición hasta donde la vista se perdía, en el horizonte (que como decimos, no podíais ver por las nevadas).

Poco a poco el ascenso fue cada vez más lento, puesto que el terreno en pendiente cambió abruptamente, y no era lo mismo avanzar por uno mismo que todo un grupo unido.

* * *

Durante unas horas no experimentásteis contratiempo alguno. Subíais y subíais por senderos rocosos, naturales, pues era inaudito encontrar cualquier tipo de camino, construcción, pueblo o civilización en aquellos parajes. Finalmente, la luz cayó, pero habíais tenido a bien el deteneros antes de que ésto ocurriese, e invertir así un precioso tiempo en buscar un refugio. Las montañas de Julkaril estaban copadas de cuevas, al menos en esa cordillera sur, por lo que elegísteis una de las mismas, con la suficiente amplitud para todo, en la que resguardaros cuando la noche llegó.

Afuera seguía nevando, y ni siquiera podíais ver las estrellas.

- Burrrbbbbffff.-

En pequeño Ra Fandu se sacudía como podía, como sin con aquello fuera a evitar el frio. Un frio que por otra parte, no era mucho menor en aquella cueva helada. Cada poco tiempo entraba una ráfaga de aire frio que lo hacia encogerse un poco más.

- Desde luego, tendríamos que haber traído un calefactor portátil o algo de eso. Este lugar es… incomodo. Y reconozco que mi especia no esta especialmente preparada para este tipo de ambiente. Tenemos un sistema calórico, en contra prestación a los saurios.-

Haciendo referencia a que la mayoría de especies reptiloides eran de sangre fría, en contraposición a las mamíferas como la suya.

- Sin lugar a dudas, esta aventura dura ya mucho más de lo que gustaría. Espero que no quede mucho trecho hasta el lugar de la “entrega”. Hielo en deseos de salir de aquí.-

Procuro hacer un juego de palabras, pero carecía de toda gracia en verdad.

Sus ojos, empezaban a aclimatarse a la oscuridad y buscaba con la mirada algún rincón acotado del frio en el interior de la cueva.

Habíamos alcanzado una cueva antes de que cayera el sol, aquello había sido realmente un acierto - creo que deberíamos de investigar esta cueva - los agujeros en las montañas no surgían sin más, siempre había una causa - no quiero sorpresas.

- Girad, tu pueblo ¿no ha pensado en realizar túneles en vez de tener que escalar las montañas? - un signo de evolución de las especies sería llevar a cabo todo tipo de avances en su modus vivendi. Si vives en un planeta helado, lo lógico es construir refugios, así como buscar alternativas a las montañas.

siempre era bueno informarse sobre los demás pobladores por si tuviéramos algún contacto con ellos - tu raza ¿sufre alguna debilidad? - si nos íbamos a enfrentar a varios de sus congéneres, bueno era saber cuáles eran sus puntos flacos.

Me dirijo hasta Iri - ¿Pudiste fijarte bien en quién nos atacó en el espacio? Digo si la nave era imperial - dado que la primera parte del pago la habían hecho en créditos de la República, estaba claro que no formaban parte del otro grupo, aún así era bueno saber que no los perseguían.

Malo sería que nos persiguiera el Imperio y que aparte tuviéramos que enfrentarnos al clan del Aullido en las montañas para acabar cumpliendo la misión de entregar el droide a vete a saber quién.

La ascensión fue lenta y tediosa. cada vez más. La luz se nos escapaba, pues el ciclo orbital de aquella luna era corto, así que el grupo decidió buscar refugio antes de que oscureciera, a costa de detener el avance.

Al final encontramos una cueva... Un resguardo natural de los muchos que había por allí, pero con la capacidad necesaria para nuestro grupo completo. No parecía que hubieran grietas internas que comunicaran con otras cuevas o cavernas interiores, lo cual convertía el lugar en un culo de saco, pero teníamos la tranquilidad de saber que nadie nos podría atacar por la espalda.

Bueno ANKy, mientras no haya oberturas por donde pase algo mas grande que Ra, me doy por satisfecho.

Oye Brec, y con ese truquito de la mano, no podrías acumular nieve en la entrada para cerrarla y así evitar las corrientes, y mantener un poco más el calor dela cueva? Al fin y al cabo, las chozas hechas de hielo, no es una cosa que se desconozca, es verdaderamente una técnica primitiva.

Tienes razón Ra, tenias que haberte traído un conversor térmico dela nave para invertir la temperatura de este lugar... Como no lo pensaste antes? En la nave ahora no hace nada!!! jejeje. Envuélvete en una manta para que no te cale el frio en tus huesos...

