Partida Rol por web

Dave salta a un lado y grita: -¡CUIDADOOOO! Separaos, no os quedéis cerca.

Acto seguido de una de las lámparas de la sala, emite un rayo que se dirige al primer bicho

Alessandra abre fuego con su pistola contra una de las criaturas, manteniéndola lejos a tiros hasta que Dave, con gran dificultad, consigue dominar la suficiente electricidad como para herirla. Aunque el cánido deformado gruñe y parece sufrir al impacto de la corriente, aún se mantiene en pie, no ha sido suficiente para acabar con él.

Poco después, la otra atraviesa volando de repente la habitación para estrellarse en la pared del fondo. Es cosa de Sergio, quien sin pensar, ha hecho un ademán con el brazo y convertido a su propio enemigo en proyectil. El animal gruñe de dolor por el impacto pero poco después se reincorpora. Inútilmente, porque Bob carga su escopeta, aprieta el gatillo, y termina lo empezado por Sergio de una perdigonada, añadiendo a los desperfectos de la pared una capa de sangre y otros fluidos difíciles de identificar.

El engendro superviviente se sacude dolorido, gruñe, y a continuación corre hacia vosotros y ataca a Alessandra, que parece haber retenido su atención al provocar un estímulo más comprensible para su limitado cerebro que las indirectas descargas de Dave.

Corre hacia ella, salta, y la lacera dolorosamente con sus garras. Alessandra siente una vez más el dolor en su carne.

Por puro reflejo cargué hacia la criatura que había hecho presa en Alessandra, tratando de que al menos se soltase, haciéndolo cuerpo a cuerpo para no herirla.

Contuve un grito con los dientes apretados. ¿Por qué aquellos putos perros o lo que fueran parecían escogerme como presa favorita? ¿Tendría algo que ver mi capacidad de crear garras? Dejé de elucubrar mentalmente al respecto, apuntando al monstruo a quemarropa y disparando con saña.

¡Joder... otra vez!  me pregunto... si esto será infinito o si siempre voy a poder estar lanzando calambrazos hasta la saciedad, no obstante... ¡Sigo! que si no... el bicho se va a comer a alguien!

Alessandra, sorprendida, descarga un tiro a quemarropa, pero no es suficiente para detenerlo. Mientras, Dave apenas consigue provocar unas pocas chispas ante las que el animal ni se inmuta.

Sergio mira de un lado a otro sin saber qué hacer, no se atreve a disparar pero tampoco ve nada que le pueda servir para golpear al animal. Bob, en cambio, pasa de tales consideraciones y directamente arremete contra él. La fuerza del empellón hace que el perrazo empiece a toser y a escupir sangre, hasta que se derrumba. 

Tras oír el sonido de la criatura cayendo al suelo me volví hacia Alessandra, ya que había visto cómo la criatura la había herido.

- ¿Quieres que le eche un vistazo a eso?- Le pregunté, viendo manar la sangre, con mi mano tanteando en busca del kit médico con el que me había hecho en el cuarto anterior.

Mi disparo había herido a la bestia, y por unos segundos pude ver mi fin reflejado en los ojos de aquella criatura terrible, antes que Bob acabara con ella. Solo entonces fui consciente del dolor, llevándome las manos a la nueva herida. -¡JODIDOS HIJOS DE PERRA!- Grité, antes de apretar los dientes para aguantar el dolor. Cerré los ojos y me concenté en respirar; cuando escuché la voz de Bob me limité a asentir con la cabeza, apartando mis manos temblorosas y ensangrentadas para darle espacio para maniobrar.

Cuando ella apartó las manos dejándome ver la herida vi que había sangrado copiosamente justo al ser agredida pero ahora parecía haber detenido el goteo de flujo vital. Decidí que tal vez el botiquín fuese más necesario en circunstancias de vida y muerte y procedí a improvisar un vendaje empleando jirones de tela que conseguí entre los restos del desastre en que se había convertido aquella sala. Presioné y até con fuerza un envuelto de telas que se tiñeron durante un par de segundos de tono escarlatas antes de contener aquel escape, no era un médico de verdad, justo lo que necesitábamos cuanto ates, TODOS, pero había que intentarlo.

- ¿Crees que así podrás ir tirando?- Le pregunte acabando de afirmar el vendaje, mirándola a los ojos no sin cierta preocupación.

Mientras el "doc" atendía mis heridas, me mantuve muy quieta, intentando relajar mi respiración y manteniendo apretados los dientes. El dolor no desapareció mágicamente, pero se hizo soportable al no tener las heridas abiertas con posibilidades de infectarse. Para cuando Bob había terminado, estaba un poco más tranquila.

-Joder.- Maldije de nuevo, pero sin gritar esta vez. -Dame solo un minuto más Doc; ya luego seguimos con esta mierda.- Dije, recostándome en el suelo y cubriéndome el rostro con el brazo, con los ojos cerrados. Pasado el minuto, intenté incorporarme, viendo que la herida no dolía tanto al moverme, lo que era buena señal. -Vale, estoy lista.

Al menos, ya habíamos "limpiado" aquel pasillo, quizás ahora podríamos encontrar algo que no fueran cuartos de camillas.

Dave mira como le curan a la bella Alex mientras mira alrededor y algo pasa por su cabeza... No sé por qué, pero no acabo de dominar esto de las chispas... ¿será que no me concentro lo suficiente?¿¿será que las criaturas son inmunes a qué cosas? Joder.... Esto no sé donde va a acabar....

-¿Estáis todos bien? - Parece que ya sabemos como controlar a estos bichos!

Pasáis un momento en la habitación mientras Bob atiende las heridas de la pobre Alessandra. Después de eso salís de ella. 

Habéis recorrido ya todas las habitaciones, y sólo os queda ya continuar por uno de los dos pasillos que surgen de este. No hay más salidas.

¿Tomaréis el de la izquierda o el de la derecha? 

Tras haber recorrido toda esta ala, quedándonos solo los pasillos del fondo como posible salida, me asomé al de la derecha, prestando atención a cualquier posible sonido que proviniese de este. Dios sabe que lo que quería era encontrar una puerta al exterior cuando antes y un montón de respuestas pero me daba que la cosa no iba a ser tan fácil.

Os cuesta ver lo que hay al final de los pasillos. Ambos están mal iluminados y no parecen completamente rectos.