Partida Rol por web

Proyecto Zimmerman: Festín de Fantasmas

Corvale Island: Fase Alpha.

Cargando editor
01/10/2013, 19:29
Directora

Ralph Se encoge un poco más, abajo, a los pies de tu camilla, sin moverse, sin apenas respirar. El sonido de arrastre y de arañazos continúan acercándose, algo más despacio, como si estuviera buscando algo o a alguien, como si sea lo que sea que hay en el pasillo se estuviera tomando su tiempo, intentando decidir qué puerta va a elegir: la puerta número 1, la puerta número 2 ó bien la número 3? Donde está el premio?

Por unos minutos que parecen horas, en medio de la oscuridad, apenas oyendo tu propia respiración, con los ojos cerrados, esperas en el silencio absoluto, con una única mano libre, quieto como la muerte. Tu corazón late con fuerza, ojalá no se oiga tanto como lo haces tú, bombeando en el interior de tu pecho. El arrastre calmoso se para al llegar a la altura de vuestra puerta y parece quedarse quieto por unos segundos...

Cargando editor
04/10/2013, 12:38
Andrew J. Ellis

AJ barajaba la opción de comenzar a golpear el techo para asustar a la rata y que le dejara tranquilo cuando la puerta comenzó a abrirse. Rápidamente se colocó en posición de alerta y volvió a la cama, pero tenía los músculos tensos en espera para saltar sobre quien fuera a entrar. Una idea tranquilizó su mente.

-Seguramente sea ese gilipollas de Dylan...- Era lo más probable, pero ya no se fiaba de nada o de nadie, o estaba comenzando a volverse paranoico. Colocó una mano junto a la lámpara mientras fingía seguir dormido. En caso de que no fuera Dylan le lanzaría la lámpara a quien fuera.

-Igual la lanzo aunque sea él...

Cargando editor
09/10/2013, 19:38
Directora

El pomo de la puerta gira varias veces a un lado y al otro, como si alguien muy torpe intentará hacer funcionar el cierre pero no se aclarara hasta que finalmente cede y se abre. Una sombra se abre paso en la rendija que la puerta deja tras abrirse levemente. Como está a oscuras y apenas hay luz, aparte de la poca que entra de las farolas que hay afuera, apenas ves nada que te diga si es Dylan, el fantasma de la Opera o tu abuela la que fuma puros a escondidas. Lo cierto es que no abulta mucho aunque se te hace difícil de asegurar debido a lo más evidente, que sigues a oscuras. Lo que sí detectas es un sonido, como un lloriqueo, una respiración agitada y nerviosa y el sorber de mocos. Y todo viene de la figura que se acaba de colar en tu cuarto. Oyes como cierra con cuidado la puerta tras de sí, dejándoos a los dos solos en plena noche compartiendo cuarto...

Cargando editor
11/10/2013, 19:19
Directora

Tu primera noche parece que va a ser mejor de lo que ha sido tu tarde, el sonido del leve viento que mueve las persianas de los pórticos es como si te meciera a tí misma. El sueño viene prácticamente solo, con la dulce calma y silencio de tu nuevo cuarto y de tu compañera, la rubia pija empollona.

Cargando editor
11/10/2013, 19:19
Bertha

Entonces, sin previo aviso, unas uñas rascan el suelo de debajo de tu cama y un rostro pálido y rodeado de sombras asoma por tu costado, cerca de tu mano dormida. Su máscara de muerte es lo único que se asoma por debajo de tu cama y sus dedos cadavéricos se aferran a la estructura de metal, casi queriendo tocarte, agarrarse a ti.

-Desde dentro te devora...- te susurra lúgubremente. Sus ojos están como desenfocados, lechosos y sin pupilas. Las uñas de sus dedos están rotas y sucias, han vivido mejores tiempos. Como tú hace apenas unas pocas horas. Te relajaste tanto que ni por asomo has visto venir esto ni el susto de muerte que eso te provoca.

