Partida Rol por web

Quarion procura dejar a Iresha en algún lugar seguro y desenvaina su arma preparado por si hubiera problemas.

Tengamos cuidado...

Eyskhan abandona el área de oscuridad mirando su mano derecha. En su palma, todos podéis ver claramente una espiral irregular marcada a fuego. Lo reconocéis como el mismo símbolo del collar que encontrasteis en la habitación de Iresha.

Quizá podamos pasar colocando en ese sitio el collar en vez de tu mano.

Dice Quarion con una sonrisa.

-Es una buena posibilidad...- accedió Asher -Aunque, la verdad, esto de hacer experimentos con las manos desnudas, no acaba de convencerme demasiado.- indicó el guerrero ambidiestro, cuyas herramientas de trabajo apreciaba más que nada.

Hagámoslo y dejémonos de tanto charlar y de tanto perder el tiempo digo mientras permanezco concentrado y pensando en si esa opción puede ser lo correcto.

 Helen asiente ante la buena idea de Quarion y luego mira de reojo al Clérigo por si reacciona ante esa idea.

El clérigo no reacciona ;). En todo caso lo notas extrañamente divertido.

-Bueno, creo que ya vale de hacer tonterías vudú con esa cosa oscura. No vinimos aquí de experimentación. Ya va siendo hora de salir de aquí. Obviamente la niña se viene con nosotros. Del resto... poco puedo decir. Habría que poner a alguien discreto qe conozca a los locales a trabajar en ello, porque obviamente nosotros meteremos la pata. Tal vez la madre de la pequeña. Alguien debería de ir a hablar con ella, mientras otros la devolvemos a su padre, que es donde debería de estar.- dice Asher, con un tono que no aceptaba mucha réplica -Subiré arriba para ver si hay alguna ropa con la que cubrirlos un poco al menos.- añadió antes de largarse.

Sin embargo, no era aquella toda su intención... más bien esperaba poder comprobar si los orcos, efectivamente, no habrían llamado a algo más de ayuda, puesto que aquello complicaría mucho las cosas.

Asher sube al piso de arriba. Lo encuentra todo como lo dejasteis, es decir hecho un asco. La única ropa que hay son las túnicas del armario de la habitación del sótano y las libreas que usaban los orcos, que se pueden encontrar en el piso superior.

 Cuando Asher ha subido, Helen comenta con una risita:

Vaya, parece que nuestro explorador tiene un poco de fobia a los espacios cerrados. Pero tiene razón en que nos tenemos que ir. Intentemos lo que ha dicho Quarion a ver que pasa y salgamos pitando.

Quarion espera a que Helen salga indemne de la oscuridad antes de tomar ninguna determinación.

Tras una breve búsqueda por otros lares y asegurarse de que no había visitas indeseadas, Asher regresa al sótanocon las ropas de los orcos de arriba y las añade al montón de túnicas:

-Vestidos de guardias o de sectarios, tanto les va a dar, pero al menos estarán más dignos. La verdad, creo que alguien debería de quemar este lugar hasta los cimientos, si se espera no llamar la atención: menos problemas dará un incendio puntual durante una fiestecilla noble,- dice señalando a los cadáveres que hay por el suelo y hacia atrás al piso superior -Que no el revuelo que traería el verdadero tinglado... aunque eso lo dejaría a decisión del gobernador, la verdad. Es su ciudad y es cosa suya.- terminó, mientras observaba el resultado de las pesquisas finales.

Helen entra en la oscuridad...

Poco después de entrar en la zona tus ojos se empiezan a ajustar a la oscuridad. Te parece ver que todo esta lleno de franjas de nubes purpuras que se desplazan a tu alrededor. El duro suelo tiene una consistencia débil, como si pisaras un colchón. En la periferia de tu visión hay varios pares de extraños ojos amarillos que te observan cruelmente.

La extraña visión te nubla la vista y te marea, te quedas mirando al altar quieta.