Partida Rol por web

^{(Siempre que haya un enlace de música, se recomienda escucharlo durante la lectura y escritura del post para introducirse en la ambientación)}

Un pitido se apoderó de la cabeza de los ingenieros. Un sonido desagradable que se adentraba hasta lo más profundo del oído, haciendo hasta casi perder el equilibrio. La cabeza les daba vueltas y la desorientación estaba acompañada de preguntas incrédulas.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaban? ¿Qué había ocurrido en la presentación del Proyecto Eón?

Un mareo como el que nunca habían experimentado se agarraba a sus sienes, haciendo que las ganas de vomitar fueran más angustiosas que nunca. Un calor sofocante se apoderaba de los ingenieros. Un calor que tenía que ver con la confusión que sentían y con el ambiente, un verano que se levantaba sobre ellos. Una humedad agobiante que empapaba de sudor la ropa.

Liam y Karim fueron recomponiéndose poco a poco. Cegados por un sol de verano, los dos ingenieros se encontraban tumbados en un montón de bolsas de basura en un callejón. Darmha y Brian, solo a unos metros de ellos, también comenzaban a recuperar la conciencia. Una sensación de alegría al verse juntos los tranquilizó unos segundos, hasta que la incertidumbre volvió a apoderarse de ellos. 

Levantándose poco a poco, se miraron entre ellos, intentando buscar una respuesta a lo que había pasado. Pero se extrañaron, pues algo había cambiado. Eran ellos mismos¹, pero a la vez no. Karim lucía un pelo a lo afro y un pañuelo al cuello. Liam, engominado hacia un lado y con unos pantalones de campana, miraba a Brian que había cambiado el modelo de gafas a unas mucho más anchas y redondas. Y Dharma, con un camisa anudada al estómago de lunares, tenía el pelo con más volumen de lo normal.

¿Qué coño...?

Los ingenieros no salían de su asombro. Estaba claro que no estaban ni en su ciudad ni en su época. ¿Habrían viajado al pasado? ¿De verdad el fallo de la máquina era a la misma vez un éxito? La adrenalina de la victoria les recorría por las venas con fuerza, pero... ¿Qué sería de ellos ahora?

Tras unos minutos de reflexión y de asentarse en la realidad sin pensar que fuera un mal sueño, los ingenieros comenzaron a acercarse poco a poco entre ellos.

Dharma había llegado toda atarantada al sitio. 

¡Madre del Mar!   -Habían ido a otra época, como a un mundo paralelo donde ella fuera alguien más.   Inmediatamente comenzó a buscar entre sus bolsillos si había alguna identificación o así.  

Esto no estaba previsto en las ecuaciones. 

Hola todos.  Creo que estamos.. ¿en los 1960s/1970s en Europa o Estados Unidos?

Se tambaleó un poco, pero aún así no dejaba de ver a todo su alrededor.   Mejor se sentó en una pequeña reja desde donde podía ver toda la calle y sus movimientos, con los ojos aún entrecerrados por el deslumbramiento.

Hay palmeras.  Es zona costera.   Letreros en inglés.  ¿Los Ángeles, Miami, Bombay?  Demasiado calor para ser Gran Bretaña. 

-¿Donde...donde estoy?- Masculló el ingeniero mientras su vista se acostumbraba a la luz de aquel sol veraniego. Poco a poco fue poniéndose de pie y, al ver la situación, no pudo sino reír. Liam pasó la mirada por sus compañeros y sus atuendos y al ver a Karim con su nuevo peinado su risa se hizo más fuerte. "El maldito cacharro es una maquina de disfraces" pensó, mientras su cuerpo se inclinaba, incapaz de soportar aquella risotada que rozaba lo maníaco. El cambio de aula, los focos, las cámaras, el fallo del proyecto y ahora... ¿Esto? Era como si su destino fuera ser parte de una broma. Una chiste sin gracia. 

Tras unos minutos, Liam recuperó la cordura y, con los ojo llorosos de reír, se dirigió al resto del grupo. -Bueno, ¿Ahora que?- El ingeniero se asomó un poco para ver mejor la calle a la que daba el callejón -Si estamos en algún lugar cerca de Nueva York igual podemos ir a Woodstock y todo.- 

—Oh Dios, soy una caricatura racista de mí mismo —dijo Brian al mirarse en el cristal de una ventana del callejón—. Pero, ¿por qué demonios hemos cambiado también de aspecto físico? No lo entiendo.