Notas de juego

Haz Tirada de Cordura ya que "fallaste" la tirada de percepción y no viste venir a Bertha xD

Cargando editor
13/10/2013, 01:18
Directora

Tu madre es terca y orgullosa. Lo sabes; la conoces desde hace doce largos años, y durante todos ellos has tenido que sufrir su talante caprichoso y altanero. Pero te quiere, te quiere con locura, y se preocupa por ti hasta el punto de desafiar a tu padre con sus sermones sobre la niebla, las pesadillas y el hecho de que sólo seas un niño. O eso es lo que parece por lo enfadada que está. 

Shana atraviesa la habitación rápidamente y asiente con la cabeza al pasar junto a Lord Harrington, quien la ha mandado a por el vaso de leche. Es raro verla en camisón y, sobre todo, con el pelo suelto: estás acostumbrado al tieso moño y al uniforme negro y blanco de criada. Es sólo cuando se escucha la puerta de la cocina cerrarse, signo de que Shana se ha metido ahí, el momento en el que tu madre y tu padre hablan con total confianza. 

 

Cargando editor
13/10/2013, 01:20
Lady Madeleine Harrington

- Alastair, por el amor de Dios, ¿cuándo me harás caso por una vez?

Madeleine parecía enfadada, pero utilizaba ese tono que sólo ponía cuando quería dar a entender que había tenido razón durante todo el tiempo. 

- Si el niño no hubiera ido por ahí con tanta niebla, seguramente no habría tenido estas pesadillas tan espantosas -se giró hacia ti y te dedicó una sonrisa que pretendía ser cálida y agradable-. ¿Verdad, cielo? -te dio un beso en la frente y se levantó. El camisón le caía hasta los tobillos, blanco y etéreo, y los rizos rubios enmarcaban su rostro de porcelana. Hasta recién levantada de la cama parecía perfecta- Intenta dormir, Allie. 

Salió de tu cuarto sin pararse siquiera a mirar a tu padre. Los señores de Corvale tenían una relación bastante tempestuosa, sobre todo desde que Madeleine se había obcecado con odiar cada uno de los recovecos de la isla junto a sus habitantes y sus costumbres. 

 

Cargando editor
13/10/2013, 01:21
Lord Alastair Harrington

Tu padre suspiró. Dejarte dormir con ellos no era una opción, pero se acercó con las manos entrelazadas tras la espalda y se sentó en el bordillo de la cama. Ya no eras un niño pequeño, pero sabías que tu padre, por muy recto que pudiera parecer a veces, era en el fondo un hombre con un corazón bondadoso. 

- A veces tu madre tiene un carácter difícil. 

Y vaya si lo tenía. A esas alturas del cuento, estaba claro que Madeleine Harrington se había preocupado más por demostrar que se la tendría que tomar más en cuenta en las decisiones sobre ti y no en si habías escuchado, visto o sentido algo extrasensorial o raro. 

- No debes tener miedo. Seguramente habrá sido una pesadilla -te dijo, en tono conciliador. Bajo el bigote oscuro y poblado pudiste ver cómo esbozó una leve sonrisa-. Y ahora a dormir.

Sin embargo, cuando ya estaba en la puerta, se giró, y el brillo de sus ojos se te antojó preocupado. 

- Si oyes algo más, ven a mi dormitorio -te indicó-. No sería oportuno que te mordiera una rata. 

 

Cargando editor
13/10/2013, 01:21
Directora

Pero ahí no había una rata. No. Lo que te había susurrado tu nombre al oído era una criatura mucho más grande y, definitivamente, más peligrosa. A pesar de todo lo listo que te creyeras, de todos los libros que hubieras leído y todo lo por delante que estuvieras de los demás, definitivamente no tenías una explicación para lo que había ocurrido antes allí. 
Te podrías haber quedado toda la noche despierto, pero las sábanas te llamaban. Te hundiste un poco más en el colchón y fuiste adormilándote, entrando en esa vigilia, en ese portal entre el mundo real y el onírico. Tu respiración fue ralentizándose, tu pecho subiendo y bajando bajo el pijama y la sábana. Había sido una pesadilla, sólo una pesadilla...

