Partida Rol por web

Snow oyó los gritos desesperados del "babyface", así que alargó el brazo y empezó a tirar de Amanda. Una vez la acercó a la cuerda, mientras se sostenía con la otra mano y era agarrado por Jack y Jerico, le pasó la cuerda a la médico por debajo de los brazos, hizo un pequeño nudo y se encomendó a los cielos.

-Está bien. ¡TIRAD! -gritó, esperando que desde arriba, hiciesen algo más, aunque con la cuerda, algo ya habían hecho, desde luego.

Jo estaba más fresca que el resto, pero eso no significaba que pudiese hacer mucho más. A pesar de todo, logró ayudar a Snow mientras éste enrollaba la cuerda alrededor de Amanda y sostenerla, a la espera de que desde arriba hicieran el último esfuerzo y la subieran.

Lo cierto era que a pesar de todo, si lo pensaba analíticamente, habían tenido muchísima suerte. Habían perdido a aquella mujer, Gabby, pero si únicamente moría ella después de todo lo que había sucedido... podían decir que el resultado había sido incluso bueno.

Ripley miró hacia abajo. Aquello era un maldito lío y con sumo gusto habría dejado a todos caer. Pero algo en su interior y el maldito reproche de aquella mujer, la habían fastidiado lo suficiente como para no hacerlo.

Así que cogió la cuerda y empezó a tirar de ella.

-Está bien, encanto. ¿Querías salvarlos... ? ¡Pues ven aquí y tira!

Al menos, y eso sí que debía reconocerlo, habían acabado con uno de los cazadores, aunque a un precio más que discutible. El puente. ¿Ahora cómo demonios se suponía que iba a poder ir al otro lado? La mujer que se había quedado cortada, desde luego, tendría que buscarse la vida porque nadie iba a ir a buscarla.

Mientras todos colaboraban en tratar de rescatar a la gente del puente ella seguía llorando asustada como una niña pequeña. Al menos así se sentía en esos momentos. ¡Y que diablos, se sentía así desde hacía mucho tiempo! Especialmente desde que había comenzado toda aquella locura, pero ya desde tiempo atrás había perdido el timón de su propia vida. Y es que en algún momento tenía que ser fuerte para afrontar aquello ese era un momento como cualquier otro pars hacerlo. ¡Aunque vaya momento!

- El peor de todos... - Dijo para si misma. 

Sarah se puso en pie y se acercó hasta sus compañeros que estaban agarrando aquella cuerda y tirando para subir a los otros. Compañeros... ¿Eran realmente un equipo?  Hasta ese punto tan solo se ha usado considerado un estorbo para el resto. Tenía que demostrar al resto que podía ser algo más. Pero primero tenía que convencerse a si misma de ello, algo que ers incluso más difícil.  

Agarró un extremo de la cuerda y tiró con todas sus fuerzas. Posiblemente no sirviera de mucho, pero sentirse útil era para ella el primer paso.  

Entre Ripley y Sarah, lograron finalmente tirar de Amanda, no sin esfuerzo, y subirla hasta el borde del puente, en donde la recogieron y la arrastraron hacia el interior, a salvo por fin de caer, pero no de morir a causa de las heridas, puesto que tanto ella como Jerico estaban aún a la espera de recibir atención médica si no querían morir.

Pero cada cosa a su tiempo.

Ripley y Sarah estaban asfixiadas, pero habían sacado por fin a uno. Ahora solo quedaban cuatro más, aunque era de esperar que pudieran subir hasta allí por su cuenta.

Amanda ya estaba a salvo,al menos por el momento. Pues sus heridas eran claramente un motivo por el que morir. Ella no era doctora, pero se le hacía muy evidente que con una amputación como aquella iba a necesitar medicinas y medicinas de algo que escaseaba allí. Quizás en el.botiquín hubiera algo, aunque solo fuera para el dolor,  pero lo primero era lo primero. 

-  Hazta a un lado Amanada. - Le dijo.  - Enseguida estoy contigo... - Le acarició el rostro y volvió a tirar la cuerda por el acantilado. - ¡Ataos a la cuerda!  - Alzó la voz. - ¡No puede caer nadie más! 

Esperó a que alguien confirmara que estaba listo y entonces miró  Ripley y a Sonw para comenzar a hizar al siguiente superviviente.  

Ripley cogió la cuerda que le ofreció Sarah, asintió con la cabeza y una vez recibieron el aviso desde abajo, tiraron. No sabía quién acabaría arriba, a salvo, pero sí que la joven se estaba esforzando por salvar a aquel grupo de personas, empezando por la inútil que había armado todo aquel problema, aquella mujer que había perdido su brazo y a la vez, la cordura, lanzando la granada.