La risa maniaca de Liam le estaba destrozando los nervios. Esperó a que terminara de reír y de hablar para intervenir.

—Sin duda nuestra prioridad es descubrir en qué lugar y época estamos. Sugiero que nos aproximemos a un kiosko de prensa o establecimiento y confirmemos ambas pesquisas.

Después del flashazo despertaron tirados en un callejón. Pero Karim pese a todo tuvo una reacción muy distinta al resto. Brian estaba de los nervios, a Liam le había dado un ataque de risa nerviosa, pero Dharma parecía intentar disimular algo.

- ¿Qué has querido decir con eso de que lo sentías? - le preguntó inquisitivo, olvidándose de fijarse en su aspecto actual o dejando a parte que habían efectivamente viajado al menos en el espacio. ¿Y qué es eso que debemos entender?

Algo en todo este asunto le daba mala espina y antes de salir allí afuera quería aclarar muchas cosas del porqué el experimento había salido mal.

¿Y si Dharma sabía que eso iba a pasar? ¿Porqué no les había advertido? ¿Porqué ella misma se habría dejado absorber por la anomalía espacio-temporal?

La risa de Liam ponía banda sonora al confuso momento que los ingenieros estaban viviendo. Dharma, la más afectada por el inesperado viaje, se echó las manos a la barriga mientras daba un par de pasos apoyándose en una alambrada cercana tras proponer algunas fechas en las que podían encontrarse. Unas ganas de vomitar se apoderaron de ella durante unos segundos.

Karim, que fue el único en darle importancia a las palabras de su colega de proyecto, tragaba saliva pensando que consecuencias traería en su día a día y su relación con Jessenia. Brian, que se miraba extrañado en un reflejo cercano, propuso buscar algún kiosko cercano para poder conocer exactamente en qué época se encontraban.

Karim se acercó a Dharma.

- ¿Qué has querido decir con eso de que lo sentías? - le preguntó inquisitivo, olvidándose de fijarse en su aspecto actual o dejando a parte que habían efectivamente viajado al menos en el espacio. ¿Y qué es eso que debemos entender?

Liam, que se estaba recuperando del ataque de risa, fue el primero en abandonar el callejón para asomarse a la calle. En ese momento, y sin poder tener un segundo de reacción, un tipo cruzó la calle esquina y chocó con el ingeniero, cayendo los dos al suelo. Un "crack" se escuchó: la conversación entre los ingenieros debía de esperar.

El tipo vestía una chaqueta rosa sobre una camiseta lila acompañados de un pantalones blancos. El pelo engominado hacia atrás y unas gafas de sol tipo aviador. Se levantó rápidamente mientras Liam lo miraba desde el suelo. Hizo un amago de sacar algo dentro de su chaqueta, pero se contuvo. Dharma, Karim y Brian salieron al callejón tras escuchar el golpe.

- Me cago... me cago... ¡Joder! - dijo el tipo mientras se daba la vuelta tapándose la cara con las dos manos mientras maldecía por lo bajo - No... esto no... - miró los pantalones blancos, que ya no eran tan blancos - No sabes donde te has metido, maldito gilipollas...

Se remangó y avanzó hacia Liam, que retrocedió un par de pasos como un cangrejo para después entrecerrar los ojos y girar la cara, esperando un golpe. Pero no llegó. Escuchó como el tipo bufaba por la nariz, con los orificios muy abiertos, pero no miraba al ingeniero. Su vista se dirigía hacia un gran teléfono móvil. O más bien a casi un ordenador en miniatura. Las piezas se habían desprendido y los cables de varios colores se podían ver a través de la carcasa abierta. Se acercó y lo cogió lentamente, mirándolo con incredulidad. Después echó mano a su chaqueta y sacó una pistola mientras alternaba apuntando a cada uno de los ingenieros.

- Vosotros, hijos de puta, ¡venga! Tú, imbécil de mierda, levanta - guardo como pudo el aparato en la chaqueta - A mi no me van a joder por vuestra culpa, os venís conmigo.

Un derrape se escuchó al final de la calle. Un coche, un Mercedes frenó bruscamente delante de ellos.

- Barry ¿Se puede saber qué coño haces? - dijo un hombre con un ligero acento puertorriqueño, ya "americanizado" - ¡Tenemos a esos mamahuevos pisándonos los talones y tú aquí con estos...! ¿Quién coño son estos, Barry? ¿Quieres que nos metan dos tiros en el puto culo?