Un cosquilleo te subió por la pierna, y oíste el fru-fru de la tela al moverse. Una sensación de miedo volvió a embargarte. La garganta se te hizo un nudo. Intentaste moverte, pero tu cuerpo no respondió por mucho que lo intentaras. Estabas paralizado. La angustia comenzó a apoderarse de ti. ¿Habías sentido una mano en tu pierna, o volvía a ser otra pesadilla? ¿Acababan de irse tus padres, o ya habían pasado horas y te habías quedado completamente dormido? 
Intentaste tranquilizarte. Tu respiración sonaba demasiado ajetreada; tenías que calmarte o podrías comenzar a hiperventilar. Pero entonces te diste cuenta de algo. 

Esa no era tu respiración.

Sonaba entrecortada y rítmica, como si le costara tomar aire. Si antes tenías miedo, este se había convertido en terror. Estaba a tu lado, justo a tu lado. Ah-uh. Ah-uh.

 

Cargando editor
13/10/2013, 01:22
Shana Moira Bryan

Un zarandeo en el hombro hizo que abrieras los ojos. A tu lado y en cuclillas, Shanna sostenía un vaso de leche. La luz de una vela que había posado sobre la mesilla de noche iluminaba vagamente su rostro. Todavía era de noche; no habrían pasado más que minutos. 

- Toma, bébetelo -te tendió la leche. Estaba caliente y tenía un sabor un poco extraño-. Le he echado una gotita de valeriana, para que el señorito pueda descansar. Pero sólo una gotita. Mi madre dice que sino después no te puedes levantar por las mañanas. 

Apuraste lo que quedaba en el vaso y alzaste la mirada para tendérselo. Shana, con su pelo rojo cayéndole sobre los omóplatos y los ojos adormilados. Fue entonces cuando notaste un escalofrío, y desde detrás de la joven criada surgió a cada lado una figura pequeña y menuda, recortada por la llama y medio sumida en la oscuridad. 

 

Cargando editor
13/10/2013, 01:23
Las Gemelas

Eran dos chicas. El cabello mojado se les pegaba al rostro pálido e hinchado, pero si te fijabas podías ver la sonrisilla perversa en los labios. Los vestidos eran de un tiempo pasado, pero no pudiste reconocer de qué color eran a causa de las sombras. 

Go in and out the window, go in and out the window.

La canción, a pesar de ser una infantil, sonó tétrica al salir de su boca en forma de susurro. Shana no parecía darse cuenta de nada. Simplemente estaba ahí, esperando a que le dieras el vaso para poderse ir a dormir. 

Go in and out the window as we have done before. 

Cargando editor
15/10/2013, 12:23
Andrew J. Ellis

Al abrir la puerta, apenas logró ver una figura oscura que podría ser cualquier cosa, y más al producirse contraluz entre la oscuridad de la habitación y la iluminación del exterior. No podía ver si se trataba de su extraño compañero o de cualquier otra cosa. Y cuando cerró la puerta, pudo ver menos aún.

Además, quien quiera que fuera, estaba lloriqueando. Lo que en efecto le hizo pensar que se trataba de Dylan, por lo poco que había visto de él, no paraba de lloriquear continuamente. Seguramente le habrían robado el postre en la cena y se habría puesto a llorar, o algo parecido.

Siguió con los dedos el cable de la lámpara de mesa hasta dar con el interruptor y la encendió para ver que diablos le pasaba a su estúpido compañero.

Cargando editor
18/10/2013, 21:24
Alastair Harrington Jr.

Alastair: Me quedo mirando a las niñas fijamente sin ser consciente de que Shana espera para coger el vaso, escuchando esa canción que me provoca un escalofrío en la espalda y, a la vez, me resulta familiar. Trago saliva, notando de nuevo el regusto de la leche rara en mi boca. Casi como si mi brazo actuase por sí mismo le entrego el vaso a la criada y me tumbo de nuevo en la cama en completo silencio, sin dejar de mirar a las niñas por miedo a que se vayan o se muevan. Me arropo yo mismo porque no quiero que lo haga Shana y me quede sin poder moverme. Me quedo contemplando el aterrador aspecto de las gemelas y siento mi respiración acelerarse. Pero soy un Harrington, ¡no puedo permitirme llorar otra vez!
- Hola. Me llamo Alastair Jr, ¿vosotras? -Pregunto en un susurro, deseando que me respondan para asegurarme de que no es un sueño.