Por cierto, R2-M3, cuanto tiempo tenemos para descansar hasta que haya luz otra vez?

—Era un... carguero HWK - 290 —respondió Iri, arrebujándose en sus ropas de abrigo y buscando algo con qué encender fuego—. No había detalles útiles que los sensores detectaran, pero no descartaría que aquí el amigo Girad tuviera razón y fueran sus amigos cazadores. 

Echó un vistazo a su arma y comprobó que el frío y la última contienda no le habían pasado factura. Lo último que quería era que le fallara en el último momento.

—Mínimo nos quedan algunas horas... aprovechemos para descansar y dejar que nuestros amados droides hagan guardia.

- Suerte que hemos encontrado cobijo, creo que la noche va a ser fría - dijo mientras entraba con sus compañeros en la cueva y sacudía la chaqueta para quitarse la nieve que se le había acumulado. - Y espero que no encontremos más sorpresas e invitados inesperados.

Para asegurarse de que no ocurriera como el incidente con esos dos animales, intentó usar la Fuerza para detectar algún tipo de vida que no fueran ellos, pero el cansancio y el frío habían hecho mella en ella, y no pudo notar nada, pero sin poder estar segura de que hubiera o no alguna otra forma de vida a parte de ellos.

Ante la petición de Ellassar, denegó con la cabeza.

- Mejor no, no me siento capaz y seguro que provocaría un alud. Será mejor que hagamos fuego con algo y descansemos.

Parecía que Ra Fandu acusaba aquellas bajas temperaturas. Miraba de reojo a Girad, a quien en verdad este clima no le afectaba. Tal vez por eso los trandoshanos hacían allí sus cacerías...

Esta luna no es nuestro hogar -respondió Girad a ANKy-, sino Trandosha, un lugar muy distinto. Aquí sólo venimos... bueno, vienen... a cazar. ¿Alguna debilidad? Mmm...

Un buen disparo de bláster, como todos... -añadio Yalla, y Girad asintió, sabiendo que la mujer twi'lek tenía razón-.

Entonces el pequeño R2-M3 comenzó a emitir pitidos ante la pregunta de Ellassar. ¡¡Fiuu!! ¡Fiuu! ¡Basssf! ¡Bop! -ANKy logró traducir a su pequeño compañero de viaje, e informó al grupo de que en unas cinco horas amanecería de nuevo-.

Por su parte Brec trató de usar la Fuerza para detectar vida cercana, pero tal vez fuera el cansancio del viaje o la tensión del momento (pese a que ya habíais pasado dos peligros) lo que no dejó que pudiera interpretar nada del terreno. Enseguida pudísteis hacer una pequeña hoguera con un encendedor que llevaba Girad, el cual por cierto, comentó, que aquellas cuevas solían ser poco profundas y no guardaban galerías (y por tanto peligros ocultos) en ellas.

* * *
Las horas pasaron y tras pasar esas horas en lo más profundo de la cueva (aunque que en realidad no se llegaba a perder nunca la visión de la entrada de la misma), la luz solar llegó hasta Sharpalis, aunque sin embargo, calentar la luna en aquella época era una tarea harto imposible. El día amaneció con nuevas ventiscas, y pese a ello debíais continuar la marcha. Girad comentó que habría que subir un par de picos y llegar a auna meseta plana, en las alturas, donde el frío se recrudecería. A Ra (y en realidad al resto) no les hizo ni pizca de gracia oir eso.

Una vez dejásteis el refugio y os preparásteis, caminásteis de nuevo en ascenso de las montañas. Peñascos grandes aquí y allá eran dejados atrás por la comitiva que formábais. Cada vez la planicie en la que antes luchárais contra aquellos felinos azulados se alejaba más y más, ya que subíais a más y más altura... Y todos parecíais sucumbir (o al menos eso parecía), al frío de las ventiscas, pues era realmente fuerte.

Tendremos que llegar rápido, Girad -añadió Yalla, deteniéndose un instante para mirar a vuestro alrededor-, ésto es insoportable -la mujer twi'lek, más acostumbrada también a entornos cálidos, se quejaba de la ruta-. Cuanto más tiempo estemos en esta luna más peligros nos acecharán, incluido el de ahi arriba -se refería al infame clima-.

No es la ruta más directa, pero sí la más segura... ¡Mira esas rocas! -señaló a una amalgama de pedrusco gigante y helado, cubierto por nieve en su parte superior-. ¡Justo detrás de eso hay acantilados, sin contar con los desprendimientos! Si quieres que sigamos por ahí, adelante, llegaremos antes... pero es más peligroso. Yalla quedó mirando al resto, osea, a vosotros.