A su entender, era la última que merecía estar viva.

Por fin se habían puesto las pilas y veía con alivio como subían a Amanda que, aunque estaba inconsciente, por lo menos se encontraba arriba completamente a salvo.

De nuevo los de arriba nos tiraban la cuerda, agarrandola me acerque a la otra fémina que se encontraba en el puente y, que a pesar de encontrarse a salvo arriba habia vuelto a bajar para ayudarnos.
Puedo preciosa?? le dije una vez hube llegado a su altura, no sin cierta dificultad.

De nuevo cogi la cuerda y con sumo cuidado la ate alrededor de la cintura de aquella morena Tranquila, en breve estarás arriba le dije una vez la hube atado y comprobado que se encontraba a salvo Podeis tirar!! les grite de nuevo a los de arriba a la espera de que la pusieran a salvo igual que a Amanda

Ripley y Sarah volvieron a tirar con éxito de la cuerda, alzando en esta ocasión a Jo, que había bajado para ayudar al resto. Llegó más descansada, pero no por eso más fresca. En cuanto estuvo arriba, sin apenas tiempo para descansar, se desató la cuerda, volvió a lanzarla y se colocó detrás de Sarah, dispuesta para tirar, aunque sus fuerzas eran más bien exiguas.

-Estoy lista. Vamos allá -dijo, mirando a las dos mujeres y echándole un vistazo a Amanda, que yacía en el suelo, visiblemente cansada y sobre todo, dolorida.

Aquello no se terminaba nunca. La chica que había vuelto, no parecía estar para aguantar demasiado, pero en cualquier caso, era uno más tirando.

Quedaban aún tres por subir y tenía la sensación de que no iba a ser tan fácil conseguirlo. Los cazadores siempre atacaban en grupos de tres y hasta ahora, solo habían visto uno. ¿Dónde demonios estaban los otros dos? ¿Observándolos mientras sufrían creyendo que iban a salvarse?

Desde luego, si ella fuera cazadora, no perdería el tiempo con presas fáciles. Era mucho más divertido hostigarlas hasta el agotamiento y la desesperación.

Sí, eso es lo que haría.

Habían conseguido subir a Amanda y también a Jo. Las dos doctoras iban a ser importantes para el grupo. Sobre todo la pelirroja, pues la pobre Amanda además de lisiada, no parecía estar muy fina de la cabeza tras los últimos acontecimientos.  Pero todavía quedan tres más por subir y tenían que tratar de sacarlos a todos. Cuántos más vivieran, menos probabilidades tenía ella de ser el objetivo de los cazadores. 

- ¿Estamos listos? - Preguntó. - ¡Tirad! - Gritó.

Amber miraba la caótica escena desde el otro lado. 

-Tremenda panda de inútiles... -pensó, con cierta preocupación.

Sin embargo, ella debía de encontrar algún modo para volver al sitio, otro lugar...

Desde donde estabas, podías ver ambos lados del ancho precipicio, pero también que por tu izquierda, el lugar parecía ser más escabroso e ir estrechándose más. Quizás, varios kilómetros más lejos, pudieses encontrar algún paso.

Por el otro lado, en cambio, no veías nada que evidenciara un cambio.

También podías intentar descender al fondo del barranco. Era un descenso difícil, pero una vez abajo, podías subir por el otro lado, alcanzar los restos del puente y ahorrarte así una caminaba que podía durar varios días.

Desde luego, en donde estabas, había nada que hacer y estabas demasiado expuesta, así que quedarte quieta no era una opción válida.

Amber miró las dos opciones. Ninguna le convencía, pero como buena atleta que era y aquellos bíceps y tríceps no se podían estar quietos, optó por bajar por el barranco.

Amber se frotó las manos, se humedeció sus ásperas manos con el forraje de las plantas que allí había, obviamente, machacándolas, y suspiró. Había rezado como tropecientos Padre Nuestros mentalmente antes de descender. Poco a poco iba poniendo sus manos y sus pies en los huecos de la pared.

-Venga, campeona, tú puedes.

Mientras los demás os afanabais en subir a tierra, muchos de vosotros girasteis la cabeza hacia el otro lado, atraídos de forma instintiva por algo que se movía.

Amber, con un par de ovarios, estaba descendiendo por la pared vertical, como si fuese una maldita escaladora, intentando llegar hasta el fondo del barranco como fuese y unirse a vosotros.

Era algo digno de ver... aunque estaba aún por descubrir, si no acompañaría a Gabby.