Master: Shana cogió el vaso y se te quedó mirando mientras te tapabas. Al fin y al cabo normalmente eras un tocapelotas que aprovechaba cualquier ocasión para obligarla a hacértelo todo, así que aquello podía considerarse una novedad. Frunció el ceño, se levantó y se giró. Durante un momento se quedó parada, pero acabó por irse tras dirigirte una mirada fugaz. No cerró la puerta. Eso era de agradecer, fuera a ser que tuvieras que huir. Tu pelirroja criada no parecía haberse dado cuenta de que las gemelas seguían ahí, de pie, mirándote con una sonrisa en los labios. ¿Acaso eras tú el único que podías verlas? ¿Y si eran también amigas imaginarias?
- Alastair –murmuró una de ellas, la más seria de las dos.
- Ya sabíamos tu nombre –dijo la otra de forma risueña y burlona. La más seria de las dos desapareció en un pestañeo. Ya no estaba junto a su hermana, sino a tu lado, medio tumbada en la cama. Pudiste notar la humedad en las sábanas y el frío.
- Queremos jugar contigo.

Alastair: Me incorporo y agarro con fuerza las sábanas cuando empiezan a hablar, mirándolas con una mezcla entre terror y curiosidad. La seria desaparece y, repentinamente, siento un frío espantoso de cintura para abajo así que encojo mis piernas para mantener el calor. Paseo mi mirada por la habitación con horror buscando a la niña desaparecida hasta que la veo a mi lado, compartiendo mi cama, igual que Madre y Padre. Noto mi garganta seca, no puedo gritar (aunque sí sobresaltarme) y hasta me cuesta preguntar:
- ¿A qué?

Me tiembla la voz, pero es que no me gusta tener a cada una a un lado distinto. No puedo ver a las dos a la vez y, eso, me da miedo. Me quedo mirando a la que está en mi cama.

Master: Las dos muchachas parecieron alegrarse de que tú estuvieras dispuesto a jugar, o por lo menos la que estaba junto a ti. La sonrisa de la joven se ensanchó mientras que, a tus espaldas, escuchaste cómo la alegre y pizpireta soltaba un par de risitas ahogadas.
- Hace mucho tiempo que no jugamos a la pelota, ¿verdad, Mandy? -dijo la seria, en un tono bastante dulce, sin dejar de mirarte.

Pero, claramente, no se refería a ti. Se había referido a su hermana como Mandy, así que no te costó descifrar que su nombre completo sería Amanda. Amanda, a la que habías dejado detrás de ti, sin saber qué estaba haciendo. Fue al girarte cuando la viste también al borde de la cama, arrodillada, con los codos apoyados sobre el colchón y, a su vez, su cara sobre las manos. Estaba más cerca de lo que hubieras esperado.
- Jugar a la pelota sería taaaaaaaan divertido -exageró el "tan", como si estuviera deseando jugar-. A Cassie y a mí nos encanta jugar a la pelota -murmuró, sin dejar de mirarte.

Genial, por fin sabías cómo se llamaban las dos. Mandy y Cassie, Amanda y Cassandra. Tus nuevas compañeras de juegos.

Alastair: Noto un terrible escalofrío al volver a girarme y ver que la otra hermana, Mandy, también se había acercado. Aprieto un poco más las sábanas contra mi cuerpo y miro de una a otra mientras hablan de jugar a la pelota. Sonrío levemente.
- Yo también hace mucho que no juego a la pelota. -Reconozco - Pero tendremos que ir con cuidado de no despertar a nadie o se enfadarán. Madre no es tan despistada como Shana.

Me desarropo para ir a buscar una pelota de goma con la que jugar.

Master: A los pies de tu cama hay un baul de madera cubierto con una manta; dentro están todos tus juguetes. Tienes trenes de madera con los que jugabas cuando eras más pequeño, animales, figuras de soldados de principios del siglo pasado, un tirachinas y... ahá, la pelota.

En cuanto la cogiste, las dos hermanas ya se habían levantado y puesto al lado, a una distancia más que correcta para jugar. Tú no las habías ni siquiera escuchado, pero mejor: así serían silenciosas.
- Tu madre es muy hermosa -alabó Cassandra ante tu comentario.
- Es más hermosa que Shana -afirmó Amanda.