El nuevo tipo tenía una camisa de flores remangada y un par de pistoleras a los lados.

- ¡Ya, ya no me toques los cojones, García! - contestó Barry, mientras cogía a Liam de la solapa de la camisa y lo levantaba - Ha sido por culpa de los capullos estos, mira como han dejado el puto teléfono.

García lució incrédulo. En ese momento, el sonido grave de unos tubos de escape se escuchó al final de la calle. Dos motos se dirigían hacia ellos a toda velocidad. Dos hombres iban en cada moto, armados.

- ¡Subid al puto coche si no queréis que os dejen como un colador en ese puto callejón! - dijo García mientras recargaba una de sus pistolas - Conducid alguno de vosotros, Barry y nos encargaremos de retenerlos. Y si alguien sabe usar una pistola, que la coja de la puta guantera. ¡Vamos!

- Gilipollas de mierda, ¡haz algo! - grito Barry a Liam. Las motos comenzaban a estar cerca.

El Mercedes rugía fino cuando () aceleró. El sonido de las gomas rechinando en el asfalto vino acompañado de un ligero culeteo de la parte trasera del coche.

- ¡Bueeeeeeeenas tardes, Miami! ¿Qué día es hoy? ¡Ha, ha! Estás sonriendo... lo sé... ¡Sábado! - una locución irrumpió con fuerza y ritmo en la radio tras un anuncio de artículos de cocina. 

- ¡Eh, dale voz (a quien conduzca), es el puto Jessie! - dijo Barry sonriendo. Después sacó medio cuerpo como García pero por la ventanilla opuesta.

- Desde Calooooooor FM, un nuevo día en nuestra maravillosa ciudad...¡Miami! - la música sonó alta de nuevo -. 21 de junio de 1983, un buen día para celebrar la vida, ¿verdad? Calor, arena fina, cristalinas playas... mujeres ¡ha,ha! - música unos segundos - ¡Eh! Y chicos guapos, que yo ahí "no me meto" - el locutor hizo hincapié en las palabras finales para terminar con una carcajada.

García y Barry se miraron riendo.

- ¡Os habla Jessie Dj!, ¿cómo va ese sábado? Esta noche estaré en Studio 54 pinchando para hacer que no pares de moverte hasta que no puedas más. Eh, hoy estás aquí y mañana... ¿Quién sabe? Aprovecha cada día y cada noche en Studio 54, ¡dónde va la gente que quiere pasárselo bien! ¡Feliz sáááááááábado, Miami!

- ¿Qué has querido decir con eso de que lo sentías? - le preguntó inquisitivo, olvidándose de fijarse en su aspecto actual o dejando a parte que habían efectivamente viajado al menos en el espacio. ¿Y qué es eso que debemos entender?

Si, -miró hacia el piso un instante, pero luego la regresó, con meditada claridad-, yo la sabotee.  

Pensé que sólo sería un fiasco, una decepción, pero que dejaría la semilla de que la gente se empezara a organizar para tener control ciudadano de la nueva ciencia y tecnología.   Pensaba sólo mandar la máquina -al futuro-, ganarnos unos 5-10 años.   Eso hace una gran diferencia.  

Lo siento, no sabía que iba a pasar esto.  -Lo personal le dolía, en el fondo no quería lastimar a ningún individuo.- Uno de esos dilemas de ética del señor amarrado a un tren que puedes desviar.  Pues ahorita desvié el tren del tiempo hacia nosotros...    Aunque, claro, quizá ni había sido nada de ella ni de sus dos colegas que había avisado en el último minuto antes del cambio.  Quizá realmente sólo había sido la máquina y su malfuncionamiento normal con una tecnología y ciencia base que apenas se conocía.

En eso llegaron los dos tipos, y su extraña razón de persecución.  

Sea lo que sea, ¡huyamos!  Quien sabe qué andamiaje temporal hemos unido o desunido, pero esto no pinta a acabar bien si no escapamos.  -dijo, con gran apuración, mientra corría hacia el auto y se metía en él.   Lo del cambio de looks le hacía pensar en una de esas sustituciones personales-históricas, una teoría sobre ocupar espacios sincrónicamente, sólo si no hay una inconsistencia temporal mayor.

- Todo nuestro esfuerzo para nada. Tendrías que haber confiado en nosotros y no haber actuado a nuestras espaldas. Ahora mira lo que has conseguido... - de empezó a responder Karim, cuando de pronto todo se tornó surrealista.

