-Supongo que las que tengan valor para un comerciante.
- “Mi busqueda aquí ha terminado. Podemos seguir.“
-¿Todos los religiosos son así de tontos? -le pregunto a Bael.
- “Este lugar es la tumba de Altor el santo. Ya ha sido mancillada mucho tiempo dejemos este lugar.“ - me dirijo hacia la salida.
Asiento a lo que dice Merebor, y salgo detrás de él
-¿Cuánto medía Altor? Supongo que más de 2 metros...
Les sigo
Paro en seco.
-¡Eh! Que le toca a Glorfindel divertirse.
- GLORFINDEL, VEN - grito imperiosamente hacia la puerta del sanctum.
-Ya tenemos el dichoso bastón, vayamonos de aquí. Si quieres echar un vistazo, Glorfindel, no te lo impediré, pero es posible que no salgas. Con los magos y los muertos no se juega... Necesitaremos tu arco para salir de aquí.- Digo, quedándome parado sin ninguna intención de adentrarme más allá.
-Bueno, esta bien, no entraré, pero Merebor, si tu has salido de ahí no veo porque yo no...
Os vais a la salida del edificio, el troll se une a vosotros; ya estaba cansado de destruir piedra. Empezáis a bajar las escaleras del templo, a mitad de estas encontrais a Vrurx sentado, contemplando Ibnath.
El goblin se queda fascinado con el bastón de Merebor.
"¡AH, IMPRESIONANTE!" - Grita el goblin fascinado. - "!Entonces entrar en las camaras subterráneas será pan comido si os habeis logrado hacer con ese tesoro!"
El goblin se levanta.
"¿Vamos ya?" - Dice emocionado.
- "Cada lugar tiene sus secretos. No te recomiendo en el futuro merodear por la entrada de este templo Vrurx."
-¿Tesoro? ¿El palo? ¿Cuánto dices que podría valer?
"Ni idea." - Contesta el goblin.
Continuáis bajando los escalones hasta bajar a la arena. Cuando todos pisais ya las arenas que forman el suelo de Ibnath, notáis como a Vrurx le pasa algo.
Empieza a murmurar unas cosas de espaldas a vosotros y entonces se gira. Es cuando lo veis.
"¡EL FRACASO DE VALION SE CONSUMARÁ!" - La voz del goblin se vuelve distorsionada y maligna. Su hombrera se convierte en una horrible cara y de su mano sale un fuego verde que manda al suelo. En su mirada se distingue un sentimiento de odio enorme.
Varios brazos esqueléticos salen de las arenas y agarran a todos menos a Bael y a Vrurx. Sobretodo agarran las piernas de Gulog entre muchos, impidiendo que se mueva del sitio. Mientras que los demás tienen dos o tres brazos agarrándoles de las piernas, Merebor tiene seis brazos asegurando que no pueda moverse.
Tirada oculta
Motivo: Minimo 25
Tirada: 1d40
Resultado: 5 [5]
"Lo siento Merebor, fuiste mi único amigo. Pero Orcus es mi señor y debo obedecer, creo que lo entenderás" - Digo a la vez que ataco a su cabeza con toda la fuerza de mi espadón.
-¿Pero qué coño? -digo flipando, mientras trato de liberarme.