Alastair: Le lanzo la pelota a Cassie intentando que el tiro no salga desviado y ella tenga que moverse mucho, porque soy un caballero y a una dama no se le hace correr.
- Por supuesto, Madre es una Harrington y Shana no pasa de ser... bueno, eso, Shana la criada. ¿Estábais aquí cuando entraron Shana y Madre?

Master: Cassandra cogió la pelota y miró a su hermana. Las dos se rieron por lo bajo, como si fuera una broma interna de la que tú no tuvieras constancia. Cassie le tiró la pelota a Amanda, que fue la que respondió a tu pregunta.
- Puede que sí -Mandy te pasó la bola de goma-. O puede que no -comentó, divertida, como si fuera otro juego más.

Comenzabas a notar el sueño, que se manifestó con un bostezo. Ya era tarde. Pronto tendrías que irte a dormir. Pero aquello era tan interesante...

Alastair: Me siento un poco indignado cuando ambas se ríen y este sentimiento se incrementa cuando Mandy no responde a la pregunta, pero cuando voy a replicar me pasan la pelota y con el bostezo me distraigo. Me froto los ojos que, la verdad, empezaban a llorarme.
- Pues estoy seguro de que sí estábais, porque os noté. -Esta vez cambio el sentido del juego y le paso la pelota a Cassie. - Pero intentar asustarme a mi no es divertido. A los de la Escuela, con ellos sí es divertido.

Master:
- ¿Nos notaste? -preguntó Cassandra.
- ¿Qué notaste? -siguió Amanda.

La pelota siguió yendo de unas manos a otras. De vez en cuando el destinatario era inesperado, y eso hacía que os mantuvierais alerta. Pero, en cuanto mencionaste la escuela, el juego se pausó.

- No, la escuela no.
- No nos gusta la escuela -Amanda puso cara triste-. Hay gente mala.
- No tendrías que ir a la escuela. Nosotras sabemos lo que hay -informó Cassandra-. Te cuidaremos, ¿verdad, Mandy?
- Verdad de la buena -Mandy recuperó la sonrisa.

Alastair: Me río. Ya, claro, ahora fingirán que no saben nada y que lo que noté fue un sueño o algo de eso.
- Pues aparte de que oí cómo me llamábais y vuestras risas, noté vuestra respiración y una mano en mi pierna. No sé cuál de las dos érais, pero seguro que eras tú, Cassie. -La miro en plan "y no me digas que no, que no me lo creo".

Me quedo a la expectativa de que vuelvan a tirarme la pelota, sorprendiéndome de que parezcan asustadas por el colegio.
- Oh, venga, no me diréis que tenéis miedo a la escuela. Parece un sitio feo, pero es muy inofensivo. Los estudiantes son todos muy tontos, se creen cualquier cosa. -Sonrío, saboreando un recuerdo de uno que se llegó a mear encima. - Y de eso nada, yo cuidaré de vosotras, porque yo soy el hombre. -Vuelvo a sonreír, encantado de que mis dos nuevas amigas me caigan tan bien.

- Tiradas (1)
Cargando editor
21/10/2013, 23:13
Dylan Davenport
Sólo para el director

Vale, el sonido está aquí, y con ello lo que supongo conlleva. Me muero de ganas de preguntarle al chico este qué está pasando pero creo que abrir la boca es peor que imprudente así que me aguanto aunque me cuesta muchísimo trabajo, sobre todo porque tengo mil preguntas ya que me cuesta muchísimo recordar cómo he llegado aquí y qué hago en este sitio. Solo espero que sea lo que sea que está ahí fuera se vaya y no vuelva, por favor, que no vuelva y entonces Ralph podrá contarme qué está pasando y qué es este sitio porque necesito saber.