No sólo habían viajado en el tiempo, sino que además habían conseguido buscarse problemas nada más llegar. El callejón no parecía tener más salidas, la única era subirse a ese coche.

Más por instinto de supervivencia que por una razón meditada, se subió al coche y agachó la cabeza para evitar que los impactos de bala de los motoristas le alcanzaran.

- Hoy no es mi día de suerte...- masculló mientras era consciente de la situación. - Si salimos con vida de esto habría que pensar en como regresar a nuestro tiempo...

- Lo siento Karim, no.. no sabía si confiar, o si alguien nos escucharía y detendría.   No podía arriesgar...  -dejó la frase sin terminar porque abrió la portezuela y se metió en los asientos de pasajeros de atrás.  Estaba aún muy mareada y prefería que manejara otro.  

¡Vamos Liam, Brian, manejen y sáquennos de aquí!  -gritó por la ventana.  

Hay que averiguar donde estamos, -dijo nerviosa a Karim al volverse a meter y buscar con qué proteger las ventanas- e ir a donde está ahorita nuestro laboratorio.   Seguramente nos encontraremos al Dr. Brown como apenas un estudiante allá.   Le podemos dejar un mensaje.   -Era un graduado de Harvard que se había quedado en Harvard, creía recordar.

El Mercedes rugío fino cuando García aceleró. El sonido de las gomas rechinando en el asfalto vino acompañado de un ligero culeteo de la parte trasera del coche.

- ¡Bueeeeeeeenas tardes, Miami! ¿Qué día es hoy? ¡Ha, ha! Estás sonriendo... lo sé... ¡Sábado! - una locución irrumpió con fuerza y ritmo en la radio tras un anuncio de artículos de cocina. 

- ¡Eh, dale voz, García, es el puto Jessie! - dijo Barry sonriendo. Después sacó, medio cuerpo por la ventanilla.

- Desde Calooooooor FM, un nuevo día en nuestra maravillosa ciudad...¡Miami! - la música sonó alta de nuevo -. 21 de junio de 1983, un buen día para celebrar la vida, ¿verdad? Calor, arena fina, cristalinas playas... mujeres ¡ha,ha! - música unos segundos - ¡Eh! Y chicos guapos, que yo ahí "no me meto" - el locutor hizo hincapié en las palabras finales para terminar con una carcajada.

García y Barry se miraron riendo.

- ¡Os habla Jessie Dj!, ¿cómo va ese sábado? Esta noche estaré en Studio 54 pinchando para hacer que no pares de moverte hasta que no puedas más. Eh, hoy estás aquí y mañana... ¿Quién sabe? Aprovecha cada día y cada noche en Studio 54, ¡dónde va la gente que quiere pasárselo bien! ¡Feliz sáááááááábado, Miami!

García se giró a los demás.

- ¡Coged el volante alguno si no queréis que nos frían o coged la pipa de la guantera!

El arranque de García levantó tanto humo que uno de los motoristas perdió la visión durante unos segundos perdiendo la dirección de la moto. Entre maldiciones, chocó lateralmente con unos contenedores que se asomaban a la calle. El golpe sonó metálico y el parabrisas crujió al instante. 

Tras varios segundos de intentar controlar el vehículo de dos ruedas, estabilizó la dirección a duras penas. La motocicleta, visiblemente dañada, quedó atrás intentando volver a unirse a la carrera.

Vio la moto derraparse.

Si debe haber algo extraño.  Las probabilidades de que esa motocicleta se cayera así son de .... y empezó a hacer sus cálculos bayesianos.   Pero en eso se detuvo; esto le había inspirado algo.  Comenzó a mirar intensamente por la ventana, por el camino que tomaban.   Se estaba fijando en obstáculos naturales, guardillas y así, ángulos que tomaba la motocicleta y el auto.  

Con más maniobrabilidad e igual o más velocidad era cuestión de tiempo que les dieran alcance.  Las manos diestras (o siniestras) libres con armas podrían balancear un poco los momios a que estuvieran menos en su contra, pero aún...

con lo que la suerte ya había hecho en parte por nosotros. 

¡Allá!  ¡Toma la curva amplia para que la parte trasera del auto golpee ese letrero y caiga sobre la moto, o al menos la haga virar. 

Ayudaba al manejo defensivo, con sus conocimientos de física de objetos en movimiento.   El resto lo haría el "García". 

Que homofóbico DJ.  Pobres de mis tías en los 80's.