Partida Rol por web

Ni un alma se mueve en San Andrés, tan sólo un par de perros se cruzan con vosortos, que tenéis el alma en los pies y la cabeza hirviendo de acontecimientos inexplicables y tres muertes. Bajáis primero la cuesta que os lleva hasta la plaza de la Iglesia y desde allí, hasta casa de Neves.

Llamáis. Alba baja a abrir y su cara es un reflejo de las vuestras, la habéis preocupado. Sin ahceros preguntas, os hace subir hasta el cuarto de Neves. Allí, la anciana parece estar preparando una bolsa de cuero marrón, metiendo en ella velas, un libro y varios objetos que parecen amuletos.

Daniel golpea la puerta abierta de la habitación de Neves, por educación y para llamar la atención de esta mujer.
- Buenas noches, Sra. Lobeiro.
Daniel espera a que la mujer responda al saludo.
- Me temo que no traemos buenas noticias. Tanto josé como su amiga Ángela estan muertos, asi como dos Guardias Civiles.
Daniel hace una pausa, tragando saliva.
- Asesinados, sería una forma más correcta de describirlo.
Daniel escruta el rostro de Neves ante esta noticia, viendo su reacción.
- Yo apenas estoy asimilando lo que ha ocurrido en la finca, por lo que no estoy seguro de ser el mas adecuado para contarlo.
Daniel se apoya en una pared. Pasa una mano por su cabello y a la luz de la habitación su rostro parece estar envejecido.

me siento en alguna silla que haya en la habitación, después de saludar a la anciana, y guardo silencio mientras escucho las palabras de Daniel y estudio los gestos de neves.

Neves os hace algunas preguntas más sobre lo ocurrido, hasta enterarse de todo cuanto ha pasado y que os sentís capaces de contar. Cuando se siente satisfecha con la información, asiente. Observa a Miguel con detenimiento.

-Creo que no es momento para darte muchas explicaciones sobre lo... lo que puedes hacer. Si sigues nuestras instrucciones, hoy podrás ayudar. Ya partir de mañana, si quieres, te ayudaremos nosotras a tí. ¿Estás de acuerdo?- antes de que responda, se vuelve hacia los demás y dice -Cati también va a ser necesaria y la ayuda de Diana y Daniel puede sernos muy valiosa. Daniel debería proteger a su hija y Diana mantenerse vigilante. Has demostrado capacidad para reaccionar, pese a todo. Para ser dura e inflexible con el enemigo cuando ha hecho falta. Todos habéis demostrado ser capaces de hacer lo necesario esta noche. Pero debo advertiros otra vez sobre el peligro, que ahora será mayor aún. Habrá más poder en el ambiente, pero lo podemos usar tanto nosotros como él. Podría morir más gente.-

- ¿Cuando toca volver a la casa? El tono de Daniel es cansado. ¿Esta noche otra vez o podemos posponerlo para mañana?
Tiene la mirada centrada en Neves.

En cuanto cruza el umbral de aquella casa, el humor de Diana cambia. Se siente protegida y a salvo allí. Siente un imperioso deseo de dormir y olvidar las últimas horas, que han puesto patas arriba su organizada y racional vida pasada. Se siente terriblemente cansada, aunque no se le ocurre un lugar mejor para estar que aquel...Se sorprende ante este pensamiento y ante la extraña palabra que le acaba de venir a la mente: ¡Familia!

-Tendríamos que salir de inmediato hacia allí. El hijo de Akium ha probado la sangre humana, sabe que le fortalece y ha perdido el miedo a lo que hay allí fuera. Le habéis expulsado, pero no destruido. Se envalentonará, se enfurecerá. No podemos arriesgarnos a esperar ni una noche más.-

Un brillo en los ojos de Neves la hace parecer un ave de presa con esta luz cuando mira a Daniel. -Si te sirve como acicate, Daniel, sus presas favoritas serán las personas como tu hija.-

¿Y qué pasa con las personas que han muerto? No sé el resto, pero merecen ser llevadas a algún sitio mejor. Además, ¿cuánto tiempo tardará la guardia civil en enviar otros agentes? vacilo un momento y luego me reafirmo pero iré con vosotros, ahora que hemos empezado esto tenemos que acabarlo