Lo peor es que no tengo absolutamente nada con lo que defenderme porque solo tengo una mano libre. Tanteo hasta dar con la correa que me ataba a la cama (en serio qué clase de lugar es este) y noto el frío metálico de las hebillas. Es muy absurdo pensar que unas hebillas van a salvarme de lo que sea que está ahí fuera pero supongo que es lo más hiriente que tengo a mano aunque desde luego dudo que esa cosa, persona, lo que sea, vaya a ponerse a tiro y el todo caso podría como mucho hacerle una herida ridícula. Esto es absurdo, y todavía me encuentro fatal, quiero que pase y ya está, así que contengo la respiración y simplemente rezo todo lo que sé, que desgraciadamente es nada, para que esa cosa se vaya ya.

 

Cargando editor
23/10/2013, 17:24
Neala von Unwerth

Me había echado en la cama y estaba realmente cómoda, sentía que podía cerrar los ojos sin miedo a que mi compañera de cuarto me apuñalase y eso me daba una tranquilidad que ni tan siquiera en mi propia casa tenía, así que sin poder remediarlo (tampoco es que quisiera) mis ojos se iban cerrando poco a poco hasta que dejé de ser consciente.

Entonces un ruido me despertó, y lo que vi a continuación hizo que pegase un bote, poniéndome automáticamente de pie en la cama e intentando buscar una salida. Grité tan fuerte como mis pulmones me permitieron y me llevé una mano al pecho, pensando que el corazón se me saldría de él.

- ¡ME CAGO EN LA PUTA!

- Tiradas (1)

Notas de juego

El dado es 1d6? D:

Cargando editor
23/10/2013, 19:16
better3in7red

Notas de juego

sí, es correcto, no te preocupes ^^ tu tirada significa q te quedas paralizada, como bloqueada por el susto repentino, pero nada más, no es fracaso pero tampoco te mantiene hipertérrita precisamente xD
 

Cargando editor
26/10/2013, 16:10
Neala von Unwerth

Paralizada en la cama, me gritaba a mi misma de forma mental que me moviese y saliese cagando leches de allí, pero mi cuerpo no reaccionaba.

¿Los fantasmas podían llegar a hacer daño realmente? Nunca lo había comprobado, y realmente no quería llegar a hacerlo.

Y la otra... ¡¿por qué narices no se despertaba?!

Cargando editor
28/12/2013, 12:39
Directora

Con gran esfuerzo y lentitud consigues liberar tu otra muñeca. El tiempo parece pasar tan lento que casi dirías que no pasa pero tú sabes que sí, que pasa, que no estás congelado en nitrógeno ni nada parecido porque te estás moviendo y tal y sabes que en las pelis en que congelan el tiempo no pueden moverse y tú sí. Oyes la respiración de Ralph, por debajo de tu camilla, es silencioso como un ratón, desde luego. No entiendes nada, tu confusión es tremenda entre las drogas que te han dado y la situación en plena noche (o eso crees aunque tampoco es que lo sepas seguro porque igual es de día y tú sin enterarte, que tampoco sería la primera vez que te pasa, vamos). Miras a tu alrededor pero sólo hay paredes acolchadas de blanco que a pesar de la oscuridad consigues verlas ahí relucientes, como sólo el blanco nuclear puedes hacer cuando no hay luz alguna. Y la ventana en la puerta con un fino enrejado cuadriculado y ese payaso espantoso amorrado al cristal...

Cargando editor
28/12/2013, 12:40
Master Molloy

Oh. Mierda. Un payaso con cara de haber vivido mejores tiempos te mira a través del cristal. Su rostro blanquecino está como algo mohoso y su sonrisa torcida, reforzada por ese maquillaje extraño y exagerado que siempre llevan los de su especie, son sólo el principio, acompañan a esos ojos negros como pozos sin fondo y ese pelo revuelto, de color naranja vivo y al cual no han peinado en mucho tiempo por lo visto.

-BU- es lo único que pronuncia a través del cristal, pero su voz es glacial, enervante, de esas que ponen los pelos de punta, nada que ver con algo gracioso o divertido como debería ser... Es esto lo que tanto miedo le da al otro chico, Ralph? Y entonces oyes su risa macabra a través de la puerta y el cristal y se te ponen todos los pelos de tu cuerpo de punta.

Notas de juego

haz una tirada de Cordura ^^

Cargando editor
08/01/2014, 23:35
Dylan Davenport
Sólo para el director
- Tiradas (1)