-Tienes mucha razón, Miguel.- dice Neves sonriendo ampliamente al escuchar este comentario del psiquiatra -Tu preocupación por los muertos es un instinto que debes cultivar, te hará mucho bien.-

Ahora, volviéndose hacia todos en general -Deberemos inventar un motivo para las muertes. No hay animal en el mundo capaz de hacer eso a tantas personas adultas, así que habremos de inventar un "crimen" sin resolver. Que esté basado en lo que ya hemos dicho a la Guardia Civil. Y subir pronto, antes de que lleguen más potenciales víctimas para el demonio.-

Mentir no es lo más ético, pero nunca nos creerían si dijésemos que fué un fantasma.. Me acerco a la ventana y observo San Andrés. Yo les dije que estaba en peligro, que temíamos una violación.

Estoy cansada...¿Podemos dormir? Pregunta una exhausta Diana, a punto de dormirse de pie en el umbral de la estancia.

Neves mira a Diana como si hubiera dicho algo extraño y poco razonable. Pero se vuelve a Miguel. -La historia de la violación es muy conveniente. Un loco podría haber hecho lo que me habéis contado. Ahora, la única cuestión es saber si estáis dispuestos a volver, ahora. Quienes no queráis venir podéis quedaros aquí en mi casa.-

Daniel mira a su hija.
Ella tienen la última palabra. Por él no solo no iría, si no que además la prohibiría ir, pero evidentemente esto está mas allá de su autoridad.

- El cuerpo de Galael esta en el tunel. Si dejamos la pistorla del Guarcia Civil que le mató en la mano del cadaver de uno de los guardias civiles, siempre podrán pensar que se mataron mutuamente.
Daniel intenta ayudar a dar alguna cohartada al grupo.

Pero de vez en cuando dirige la mirada hacia su hija.

¿Volver? ¿Pasar otra vez por ese infierno o algo aún peor? Diana tiembla ostensiblemente cuando las imágenes de la reciente pesadilla vuelven a su mente. Se siente física y mentalmente agotada, enferma, y está comenzando a dudar seriamente de su cordura. Todo se mezcla en su cabeza y ya no es capaz de discernir entre la realidad y...lo otro. Está a punto de sufrir una crisis de angustia que logra sofocar a duras penas. De pronto, la atmósfera de aquel lugar, hasta entonces cálida y reconfortante se le hace inmunda, rancia, irrespirable. Se gira y huye al exterior. A la fría y brumosa noche de San Andrés, en busca de aire fresco. Su mano se introduce en el bolsillo sin que Diana repare en ello hasta que siente el tacto de algo metálico y frío...la pistola... piensa, pero no es la pistola. Son las llaves del coche. Las aprieta fuertemente en el puño mientras un imperioso deseo de huir se va apoderando de ella.

¿Y si alguien nos ve entrando allí? ¿Y si llegan más guardias civiles mientras preparamos la escena del crimen que dice Daniel? Podríamos meternos en un embrollo muy jodido. Y además de hacer eso tendríamos que llevar a cabo el plan de Neves. sigo manteniendo mi disponibilidad de ir con ellos, pero me invaden los temores. Es mucha lotería

Cati lleva un rato meditabunda, nerviosa. Tras escuchar a su padre, decide intervenir por fin.

-Yo quiero ir. Quiero ayudar. Nunca he usado mi... mis habiidades para nada parecido. Creo que es importante ir. Pero también creo que Miguel podría tener razón, ¿no, papá? Es peligroso, muy peligroso. Pueden ir mal demasiadas cosas.-

Daniel mira a su hija.
- Claro que puede haber muchos imponderables, hija mia. Pero a menos que Miguel o alguien proponga otra solución, a mi me parece la mejor, dado que parece que tenemos que volver.

-Debéis tomar una decisión ya. Yo prefiero arriesgarme a ser detenida por la policía que ha dejar suelto tamaño demonio. Es mi responsabilidad, pero no la vuestra.- se pone en pie. -Decidid ahora quiénes nos acompañaréis.-

- Si mi hija va, yo también.
Daniel se muestra muy contundente en su afirmación.

- Reconozco que estoy muy cansado, pero cuanto antes acabemos con esto, mejor.